164 Zenbakia 2002-04-26 / 2002-05-03

Gaiak

El atractivo físico y la satisfacción personal

GOÑI GRANDMONTAGNE, Alfredo PALACIOS, Alfredo ZULAIKA, Luix Mari MADARIAGA, José María RUIZ DE AZUA, Sonia

El atractivo físico y la satisfacción personal El atractivo físico y la satisfacción personal A. Goñi, S. Palacios, L.M. Zulaika, J.M. Madariaga, S. Rz. De Azúa La satisfacción personal, y la autoestima, tiene inevitablemente que ver con el atractivo físico, particularmente en una sociedad como la nuestra. En nuestros días, la alta valoración social del físico no ayuda precisamente a aceptar el propio cuerpo; y esto se traduce en problemáticas como la anorexia, los complejos de inferioridad, la inseguridad e insatisfacción personal..., bien conocidas en contextos tanto clínicos como educativos. Ayudar a construir una adecuada percepción del físico propio se ha convertido, así, en un objetivo educativo de primera magnitud. Bien saben los profesores en general y, muy en particular, los de Educación Física los variados síntomas indicativos de un bajo autoconcepto físico. En particular, la preadolescencia es una etapa de la vida en la que la aceptación del propio cuerpo resulta complicada, si bien no es sólo el autoconcepto físico el que se pone a prueba a partir de los 10 años sino también la aceptación, en general, de uno mismo. Estas ideas que venimos exponiendo están ampliamente difundidas y pueden resultar no especialmente novedosas. Ahora bien, ¿disponemos de instrumentos de medida para comprobar cuál es la autopercepción de cada preadolescente? O, incluso como pregunta previa, ¿el autoconcepto físico se refiere sólo al atractivo físico percibido o quizá también viene compuesto por otras dimensiones como la percepción de la buena o mala salud propia, de la condición física o de las habilidades deportivas? En los párrafos que siguen intentaremos dar respuesta a estos interrogantes. A lo largo de sus cien años de historia, la psicología ha ofrecido muy variados instrumentos de medida del autoconcepto; sin embargo, en la actualidad han caído en desuso prácticamente todas las medidas (tests) que no se corresponden con la concepción jerárquica y multidimensional del autoconceptopropuesta hace un cuarto de siglo por Shavelson, Hubner y Stanton (1976). Este modelo incluye el autoconcepto físico como uno de los grandes dominios del autoconcepto; y, en coherencia con el modelo, se elaboraron, a partir de los años sesenta, los cuestionarios SDQ (Self Description Questionnaires) que incluyen una subescala referente a los aspectos físicos. Estas escalas han sido empleadas y validadas en nuestro contexto tanto por la universidad de Deusto (Elexpuru y Villa, 1992), como por la Universidad de Oviedo (Núñez y González Pienda, 1994) pero no han llegado a comercializarse. En cambio, el cuestionario en lengua castellana que más amplia difusión ha adquirido (el AFA de Musitu et al., 1994) no incorpora una medida específica del autoconcepto físico. Hace una década aparece publicado en inglés (Fox y Corbin, 1989), con el nombre de PSPP (Physical Self Perception Profile), un cuestionario que pretende ofrecer una descripción mucho más precisa y detallada que cualquier otro anterior del autoconcepto físico. ¿Pueden distinguirse diversas dimensiones dentro del autoconcepto físico? El PSPP, aplicado inicialmente a estudiantes universitarios y luego a personas adultas, incluye cuatro subescalas que miden el atractivo físico (ser guapo), la fuerza física, la condición física (estar en forma) y la habilidad deportiva. En nuestro entorno, la carencia de un cuestionario equivalente condiciona negativamente tanto el desarrollo de la investigación como la adecuada práctica educativa. En orden a paliar este problema, el grupo de personas que firma este artículo, a partir de una andadura previa (Goñi y Zulaika, 2000; Zulaika y Arrieta, 2000) y gracias a la ayuda de Eusko Ikaskuntza, ha iniciado un trabajo de investigación en orden a elaborar y validar, tanto en castellano como en euskera, un nuevo Cuestionario sobre el Autoconcepto Físico. ¿Distingue la gente aspectos como los de fuerza, atractivo físico, condición física y habilidad deportiva? Si así fuera, dispondríamosde una baza educativa (y terapéutica) importante ya que el autoconcepto general es difícil de modificar pero ofrecen menor resistencia al cambio los dominios (el físico, el académico, el personal y el social) del autoconcepto, y aún menor cada una de las dimensiones de cada dominio (por ejemplo, la percepción de la condición física). Pues, efectivamente, sí está justificada la distinción de cuatro subescalas del autoconcepto físico. Más aún. No son sólo los jóvenes universitarios quienes discriminan tales dimensiones sino que, tal como lo comprueba Whitehead (1995) con su cuestionario CY PSPP, para sujetos de 12 y 13 años, también a estas edades se distinguen distintas vertientes de lo físico. Nuestra investigación se ha basado directamente en el cuestionario de Whitehead del que hemos elaborado una versión en euskera y otra en castellano. Han cumplimentado el cuestionario 454 y 121 chicos y chicas de 10 a 14 años (en euskera y castellano, respectivamente) de los tres territorios de la Comunidad Autónoma Vasca. Numerosos análisis estadísticos confirman la calidad del instrumento y la viabilidad de utilizarlo. Nuestra investigación ha permitido comprobar, en concreto, que: 1. A partir de los 10 años de edad se produce una crisis en la autovaloración personal que no empieza a recuperarse hasta los 14 años; 2. En la preadolescencia, los chicos ofrecen una evaluación propia superior a la de las chicas; 3. Las personas diferencian bien las cuatro dimensiones del autoconcepto físico, lo cual ofrece buenas pistas para intervenir educativamente en unos u otros de estos aspectos; 4. El autoconcepto físico no se asocia directamente con el autoconcepto general. De cada al futuro, nos planteamos un objetivo ambicioso: el de construir unos cuestionarios originales, tanto en euskera como en castellano. En deuda con el CY PSPP, pero sometiéndolo a una revisión estructural profunda, vemos viable el proporcionar a la sociedad un instrumento que a todas luces resulta necesario. AlfredoGoñi Gradmontagne, Luis María Zulaika Isasti (Profesor Asociado), José María Madariaga Orbea, Santiago Palacios Navarro, Sonia Ruiz De Azúa García (Alumna De Doctorado) BIBLIOGRAFÍA Elexpuru, I.; y Villa, A. (1992). Autoconcepto y educación. Teoría, medida y práctica pedagógica. Vitoria Gasteiz: Eusko Jaurlaritza. Fox, K. R., y Corbin, C. B. (1989). The physical self perception profile: development and preliminary validation. Journal of Sport and Excercise Psychologyst, 11, 408 430. Goñi, A.; y Zulaika, L. M. (2000). La participación en el deporte escolar y el autoconcepto en escolares de 10/11 años de la provincia de Guipúzcoa. APUNTS. Educación Física y Deportes, 59, 6 10. Musitu, G.; García, F.; Gutierrez, M. (1994). Autoconcepto Forma A. Manual. Madrid: TEA. Núñez Pérez, J. C. y González Pienda, J. A. (1994). Determinantes del rendimiento académico. Variables cognitivo motivacionales, atribucionales, uso de estrategias y autoconcepto. Oviedo: Universidad. Shavelson, R. J.; Hubner, J. J.; y Stanton, J. C. (1976). Self concept: validation of construct interpretations. Review of Educational Research, 46, 407 441. Whitehead, J. R. (1995). A study of children´s self perceptions using a adapted physical self perception questionnaire. Pediatric Exercise Science, 7, 133 152. Zulaika, L. M.; Arrieta, M. (2000). Autokonzeptu fisikoaren neur tresnak. Tantak, 22, 75 96. Alfredo Goñi Gradmontagne, Luis María Zulaika Isasti (Profesor Asociado), José María Madariaga Orbea, Santiago Palacios Navarro, Sonia Ruiz De Azúa García (Alumna De Doctorado), Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea Fotografías: La primera imagen está publicada en la revista digital Consumer Euskonews & Media 164.zbk (2002 / 4 26 / 5 3) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria