132 Zenbakia 2001-07-20 / 2001-07-27

Gaiak

Hablar, entenderse, vivir en San Francisco (II de II)

DIAZ, Beatriz

Hablar, entenderse, vivir en San Francisco (II de II) Hablar, entenderse, vivir en San Francisco (II de II) Beatriz Díaz Las lenguas son herramienta de comunicación y son factor de identidad y cultura. Quienes cuentan con una gran variedad de lenguas y modos de hablar, no siempre valoran esta riqueza. "¿Qué lenguas hablas?" me gusta preguntar a africanos y africanas conocidas. Y con frecuencia me responden como Jannette, joven nigeriana: ¿Lenguas? Yo sólo el inglés ¿Sólo? Pero digo lenguas de tu país... tú igual hablas otras lenguas, no sé... ¿tu madre en qué lengua te habla? y con tus paisanas ¿en qué lengua hablas? ¡Ah, bueno! ya... pero eso son dialectos ... esas no valen... son las lenguas de nuestras tribus... Bueno, ¿y cuáles son? ¿cómo se llaman? Pues yo hablo hausa, también un poco de peul... y, bueno, cuando hablamos en inglés entre las nigerianas... eso no es inglés, hablamos en piyin . Luego, mi padre me llevó a la escuela coránica... aprendí algo de árabe. Y hablo un poco de francés, porque estuve un tiempo en Mauritania y Marruecos antes de llegar aquí. Por otra parte, las lenguas africanas que se hablan en el barrio están salpicadas, ya en origen, de palabras de lenguas coloniales (francés, portugués e inglés principalmente). A veces existe una palabra en la lengua propia que puede reemplazarla, otras veces no. Serigne, un joven wolof, me comentaba: Mi abuelo dice que tenemos que hablar en wolof, porque si no vamos a perder la lengua, que no usemos palabras del francés. Si me oye hablar en francés, se enfada. Pero a Papa, también senegalés, cuando le sugiero que use palabras del serere, su lengua madre, y que no deje que el francés o el wolof se coman su lengua, le hace gracia: Mi lengua no se pierde, está ahí. Hay palabras para llamar a esa cosa. Yo lo digo en francés, o lo digo en wolof, pero la palabra serere está ahí ¡no se pierde! Entre una gran variedad de lenguas africanas y europeas, el castellano es la que más utilizan para comunicarsecon la gente de Bilbao . Entenderlo es más fácil que hablarlo, y mejor aún si nuestro interlocutora tiene interés en ello. A quien habla mejor el castellano o el euskera, con más vocabulario, fluidez y complejidad en la sintaxis, tendemos a respetarle más, sobre todo si la lengua que usa es nuestra lengua madre. Es una cuestión algo inconsciente, como comenta Begoña, profesora de castellano para inmigrantes: Llega una alumna nueva, casi no sabe hablar castellano y no me puedo entender con ella en otra lengua. Y me parece que sólo dice simplezas, la conversación es tan reducida... te aburres. Le comentas cosas, no dice nada, ¿es que no tienes opinión? ¿nunca has pensado en eso? yo qué sé, se te quitan las ganas de... Y al cabo de los años te la encuentras, sabe mucho más castellano y parece otra persona, más despierta... Ahora sí hace valoraciones, de repente parece que es más lista... La capacidad para expresarse en una lengua concreta no equivale a la capacidad de pensar, aunque cuanto menores son los recursos expresivos de una lengua, menor es la capacidad de reflexión sobre sí misma y sobre los acontecimientos externos. Jean, de Zaire, sabe por qué le cuesta hablar castellano: Yo tengo mucha cosa en la cabeza, muchos problemas. Y mucho lengua sabes también. Por eso a veces difícil hablar bien. Yo sé francés, porque mi país colonia francesa. Sé lingala, que es una lengua de mi país. Sé portugués porque vivo catorce años en Angola, y español porque estoy aquí. Y luego mucho piensas, muchos problemas... Entonces cuando yo hablo a veces no hablas bien (Díaz, Beatriz. 1997:105). Y también es consciente de que se expresa de modo diferente según el contenido de su discurso: Esa cosa yo la conozco muy bien, conozco porque esa cosa he vivido muchos años. No es una cosa que me han contado o que leído, no. Por eso cuando escribe y cuando habla esa cosa, habla bien (Díaz, Beatriz. 1997:19). La gente aprende el castellano de forma más o menos activa. Así recuerda Marta, deGuinea Ecuatorial, a un chico de Nigeria que conoció en Bilbao hace más de veinte años: Ese chico, como estaba solo, venía a casa. Si viene a casa, le das un plato de comida, le ofreces, le hablas... Recuerdo su interés por aprender castellano. Iba por la calle y no le gustaba ver que no podía contestar en español, ni a los que le miraban bien, ni a los que le miraban mal... Llevaba siempre un diccionario en el bolsillo y lo memorizaba todo. Venía a casa también con el diccionario y cuando hablaba decía "zapato, zapata...", "cuaderno, cuaderna..." ¡Por eso en casa le llamábamos Zapato Zapata! (adaptado de Díaz, Beatriz. 