744 Zenbakia 2019-11-20 / 2019-12-18

KOSMOpolita

Los vascos y la ley seca: tiempo de prohibición (II/II)

SAN SEBASTIÁN, Koldo

Los vascos y la ley seca: tiempo de prohibición (I/II)

Los contrabandistas

El más grande de los contrabandistas vascos de Idaho y estados limítrofes  fue Isidro Madarieta, de Ispaster. Muchos vascos que sabían conducir trabajaron para Madarieta, de forma fija o en para determinados encargos[1]. Isidro prefería conductores jóvenes, muchos vascos nacidos en Estados Unidos que poseían cultura automovilística  al contrario de los pastores viejos o llegados desde Euskadi sin demasiada práctica, lo que explicaba los frecuentes accidentes en que se veían envueltos. Cuando entró en vigor la Volstead Act, Isidro ya llevaba años en el “negocio“. Tres años antes, en julio de 1916, fue detenido, junto a Vicente Bilbao y R.B. Howard acusado de contrabando de licores a “royal scale”. Habían sido sorprendidos cerca de Orchard con casi 1900 cuartos de whisky (Idaho Statesman, 1916-09-01).

Isidro Madarieta.

Madarieta había perfeccionado una red con puntos de apoyo en Jordan Valley, Oregon, y McDermitt, Nevada, capaz de mantener en suministro a los hoteles vascos de los tres estados (Idaho, Nevada y Oregon).

Un contrabandista con mucha “historia” fue Víctor Asqueta,  de Ibarruri,  que invertía lo ganado como pastor en el “negocio”. En agosto de 1918, fue detenido en Boise por tener “bebidas intoxicantes” en su poder. El juez le puso una fianza de 1500 dólares (Idaho statesman, 1918-08-25).  El vasco fue sorprendido cuando trasladaba un alijo de licor. Fue condenado a treinta días en la cárcel del condado de Ada y a una multa de 50 dólares (Idaho Statesman, 1918-08-29).

En junio de 1924, fue detenido de nuevo por la policía cerca de Radnor, Montana, cuando transportaba 25 cajas de whisky en su flamante “cadillac” nuevo. Asqueta confesó a los agentes que él siempre había sido pastor, hasta que pensó que podía ganar más dinero dedicándose al contrabando, en el que decidió invertir los 2000 dólares que había ahorrado cuidando ovejas. Compró el coche y se fue a Canadá a por el licor. Sin embargo, fue detenido antes de que lograse vender una sola caja. El vasco fue condenado a 300 dólares de multa y a 60 días de cárcel. “Tenía 2000 dólares al salir de Boise, ahora, todo se ha perdido” (Billings Gazette, Montana, 1924-06-12).

Contrabandistas vascos de licor en Oregon sufren un accidente.

Los conductores

En la red clandestina de distribución de licores la figura del conductor era fundamental. El cliente vasco se fiaba de la honradez de sus paisanos, sin importarle demasiado su habilidad al volante. El contrabando de licor no estaba exento de incidentes: Maronductor"o como pastor y hasta 1919 estuvo empleado en la French Laundry de Coalinga. A partir de esa fecha se hizo "tin Aldabe, de Gamarte, falleció en enero de 1924 a causa de un accidente de automóvil. Transportaba licor de contrabando entre California y Nevada y, al volcar el vehículo, uno de los bidones cayó sobre su cabeza rompiéndole el cuello (Reno Evening Gazette, 1924-01-11). Había trabajado como pastor y hasta 1919, estuvo empleado en la French Laundry de Coalinga. A partir de esa fecha se hizo “conductor” (Reno Evening Gazette, 1924-01-11).

En febrero de 1930, Lucio Jaurena, de Arizkun, fue detenido tras un accidente de tráfico acusado de transporte ilegal de licor. Le acompañaban en el momento del accidente Valentín Jaurena y Miguel Auzqui. El juez le impuso una fianza de 550 dólares y hacerse cargo de los gastos de los heridos que viajaban en el automóvil contra el que chocaron (Woodland Daily Democrat, 1930-02-25).

En agosto de 1933, se produjo un grave accidente de automóvil en el que se vio implicado el hotelero de Ely, Nevada,  Eduardo Ederra, de Pamplona, y parte de su familia. El coche en el que viajaban su suegro, Stephen Zabala, su esposa y sus dos hijos y Jesús Modena, que conducía, dio varias vueltas de campana. Falleció el suegro, su hijo Edward, de 22 meses, quedó malherido (los médicos dudaban que pudiesen salvar su pierna. El sheriif descubrió que el coche transportaba dos bidones de diez galones de licor y una botella y una garrafa de vino. Modena declaró que las bebidas “intoxicantes” era propiedad de Zabala (The Salt Lake City Tribune, August 17, 1933).

Cómo ocultar el alcohol

En 1919, el hotelero de Elko Enos Arrascada, de Bedarona, fue procesado por violar la prohibición.  Todo comenzó a causa de su perro, un bulldog especialmente fiero. Nuestro hombre lo utilizaba para vigilar los licores (whisky, vino y otros aguardientes) que servía a los clientes de su hotel. Los investigadores sospecharon porque el perro estaba encadenado junto a mantas, muebles viejos en un cobertizo, cuando, normalmente, estaba atado frente a la casa. Le fueron incautadas 191 cajas de licor  por valor de 68.000 dólares (Reno Evening Gazette, 1919-10-25). Finalmente, fue condenado por la Corte Suprema del estado de Nevada a nueve meses de prisión y al pago de una multa de 750 dólares además de la requisa de su mercancía. La prensa de Nevada se refirió a este asunto como el “famous Arrascada whisky case”(Nevada State Journal, 1920-05-07).

En diciembre de 1922, el sheriff hizo un registro en su hotel de José Uberuaga, encontrando bebidas en la cocina y botellas de whisky escocés, ocultas bajo la nieve en el tejado de la casa(Idaho Statesman, 1922-12-14).

Zualet Salustiano. En 1930 en San Quintín por poseer un alambique para fabricar alchohol.

Ante el juez

En enero de 1919, José Uberuaga esta vez fue sentenciado por el juez Charles P. Mac Carthy por vender licor en su establecimiento de 607 Grove. Se le impuso una condena de dos meses y 250 dólares de multa. Según el informe de sheriff vendía el whisky entre 20 y 30 centavos el vaso (Idaho Statesman, 1919-01-18)

Los jueces hilaban muy fino. A principios de 1932,  Pedro Astuy, de Bermeo, que regentaba una pensión para marinos y pescadores en Monterey, fue procesado por vender licores a unos agentes de la Prohibición. Sin embargo, el bermiotarra alegó que los policías no le habían pagado por lo que  quedó en libertad sin cargos al no haberse producido transacción comercial alguna. (San Diego Evening Tribune,1932-03-05).

En julio de 1931, Teles Hormaechea, de Mendata, fue detenido  en Fallon, Nevada, al encontrase en su coche “licor intoxicante”. Dado que el vehículo estaba aparcado en el momento de la detención, no pudo ser acusado de transporte, así que salió libre con una multa de 300 dólares (Reno Evening Gazette, 1931-07-27).

En 1920, Juan Francisco Zalba, “Frank”,  regentaba una tienda de ultramarinos (grocery) en Hollister, San Benito Co, Ca. Fue procesado por vender licores. El juez le puso una multa de 300 dólares que él se comprometió a pagar a plazos porque el negocio “no iba bien”. Era la quinta vez que al navarro le sorprendían vendiendo licor de contrabando (Oakland Tribune, Nov. 16, 1924).

El hotelero y ovejero de Gardnerville, Nevada, Raymond Borda, originario de Bidarrai, fue uno de los más pertinaces incumplidores de la ley de prohibición.  En abril de 1920, fue arrestado por agentes federales cuando estos descubrieron en su casa la masa para destilar cerveza y brandy. Era la segunda vez que le sorprendían. Salió en libertad bajo fianza. Fue juzgado en junio de ese año.

En abril de 1921, volvió a ser detenido cuando vendía licor a dos clientes en la cocina del hotel. Fue llevado ante el juez de paz que le impuso una fianza de 500 dólares y la obligación de presentarse ante la comisionada federal Anna Warren para la vista preliminar.

El 23 de abril de 1923, un juez federal ordenó el cierre de su hotel por ocho meses. Dos días más tarde, en un suceso nunca aclarado, alguien efectuó dos disparos que impactaron en la oficina del hotel. En noviembre de ese año, fue condenado a seis meses por tres cargos relacionado con la prohibición y condenado a seis meses de prisión y a una multa.

Estando en la cárcel, en febrero de 1924, pidió permiso al juez para salir un tiempo en libertad para poder atender a los corderos. Le fue concedido el permiso. Eso sí, los gastos del agente de vigilancia corrieron a su cuenta y, concluida la temporada de corderos, regresó a la prisión del condado para cumplir la totalidad de la condena impuesta.

A Francisco Amestoy, de Irurita, hotelero en Bakersfield, le tocó vivir también aquellos días. Recuerda Mary Grace Paquette que aquellos eran los tiempos en los que, por las calles de East Bakersfield, rodaban los barriles de vino vaciados por los agentes federales, algunos hoteles vascos sobrevivían poniendo en práctica todo tipo de subterfugios. Es cierto que las autoridades en ocasiones (aunque no siempre) hacían “la vista gorda” (turned a blind eye).

Anselma, la esposa de Francisco,  “enfriaba” las botellas de vino en el baño del hotel. Los vascos de Kern (siguiendo el ejemplo de los franceses del condado) fabricaban su propio vino, y también cerveza. También hacían servicios “a domicilio” y en los campamentos ovejeros (Mary Grace Paquette:88-89, 97-99/Nancy Zubiri: 156).

Sin embargo, Jack Elcano, de Linzoain,  que había arrendado el Hotel Santa Fe de Fresno fue detenido en varias ocasiones. En septiembre de 1929, tras una redada en el Sheep Camp (Hotel Santa Fe), su esposa Eulalia y el socio de Elcano, Manuel Ciaurriz fueron detenidos acusados de violar la ley. El agente de la prohibición, Paul L. Mathies, encontró tres galones de vino y whisky. No se pudo proceder contra Jack porque, en el momento de la redada, no estaba en el hotel. Un jurado condenó a Ciaurriz que ingresó en prisión.

Además de multas y penas de cárcel la vulneración de las leyes  tuvo para otras consecuencias. Así, a John Ensunsa, de Gautegiz de Arteaga, le fue denegada en 1929 la solicitud de nacionalidad por un tribunal de Nevada. Finalmente, le fue concedida en 1934.

Nombre

Ocupación

Lugar de detención

Cantidad

Año

Sentencia

Antonio Letamendi

Hotelero

Boise,ID

9 cuartos

1916, 1917

Multa de 250 $

Ramón Múgica

 

Caldwell,ID

55 cuartos

1917

 

Blas Iturraspe

 

Calwell,ID

55 cuartos

1917

 

José Laucirica

 

Ogden, UT

Venta

1917

Detenido

Anastasio Jayo

Hotelero

Boise, ID

 

1917

Condenado por posesión y contrabando.

José María Berojalbiz

 

Caldwell, ID

 

1918

 

Domingo Urrutia

 

Caldwell, ID

 

1918

 

Ignacio Arrascada

Hotelero

Elko, NV

 

1910

Condenado por la Corte Suprema del estado de Nevada  a nueve meses de prisión y al pago de una multa de 750 dólares además de la requisa de su mercancía.

Felipe Aldape

Hotelero

Boise, ID

 

1920

Hallado culpable de violar las leyes de prohibición (alcohol) y condenado a 30 días de cárcel y a 100 dólares de multa. “Debía cumplir la sentencia inmediatamente”

“Makuesa” Arego

Hotelero

Boise, ID

400 botellas de vinos y otros licores

1920

 

Raymond Borda

Hotelero

East Fork, NV

 

120, 1921, 1923

Multa, cierre de hotel, prisión

Miguel Aguerrebere

 

Washoe, NV

 

1921

Procesado

Santi Arriola

Hotel & salón keeper

Winnemucca, NV

Posesión

1921

Multado con 500 dólares

Gabino Ocamica

 

Parma,ID

Fábrica: 23 galones de mooshine

1922

30 días de cárcel y 350 $ de multa

T. Mendieta

 

Parma,ID

1 galón de moonshine

1922

Una noche el prisión

Juan Anacabe

 

Twin Falls,ID

Venta en su hotel: Eureka Rooms

1922

6 meses de cárcel y 500 $ de multa

Luis Latasa

 

Reno, NV

Venta en bar

1922

Detenido

Amado Yriarte

 

Reno, NV

Venta

1922

Detenido

Pierre Etchelet

 

Satanislaus Ca.

1000 barriles de mosto y 8 de vino

1923

Volvió a ser  detenidos (y encarcelado) junto a Florencio Olagüe, encargado del bar del hotel

Ignacio Albisu

 

McDermitt, NV

 

1923

Procesado

Felix Arrien

 

Price, UT

Violar leyes de prohibición

1923

Detenido por el sherriff

Pierre Indart

 

Reno, NV

 

1924

 

Fernando Madariaga

 

Jordan Valley

 

1924

Fue detenido por la policía junto a otros dos vascos, Eulogio Madariaga y Ambrosio Elorriaga, acusado de violar las leyes de prohibición

Juan Yarnoz

 

Sparks, NV

 

1925

Detenido

Frank Aldaz

 

Douglas Co, NV

 

1925

Detenido por dos agentes de la Prohibición camuflados como clientes

Martin Goñi

 

Reno, NV

 

1926 y 1927

 

Matías Ydoeta

 

 

 

1927

En 1927, se encontraba en la penitenciaria de Mac Neil Island cumpliendo condena por violar las leyes de prohibición. Salió en libertad el 16 de marzo de 1928.

Aniceto Elizalde

 

Oxnard, CA

30 galones de mosto, botellas, masa de uva y todo lo necesario para sus preparación.

1928

Detención

Manuel Aberasturi

 

Austin, NV

 

1928

Fue arrestado en Austin junto a John Barainca acusados de violar la ley de prohibición.

John Iroz

 

Bakersfield, CA

 

1928

300 dólares de multa.

Eugenio Goñi

 

Smith Valley

 

1928

Procesado

Adrian Berriochoa

 

Shoshone;ID

 

1929

 

Joe Sabala

 

Shoshone,ID

 

1929

 

Telesforo Juanche

 

Fresno, CA

 

1930

Fianza de 1000 dólares.

Félix Urizar

 

Burns, OR

 

1930

Procesado por violar las leyes de prohibición.

Carlos Echevarria

Hotelero

American Falls, ID

 

1930

Preso en la cárcel del condado de Power, ID.

Salustiano Zualet

 

 

Posesión de un alambique

1930

Preso en San Quintín.

Pedro Arrarás

 

Smith Valle, NV

 

1931

Multado con 100 dólares –junto a Félix Abaigar- por tenencia de licor.

Simon Gandarias

 

Elko, NV

Posesión

1932

Condenado por un tribunal de Carson City

Joaquín Arregui

Hotelero

Carson City, NV

 

1933

 

Eduardo Ederra

 

Ely NV

Transporte

1933

 

Margarita Nachiondo

Hotelero

Ogden, UT

Violar las leyes de prohibición

1933

 

Muchos vascos de Idaho sufrieron prisión en lugares como la isla McNeil. Entre otros Frank Aboitiz (n. Ispaster) o en las cárceles del condado correspondiente (Charley Bilbao de Ea, Blas Iturraspe, de Lekeitio,…). También en prisiones federales como San Quintín, caso de Salustiano Zualet, de Urdazubi-Urdax, un pastor al que le incautaron un alambique.

Ni  a indios ni a militares

Durante décadas, las autoridades federales mantuvieron una prohibición estricta sobre la venta de alcohol a los indios que no se levantó hasta la aprobación de una ley del Congreso de 1953. Así, que, hasta entonces, quienes comerciaban cometían un delito. La primera referencia de un vasco sorprendido vendiendo alcohol a los indios, se refiere al vizcaino Bruno Orella. En mayo de 1856, fue acusado de vender licor (brandy) a los indios.

El famoso hotelero de Reno José Elcano, nacido en Linzoain, Navarra, pasó tres meses en la cárcel en 1923 al no poder pagar la fianza,  acusado de contrabando de licores. En 1922 fue detenido por el agente indio O’Neil cuando le sorprendió vendiendo licor a un indio en el campamento de este último. La juez le impuso una fianza de 1000 dólares (Nevada State Journal, 1922-10-31).

En marzo de 1928, Angel Badaya, de Abadiño,  fue detenido en el condado de Alturas cuando, junto a otro vasco, Frank Aldecocea, cuando negociaba un cargamento de licor ilegal para venderlo a los indios (Oregonian, 1928-03-29/1928-04-26)). En noviembre de aquel año fue condenado a 2500 dólares de multa por posesión (fabricación)  de licor, finalmente cumplió tres meses de cárcel. En diciembre de 1933, Frank Aldape fue procesado bajo la acusación de vender licor a los indios. En febrero de 1935, Melchor Basabe, de Deusto, fue multado por vender licores a los indios.

Pero, la prohibición no afectaba a los indios. También a los militares en determinadas ocasiones. El 7 de agosto de 1917,  Marcel Elizalde fue hallado culpable de vender licor a soldados de uniforme en San Francisco. Al no tener dinero para pagar la multa de 25 dólares, ingresó en prisión (Oakland Tribune, 1917-08-07).

Centro Vasco de Nueva York.

En el Este

Una partida de mus destapo que tampoco los vascos del Esta de Estados Unidos fueron respetuosos con la Volstead Act. Fue muy sonada la derrota sufrida por el tenor Jesús de Gaviria a manos  de la pareja formada por el célebre hotelero  Valentín Aguirre y el millonario vasco-cubano Jesús Azqueta. Y eso que Gaviria tenía como pareja al boxeador  Paulino Uzcudun(La Prensa, 1927-04-07). Todo ello, claro, con una apuesta por medio. Los ganadores de la partida se llevan, entre otros premios, 20 galones de buen vino. No hace falta ser un lince para darse cuenta de  que aquella apuesta (anunciada en un diario) se dilucidaba en la ciudad que estaba  bajo la ley seca.

Los vascos del Este también se vieron implicados en incidentes relacionados con la prohibición: los bares, pensiones y tiendas regentadas por vascos. Y, junto a todos estos establecimientos, el Centro Vasco-Americano de Nueva York fundado en 1913 que recibió numerosas visitas de los agentes de la prohibición.

 

[1] Ibidem.


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