606 Zenbakia 2011-12-23 / 2012-01-06

Gaiak

Aguinaldo

LARRINAGA ZUGADI, Josu



Auñamendi Eusko Entziklopedia

El paso de un año al otro, conlleva una serie de rituales de paso que aún perduran en las distintas sociedades y culturas contemporáneas: la esperanza de un tiempo mejor, deseos y anhelos de felicidad plena, buena suerte, invocaciones a preservar la salud o el “status quo” del momento, etc. Pervivencia de antiguos ritos que todavía siguen vigentes en el mundo actual, es el caso de los tradicionales “Aguinaldos”.

“Aguinaldo”, “aguilandos”, “aguillando” o “estrenas” (obsequio, presente o dádiva que se asocia a estrenar) en castellano y que presentan un paralelismo en euskera con las voces gabonkariak, gabonsariak, urtats (primer día del año) y urtets. Todos ellos, sinónimos de regalo de Navidad, buenos augurios y su agradecimiento o del regalo que los presagiaba.

Al parecer, desde antiguo y en el marco de diversas culturas, ha sido habitual el intercambio de obsequios y deseos de buenas nuevas entre las personas al empezar un año. Así, la palabra celta eguinand se corresponde con el regalo de Año Nuevo, en otras latitudes se obsequiaban dátiles secos o alimentos dulces y por su parte, la palabra latina strenae (“estrenas”) era el obsequio habitual (inicialmente, unas ramas frutales del bosque de la diosa sabina Strenia) al principio del año o los aniversarios del nacimiento de una persona. Como señal de buen augurio en el rito del eterno retorno en su regeneración temporal, es decir, trataban de buscar la regularidad de los ritmos en la Naturaleza y el buen estado o equilibrio social.

Por otro lado, para determinar el comienzo del año latino, el antiguo calendario lunar romano establecía el principio del año en marzo y posteriormente, con la implantación del calendario solar (realizado por Julio César el año 45 a.C.), se trasladó a primeros de enero. También debemos indicar que el año 274, el emperador Aurelio estableció el 25 de diciembre para los festejos conmemorativos del nacimiento del Sol y en el siglo IV, la Iglesia designa esta misma fecha para el nacimiento de Jesús y a su vez, el año 377 las fiestas de Navidad y Reyes se distancian en su celebración (hasta entonces se festejaban en la misma fecha).

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