600 Zenbakia 2011-11-11 / 2011-11-18
El País Vasco no es solo una geografía, sino los hombres que lo habitan, un pueblo y un pueblo que tiene naturalmente una historia, una historia antiquísima, tanto que no aparece en toda Europa ni una sola etnia que tenga contornos más claros que la vasca, esto quiere decir que nosotros constituimos entre otras muchas clases de plantas y flores de que se compone un jardín, un género de flor o de planta diferente que tiene el derecho a la vida como las demás, no a mejores cuidados que las demás flores o plantas, pero sí a tantos cuidados como las demás, éste es un cuidado que nos está encomendado y más si hay alguien que quiere hacerla desaparecer para que se vea mejor otra flor cualquiera.
Nosotros no pedimos que se corte ninguna flor, sino que dejen viva la nuestra.
José Miguel de Barandiaran, 19741
A lo largo de la historia destacados vascos han jugado un papel fundamental en la exploración de la costa californiana, en el establecimiento y administración de misiones, fuertes y pueblos, y en la instauración de gobiernos locales tanto durante el Virreinato de Nueva España como durante el nuevo régimen instaurado tras la independencia de México en 1810. En cuanto a las exploraciones de la costa californiana, destaca la de Juan Bautista de Anza que tuvo lugar entre 1774 y 1776. Anza “descubrió” lo que hoy denominamos la Bahía de San Francisco, dando lugar a la fundación europea de la ciudad de San Francisco con el establecimiento de un presidio y la Misión de San Francisco de Asís. En Febrero de 1848, México cedió el territorio de la Alta California (el actual Estado de California) a Estados Unidos de América. Meses después se descubrió oro en California lo que provocó un gran flujo migratorio internacional. San Francisco se convirtió en el gran puerto de entrada de lo que posteriormente la historiografía denominaría como “Forty-Niners”, entre ellos numerosos vascos que previamente habían emigrado a Argentina, Uruguay o Chile.
La banda de Klika y los grupos de bailes posan en frente del Basque Cultural Center en la celebración del 25 aniversario de la euskal etxea, 17 de Febrero de 2007 (Fotografía de Pedro J. Oiarzabal).
La emigración vasca hacia California floreció a lo largo del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, atraídos por la posibilidad de encontrar trabajo en la industria ovina del Oeste Americano bajo verdadero monopolio vasco desde la primera década del siglo XX. Muchos de aquellos que no regresaron a Euskal Herria decidieron asentarse en la Bahía de San Francisco dando lugar al establecimiento permanente de comunidades vascas. Pensiones, restaurantes, cafés y bares constituyeron desde inicios del siglo XX una “ciudad” vasca en el corazón de San Francisco cuya arteria principal era Broadway, en la frontera entre “Chinatown” y “Little Italy” en North Beach. El zenit del “Basque Town” de San Francisco fue la década de los años que van desde 1950 a 1960 y su declive se dio en la década de 1970. Otros emigrantes trabajaron en diversos oficios y negocios, pero particularmente en panaderías, lavanderías y en la jardinería tanto por cuenta suya como para otros. Según argumentó Jean Francis Decroos (1983: 33, 42) hacia la mitad de 1950 “más de 2/3 de la población vasca [de la Bahía de San Francisco] estaban trabajando en el sector de la jardinería”. Christiane Bouesnard (1976: 35) estimó que el 90% de los jardineros en la década de 1970 en San Francisco eran de origen vasco.
A la par que la población vasca aumentaba en la Bahía de San Francisco, se crearon diferentes asociaciones socio-culturales que culminaron en la construcción en 1982 de su primera euskal etxea, el Basque Cultural Center (Centro Cultural Vasco). Según el último Censo de Estados Unidos (2000) hay 57.000 personas que se identifican como vascos. Un tercio de ellos viven en California y cerca de 3.500 viven en la Bahía de San Francisco. California es, por lo tanto, el estado con más vascos de todo el país y dentro de California, San Francisco acoge a la mayor concentración de ellos.
Hoy en día, las diversas comunidades vascas de la Bahía se articulan en las siguientes asociaciones—Basque Club of California (Club Vasco de California; creado en 1960), Basque Cultural Center (1979), Basque Educational Organization (Organización Educacional Vasca; 1984), Marin-Sonoma Basque Association (Asociación Vasca de Marin-Sonoma; 1989) y Anaitasuna Basque Club (Club Vasco Anaitasuna; 1991)—y tienen como precedentes a la Sociedad Vascongada de Beneficencia Mutua (1923-1970) y al Zazpiak Bat Club (1924-1934). En la ciudad de Redwood City también se creó un club vasco bajo el nombre de Menlo Park Zazpiak Bat en 1964 disolviéndose por propia voluntad en 1983. En el 2007, trece de cada cien vascos pertenecían a asociaciones vascas de la Bahía.