1999:55) Aisha, de Marruecos, explica: Si tú quieres prender hablar, lo que tienes que hacer es hablar con la gente en la calle. Así prendí yo, así es como se habla español. En la escuela no se prende hablar. Yo hablar prendido trabajando... y en la calle. Cuando no tienes más remedio es cuando prendes (Díaz, Beatriz. 1997: 101) Y Sergio, uno de los muchos senegaleses wolof que trabajan en la venta ambulante, me aclara: Para vender la calle no hace falta hablar castellano. Es mejor si no sabes. Mucho mejor, porque la gente compra más. Piensan que no tiendes y que te pueden gañar, y compran más. Pero no gaña la gente, no. No nesitas castellano, sólo la calculadora. Haces la cuenta, cobras y ya está (Díaz, Beatriz. 1997:100) Aisha aprendió castellano trabajando en clubes, Sergio aprendió vendiendo por las calles y bares de los pueblos de Bizkaia. Estaban motivados por la necesidad de desenvolverse bien en el trabajo, de ganar dinero. Como Aisha y Sergio, la gente del barrio suele aprender lenguas sobre la marcha, en su vida cotidiana. Demba aprendió castellano trabajando con marineros vascos, Jon lo perfeccionó en la cárcel. Otros lo aprendieron trabajando en el "mar de plástico" almeriense, conviviendo por un tiempo con una novia o novio españoles o compartiendo piso con gente de lenguas diferentes. Por eso cada cual adquiere acentos y registros diversos.Sólo algunas personas y en momentos muy concretos asisten a clases de castellano, impartidas hace años por algunas ONGs de apoyo a inmigrantes y en la actualidad por los Centros de Educación de Adultos (EPAs) . Es el momento de aclarar que recientemente el Gobierno Vasco ha reconocido oficialmente que las personas que no saben castellano, tengan o no tengan documentación, deben tener la posibilidad de aprenderlo en estos centros. Hasta 1999 su oferta dependía de la disposición personal de algunas profesoras; no siempre se les daba prioridad frente a personas con más formación ni existía un programa específico para ellos (ver Bilbo Etxezabal, 1997:6 7 y Propuesta... 1999:11 14). Gran parte de los africanos y africanas que viven en el barrio han tenido poca relación con el sistema educativo de su país, lo que dificulta su inserción en el sistema educativo local. A la vez, éste no aporta todas las facilidades necesarias para que puedan incorporarse personas analfabetas en sus lenguas de origen. Por otra parte, aprender el castellano hablando en este barrio supone recibir aportaciones de personas que no lo tienen por lengua madre. Y muchas sólo emplean el castellano para hacer compras y para entenderse con otros africanos y africanas, con magrebíes, asiáticos y latinoamericanas, con quienes comparten el trabajo o las horas de descanso y distracción en bares, parques y discotecas. Así es como construyen un habla muy diferente al castellano estándar. Pueden pasar diez o quince años y su registro seguirá siendo relativamente reducido, acercándose más a eso que popularmente se denomina "indio", no cambiará mientras no surja una nueva necesidad comunicativa, una motivación o una fuente diferente de aprendizaje. Si esto es así, quizás en el plazo de una año sea capaz de hablar con la misma soltura de quien lo aprendió en la infancia. Entenderemos entonces que el conocer bien alguna de las lenguas locales no es signo exclusivo de voluntad de integración o de respeto hacia lasculturas de la sociedad de llegada. Ese modo, esa forma personal, insustituible de hablar y comunicarse se va construyendo en el recorrido migratorio, a medida que se incorporan conocimientos y experiencias. En el testimonio de Alí podemos ver un modo peculiar de usar el castellano: Alí, cuando habla, incluye palabras y frases del árabe, del inglés y del euskera; sus frases tienen discordancias de género, de tiempo y persona. A Alí no le preocupa esto, tiene muchas estrategias de comunicación para compensarlo: confirma constantemente si se le entiende, repite las explicaciones, trata de expresarlo de varios modos, en varias lenguas... Alí sabe que las palabras no son más que instrumentos para comunicarnos, quizás por eso las llama "parablas". Veamos otro ejemplo, el de Jon, de Gambia: Jon habla un castellano de vocabulario muy variado y preciso, aprendido en quince años de vida en pensiones, pisos y celdas en Tarragona, Logroño y Bilbao. A veces, cuando habla en castellano, comienza sus