Elkarrizketa: Arantxa Urretabizkaia Arantxa Urretabizkaia, escritora y periodista "No puedo elegir entre el periodismo y la literatura, necesito las dos cosas" * Traducción al español del original en euskera Teresa Sala La trayectoria de Arantxa Urretabizkaia se ha desarrollado prácticamente en paralelo al renacimiento de la cultura vasca, dado que para la década de los 60 esta donostiarra ya formaba parte del grupo Argia y de la editorial Lur. Empezó a dar sus primeros pasos en el periodismo en 1977, en el ya desaparecido diario Egin, y a continuación pasó a trabajar como presentadora en ETB, colaborando a su vez en Deia y en El Diario Vasco. En 1983 escribió el guión de la película "La Conquista de Albania" y cuatro años más tarde el de "Lauaxeta". Su primer libro de poemas, "San Pedro bezperaren ondokoak", se alzó con el Premio Gipuzkoa de 1971, aunque su obra más conocida es, sin lugar a dudas, "Zergatik panpox?". Desde entonces ha escrito varios cuentos, como por ejemplo "Aspaldian espero zaitudalako ez nago sekula bakarrik", y dos novelas: "Saturno" en 1987 y "Aldatuko da nire bizitza" en 1992. En los últimos años ha sido galardonada con el Premio Nacional de Crítica Literaria y el Premio Ciudad de Irún, este último en 1982, por el libro de poemas "Maitasunaren magalean". En cualquier caso, resulta prácticamente imposible clasificar a Arantxa Urretabizkaia, una mujer con una fiel y desinteresada dedicación. Desde su casa de Hondarribia nos confiesa sincera y cálidamente que sueña con "escribir una buena novela". Comenzó a dar sus primeros pasos en la literatura vasca nada más finalizar sus estudios de Geografía e Historia en Barcelona y regresar a Euskal Herria. ¿Cuándo supo que iba a dedicarse a la escritura? No sé por qué, pero de niña soñaba con ser escritora. Y aunque muchas veces la memoria nos suele traicionar, recuerdo claramente que a los quince años recé por tener el don de la escritura. Desde entonces no he vuelto a rezar. Creía que la escritura erauna especie de don, pero el tiempo me ha demostrado que estaba equivocada, que se aprende a base de trabajar. Soy escritora, tal y como soñaba, además de otras muchas cosas. ¿Por qué razón escribe? Para mí escribir no es una necesidad. Conozco a compañeros para los que sí lo es, pero no es mi caso. De todos modos, algo me empuja a escribir; puede que el tener una visión particular del mundo. Cuando tengo que atravesar una dura experiencia, me digo que primero tengo que experimentarlo, y luego contarlo. Ha pasado mucho tiempo desde que en 1979 escribiera "Zergatik panpox". ¿Qué opinión le merece, desde su condición de escritora, el desarrollo de la literatura vasca? En mis comienzos estaba prácticamente sola, pero ahora hay muchos jóvenes que escriben en euskera. Ocasionalmente las escritoras celebramos unas reuniones que para mí son maravillosas, por la gran cantidad de mujeres que nos congregamos. Al principio no me daba cuenta de lo sola que estaba, yo hacía lo mío y punto, pero tuve muchísima suerte de contar con unos compañeros que me trataron como a una persona normal. Pensaba que siempre seguiría siendo así, pero ahora soy una veterana. Hace unos días, por ejemplo, una compañera me enseñó lo que había escrito en un libro en inglés. Citaba a varios autores de mi generación, pero mi nombre aparecía tras un punto y aparte. Le di las gracias, pero creo que mi nombre tenía que aparecer junto con los demás. Me siento un poco molesta con ese punto y aparte. Pero me doy por vencida; siempre seré un punto y aparte. ¿Por qué lo dice? ¿Quizá por lo que le ha tocado vivir? ¿Por el hecho de ser mujer? ¡Desde luego que no! A mí me ha tocado ser mujer. Puede que la razón por la que me sitúen punto y aparte se deba a que la única escritora era yo. En el aspecto de las relaciones también me suelo sentir punto y aparte. Alguna singularidad tendré, pero ya me he rendido, no le veo ningún sentido y tampoco me gusta. Siempre seré punto y aparte. Lo siento mucho, pero es lo queme ha tocado. ¿Es consciente de su papel de referente de los jóvenes autores? No mucho, pero algo sí. Recuerdo perfectamente cómo de joven me preguntaba cómo sería eso de tener cuarenta años. Incluso hoy en día me cuesta verme en la piel de otra persona mayor. Me resulta muy difícil hallar referentes vivos. Hace unos años tuve que aceptar la idea de que algunas personas me ven como un referente, aunque en mi opinión sólo es cuestión de edad. Las jóvenes escritoras de hoy en día llevan otro tipo de vida y en ese sentido son más normales. Yo no soy