El grupo de baile Zazpiak Bat del Basque Club desfila en el parque Helen Wills Playground de San Francisco en 1968 (Fotografía cortesía de la Colección Urazandi de San Francisco).
A día de hoy, la emigración vasca a Estados Unidos ha cesado casi por completo y la generación emigrante está muy envejecida—un 46.8% de los socios de las diversas asociaciones vascas de San Francisco son mayores de 61 años—y desgraciadamente está desapareciendo. A nivel asociativo, los líderes institucionales encuentran enormes dificultades para atraer a la juventud y a nuevos socios, y no encuentran un fácil reemplazo en la generación de vascos nacidos en América. Indudablemente, los vascos de Estados Unidos se encuentran ante tremendos retos y que por otra parte son comunes a casi toda la diáspora vasca. ¿Cómo pueden, por ejemplo los vascos de la Bahía de San Francisco, encontrar un equilibrio entre ser americano mientras continúan siendo vascos contra todo pronóstico? Es decir, ¿cómo pueden mantenerse fieles a sus tradiciones culturales heredadas, atraer a nuevos y jóvenes socios, mientras intentan adoptar los valores identitarios y culturales de América?
Algunos políticos y estudiosos del tema de migraciones han considerado inevitable e incluso deseable que los emigrantes sean asimilados a sus sociedades de acogida. En cuanto al hecho de la presencia vasca en Estados Unidos, han sido numerosas las voces que han pronosticado la completa asimilación de los vascos al resto de la sociedad americana desde hace cinco décadas.2 Hace veinticinco años, el antes citado Decroos (1983: 100) auguró rotundamente la desaparición de la comunidad vasca de San Francisco para la década de 1990 si no llegaba un nuevo contingente de emigrantes. Sin embargo, el paso del tiempo ha desbaratado todo tipo de teorías asimilacionistas y aculturacionistas y presagios fatalistas. Por ejemplo, segundas y terceras generaciones de vascos en Estados Unidos siguen exhibiendo un profundo deseo por mantener viva la identidad vasca y ciertos acontecimientos que han tenido lugar en el seno de la comunidad vasca de la Bahía de San Francisco han conseguido desacelerar su deterioro y progresiva desintegración a pesar de la falta de nuevos emigrantes.
Dichos cambios incluyen el papel activo de la generación emigrante en la exitosa transmisión de la cultura e identidad vasca a sus hijos, y particularmente la creación de la euskal etxea del Basque Cultural Center (BCC), la cual regeneró el interés por la cultura vasca tanto dentro como fuera de la propia comunidad de la Bahía. El BCC fue creado en 1979 con el propósito de crear un espacio físico donde aunar todos los esfuerzos por preservar y promocionar la cultura vasca. En South San Francisco, la ciudad donde se alzan las empresas pioneras de la industria biotecnológica estadounidense, se sitúa la euskal etxea del BCC, lugar de encuentro de las diversas asociaciones, socios, e individuos de las comunidades vascas de la Bahía. Alberga un frontón, un restaurante y diversas salas para reuniones y eventos abiertos al público. El Basque Club de San Francisco, que este mismo año cumple medio siglo de vida, aportó al BCC sus grupos de danza (Zazpiak Bat y Gazteak, creados en 1960 y 1961 respectivamente), una banda de klika (Zazpiak Bat, creada en 1964) y un coro (Elgarrekin, establecido en 1979). A su vez se organizan anualmente festivales, torneos de pelota a nivel nacional e internacional, competiciones de mus, se dan clases de euskera, txistu, y se fomenta todo tipo de eventos que tengan que ver con la cultura vasca a través de la asociación Basque Educational Organization, creada en 1984. Desde el 2005, surge una iniciativa llamada Koxkorrak Goiz Eskola una guardería destinada a los niños y niñas, de dos a diez años, de los socios del BCC donde puedan conocerse y aprender euskera a través de actividades lúdicas.
Inauguración de la euskal etxea del Basque Cultural Center el 27 de Marzo de 1982. La Ikurriña y la bandera estadounidense han sido izadas mientras Franxoa Bidaurreta dirige el grupo de klika Zazpiak Bat del Basque Club (Fotografía cortesía de la Colección Urazandi de San Francisco).
El BCC es hoy en día un punto de encuentro e inspiración para las comunidades vascas del norte de California y es un referente indiscutible para las diversas comunidades vascas dispersadas por todo el Oeste Americano. Se ha convertido en la historia de éxito a imitar. Al mismo tiempo, bajo el lema “Zazpiak Bat” tanto las comunidades vascas de la Bahía, presentes y pasadas, como las asociaciones que han creado han tenido como reto el de mantener y preservar su identidad en una sociedad altamente multicultural, plurilingüe e industrializada como es la californiana. Han tenido un papel relevante en la institucionalización de diferentes formas de entender la identidad vasca en San Francisco y en la promoción de la cultura e idioma vascos lo que las ha fortificado y enriquecido en gran manera.
