56 Zenbakia 1999-11-26 / 1999-12-03

Elkarrizketa

Xabier Amuriza: "El bertsolarismo en sí es una competición, sin la cual no tendría sentido"

AGIRRE, María

Elkarrizketa Xabier Amuriza, bertsolari "El bertsolarismo en sí es una competición, sin la cual no tendría sentido" * Traducción al español del original en euskera Maria Agirre No sabe con exactitud desde cuándo es bertsolari, pero se considera a sí mismo uno atípico. "Imagínese, he cantado incluso con sotana", nos confiesa Amuriza como testimonio de su confesión. Al desprenderse de la sotana se sumergió de lleno en el bertsolarismo, hasta llegar a convertirse en uno de los bertsolaris más importantes del siglo XX. A punto de que éste llegue a su fin, Amuriza considera que el bertsolarismo goza de buena salud, ya que, en palabras suyas, en la actualidad llega a todos los ámbitos vascos. ¿Cómo explicaría a un extranjero la función de un bertsolari? El bertsolari es el que de repente improvisa y canta unas estrofas. El bertsolarismo se localiza dentro de la tradición oral, y se desarrolla no sólo en en Euskal Herria, sino en todo el mundo. Nosotros lo hacemos en euskara, pero éste no es el único lugar en el que se practica. ¿Por qué motivo se introdujo en el bertsolarismo? Yo he sido un bertsolari atípico. Por lo que recuerdo de mi infancia, mi padre era muy cantarín y juguetón; cantaba cualquier cosa, bertsos viejos tanto en castellano como en latín... Durante mi infancia viví en el bosque y en el ambiente del caserío, y al ser tiempos de posguerra, en Bizkaia había poca tradición del bertsolarismo. Mi padre me enseñó bertsos preparados, y también coplas, que estaban muy arraigadas en Bizkaia. Por eso, afectivamente la copla me ha emocionado más, porque lo he recibido desde niño. La copla en Bizkaia ha tenido una gran tradición y raíces muy antiguas. Por eso, solía cantar muchas coplas, y de vez en cuando también bertsos. La primera sesión de canto de bertsos la realicé cuando tenía seis años, aunque no era consciente de lo que hacía. Luego, a los once, me metí o me metieron fraile, y de ahí pasé al seminario. De modo que desde los 11 hasta los 24 años, viví en undesierto en lo que respecta a nuestra cultura, porque permanecí en un internado cerrado. No tenía ninguna ocasión de cantar bertsos. Luego llegó el sacerdocio; estuve tres años y medio como abad. La verdad es que fueron tiempos muy épicos, el momento más importante de mi vida, vivo, fuerte. Un grupo de abades formó el movimiento Gogor, en el cual me involucré de lleno. Este movimiento, a pesar de ser minoritario, repercutió especialmente en Bizkaia. Por aquel entonces hice alguna que otra sesión de bertsos, pero se me conocía más por ser el sacerdote de Amaroto. Solía cantar en público con sotana y todo; eso para la gente resultaba muy chocante. Pero puedo decir que yo entonces no era un bertsolari. Luego llegó la cárcel. Tras siete años en prisión, a los 35 años volví a salir al mundo, en 1975. En la cárcel compuse algunos bertsos, realicé unos estudios sobre el diccionario rimado... y empecé a verme a mí mismo dentro del bertsolarismo. Salí de la prisión en el mes de agosto, e hice mi debut en la primavera siguiente, en Gernika, en un festival a favor de las ikastolas. Más tarde me presenté al Certamen de Bertsolaris de Euskal Herria de 1980. Era mi primer campeonato, y gané yo. Txirrita, Basarri, Egaña y usted mismo están considerados como los hitos del bertsolarismo del siglo XX. ¿Qué ha aportado Amuriza al bertsolarismo? ¿Modernidad quizás? En el bertsolarismo ha predominado el mundo rural. Yo mismo he sido educado en ese ambiente, pero tenía unos estudios, y las referencias de una persona con estudios y de otra que vive en el ámbito rural son distintas. En los bertsos yo podía mencionar, por ejemplo, a San Pedro y a Aristóteles, pero mientras todo el mundo sabía quién era San Pedro, la gente del mundo rural no conocía a Aristóteles. Imagínese, la gente trabajaba en talleres, pero en el bertsolarismo pocas veces se hacía alusión a las herramientas. De modo que, en lo que respecta a la temática, se puede decir que incorporaba referencias no citadas hasta entonces.Además, también aporté algo en cuanto a la técnica, porque ya tenía acabado el diccionario rimado. Por otra parte, está la cuestión del euskara unificado. En el Campeonato de Euskal Herria canté en unificado, lo cual fue un todo un desafío. Tratándose del Campeonato de Euskal Herria, decidí que debía emplear el unificado, para que todos pudieran entender. Se ha referido al euskara unificado. Actualmente, hay bertsolaris de Bizkaia que cantan en euskara