intervenciones con un "mané" (que en wolof significa "es decir" o "quiero decir") e incorpora al final un "rek" despistado (que significa "sin más, simplemente, solamente") que delatan su lengua madre. También usa vocablos catalanes, aprendidos en la convivencia con su mujer. Las canciones que tararea, los dichos y refranes le salen en inglés, lengua en la que estudió de pequeño y con la que se siente identificado por su ideología rasta; y sus saludos y despedidas son en euskera. Con frecuencia, se incorporan al habla castellana formas sintácticas de la lengua madre (u otras lenguas), debido a "la necesidad de expresar en una lengua aprendida lo que estamos acostumbrados a expresar en la propia" (Bernárdez, Enrique. 1999:163). Hay quien saluda preguntando "¿qué tal la gente de tu casa?", que es una traducción literal de la pregunta preceptiva en el saludo de muchos pueblos africanos. También los son expresiones como "hermanos de sangre" (por "amigos íntimos"), "personas de buen corazón"(por "personas buenas"), "romper la cabeza" (por "contradecir" o "cuestionar"), hablar de cosas que "lloran" (por "estropearse"). Además estas expresiones dejan ver un modo concreto de concebir el mundo: en nuestro ejemplo, el valor que tiene la sangre y la vida propia o el espíritu que reside en los objetos. Estas formas de hablar se pueden percibir como aportaciones que enriquecen las lenguas y les permiten adaptarse a una realidad de mezcla e hibridación de culturas; o que empobrecen la lengua propia y dificultan una comunicación fluida. Es posible que sean vistas negativamente tanto por los habitantes del lugar de origen como por los de destino. Ulloa subraya cómo a muchos latinos les impresiona ver que sus paisanos en Estados Unidos hablan "trabado" el español, al tiempo que a muchos estadounidenses les molesta que los hispanos hablen "trabado" el inglés (Ulloa, Luis Felipe. 1994:9). No es fácil, en este momento y lugar de inmigración relativamente reciente, aportar datos que lo expliquen, pero lo cierto es que las lenguas son fruto de constantes sustituciones y aportaciones. Respecto a la escritura, las lenguas africanas no tienen tradición escrita (lo que no significa que no tengan literatura). Hasta hace poco la historia, los relatos, los mitos, tradiciones y sucesos de cada pueblo se transmitían de forma oral y local. Había personas concretas que se encargaban de memorizar y transmitir estos conocimientos, que merecían el respeto de todo el pueblo y estaban definidos los lugares y momentos en que se realizaba esta transmisión. Estas formas perviven, aunque están siendo desplazadas en muchos casos por los modos occidentales. Las situaciones burocráticas en las que hace falta rellenar impresos, redactar instancias, solicitudes, declaraciones, certificaciones o denuncias se resuelven con la ayuda de un escribano. Y situaciones privadas como leer y responder a las cartas de la familia (que quizás cuente con otro escribano para leer y responderlas); anotar nombresen la libreta de teléfonos y buscar la página adecuada cuando quieren telefonear; grabar y obtener información del móvil, programarlo; etc. Mientras muchas de estas personas se ven excluidas del acceso a los recursos informáticos por no tener hábito de lectoescritura ni conocimientos informáticos, algunas de ellas han sido capaces de sacar adelante negocios como los locutorios telefónicos, contando con la constante asesoría técnica de empresas de telecomunicaciones. La lectoescritura es un recurso de comunicación que ayuda a conocer mundo sin viajar, a ampliar miras, a enriquecerse personalmente y luchar contra la confusión. Pero no el único recurso, ni el mejor. Ente los pueblos africanos, la conversación tiene más valor que en la mayoría de los pueblos europeos. Ésta, que no se detiene porque se hable regular, porque hayan de combinarse varias lenguas o callar cada poco tiempo para esperar a la traducción en cadena, facilita también el entendimiento entre culturas y ampliar su saber. De hecho, para Ousman, de Senegal, la mayoría de los "toubab" (así es como él llama a los blancos) leen demasiado, piensan que el mundo es como pone en los libros y no lo conocen por su propia experiencia. Él más bien cree que la emigración (que en su pueblo es como un rito de iniciación, una etapa por la que es bueno pasar para aprender) da un conocimiento de la vida que los "toubab" no pueden adquirir con sus lecturas. En esta tierra hasta hace muy poco no se ha valorado el hablar varias lenguas ni se ha promovido una buena enseñanza de las lenguas