Aún más, desde principios de la década de 1980 y particularmente desde 1994, el Gobierno Vasco ha impulsado todo una serie de políticas favorables a la diáspora que han supuesto un respaldo no solamente financiero sino moral. Finalmente, teniendo en cuenta las características de la economía vasca y la preferencia de sus nuevos emigrantes (por ejemplo, estudiantes y empresarios) por destinos de ámbito urbano con un importante tejido industrial y tecnológico hacen de San Francisco y sus ciudades limítrofes lo suficientemente atractivo como para atraer a nuevos vascos. Consecuentemente, las comunidades vascas de la Bahía de San Francisco pueden verse beneficiadas de este nuevo tipo de emigración vasca.
Toda evidencia indica que la identidad y cultura vascas en los Estados Unidos y particularmente en la Bahía de San Francisco rebosan gran vitalidad y poseen suficientes recursos y mecanismos para garantizar su mantenimiento en un futuro cercano. ¿A que se atribuye esta perdurabilidad y mantenimiento de la identidad vasca? ¿Es debida a una cierta impermeabilidad al cambio que imposibilita una reformulación del significado de la identidad? O por el contrario, ¿es debida a la apertura y fluidez de las fronteras del grupo y símbolos identitarios que permitan que no vascos participen en la cultura vasca? ¿Qué estrategias necesitan desarrollar las comunidades vascas de la Bahía de San Francisco para crecer en un contexto en el que no llegan más emigrantes?
En palabras de Paddy Woodworth (2009: 24-25), “en los vascos de San Francisco podemos ver un modelo de pluralidad y de respeto mutuo. Es un jardín que acomoda flores autóctonas a la región vasca y robustos híbridos que florecen en tierra vasca, pero que tienen profundas raíces en Francia y España. Todos ellos han sido trasplantados y han sobrevivido muy bien en los Estados Unidos de América”. Desde hace tres décadas, el Basque Cultural Center de South San Francisco se ha convertido en un verdadero faro que ilumina el jardín de la identidad vasca en la Bahía de San Francisco.
Referencias:
Bouesnard, Christiane. “Basque Emigration to California and Nevada since 1960”. TER, Université de Pau et des Pays de L’Adour, 1976.
Decroos, Jean Francis. (1983). The Long Journey: Social Integration and Ethnicity Maintenance among Urban Basques in the San Francisco Bay Region. Reno, Nevada: Associated Faculty Press and Basque Studies Program, University of Nevada, Reno.
Oiarzabal, Pedro J. (2009). Gardeners of Identity: Basques in the San Francisco Bay Area. Reno: Center for Basque Studies, University of Nevada, Reno.
Woodworth, Paddy. (2009). “Many Flowers in the Basque Garden”, en Pedro J. Oiarzabal Gardeners of Identity: Basques in the San Francisco Bay Area. Reno: Center for Basque Studies, University of Nevada, Reno.
El artículo es un extracto del capítulo “Against all Odds” del libro Gardeners of Identity: Basque in the San Francisco Bay Area.
Pedro J. Oiarzabal es Doctor en Estudios Vascos, Ciencias Políticas, por la Universidad de Nevada, Reno, y es Investigador en el Equipo de Migraciones Internacionales de la Universidad de Deusto, Bilbao. Es autor del libro Gardeners of Identity: Basques in the San Francisco Bay Area (2009) publicado por el Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada, Reno (Serie de Estudios de Diáspora Vasca y Migración, Vol. 4; 368 páginas, ISBN 978-1-877802-88-1). Gardeners of Identity fue publicado anteriormente en la Colección Urazandi del Gobierno Vasco. La edición del Centro de Estudios Vascos es una segunda edición actualizada en cuanto a contenidos y formato. Ha sido editado por la Dra. Lisa Corcostegui, consta de un Prólogo de John Garamendi, Congresista de Estados Unidos, e Introducción de Paddy Woodworth, autor de The Basque Country: A Cultural History. Sitios Web relacionados con su trabajo: Euskaldiaspora y Euskalidentity.
1 Citado en Martín de Ugalde. (1974: 46). Hablando con los Vascos. Barcelona: Editorial Ariel.
2 Douglass, William A. (1996). “Basque American Identity: Past Perspectives and Future Prospects”, en Change in the American West: Exploring the Human Dimension, ed. Stephen Tchudi. Reno: University of Nevada Press; Gaiser, Joseph H. (1944). “The Basques of Jordan Valley Area: A Study in Social Process and Social Change”. Tesis Doctoral, University of Southern California; Kelly, James P. (1967). The Settlement of Basques in the American West. Cambridge, Massachusetts: Harvard University.