695 Zenbakia 2015-03-04 / 2015-04-01

Gaiak

Mitología en Álava

BUENO BERNAOLA, Imanol VENTUREIRA SAN MIGUEL, Aitor



Álava es una tierra rica en mitos, creencias y tradiciones populares que desde antiguo han regido el sistema y la forma de entender la vida de sus habitantes, y que los nuevos tiempos han ido relegando. Un gran tesoro, que trasmitido de generación en generación desde tiempos inmemoriales, debemos cuidar y contar a nuestros hijos, para mantener vivo ese atávico nexo de unión invisible con lo más profundo de nuestra historia y nuestras creencias ancestrales, nexo que está a punto de romperse. Mucho de todo este interesante acervo cultural, se ha ido perdiendo con el paso del tiempo y de las gentes que lo atesoraban, en muchos casos de forma irremediable. Pero afortunadamente otra gran parte de toda esa riqueza, se ha ido manteniendo en el imaginario popular, y en las investigaciones de los grandes maestros de nuestra cultura, Jose Miguel de Barandiarán, José María Satrústegui o Luis Pedro Peña Santiago entre otros. Mairuburueta.Mitología

Dentro de la rica mitología alavesa son muchas las leyendas vinculadas a las sorgiñas, desde la Rioja Alavesa hasta Zuia, viejos cuentos nos hablan de las correrías y presencia de las brujas. En Labastida, varios vecinos confesaron haber participado en akelarres, en el marco de un juicio inquisitorial; en Salinillas de Buradón, las sorginas se aparecían en forma de lucecitas; en Añes existe un dolmen conocido como Mato de las Brujas, en el que se realizaban akelarres. Otro dolmen vinculado con estos personajes míticos es el conocido como Sorginetxe, en Arrizala; en Narbaiza, encontramos la fuente de las brujas. Una leyenda de Aramaio, con variantes en toda la Tierra de los Vascos, nos cuenta lo siguiente:

En un caserío del barrio de Etxaguen, había una “etxekoandre” (señora de la casa), que acostumbraba a hilar todas las noches junto al fuego. Observó como cada noche un gato se colaba en la cocina, comentó el hecho con su esposo, y este se hizo pasar, a la noche siguiente, por su mujer, disfrazado con sus ropas. Como cada noche, el felino se coló en la cocina, momento en el que el hombre le asestó unos buenos palazos, dejando malherido al animal. Al día siguiente, se supo en el pueblo que una anciana vecina había aparecido totalmente magullada, por lo que todos pensaron que se trataba de una sorgiña.

Vinculadas a las brujas, incluso en ocasiones, mezcladas con ellas, encontramos otro mito muy conocido en Álava, se trata de las lamias. Son estos unos genios acuáticos con forma de mujer y pies de pato, que peinan sus largos cabellos en las orillas de ríos y arroyos. En los mágicos bosques de Altube, se esconde la laguna de Lamioxin; en Laudio encontramos a estos numeres en el rincón de Leziaga; en Kanpezu se halló una lápida esculpida con lo que podría ser una lamia. En muchas ocasiones la codicia humana lleva al robo del preciado peine, como sucedió en el paraje de Gujuli. La morada de la última jentil en Laño.

Habitaba en aquellos parajes un pastor conocido como Urjauzi, este muchacho robó el peine de oro con el que una lamia acostumbraba a peinar sus largos cabellos junto al río. Tras el hurto, el pastor se durmió bajo un árbol, pero el genio le despertó increpándole por su acto, el humano lleno de verg?enza se arrojó al vacío convirtiéndose inmediatamente en la preciosa cascada que hoy podemos admirar.

La diosa Mari, tiene una de sus moradas en el territorio alavés, se ubica en el monte Zaldiaran. Existió, además, la arcaica costumbre de arrojar cantos rodados al interior de varios dólmenes como son el de la Chabola de La Hechicera en Bilar, o el de Aizkomendi en Egilaz. Este rito está vinculado al culto a Mari y por ende, al culto a Ama Lurra (Madre Tierra). Varios son los topónimos que nos hablan de la diosa, como Mariasulo en Okondo o Mariturri en Arbulo. Una curiosa creencia que se da en Olaeta y Abezia, nos cuenta que es costumbre ofrecer a Mari la primera dentición de los niños, pues esta habita en el tejado de la casa y se le conoce con el nombre de Mari Talletuko. Es además hacedora de tormentas como ocurre en el lago de Arreo.

