562 Zenbakia 2011-01-14 / 2011-01-21
El río Lea situado en el este de Bizkaia tiene un recorrido de unos 30.km en dirección S-N, desembocando en el Cantábrico en la villa de Lekeitio. Nace en las laderas del monte Oiz y ha originado un valle de carácter fluvial con laderas de fuerte pendiente y un paisaje correspondiente al clima húmedo con bosques de pino y caducifolios salpicados de praderas en el que el verde es el color dominante. El río circula con frecuencia bajo una galería de alisos, fresnos, avellanos y robles. El valle poco industrializado, ha conservado su carácter y paisaje tradicionales, siendo sus aguas unas de las mejor conservadas de Bizkaia, de forma que permiten la vida de truchas y otra fauna acuática.
A lo largo de los años 2008 y 2009 ha sido abierto un sendero peatonal a lo largo de su cauce, con un recorrido de 23 km desde su desembocadura, hasta la población de Munitibar.
Presa de Eguenbekoa, recta de gravedad con un salto de 3 metros. Servía a la ferrería del mismo nombre.
Foto: José María Izaga.
El nombre de este recorrido: LEA IBILBIDEA; NATURALEZA E INGENIOS, alude a la naturaleza que lo envuelve, y a los restos de abundantes instalaciones hidráulicas que aún se conservan a todo lo largo del río y que pueden ser observadas detenidamente en un paseo a pie cómodo y tranquilo.
Desde los siglos XIV y XV se instalaron en este cauce ferrerías para la obtención de hierro a partir de su mineral, en las que la fuerza del agua movía fuelles y martillos, y molinos de grano tradicionales. Para desviar el agua del río hasta estas instalaciones se construyeron numerosas presas y azudes que se conservan en su mayoría.
A lo largo de los 23 km de sendero se pueden visitar diez y ocho presas, todas en general en aceptable estado de conservación, construidas en distintas épocas, con distintos diseños y técnicas constructivas.
De estos diez y ocho azudes o presas, diez son de gravedad y rectos, construidos de sillería y mampostería, siete son de dos o más arcos soportados por contrafuertes centrales, y el restante es mixto de ambos tipos. Su altura varia entre los 1,80 y los 3,50 metros, y su longitud entre 20 y 40.
Presa de Errotabarri Amoroto, de tres arcos y dos contrafuertes centrales, tiene un salto de 1,70 metros.
Foto: José María Izaga.
De las ferrerías que movieron apenas quedan restos, la mayoría de ellas dejaron de funcionar en los siglos XVIII y XIX y fueron transformadas en casas de labranza y molinos de grano. Es muy fácil encontrar en el cauce entre las gravas abundantes restos de escorias procedentes de los hornos de hierro.
Las presas de gravedad que encontramos en este río consisten en un muro de sección trapezoidal, con un paramento vertical aguas abajo y otro inclinado cerca de 45º aguas arriba, ambos de sillería y/o buena mampostería, y un relleno de mortero de cal con piedra menuda. Los azudes se ubican perpendicularmente a la dirección de la corriente y su coronación es un plano completamente horizontal de forma que vierten siempre por encima en todo el ancho del cauce. En uno de sus costados se encuentra el arranque del canal con su correspondiente compuerta, que conduce el agua al ingenio al que da servicio.
El volumen de agua almacenada en el remanso que originan, y que puede ser aprovechable, es reducido. Por la disposición del canal este solo puede captar la cantidad de agua correspondiente a una altura de 0,6 o 0,7 metros bajo la lámina superficial. Actúan por lo tanto, mas como azudes de derivación que como presas de almacenamiento. Un autor de comienzos del XVIII del que hablaremos mas adelante decía al respecto: “Dichas Presas sirven para introducir al agua a los calces, o anteparas de Molinos, o Herrerías, levantando la madre del río”. Responden a un modelo muy extendido desde los siglos XVI y XVII, al menos en el País Vasco, época en la que sustituyeron a azudes con estructura de entramado de madera relleno de materiales sueltos.
Presa de Errotabarri Amoroto. Se observa en primer termino uno de los contrafuertes que recibe parte de los empujes horizontales de los arcos situados en sus laterales.
Foto: José María Izaga.
Las siete presas de arcos con contrafuertes consisten en dos o más arcos escarzanos que transmiten los esfuerzos horizontales del agua a fuertes contrafuertes laterales cimentados sobre roca en el centro del cauce.
Este es un modelo de azud o presa invención de Pedro Bernardo Villarreal de Berriz a comienzos del s. XVIII. De las cinco que construyó dos se encuentran en este río, aún en buen estado y visitables desde el nuevo sendero. Son las de Errotabarri en Guizaburuaga la siguiente aguas abajo de la Ferrería de Bengolea, y la de Lariz-Oleta más adelante.
Villarreal describió este modelo de presa en su conocido libro “Maquinas Hidráulicas de Molinos y Herrerías...”, publicado en 1736 y reeditado en 1973. La importancia de esta obra radica tanto en ser la primera obra escrita en castellano en la que se dan reglas practicas y se cuantifican las dimensiones necesarias para el diseño de las ya entonces tradicionales presas de gravedad, como en exponer en ella por primera vez el nuevo tipo de presa de arcos con contrafuertes concebido por él, dando también reglas sencillas para su dimensionamiento y detalles constructivos. Estas presas tenían en principio un coste de construcción menor que el de las gravedad hasta entonces utilizadas.
Villarreal construyó en Bizkaia, al menos, otras tres presas de arcos y contrafuertes, todavía existentes, la de Ansotegui en Urko erreka afluente del Artibai en Etxebarria; la de Barroeta también llamada Oxilloin en Markina sobre el río Artibay; y la de Bedia en el Ibaizabal.
Presa de Barroeta en Markina, destaca su esbeltez. Construida en el primer tercio del siglo XVIII. “La presa de Barroeta,... de dos arcos, se han fabricado en esta forma, y han quedado hermosas, fuertes, y muy a gusto de sus dueños...”
Foto: José María Izaga.
Su modelo fue copiado por constructores posteriores, se puede mencionar la de la Real Fabrica de Artillería de la Cavada en Cantabria de dos arcos y contrafuerte central, o las menos conocidas de Añabarri en Aramaio (Araba) también de dos arcos construida en 1782, o la de la ferrería Bekola en Granada erreka de un arco en Zestoa (Gipuzkoa).
Pedro Bernardo Villarreal fue un destacado miembro de la nobleza del País, ilustrado, formado en el colegio de los jesuitas de Toulouse (Francia) y tremendamente interesado por la técnica, ingeniero además de empresario de ferrerías, comerciante y naviero. Residió gran parte de su vida en Lekeitio y desarrolló su actividad en este valle. Fue propietario de la ferrería de Bengolea, sobre el mismo río Lea, que él amplió y modernizó, siendo en ella donde experimento el funcionamiento de las ruedas hidráulicas que describe en la misma publicación.
Presa para la Real Fábrica de Artillería de la Cavada (Cantabria), construida según modelo de P.B. Villarreal de Berriz.
Foto: José María Izaga.
Las reglas que expone para el diseño de las presas tradicionales de gravedad se basan en su altura o salto (H) y dice que la coronación debe tener una anchura igual a la altura de la lámina de agua en máxima avenida (A max), que la base del trapecio que forma su sección debe ser igual a la suma del salto aumentado en un 20% como margen de seguridad, mas el ancho de la coronación. El paramento de aguas arriba será una superficie con la inclinación resultante de las anteriores dimensiones.
Reglas de P. B. Villareal para el diseño de una presa de contrafuertes.
Respecto a su invención de la presas de arcos con contrafuertes dice: “..hallo ser mas seguras, firmes y de menos coste las de arco como se demostrará..” y continua describiéndolas y cuantificando sus dimensiones siempre en función del ancho o alveo del cauce y del salto. En estas presas los arcos soportan el empuje del agua y transmiten estos esfuerzos a los contrafuertes laterales que son los que van firmemente cimentados sobre la roca. Vienen a ser un puente de varios arcos girado 90 º sobre el plano horizontal del cauce.
Villarreal también recomendaba construir estas presas con una buena sillería. En las presas por él diseñadas, y en las otras existentes en el río Lea, se aprecia la continuidad de las hiladas horizontales de piedras de sillería vista, bien escuadradas, y la traba entre ellas, con ejecución conjunta de los arcos y contrafuertes, seguramente por hiladas horizontales consecutivas.
Presa de Lariz –Oleta II, de dos arcos y un contrafuerte, con un salto de tres metros.
Foto: José María Izaga.
La de Lariz-Oleta I (Laizoleta I) construida por él, es una presa de dos arcos, un contrafuerte central y sendos estribos en las orillas, con un molino de dos pares de piedras incorporado a ella. Es la instalación representada por él en su obra y puesta como modelo. La presa se conserva, aunque sumergida y visible con aguas claras pero difícil de fotografiar, en el remanso de otra presa del mismo tipo y nombre (Lariz Oleta II), y de dos arcos, construida posteriormente unos 300 metros aguas abajo por algún constructor que copió su modelo y conocía su libro. Del edificio del molino quedan sus muros perimetrales, los conductos del agua y el arco bajo el que se ubicaban las ruedas hidráulicas.
Dibujo P. B. Villareal, de presa de dos arcos y molino incorporado. Corresponde a la presa y molino de Lariz-Oleta I.(Tomado de Maquinas Hidráulicas de Molinos y Herrerías...).
Esquema de los criterios de P. B. Villareal para dimensionar la planta de presas de arcos y contrafuertes.
Las restantes cinco presas o azudes de arcos y contrafuertes existentes sobre el mismo río y visibles desde el sendero, debieron ser construidos posteriormente por técnicos conocedores de su obra y que copiaron las formas de sus dos construcciones anteriores. Sin embargo las medidas no se corresponden por las recomendadas por Villarreal. Fueron construidas con unas dimensiones notablemente mayores a las propuestas, dando lugar a unas obras menos esbeltas, sobredimensionadas. Posiblemente o no entendieron bien los modelos o no tenían la confianza suficiente para construir según un modelo innovador que se separaba de lo tradicional.
Tanto el libro de P.B. Villarreal como las presas aún existentes construidas por él, fueron sacadas a la luz en 1971 por José Antonio García Diego, creador de la Fundación Juanelo Turriano para el estudio de la historia de la técnica. Posteriormente, en 1973, García- Diego promovió la edición facsímil de la obra de Villarreal y estudió en profundidad el personaje y su obra.
Villarreal recomendó en su libro construir la coronación con grandes losas trabadas con grapas de hierro. Todavía pueden verse estas grapas en las presas existentes. Presa de Errotabarri Amoroto. (Foto 1)
Presa de Errotabarri, de Gizaburuaga, posiblemente se trata de la construida por Villarreal y que describe como de arcos sin que se aprecie el contrafuerte, por aprovechar unas rocas. (Foto 2)
Fotos: José María Izaga.
Mas tarde han aparecido dos publicaciones sobre nuestro ingeniero del XVIII. Una de ellas ligada a una exposición sobre Villarreal organizada por la Diputación de Bizkaia en 1990 con una introducción del propio García-Diego, la otra de la Fundación Juanelo Turriano y autoría de Estíbaliz Ruiz de Azúa, con un estudio sobre las técnicas de Villarreal realizado por Ignacio González Tascón.
En la primera de ellas dice García-Diego: “Lo que sigue es lo único importante de la presentación. Es absolutamente necesario que todas las presas que proyectó y construyó Villarreal sean declaradas bienes de interés cultural. Si solo una de ellas desaparece dañará gravemente aquí y en el extranjero al prestigio del País Vasco, y no solo de él. Y hoy puede ocurrir sin ninguna dificultad legal”.
Hito indicador del sendero del río Lea. (Foto 1)
Presa y edificio de la ferrería de Bengolea, propiedad de Villarreal. En ella realizó sus experiencias sobre el funcionamiento de las ruedas hidráulicas de eje horizontal y palas rectas. (Foto 2)
Fotos: José María Izaga.
Hoy veinte años después el río Lea sobre el que Villarreal trabajó, experimento y construyó, dispone de un sencillo pero eficaz itinerario para su visita, aunque sin ninguna protección legal. En el podemos apreciar no solo dos de sus presas y su ferrería de Bengolea, sino también una interesante y variada sucesión de presas y azudes de diversas composición para molinos y herrerías, de las cuales varias fueron construidas inspiradas en sus principios y que actualmente se encuentran en buen estado. El sendero Lea Ibilbidea. Naturaleza e Ingenios, es un buen ejemplo de cómo se pueden dar a conocer interesantes elementos de nuestro patrimonio con una inversión reducida e inteligente.
El tramo entre Munitibar y Lekeitio con sus diez y ocho presas de diferentes tipos, algunas de ellas prototipos de una tecnología muy innovadora, unidas a un paisaje poco alterado en los últimos años, constituye un interesante conjunto patrimonial muestra del trabajo del hombre y de su esfuerzo por transformar los materiales y proveerse de los medios de subsistencia precisos.
Todo ello le hace merecedor de una protección legal, de la que hoy carece, que afecte a todo el conjunto o cuando menos a los elementos más significativos.
Bibliografía
- Maquinas Hidráulicas de Molinos y Herrerías y Gobierno de los Arboles y Montes de Vizcaya. Pedro Bernardo Villarreal de Berriz. Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones. San Sebastián 1973.
- D. Pedro Bernardo Villarreal de Berriz y sus presas de contrafuertes. José A. Garcia-Diego. Revista de Obras Publicas. 1971, 118, Tomo I (3076), pags 599-616. (Disponible vía Internet).
- Villarreal de Berriz: Desde una Exposición a la conservación de monumentos de interés tecnológico. José A. García-Diego. Revista de Obras Publicas. Junio 1991. Pag. 33 a 38. (Disponible vía Internet).
- Pedro Bernardo Villareal de Berriz (1669-1740). Semblanza de un vasco precursor. Estíbaliz Ruiz de Azúa y Martínez de Ezquerecocha. Con un estudio de Ignacio González Tascón. Fundación Juanelo Turriano. 1990.
- Pedro Bernardo Villarreal de Berriz. La aportación vasca a la ingeniería del XVIII. Diputación Foral de Bizkaia. 1990. Varios autores, con prólogo de José A. García -Diego.
- Presas de Bizkaia. Coord. Teresa Casanovas. Diputación Foral de Bizkaia. 1990.
- Catálogo de noventa Presas y Azudes Españoles anteriores a 1900. José A. Fernández Ordóñez, director. Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo. Madrid 1984.
- Las presas y Embalses en España. Historia de una necesidad. I Hasta 1900. Joaquín Diez-Cascón Sagrado, Francisco Bueno Fernández.
- Historia de la Presas. Las Pirámides Utiles. Nicholas J. Schnitter. Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. 2000.