en la escuela. Este es uno de los lugares de Europa donde cada habitante habla menos lenguas y más precariamente. Para la gente africana y asiática encontrarse con alguien que hable bien inglés o francés constituye una verdadera sorpresa, un acontecimiento. Ciertamente, como hemos visto, para aprender lenguas no es necesario estudiar; y para conocer otras culturas e intercambiar visiones, no es necesario salir del propio país o ciudad: bastacon observar, con escuchar y conversar con gente que vive, por ejemplo, en San Francisco. No es grande por ahora, en Bizkaia, el movimiento cultural por el conocimiento y difusión de las lenguas. Cabe citar algunas publicaciones como la revista Munduko Emakumeok Mujeres del Mundo , que desde hace varios años incluye artículos en castellano, euskera, inglés, francés y árabe o revistas editadas por empresas de telecomunicaciones como Money Change , también en varias lenguas; las ofertas educativas de los EPAs y las convocatorias de algunas ONGs que se realizan en varias lenguas. En cuanto al aprendizaje de lenguas africanas, resaltamos el programa Azlan, de Tas Tas Irrati Librea, que incluye semanalmente un apartado de "clases de idiomas" con saludos en diversas lenguas ; e iniciativas particulares de aprender lenguas como el lingala o el wolof. Actitudes muy valoradas por los hablantes de estas lenguas y que sacan a la luz la realidad del multilingüismo. Ciertamente, hacer la propia lengua hablando y escribiendo también es hacer cultura, para nosotras y para quienes nos rodean, allí donde estemos, como afirma una inmigrante en Catalunya: (...) creo que las raíces no son una cosa dada, fija e inmutable, sino que a veces vamos recreando nuestras raíces, a partir de nuestro itinerario personal. Las vamos recreando en distintos lugares y con distintas gentes. Y esto nos va recreando nuestra propia cultura, tanto a los que han emigrado como a los que no han emigrado (adaptado de VVAA, 1998:49). (1) Ella usa esta palabra en sentido peyorativo. En cualquier caso, las lenguas que ella sabe no se definen en aislado como dialectos. (2) El piyin o pishing es una especie de esqueleto lingüístico de escaso vocabulario, que sirve para salir del paso, para solucionar las necesidades más cotidianas entre hablantes de lenguas diferentes. (3) También se utiliza para hablar con otros africanos o africanas, como hemos visto, si no hay otra lengua común en la que se entiendancon fluidez, y dependiendo de las circunstancias. (4) Estos centros son públicos y gratuitos y dependen del Departamento de Educación del Gobierno Vasco (5) Decimos peculiar y no defectuoso o malo, porque consideramos que las lenguas son herramientas al servicio de las personas, que cada cual las usa como quiere y como puede, y por lo tanto no hay un modo único o bueno de hablarlas. (6) Editada por Emakume Internazionalistak. Calle Pelota 3, 48005 Bilbao. Tf. 944155483 (7) La empresa privada está muy al tanto de ciertos cambios y tendencias sociales y adopta una postura abierta ante éstos, cuando existe un interés: en el sector de las telecomunicaciones la presencia creciente de emigrantes supone un movimiento de dinero nada despreciable. (8) Se sintoniza en el 97.0 FM los miércoles de 10 a 11 de la noche y los jueves de 2 a 3 de la tarde. BIBLIOGRAFÍA Bernárdez, Enrique (1999). ¿Qué son las lenguas? Alianza Editorial. Madrid, 1ª Edición. Bilbo Etxezabal (1997). Enseñanza del castellano a personas extranjeras. Documento multicopiado. Bilbao, mayo. Díaz, Beatriz (1997). Todo Negro no Igual. Voces de Emigrantes en San Francisco. Editorial Virus y Likiniano Elkartea. Bilbao. Díaz, Beatriz (1999). La Ayuda Invisible. Salir Adelante en la Inmigración. Editorial Likiniano Elkartea. Bilbao. Maalouf, Amin (1999). Identidades Asesinas. Alianza Editorial, Madrid. Propuesta de promoción y mejora de intervención educativa para la integración social de los inmigrantes extranjeros en la CAPV (1999). Presentada al foro para la integración social de los inmigrantes en el ámbito educativo. Bilbao, mayo. Documento multicopiado. Ulloa, Luis Felipe (1994). Me voy pa´ los estados. De cómo ver la situación de los latinoamericanos en los Estados Unidos. Editorial Guaymuras. Honduras. 1ª Edición. Varios Autores (1998). Fundació Alfons Comín. La interculturalidad que viene. El diálogo necesario. Icaria Antrazyt. Barcelona. Agradezco a Natalia, Ana, Katherine, Idoia, Xabi yMakhtar sus aportaciones a este artículo Euskonews & Media 132.zbk (2001 / 7 / 20 27) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria