8 Zenbakia 1998-10-30 / 1998-11-06

Elkarrizketa

Micaela Portilla: "La Historia del Arte en Alava está en buenas manos"

ARTARAZ, Iratxe

Elkarrizketa Micaela Portilla, historiadora "La Historia del Arte en Alava está en buenas manos" Iratxe Artaraz Micaela Portilla es, ante todo, una gran persona. A pesar de haber recibido toda clase de reconocimientos públicos y de que, a sus 76 años, sea una investigadora insaciable, conserva intacta la humildad y el entusiasmo de una colegiala. Esta alavesa "de corazón", como ella misma señala, que ha dedicado su vida por entero al trabajo, comenzó su actividad profesional como maestra en un colegio de Aramaiona. Posteriormente estudió Geografía e Historia en Madrid, carrera en la que logró una cátedra. A partir de entonces siempre ha estado a caballo entre Vitoria y Madrid, realizando multiples estudios históricos. Ha elaborado un Catálogo Monumental de la Diócesis de Vitoria, Ciudad de Vitoria, Urkabustaiz, Cuartango y Cigoitia, investigaciones sobre torres y caminos, libros de texto y varias colaboraciones en revistas y periódicos. Portilla ha recibido el premio Manuel Lekuona de Eusko Ikaskuntza, el Honoris Causa de la UPV, es Hija predilecta de Vitoria, Hija adoptiva del Valle de Ayala y Cuartango, Amiga de mérito de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, alavesa del año y es Colegiada Honoraria del Colegio de Arquitectos Vasco Navarros, entre otros reconocimientos. Entre las dos profesiones que ha llevado a cabo, ¿qué prefiere, ser maestra o investigadora? Toda mi vida profesional he compaginado las dos cosas. Mi primera profesión fue ser maestra y nunca he dejado de serlo porque enseñar es muy gratificante. Te obliga a estar siempre en una actitud de atención a la gente y es una forma de comunicación muy íntima. Siendo maestra estudié la licenciatura y al terminar, en el año 54, comencé a investigar. Son dos actividades complementarias, porque yo creo que la persona que está enseñando, lo primero que tiene que hacer es estar trabajando y procurando enseñarse a sí mismo. El docente procura estar al día y el investigador tiende a enseñar. ¿Ha tenidoalguna dificultad a la hora de realizar su trabajo, por el hecho de ser mujer perteneciente a una generación en la que las mujeres prácticamente no trabajaban fuera de casa? Nunca, todo lo contrario. La cátedra la realicé en una escuela en Madrid, que por aquel entonces era masculina. En aquellos años las escuelas eran exclusivamente para chicos o para chicas. Solamente éramos dos catedráticas en aquel colegio, supongo que de las primeras que se crearon del Estado y en este centro nos valoraban mucho. En Vitoria me ha sucedido lo mismo. La verdad es que con mis compañeros siempre he trabajado muy a gusto, sin ningún tipo de impedimento. ¿Alguna obra suya tiene especial significación para usted? Cada una, al igual que debe pasar con los hijos, tiene su encanto. Unos te han exigido más esfuerzo que otros. Por ejemplo, el libro de divulgación sobre los Caminos de Santiago por Alava lo escribí con mucha facilidad porque ya tenía asumidos muchos conocimientos al respecto. Tengo otros de divulgación que también me han compensado muchísimo: sobre Quejana, Barria, las Torres de Mendoza y Martio. En el año 64 escribí un libro de texto llamado Naturaleza y Vida que posteriormente ha sido muchas veces reeditado. También el Catálogo Monumental ha sido un trabajo muy interesante. Por ejemplo el tomo número siete me costó elaborarlo cinco años. También tiene una significación muy especial para mí el libro de Torres y Casas Fuertes en Alava, mi tesis doctoral. Micaela Portilla, premio Manuel Lekuona 1997 ¿Qué tema entre los que ha investigado le atrae especialmente? Sí, los caminos, porque lo primero que ha hecho el ser humano ha sido llegar a los sitios en los que posteriormente se ha asentado. Por los caminos la gente se ha comunicado, ha llegado el arte, las ideas, la historia y la cultura. Por ello, mis primeros trabajos de investigación, además de las torres y casas fuertes, han sido los caminos. Tengo un libro titulado Las sendas ocultas en la Alava medieval, que trata sobrecaminos que después las carreteras han borrado, y sin embargo, por ellas penetró cultura, vida y gente. Caminar por esas sendas era difícil y peligroso, tenía que haber ermitas para que la gente se recogiera y tuviera tiempo de pensar en sí mismo. ¿Cuál es la metodología de una investigadora de la Historia y del Arte? Primero hay que documentarse, analizar textos, firmas y lugares. La documentación se hace en los archivos parroquiales, en los locales, provinciales, e incluso en los nacionales y eclesiásticos. Por ejemplo, he pasado todas las mañanas en el Archivo Histórico Provincial durante dos años y medio. También muchas veces hay que ir a los pueblos para medir las imágenes, y luego documentarlas. Por otra parte, tengo que destacar la colaboración de fotógrafos, dibujantes y unos colaboradores imprescindibles en este trabajo, de los que se señala un índice personal. En el catálogo hay que inventariar de una manera ágil, pero evitar un inventario seco y frío, sino humanizándolo. Por ejemplo, al escribir sobre una ermita, nunca olvido poner cómo es el pueblo y cómo son sus gentes. También es importante escribir al comienzo del libro una panorámica general que despierte el interés del lector. ¿Qué temas quedan pendientes de estudio en la historia de Alava? En estos momentos estoy realizando el octavo tomo del Catálogo Monumental, y también estoy comenzando el noveno, pero luego otros tendrán que acabarlo, porque el catálogo es un trabajo casi necesario. En Alava quedan aún zonas muy interesantes por estudiar: la Ribera Alta y la Ribera Baja, la Puebla de Arganzón, Zambrana, Berantevilla y Valdegovía. Esta es una asignatura pendiente pero yo creo que la historia de Alava está en buenas manos: La Universidad del País Vasco, que cuenta con un Departamento de Historia del Arte; en realidad no podía estar en manos mejores. ¿Cuál es el papel que jugó Alava en el Camino de Santiago? Alava fue una de las primeras rutas jacobeas, porque los peregrinos se escondían por sus sendasmucho antes de que se hiciera el Camino de Santiago. En tiempo de un rey, Alfonso II, alavés por parte materna, es cuando se descubren los restos del apóstol Santiago. Alfonso II se encargó de realizar la primera iglesia de importancia en Santiago. Alava también tuvo mucha, muchísima importancia en los caminos que entraban de Francia por Bayona e Irún y que atravesaban Guipúzcoa hasta la cuenca del río Oria, hasta San Adrián. Desde allí atravesaban Alava en la que Vitoria era un punto muy interesante hasta llegar a Burgos. Era una ruta alternativa muy importante porque traía todas las gentes del Cantábrico, del Golfo de Vizcaya y de los Pirineos Atlánticos. A partir del siglo XIII ganó trascendencia porque se abrió el comercio de la lana. gratuita | Abonnement gratuit | Free subscription scxeiweb@sc.ehu.es http://ikaskuntza.org/masters