612 Zenbakia 2012-02-10 / 2012-02-17
La ciudad vasca de Donostia-San Sebastián, conocida mundialmente entre otras cosas por el Festival Internacional de Cine, fue nombrada Capital Europea de la Cultura 2016. Un galardón más para una ciudad donde la cultura se vive y se palpita a cada paso. Donde la conjunción gobierno-sociedad no tiene fisuras en estos aspectos, y que puede ser un espejo donde se miren otras ciudades del mundo. La historia de la ciudad
En el siglo XI, y alrededor del monasterio de San Sebastián, se fundó la ciudad que tomó ese nombre —Donostia, en idioma vasco—. En el siglo siguiente, se convirtió en el Puerto Comercial del Reino de Navarra, y creció rápidamente, tanto en cantidad de habitantes, como en construcciones y movimiento comercial. Se ubica sobre el Mar Cantábrico, en el extremo norte de la península Ibérica, a pocos kilómetros de la frontera francesa.
En los siglos XIV y XV disminuyó su importancia ante el crecimiento de Bilbao —unos 90 kilómetros al oeste— como centro portuario; a lo que se sumó un incendio que redujo la ciudad a cenizas. Su puerto se convirtió entonces de comercial a militar, y el poblado pasó a ser una fortaleza defensiva, favorecida por la geografía del lugar.
Fue asaltada por el ejército francés en reiteradas oportunidades. En 1808, las tropas de Napoleón Bonaparte tomaron la ciudad, liberada luego por las tropas aliadas. Fue para mediados del siglo XIX cuando se derrumbaron definitivamente las murallas que impedían su crecimiento. Dada la belleza natural en la cual está enclavada, los reyes españoles construyeron su residencia vacacional, y desde entonces el progreso y embellecimiento de la urbe no cesó. A esto se agrega que pasó a ser designada como la capital de la provincia vasca de Gipuzkoa, en desmedro de Tolosa. Nuevos palacios, casinos, comercios, calles, parques, escuelas de arte, hoteles, museos y universidades se fueron abriendo, y se la calificó como la ‘pequeña París’. A partir de la I° Guerra Mundial se convirtió en un centro cosmopolita donde brillaron la literatura, teatro, filosofía y las bellas artes.
El palacio Kursaal. Una obra arquitectónica de Rafael Moneo, levantada frente al Cantábrico, que realiza más de 300 eventos con 600.000 asistentes al año, y está dotado de los más importantes adelantos constructivos y tecnológicos del mundo.
En 1953 se organizó el primer Festival Internacional de Cine, uno de los más importantes del orbe, y que desde entonces todos los años proyecta a San Sebastián al mundo, como referencia cultural ineludible. Capital Europea de la Cultura 2016
El título de ‘Capital Europea’ fue instituido por la Unión Europea en 1985 para ‘contribuir al acercamiento e intercambio entre los diferentes pueblos europeos’, y se fijaron los siguientes objetivos: 1- Resaltar la riqueza, diversidad y rasgos comunes de las culturas europeas; 2- Promover un mayor conocimiento mutuo entre los ciudadanos europeos; 3-Favorecer la concientización de pertenencia a una misma comunidad europea. La primera en tener esta distinción fue Atenas.
Aquellas ciudades que quieren postularse para ser designadas como tal, deben proponer al organismo mencionado un proyecto de envergadura, y la elección de las mismas implica un desafío para desarrollar proyectos estratégicos y sostenibles en las mismas, que contarán con un fondo económico del Programa Marco Cultural de la Unión Europea.
El proyecto presentado por la ciudad fue Tabakalera: consiste en la conversión de una antigua fábrica de tabaco en un Centro Internacional de Cultura Contemporánea, especializado en cultura visual. Ahí se darán cita el arte contemporáneo, la televisión, el vídeo y el cine, el diseño y el sonido. Como allí lo expresan: ‘una fábrica de imágenes’, y que ya ha comenzado a tomar forma.
Vale la pregunta, ¿qué tiene Donostia-San Sebastián para mostrar a Europa y el mundo? Algunos de sus espacios y eventos culturales son dignos de resaltar:
1- El palacio de congresos y conciertos Kursaal: una obra arquitectónica de Rafael Moneo, levantada frente al Cantábrico, que realiza más de 300 eventos con 600.000 asistentes al año, y está dotado de los más importantes adelantos constructivos y tecnológicos del mundo. Su mayor auditorio tiene una capacidad para 1806 personas, y su espacio de exposiciones es de 5 mil metros cuadrados. Recibió la ‘Q’ de Plata a la Excelencia en la Gestión, el certificado ISO 9001:2000, y fue el primero en el estado español en recibir el Certificado de Accesibilidad Global.
2- Museo de San Telmo: un antiguo edificio reciclado, construido en piedra, madera y cristal, con una capacidad de 11.000 metros cuadrados. Es el mayor museo de País Vasco, y está dedicado a la interpretación de la sociedad vasca, desde la prehistoria hasta la actualidad. Cuenta con más de 26.000 piezas distribuidas en varios espacios de exposición: Huellas en la memoria, Despertar de la modernidad y Colección histórica de arte. Los trabajos de rehabilitación demandaron 28,5 millones de euros y se reabrió en 2011.
Son cientos los acontecimientos culturales que hacen de Donostia-San Sebastián, una ciudad obligada para el turismo europeo.
3- Aquarium-Palacio del Mar: es un museo de ciencias naturales y acuario con peces de agua salada y dulce de distintos lugares del mundo, con un túnel de 360° grados, auditorio y restaurante con vista al mar.
4- Eventos especiales de prestigio internacional: Festival Internacional de Cine, Festival de Cine y Derechos Humanos, Semana del Cine Fantástico y de Terror, Cine Publicitario, Festival de Jazz, etc. Son cientos los acontecimientos culturales que hacen de Donostia-San Sebastián, una ciudad obligada para el turismo europeo.
Pero al margen de los atractivos culturales y las manifestaciones artísticas, el visitante se encuentra con una ciudad donde la cultura se vive y se practica. En el ordenamiento de las calles y el estacionamiento vehicular, en la limpieza de la ciudad, en sus parques y plazas, en el transporte urbano de primera generación, en su río limpio, en las sendas para bicicletas y carriles para motos, en su barrio peatonal, en el estado de sus taxis, en sus cuidados árboles y flores, en las paradas de ómnibus, en los contenedores de basura diferenciados para su reciclado, en los trenes urbanos y suburbanos, en sus semáforos sincronizados, etc. Es una apuesta a la cultura integral, entre lo hecho por el hombre —para su goce y disfrute—, y el medio ambiente. Es una conjunción entre una sociedad y sus gobernantes, que cambió su alcalde del Partido Socialista por otro de Bildu —Coalición de Izquierdas Nacionalistas—, y aun así sabe que determinadas políticas y conductas sociales no se cambian. Un ejemplo de verdaderas políticas de Estado en favor de la sociedad.
Artículo publicado en Revista Chaqueña de Diario Norte. F.