normal. ¿Por qué le parece que las jóvenes escritoras de hoy son normales? ¿Quizás por la situación socio política que les ha tocado vivir? Sí, hoy en día todo es más fácil. De todos modos, yo no tuve demasiadas dificultades. Cuando entré en este mundo, en 1969, estuve trabajando con Ramon Saizarbitoria e Ibon Sarasola y a pesar de que era mucha la gente que se movía en torno a la cultura y la literatura, nadie me hizo sentir diferente. Posteriormente, sin embargo, sí. ¿Cuáles son sus autores favoritos? Tengo varios, aunque con el tiempo voy cambiando. Sin embargo, he de confesar que admiro profundamente a Ramon Saizarbitoria. Este año me ha tocado formar parte del jurado que otorga los Premios de Literatura Euskadi y lo cierto es que su libro "Gorde nazazu lurpean" me dejó sin palabras. Al leer cosas así me pregunto si merece la pena que siga escribiendo, habiendo autores capaces de escribir cosas tan maravillosas. Pero luego pienso que Ramon hace una especie de alta cocina, mientras que yo soy una cocinera normal que al parecer se las arregla bastante bien. Hay quienes prefieren comer en casa que en Arzak. Eso me consuela. ¿Lee las obras de los jóvenes escritores vascos? Sí. Además este año he tenido que leer todo lo que se publicó el año pasado, aproximadamente 80 libros, que me han proporcionado una idea. Somos muchos los escritores que estamos en activo, haciendo cosas diferentes y creo que estamos atravesando poruna época muy productiva. Además de escribir, también ejerce como periodista. De hecho, ha sido galardonada con el Premio Rikardo Arregi por las entrevistas realizadas para el periódico Zabalik. ¿Cómo valora la experiencia? Ha sido una experiencia muy enriquecedora, pero agotadora. Tengo bien claro que no vivo sólo para trabajar. Este año he rechazado varias ofertas de trabajo, teniendo en cuenta que mi profesión es el periodismo, no la literatura. Quiero disponer de más tiempo libre, para luego ponerme a escribir. Aun así, no puedo escoger entre el periodismo y la literatura; necesito hacer ambas cosas. El trabajo del escritor es largo y solitario, un trabajo interior, mientras que el periodista tiene que estar en contacto con la gente. Yo procuro combinar las dos facetas. De ningún modo esperaba obtener el Premio Rikardo Arregi. Me llevé una inmensa alegría y me sentí muy orgullosa. Dada su doble condición de periodista y escritora, conoce tanto el papel de entrevistadora como el de entrevistada... El hecho de haber estado en los dos lados de una entrevista me ha enseñado muchas cosas, como por ejemplo cómo no se debe realizar una entrevista. Siempre he pensado que el entrevistado hace un favor al periodista. El respeto es fundamental. También se ha adentrado en el mundo del cine. Además de haber trabajado como guionista, ha participado en el Festival de Cine de San Sebastián como miembro del jurado que otorga el Premio de Nuevos Directores. Mi participación en el Festival de Cine me ha permitido conocer la mentalidad de los jóvenes de hoy. Creo que sufren demasiado. La juventud es un estado natural que se cura con el paso del tiempo, pero aun así viven desorientados y eso me preocupa. La cantidad de problemas indefinidos y su falta de motivación me producen un profundo malestar. ¿Tiene algún proyecto entre manos? Me gustaría escribir un libro para jóvenes y otro para adultos. Son dos proyectos que tengo en mente, pero soy muy lenta y no sé cuándo los voy a terminar. ¿Con qué se encuentra Arantxa Urretabizkaia al mirar hacia atrás? ¿Qué sueños le quedan por cumplir? Me gustaría escribir una buena novela. Puede que nunca llegue a hacerlo, pero es mi sueño. En lo demás, no tengo demasiadas pretensiones. Soy un ama de casa que de vez en cuando escribe. Para mí, la vida cotidiana es muy importante. Con los años he aprendido a regalar tiempo, porque la vida, a fin de cuentas, es tiempo, y no sabemos hasta cuándo estaremos aquí. Me gusta mucho dedicar tiempo a la gente que quiero, aunque así resulta bastante difícil hallar tiempo para escribir. Fotografías: Teresa Sala Euskonews & Media 154.zbk (2002 / 2 / 8 15) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
Webgune honek cookieak erabiltzen ditu, propioak zein hirugarrenenak. Hautatu nabigatzeko nahiago duzun cookie aukera. Guztiz desaktibatzea ere hauta dezakezu. Cookie batzuk blokeatu nahi badituzu, egin klik "konfigurazioa" aukeran. "Onartzen dut" botoia sakatuz gero, aipatutako cookieak eta gure cookie politika onartzen duzula adierazten ari zara. Sakatu Irakurri gehiago lotura informazio gehiago lortzeko.