Querido museo, te escribo... Querido museo, te escribo... Maria Jesús Bilbao Como un signo de impotencia o como un trazo de añoranza, confiándote las esperanzas de que un día podamos crecer contigo. Quizás los museos cosmopolitas carecen de raíces, pero tú que naciste de la mano de un político conocedor y amante de la creación artística, que viniste al mundo con una vocación de universalidad, que por ello no olvidas tus raíces, y fiel a ellas te has ido apropiando de relevantes obras de arte. Has ido creciendo de dentro a fuera, cada nueva adquisición la has ido incorporando a tus objetivos anteriores de manera orgánica, como el crecimiento de un árbol. Este fue el modelo de universalidad al que te encaminaron tus técnicos y esperamos, que más adelante te perfeccionarán. Pero, los cambios de legislatura, como a tantas otras cosas más, te han ido cambiando de forma y de destino. Se observa un carácter contradictorio detrás de la clase política, detrás de los medios de comunicación, detrás de los técnicos y dentro del colectivo artístico e intelectual; pero detrás de esta realidad hay unos hombres, que te manipulan desde los dictados de su mente o de su corazón; por ello, la necesidad de algún tipo de brújula que les guíe a encontrar tu destino. No sé, si es oportuno hacer esta confesión de ciertos excesos, pero a mí, me gustaría remitirte esta carta a un lugar cercano al campus universitario. En cuanto a la forma que te han esbozado, es un proyecto al que no te entregas ni fácil, ni rápidamente, tal vez porque da la impresión de que algo esencial te ha sido arrebatado, y en el ánimo del espectador se produce alguna forma de asociación con otros proyectos de nuestro entorno cercano. No descarto que haya a quienes les interese exclusivamente el proyecto en cuanto a la actividad concreta del museo y no quieran referirse a la exterioridad del edificio, pero creo que ésta es una visión pobre, pues el objetivo tanto del contenedor como del contenido es más rico cuanto másresonancias despierte en su conjunto. Por ello insinúo, propongo que te creen con un carácter emblemático, con algún signo de distinción, que no nazcas con la exclavitud a lo local, con una asfixia que resulta de volar demasiado bajo, que tu significado exterior esté ligado al orden vital de tu proyecto como museo universal. Querido museo, te estoy escribiendo, por una parte, con unos sentimientos que algunos me pueden acusar de "idealista", con un deseo que me impulsa a dar con la cabeza en el muro, con la ingenua esperanza de poder cambiar tu físico y tu destino...y, por otra parte, se revela mi condición de pesimista, escéptica, incapaz de creer que nada cambiará, nada para mejor. De una u otra forma, lo que deseo es que te sonría la vida y que puedas empezar a formar parte de un decorado que anteriormente sólo teníamos constancia por las revístas. Hasta pronto. Maria Jesús Bilbao, licenciada en historia Euskonews & Media 62.zbk (2000/1/14 21) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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