530 Zenbakia 2010-04-30 / 2010-05-07
Cuando el 15 de mayo de 1260 la aldea de Arrasate se convertía en la villa de Mondragón y recibía su fuero o carta puebla otorgada por Alfonso X, el Sabio, Guipúzcoa se hallaba integrada en la Corona de Castilla; esta integración era relativamente reciente y sólo hacía 60 años que había tenido lugar.
Hasta 1200 las tierras guipuzcoanas, nunca visitadas, que sepamos, por los ejércitos musulmanas habían permanecido en la órbita del reino de Pamplona desde los inicios mismos de este reino en la primera mitad del siglo IX. Es durante este espacio temporal cuando aparece por primera vez el nombre de Ipuscua, el año 1025 en fuentes escritas no apócrifas.
Alfonso X el Sabio concede las cartas pueblas de Vergara y Villafranca, en el Real Alcázar de Sevilla, el 30 de julio de 1268. Cuadro de Gregorio Hombrados Oñativia.
Esta pertenencia al reino de Pamplona sufrirá un paréntesis cuando el año 1076 el rey de Pamplona Sancho IV muera asesinado en el fratricidio Peñalén, circunstancia que será aprovechada por Alfonso VI, rey de León (que incluía también el condado de Castilla) y por Sancho Ramírez, rey de Aragón, para repartirse entre ambos el reino de Pamplona. La frontera entre los dos reinos León y Aragón quedará establecida en el curso del río Urumea.
La vinculación de Guipúzcoa al reino leonés no sobrepasará los cincuenta años, pues en la grave discordia matrimonial entre la reina Urraca de León y su esposo el rey de Aragón Alfonso I, el Batallador, este logrará ganarse la obediencia de los tenentes de la provincias vascas, de modo que, muerta doña Urraca, al firmarse las paces de Támara en 1127 entre el rey de León y el monarca de Aragón y Pamplona este último mantendrá bajo su autoridad Álava, Vizcaya y Guipúzcoa.
La disputa por esas provincias entre los reyes de León, y a partir de 1157 de Castilla, con el rey de Aragón primero y luego con los de Pamplona se mantendrá con diversas alternancias durante casi 75 años, exactamente hasta el año 1200, en que la victoria militar de Alfonso VIII, rey de Castilla, sobre Sancho VII, el Fuerte, rey de Navarra harán que la nobleza alavesa y mucho más la guipuzcoana prefieran entregarse al rey castellano e integrarse en su reino; ahora la frontera no se establecerá en el Urumea sino que llegará hasta el río Bidasoa.
El largo período de paz, que se inicia entre Castilla y Navarra el año 1200, permite abrir un nuevo y prolongado período de desarrollo económico e institucional, que podemos designar como el paso de los Valles, la más antigua organización de las tierras guipuzcoanas, a las Villas.
Fue el rey de Pamplona Sancho VI, el Sabio (1150-1194), el que inició este proceso en fecha incierta, probablemente hacia 1180, otorgando a los gascones instalados en la desembocadura del Urumea en torno a la iglesia de San Sebastián el primer fuero municipal guipuzcoano.
La integración de Guipúzcoa en Castilla no frena su desarrollo institucional; al contrario, Alfonso VIII muy interesado en enlazar su reino castellano por tierra y por mar con Gascuña, comarca que constituía la dote de su mujer doña Leonor de Inglaterra, potenciará el desarrollo de la actividad marítima de la costa guipuzcoana con la extensión del fuero donostiarra y su privilegio de villazgo a Fuenterrabía el 18 de abril de 1203 y a Guetaria y Motrico el 1 de septiembre de 1209. Su nieto Fernando III como rey de Castilla y León completará la organización de la costa guipuzcoana con el otorgamiento de un quinto privilegio foral a Zarauz, también con el mismo fuero de San Sebastián, el 22 de septiembre de 1237; de este modo toda la costa guipuzcoana quedará organizada bajo cinco villas marineras: Fuenterrabía, San Sebastián, Zarauz, Guetaria y Motrico, todas ellas regidas por el fuero de San Sebastián.
Sancho V Ramírez de Pamplona y I de Aragón, según miniatura del s. XV.
La actividad económica de las villas costeras dependía en gran parte de contar con una amplia retaguardia comercial bien comunicada con esas villas que contribuya con sus productos al tráfico mercantil de los puertos. La decisión de crear esa zona económica interior y sus vías de comunicación con el mar corresponde a Alfonso X, que además de confirmar su fuero a Zarauz, Guetaria y Motrico, fundará cinco villas interiores y reforzará las comunicaciones de la costa guipuzcoana con Álava y el interior de Castilla.
Ahora bien, el Fuero que reciban estas nuevas villas interiores de manos del rey Sabio ya no será el fuero de San Sebastián, que era un fuero marítimo, sino el de Vitoria, que era un fuero de Tierra Adentro. Es esta política del rey Sabio la que dará origen a la fundación de la villa de Mondragón.
Tres son los fueros que otorga el año 1256 Alfonso X, erigiendo las villas de Tolosa, Villafranca de Ordicia y Segura y reforzando así la ruta que conducía de San Sebastián a Vitoria; dos fueros posteriores del mismo rey, el de Mondragón, del 15 de mayo de 1260 y el de Vergara del 30 de julio de 1268 jalonaron una nueva ruta de salida desde Vitoria al mar por Mondragón y Vergara hacia Motrico. El fuero de Mondragón es el fruto de esta política de Alfonso X de reforzar con la creación de villas las rutas de salida de Castilla por Álava hacia el mar.
Cuando en 1200 Guipúzcoa se integra en el reino de Castilla existía en este territorio un único merino mayor, Gutierre Díaz, para todo el reino castellano que ejercía sus funciones mediante diversos merinos menores que regían cada uno de ellos un territorio más reducido designado como “merindad menor”. Una de esas merindades menores sería Guipúzcoa, aunque no conocemos prueba documental de ello.
Al unirse en 1230 los reinos de Castilla y León serían primeramente dos las merindades mayores del nuevo reino: la de Castilla y la de León, uniéndose a ellas muy pronto la de Galicia; a estas tres se agregaron, según progresaban las conquistas, la de Murcia y la de Andalucía, continuando siempre Guipúzcoa con su merino menor integrada en la merindad mayor de Castilla, ya que un Adelantado Mayor de Álava y Guipúzcoa, sólo lo encontramos por primera vez como distinto e independiente del Adelantado o Merino Mayor de Castilla en la persona de don Diego López de Salcedo desde el 15 de julio de 1272 hasta el 13 de julio de 1282.