unificado o en guipuzcoano. Los que hablamos en vizcaíno o en el dialecto vasco de la parte oeste hemos empezado a darnos cuenta de que hemos hecho una barbaridad, de que hemos sido demasiado tontos. Parece que el unificado es sólo para que lo hablemos los que vivimos en la parte oeste, porque muchas veces sólo lo empleamos nosotros. El miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca, Haritschelhar, por ejemplo, habla el suyo propio, de un modo en el que todos le entiendan, pero sigue siendo el suyo propio. Nosotros nos hemos entregado demasiado al unificado, lo cual está bien, pero no hemos tratado debidamente al dialecto vasco, y el vizcaíno o el dialecto del oeste no es un dialecto marginal; la mitad de los vascoparlantes vive en el lado oeste. Imagínese lo mal que hemos tratado al dialecto, que incluso en el Certamen de Bizkaia hemos empleado el euskara unificado. Además, alguna vez he cantado en vizcaíno en lugares guipuzcoanos en los que se habla vizcaíno, y no gusté a la gente. He solido escuchar "tú hablas como nosotros", y si cantaba en guipuzcoano, me decían "mejor así". Pero tras haber hecho una reflexión, hemos conseguido que, por ejemplo en la final del Campeonato, la mayoría cantara en vizcaíno. Tengo bien claro que cuando estoy en el nivel nacional tengo que hablar en el unificado. Pero también he empezado a hacerlo en vizcaíno incluso fuera de Bizkaia; en un vizcaíno culto. Por otra parte, en algunas zonas de Bizkaia, como por ejemplo en Bilbao, al haber euskaldunberris, de vez en cuando tengo que haceren unificado, aunque cada vez menos. ¿Cómo ve el bertsolarismo ante las puertas del siglo XXI? Bien. El bertsolarismo ha conseguido llegar a todos los ámbitos vascos. Antes se circunscribía al ambiente rural. Por poner un ejemplo, en los lugares en los que se celebraba una sesión de bertsos, solían estar aparcados un montón de land rovers. Hoy en día, sin embargo, en el aparcamiento suele haber todo tipo de coches. Con lo cual, el bertsolarismo está representado en todas las áreas de los vascos. El bertsolarismo está presente en las escuelas, en la universidad, en la calle... La socialización del bertsolarismo ya se ha producido; en ese aspecto goza de muy buena salud. También aumenta la presencia de las mujeres; todavía no es grande, pero va haciéndose notar. Hace 20 años, cuando comencé con las escuelas de bertsos, bastante trabajo tuvimos con animar a las chicas a que salieran a la plaza. ¿Qué es lo que ha propiciado que el bertsolarismo se difunda a todos los ámbitos? Se ha hecho un gran trabajo; las escuelas de bertsos, por ejemplo, han tenido una importancia tremenda, tanto en horas escolares como fuera de ellas. En 1986 se creó Euskal Herriko Bertsozale Elkartea (Sociedad de Bertsozales de Euskal Herria), que también ha trabajado lo suyo. Además, cada provincia dispone de su Sociedad de Bertsozales. Todo eso ha influído. ¿Influirían también los medios de comunicación? Sí, pero donde los jóvenes no se llega a través de los medios de comunicación. Es necesario que alguien vaya donde ellos y trabajar en las escuelas. Está claro que se puede aprender a hacer bertsos. Esta cuestión ha estado demasiado mitificada; se pensaba que era algo nato y que no se podía aprender a hacer bertsos. Pero al fin y al cabo el bertsolarismo no es tan difícil; a mí me lo parece más el cursar la carrera de piano. En ese sentido, se ha avanzado mucho y hemos llegado incluso al casco urbano más urbanizado. Por ejemplo, en el Ayuntamiento de Bilbao hay un liberado para enseñar bertsolarismoen las escuelas. Se puede decir que en la actualidad el bertsolarismo llega a cualquier escuela, siempre y cuando no manifiesten lo contrario. ¿Ha cumplido alguna vez el bertsolarismo una función social en Euskal Herria? Función social, lúdica... Al estar el bertsolarismo basado en la palabra, el mensaje es más importante que la canción. Del mismo modo que el hablar cumple una función social, también el bertsolarismo es una forma de comunicarse. Al fin y al cabo, ¿qué se supone que es cumplir una función social? Divertir a la gente, enviarles un mensaje: político, irónico, sentimental, religioso en una época... Finalizada la guerra, los bertsolaris eran la voz del pueblo. Bueno, voz del pueblo en las cosas que estaban permitidas decir, pero es cierto que muchas veces el bertsolari, en ambientes más privados, decía cosas que no se podían decir. Durante los últimos años del franquismo, las funciones social y política sobresalían más. Eran tiempos épicos, y si se llegaba a nombrar algo polémico, la gente se calentaba mucho. Por decir de alguna