Una leyenda de Aramaio nos relata lo siguiente:

En el caserío Bixigaña de esta localidad, la señora del caserío lanzó una maldición hacía su hija. La joven fue secuestrada por Mari quedando cautiva en la cueva de la diosa.

Los Jentiles, gigantes mitológicos, también tienen su cabida en la tradición alavesa, Nuestras viejas historias nos cuentan que estos seres de fuerza descomunal eran los responsables de la construcción de muchos de los misteriosos monumentos megalíticos que pueblan nuestras montañas, pero también como es el caso alavés, son responsables o colaboradores en la construcción de diversas iglesias, como son la de Opakua o la de Zurbano, encontramos aquí una clara cristianización de un mito. Tienen una conocida morada en las peñas de Egino, en una cueva llamada Jentilzulo. En Treviño encontramos la siguiente leyenda:

En la localidad de Laño, nos encontramos una preciosa zona llena de magia, donde los antiguos eremitas excavaron sus moradas en plena roca, son las conocidas como Gobas. Una leyenda nos cuenta que en una de esas cavernas excavadas vivió la última de las jentiles, un lugar que aún podemos visitar y sentir su magia. No es común que se dé un numen de género femenino en este tipo de leyendas sobre jentiles, un pequeño tesoro escondido en la tierra de Treviño. La Chabola de La Hechicera.

Un mito muy especifico de la zona de Gorbea, es aquel que nos habla de los Mairus, son estos humanos no cristianizados, conocidos en otras zonas del pais como la Bajanavarra. En Álava se da este mito en varios lugares como son la cueva de Mairulegorreta donde hay escondido un pellejo de oro, o Mairubide, un delicioso camino ancestral entre las localidades de Olano y Manurga, también en Acosta encontramos una referencia a los Mairus:

En las afueras de la localidad, encontramos un prado conocido como Mairuburueta, en clara referencia a estos seres. Es un lugar tan mágico como hermoso, desde donde tenemos unas inmejorables vistas sobre dos de nuestras montañas míticas como son el Anboto y el Gorbea, un lugar donde respirar nuestra mitología.

Tartalo, el cíclope vasco, da nombre a un puente entre las localidades de Alangua y Egileor, además fue el responsable del rapto de un campesino de Egino. Una leyenda extendida por todo el país nos habla de este genio:

En las montañas de Domaika, habitaba un ser antropófago que secuestraba a los jóvenes para devorarlos, era conocido como Tartalo o Torto, y tenía un solo ojo en la frente. Colocaba a sus victimas un anillo mágico que constantemente gritaba “Aquí estoy, aquí estoy”. Un muchacho que cayó en sus garras, consiguió dejar ciego al genio clavándole un hierro candente en su único ojo, Tartalo se colocó en la entrada del antro, haciendo salir a todas las ovejas entre sus manos una por una, con el fin de evitar la huida del chico. Este se cubrió con una piel de oveja y consiguió así salir de la cueva. Pero mientras huía a la carrera, el anillo no deja de gritar, guiando tras sus pasos al monstruo, el muchacho decide entonces arrancarse el dedo y arrojarlo a una sima, Tartalo sigue el sonido del anillo y se arroja a la cueva terminando así su negra leyenda.

Una preciosa leyenda especifica de Álava, y más concretamente de Zuia, nos habla de La Vieja del Monte:

Es un ser mítico que velaba por carboneros, leñadores y en general por quienes trabajaban en las montañas, y que vivía en el tronco de un haya hueco. Era costumbre, que cuando el padre acudía a trabajar al bosque, guardara en el zurrón un trozo de pan de su propia comida. Al anochecer, al regresar a casa, se lo daba a los niños, mientras les contaba que la Vieja del Monte, en forma de niebla, había depositado el pan en su zurrón. Para los niños era un regalo mágico e impagable. La Vieja del Monte vive en el tronco de un haya hueco.

Estas son algunas de las leyendas y mitos alaveses, sin olvidar, el basilisco, Jaun Zuria y el árbol Malato, las diferentes huellas de la Virgen y Santos, la serpiente, ninfas, el forzudo, zenzengorri, oyulari, la pistia, los granizos.

Múltiples relatos que guardan en su ser la hermosura de las antiguas formas de ver la vida y explicar fenómenos extraños, que se escapan a la lógica, y que hunden sus raíces, como los árboles de nuestros bosques mágicos, en la esencia de nuestro pasado.

Araba. Mitos, creencias y tradiciones: Guía visual y paseos mitológicos

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