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Algo está pasando en Arantzazu

Cuando los promotores de la Fundación Arantzazu Gaur se ponen manos a la obra para impulsar este proyecto saben que Arantzazu ha sido en sus cinco siglos un referente para la fe de nuestro pueblo, que su identidad se ha fraguado en el irrepetible marco natural de Arantzazu, que se ha configurado en torno a los principios inspiradores del franciscanismo y que ha crecido adaptándose a las transformaciones socioculturales de cada etapa sin perder su identidad.

Animados por la celebración del 500 aniversario de su presencia en Arantazazu, los Franciscanos iniciaron una reflexión a través de la cual definir qué debía ser este lugar en el marco del siglo XXI y de la sociedad actual. La reflexión trajo luces e intuiciones. Sobre la primacía del Santuario, Arantzazu debía configurarse como una confluencia de espiritualidad, cultura y naturaleza, un lugar de diálogo y encuentro entre creyentes y no creyentes, un espacio de acogida para personas que buscan más allá y más al fondo de sí mismas.

Sobre esas bases y con respeto a la identidad histórica del Santuario, los franciscanos se pusieron a preparar Arantzazu para el futuro y para la sociedad con una visión abierta y generosa que pudiera responder a las nuevas necesidades de la sociedad de hoy. Sin embargo, para que ese proceso pudiese culminar, necesitaban apoyo porque solos no iban a poder. Es, en este contexto, en el que se sitúa la constitución de esta Fundación.

En Arantzazu, confluyen cuatro ámbitos: espiritualidad, cultura, naturaleza y servicios de atención al público. Los espacios físicos que componen cada uno de estos ámbitos son los siguientes. En el área de espiritualidad, la Basílica, Asis Topagunea, el Convento y el edificio Misterio; en las áreas de cultura y naturaleza, los edificios Gandiaga Topagunea I y Gandiaga Topagunea II; y en el área de los servicios de atención al público, el Hotel-hospedería, la Tienda y el Centro de encuentros y reuniones. El ámbito religioso del Santuario, lógicamente, continuará siendo competencia de los franciscanos. La Fundación, asumirá para sí la gestión de los otros otros tres ámbitos.

Vista del Santuario de Arantzazu en 1949

Vista del Santuario de Arantzazu en 1949.

Los objetivos de la Fundación son:

. Crear en el edificio Gandiaga Topagunea II un centro cultural y de pensamiento que dinamice la actividad cultural de Arantzazu, así como un espacio expositivo sobre las significaciones históricas de Arantzazu.

. Instalar en el mismo edificio el Parketxe o centro de interpretación de la naturaleza del parque natural Aratz-Aizkorri que coordine las iniciativas relacionadas con el ámbito de la naturaleza en Arantzazu.

. Promover los usos de Gandiaga Topagunea I para congresos, encuentros y reuniones.

. Gestionar los servicios de atención al público que representan el Hotel-hospedería, la Tienda, y el Centro de encuentros y reuniones ubicado en el edificio Gandiaga Topagunea I.

. Promover la referencialidad y singularidad de Arantzazu en torno a la ética como compendio de sus valores y significaciones históricas.

. Unificar y coordinar en una visión común y englobante todos los recursos que ofrece Arantzazu y su entorno.

. Y lograr que, al término de cuatro años, los ámbitos de gestión que asumirá la Fundación se autofinancien.

Para hacer posible estos objetivos, los promotores de la Fundación asumen distintos compromisos:

. La Diputación Foral de Gipuzkoa se compromete a desarrollar las actuaciones necesarias para impulsar proyectos estratégicos para Arantzazu como el Parketxe, el área expositiva o el centro de creación cultural de Gandiaga II y a completar el presupuesto de la Fundación durante sus primeros cuatro años.

. El Ayuntamiento de Oñati y Mondragón contribuirán al mantenimiento de la Fundación, mediante una contribución económica anual.

. Los Franciscanos se han hecho cargo de la renovación total del Hotel-hospedería y han cedido a la Fundación la explotación y gestión de los servicios de atención al público y cederán a la misma el uso de distintos espacios y recintos del Santuario vinculados a los distintos proyectos de renovación de Arantzazu como el Parketxe, el área expositiva, o el Centro de creación cultural.

¿Por qué asumir este compromiso?

Se podría resumir los argumentos que explican el compromiso de la Fundación en cuatro grandes ideas:

Arantzazu es huella afectiva

Arantzazu tiene un impresionante pasado, más de 500 años encarnados en el corazón de nuestro pueblo. En la retina y en el recuerdo de la mayoría de guipuzcoanos/as, de muchos/as vascos/as y de tantos visitantes de otros lugares, Arantzazu ha dejado la huella afectiva de un lugar especial.

Arantzazu conecta con nuestras raíces, vincula pasado, presente y futuro, es un hilo conductor que atraviesa el corazón de muchas generaciones. Es una huella que informa, orienta y contiene sabiduría; pero no es un vestigio del pasado ni un resto arqueológico petrificado, es una huella en movimiento, respira.

Edificio nuevo construido en el seminario

Edificio nuevo construido en el seminario.

Arantzazu es historia. Historia viva, presente y dinámica. Arantzazu es un reflejo vivo de nuestra propia historia que se nos ofrece para disfrutarla y para que el hilo de su continuidad histórica no se rompa.

Arantzazu es emoción

En Arantzazu, las palabra sobran. Acoge y sobrecoge. Arantzazu nos invita a llegar, mirar, escuchar y sentir. Observar el lenguaje del entorno, pasear, mezclarnos con los apóstoles de Oteiza, descender a la Basílica, dejar que nuestra mirada ascienda por su ábside, visitar el edificio del Misterio...

Si el visitante acude con una mirada abierta, se desprotege y se deja tocar por su lenguaje, Arantzazu es un conjunto de emociones que despiertan lo mejor del ser humano: naturaleza, arte, cultura, convivencia, humanismo, ética, paz, espiritualidad... Éste es el segundo argumento que explica el esfuerzo y la inversión que deseamos hacer en Arantzazu: Es emoción que despierta lo mejor del ser humano.

Arantzazu es referencia

Nos toca vivir en un mundo en el que nos dejamos llevar por una corriente que otorga la primacía indiscutible de todo a la concepción más material de valores. Pero si los valores más materiales son concebidos como fin y no como medio, si no tienen un fundamento de valores humanistas, deshumanizan.

En este contexto en el que nos toca vivir, Arantzazu es un referente a contracorriente. Los proyectos que se cultivan en Arantzazu son proyectos que tienen que ver con la solidaridad, el diálogo, el ecumenismo, el medio ambiente, el arte, la lengua, la música, la literatura, la ética, la paz, el humanismo, la espiritualidad... Arantzazu es un contrapeso humanista.

Experiencia

El vacío interior de los apóstoles de Oteiza, retrata el vacío de sentido al que se ha enfrentado el ser humano a lo largo de toda la historia de la humanidad. Esa experiencia de inconformidad existencial nos iguala a todas las personas en cualquier tiempo y lugar. Arantzazu reconoce ese vacío y ofrece caminos para buscar respuestas. Arantzazu es un lugar de encuentro y acogida para personas que buscan más allá y más al fondo de si mismas.

Arantzazu tiene un poderoso pasado para nuestra sociedad, ahora queremos que tenga también un importante futuro.

Arantzazu es una invitación a conocer, visitar, experimentar, cuidar y potenciar este patrimonio como una herencia de incalculable valor que hemos recibido, especialmente, los vascos.

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