manera, el bertsolari hacía públicos los sentimientos que la gente tenía escondidos pero que no se atrevía a expresar, y eso para la gente era importante. En aquellos años Lopategi y Azpillaga estaban muy solicitados. La gente acudía a oir en boca de los bertsolaris lo que ellos guardaban dentro. Para el público era importante ver sus sentimientos expuestos en público. ¿Y cumple hoy en día ese tipo de función? Yo creo que en los últimos años estamos recuperando un poco esa función. Sobre el bertsolarismo se ha dicho que estaba demasiado politizado; entonces se ha tratado de reforzar la idea de que la finalidad del bertsolari es la de divertir a la gente. Ahora estamos volviendo de nuevo a lo de antes, y el mensaje está recobrando fuerza. Recrear a la gente está bien, pero nosotros tenemos nuestra propia personalidad. Algunos mantienen que el bertsolari tiene que ser crítico, burlón. ¿O su objetivo ha de ser divertir a la gente?Si se es crítico y exigente, y si se tienen sentimientos... ¡van a aflorar! ¿Que si es para divertir a la gente? Hay muchas maneras de hacerlo; no hay por qué decir cualquier tontería. La gente que va a escuchar bertsos tiene que pasarlo bien, ¿pero qué es eso de pasarlo bien? ¿Hay que decir bobadas, cosas amenas? Eso puede incluso llegar a ofender. Nosotros sabemos pasarlo bien siendo críticos. El bertsolari no es un monigote para provocar la risa de la gente. Pasarlo bien sí, pero con un valor literario y estético. El bertsolarismo ha estado inmerso en el "chorrismo", pero ¿es que la gente no agradece dedicar un buen bertso a un tema sentimental? Los bertsolaris sois personajes muy célebres, y se os puede ver en cualquier salsa. ¿Ha sido siempre así o se trata de un fenómeno actual? Los medios de comunicación han reforzado mucho la imagen del bertsolari, pero el bertsolari siempre ha sido popular. A un bertsolari lo puedes encontrar en cualquier sitio, sobre todo porque es muy asequible. Para cantar bertsos no hacen falta grandes infraestructuras; es fácil. Muchas veces basta con un micrófono; ni siquiera eso. Por otra parte, existe el convencimiento de que cualquier cosa que se haya de decir está mejor dicha en bertsos. Parece ser que cantado en bertsos gusta más a la gente. Lo de la popularidad es verdad, pero hay que tener en cuenta que se limita a un mundo pequeño. Fuera de él no nos conoce nadie. El bertsolarismo necesita de soportes modernos, CD ROMs, audiovisuales... Si no te adaptas a los medios actuales, corres el riesgo de quedar desfasado. Si el bertsolarismo no estuviera presente ni en la radio, ni en la televisión, ni en los CD ROM, habría un vacío enorme. El Campeonato de Gipuzkoa se ha proyectado con nuevas fórmulas. Ha pasado a ser interpopular e intergrupal. ¿Qué opina respecto a esta novedosa pauta? Para mí no tiene demasiado interés. Puede que sea bueno para potenciar la noción de grupo y de solidaridad, pero tener que organizar un certamen paraeso... Además, puede suceder llegar a la final quedándose los mejores atrás. En el fondo, el motivo es que los bertsolaris de a partir de un cierto nivel no quieren campeonatos individuales. En mi opinión, el campeonato, al menos en el bertsolarimso, es un trabajo individual. Pero el bertsolari de un cierto nivel se percata de que en los campeonatos tiene poco que ganar y mucho que perder. En el bertsolarismo existe una dialéctica, en sí es una competición, sin la cual no tendría sentido. A mí me parece muy natural que de vez en cuando se celebre bajo la forma de campeonato, de forma reglada. Pero individualmente, porque es así como se ve quién es capaz. Los que ya han llegado a un cierto nivel y no lo quieren peligrar alegan competitividad y razones de ese tipo. Entonces, ¿para quién es el campeonato? Para los de abajo. Pero debería ser al revés. De niños la competencia hay que suavizarla, pero una vez alcanzado cierto nivel, es entonces cuando debería hacer. Dice que la presencia de la mujer va creciendo. Sí, así lo creo. Cuando hace 20 años empecé en las escuelas de bertsos, incluso llegué a estar abatido. Veía que las chicas empezaban en bertsos, pero al llegar a una determinada edad, lo dejaban. Afortunadamente ya no es así; ahora hay mujeres que andan de plaza en plaza. Faltan figuras, que no hay muchas. Hay algunas pocas, pero me parece que en adelante serán más. En la final de Euskal Herria ha habido una mujer, pero llegará el día en que de ocho personas, unas tres o cuatro serán mujeres. Habrá que esperar un poco, pero ese día llegará. Euskonews & Media 56.zbk (1999 / 11 / 26 12 / 3) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria