528 Zenbakia 2010-04-16 / 2010-04-23
Cuando hablamos de la faceta del músico quizás nos podemos hacer una idea equívoca de su profesión, algo así como que su trabajo se basa en la vida contemplativa...
Uyyy para nada... (y alza los ojos) lo bueno del músico es que en el momento en el que deja el estudio en el instituto y pasa a dedicarse por completo a la música una de esas transformaciones es que sus horarios cambian, ya no se mantienen las mismas horas en general... Te impones una disciplina de trabajo, deseas ampliar tu horizonte musical y personal, buscas sobre distintos caminos, mirando a otras disciplinas, haciéndote preguntas, siendo autocrítico con lo que estás haciendo, con las decisiones a tomar, con aquello que propones con tu trabajo y pensando cómo o de qué manera deseas hacerlo llegar al otro... Hay una anarquía en la forma de construir tu vida y en la posibilidad de dirigirla.
¿Cómo se organiza esa anarquía?
En función del trabajo, por ejemplo... Hay trabajos que tienes que terminar y son los que te marcan el ritmo. Para un músico la fecha final marca, y generalmente vas hasta el final corriendo, no sé si es propio de la profesión o te dejas llevar... Cuando no estás trabajando en algo en concreto, en cambio, te vas nutriendo, se trata de una época diferente, te fijas en otras músicas, vas mirando libros, estudiando, yendo al cine, viendo exposiciones... Ejercicios que te ayudan a la hora de escribir.
¿Y dónde queda en todo este proceso la inspiración del artista?
Es un término que entra en duda para mí... Es del mundo romántico y en mí opinión da lugar a equivocaciones. Existe la idea de que tienes un flash o una intuición sobre algo que tu estás madurando continuamente, sobre una forma que quieres desarrollar una idea musical o una instalación, algo electrónico quizás... y entonces hay un momento en el que llegas a una conclusión. Sin embargo, no es algo que llegue de repente. Es algo que se va madurando y al final se disipan dudas y se crea. Y sí, eso tiene que ver con lo que se podría llamar inspiración pero no creo que tenga que ver nada con la imagen del músico dotado de gracia. Aunque el estado de gracia lo puede tener todo el mundo, lo que se dice “estar sembrado”...
Foto: Zuriñe Fernandez de Gerenabarrena.
Estudió en el conservatorio de Gasteiz con Carmelo Bernaola, viajó con una beca a Italia y estuvo también en Alemania, en Paris en el IRCAM... ¿es importante que un músico viaje para nutrirse?
Hay mucha gente que no se ha movido de su lugar y no cree que es necesario para poder crear. Sin embargo opino que cambiar de aires ayuda como persona, te enfrentas a otros retos, y te ves a través de un espejo, te miras, y descubres tus carencias, tu índole, estás en otra situación y eso es importante a la hora de avanzar y ver cómo reaccionas respecto al exterior, al mundo en general. Ahora con las posibilidades de Internet también tenemos nuevas alternativas de seguir y conocer música, antes no era tan fácil desde casa asomarse a un nutrido paisaje musical como ahora, aunque asistir a un concierto es único, irrepetible e inolvidable... con Internet las posibilidades de información se amplían en otra dimensión.
¿Qué recuerda de aquellos años de estudio?
Recuerdo en especial Italia. Fue muy importante para mi transformación musical personal. Estudié con el maestro Franco Donatoni, que es buen gran compositor, y estuve en una escuela muy abierta enfocada a la composición contemporánea, y conocí muchos músicos. Italia ha dejado un poso en mí y tengo un gran amor hacia las personas y en general a la energía y el contenido artístico de Italia, que hace posible que cada persona en su individualidad sea un artista en su faceta... Así como en Gasteiz con Bernaola fue un camino duro para aprender la técnica, en Italia fue mi etapa de maduración y descubrimiento ante el mundo como persona, como artista...
Ha mencionado a Carmelo Bernaola, ¿Qué aprendió de él?
Él traspasaba la idea de maestro-profesor, iba más allá y es lo que mejor supo hacer: enseñarnos el oficio de músico como artesano-artista y dentro de la sociedad el papel del músico. Él era muy crítico, además. Una de las ideas que nos transmitió fue el impulso consciente de dejar de ser estudiante y hacerte compositor. Él nos empujo a esto que hemos elegido ser. Recuerdo la primera obra que hicimos con él, un concierto en “Homenaje a Oteiza”. Nos hizo sentir compositores y no estudiantes.
¿Es la música un lenguaje universal o volvemos a tirar de tópico?
La música lleva una carga expresiva de la persona que lo hace y de lo que ocurre en la persona que lo recibe, por lo que en esa vía de comunicación hay un intercambio de acción, sensaciones, códigos... que afectan a la persona... La música es, sin duda, uno de los medios que más impacta a la persona.
Foto: Zuriñe Fernandez de Gerenabarrena.
Con motivo de sus proyectos musicales ¿a qué lugares ha viajado últimamente?
Hace poco estuve en Portugal haciendo una obra como artista en Residencia del laboratorio LEC de Lisboa. Es una obra electrónica que se genera sobre la sonoridad y carga poética del fado. Y entre mis proyectos de viaje, en noviembre tengo pensado viajar a Noruega para otro proyecto. También estoy trabajando en un encargo para el festival de Alicante en una obra de orquesta de cuerda. Estoy ilusionada con esta obra, tengo tiempo y el formato es muy bonito.
Ha mencionado la música electrónica. ¿Es habitual su utilización en la obra de Zuriñe Fernandez de Gerenabarrena?
La aparición de la electrónica ha sido fundamental en la forma de desarrollar mi trabajo, es una herramienta que yo utilizo porque me sirve para pensar nuevas ideas en mi producción, para solucionar problemas, para hacer proyectos donde se utiliza la dimensión espacial o sonidos que son propios de la naturaleza o sintetizados por ordenador...
Es una paleta muy útil y que está a nuestra disposición. Ciertos proyectos se pueden hacer con electrónica y otros no tienen por qué utilizarla. Hoy en día un estudiante de composición tiene que aprender los principios de la electrónica como herramienta para la composición porque es fundamental en su formación y por eso está dentro de las asignaturas que lo alimentan como compositor. Luego él elegirá utilizarla o no.
Para mí ha sido un gran paso.
Docente y compositora son dos facetas distintas en tu profesión. ¿Se siente igual de cómoda en ambas?
Son compatibles totalmente. La labor docente resulta muy importante para todos, porque es necesario enseñar todo aquello que tú has conocido y lo que has podido estudiar. De esta manera también sigues investigando. Es importante que el alumno traspase sus conocimientos. Y luego, además, en la docencia es estupendo poder hablar de música con los alumnos, desentrañar y mostrarles la técnica de cómo se hacen ciertos procedimientos, y a su vez empujando a que cada uno encuentre su propio camino en la composición. Estoy en un centro superior de música en el que estoy con personas de edad adulta con las que puedes ir a un concierto y hablar sobre la música de una manera muy amplia, es una forma de aprender y continuar desarrollándose.
Habla de desarrollo, de nutrirse... ¿Es en esa fase en la que se enmarca su faceta de compositora?
En el fondo siempre estás revisándote y haciéndote preguntas. Lo que tú creías tener por muy conocido puede que lo vuelvas a escuchar y encuentres algo más. Porque has madurado, has caminado y te acercas a otros compositores que antes no estimabas. Entras en una relación con otros compositores, otras corrientes o formas de hacer que eran más desconocidos para ti y cambia tu visión... Es algo mas cercano a la mutabilidad de la persona. Se trata del ser humano, que va y viene... Lo que acontece en cada proyecto es una forma de reinventarte sobre lo que estás trabajando, es decir, desarrollando una nueva idea en ti, aunque realmente esté inventada, pero a un nivel personal en tu propia transformación como compositor sigue siendo nueva.
Foto: Zuriñe Fernandez de Gerenabarrena.
Aparte de la música también juega con otras disciplinas, como animaciones o trabajos de transformación de imagen en directo.
Son más una faceta lúdica que ciertamente es mas para uso digamos, personal, que da una satisfacción propia y automática al hacerlo y que en algunos casos, como en general los dibujos, no conllevan una experimentación mas allá que la de hurgar en la propia fantasía.
Son un complemento como persona, como un refrescarse en ciertas temporadas.
La transformación visual y sonora que he realizado en los últimos años sí que tiene más de experimentación, pero creo que me queda mucho camino que recorrer en esa vía, y por ahora voy haciendo —haciéndome— propuestas, breves acciones que van configurando una idea de la escena o de la interacción sobre la cual madurar y reflexionar.
Es verdad que en mi obra hay buena parte de música escénica, obra para teatro, teatro-musical, instalaciones o acciones; donde cobra gran importancia la relación con otras disciplinas artísticas; quizás porque creo que en muchos momentos la manera de llegar al otro, conlleva el intentar acercarse con todos los sentidos; es por eso que utilizo la colaboración con otros artistas que alimentan el producto final y sobre todo, porque muestran todo un mundo diferente y enriquecedor.
Por eso casi no podría hablar de una faceta de pintora... porque mi aproximación a estas disciplinas es tan amateur como lúdico-personal.
“La regenta”, “Airbag”, “Cachito”, “Secretos del Corazón”... Son algunas de las películas para las que ha orquestado música. Todas de un argumento muy diferente entre sí...
Sí, pero todas estas películas tenían un denominador común y es que la música la hizo Bingen Mendizabal. Éramos compañeros de clase con Bernaola y me pidió que le ayudara. Fue una época que duró unos dos años y de la que guardo muy buen recuerdo. “Éxtasis”, “Cómo ser infeliz y disfrutarlo”... Es una época que ha pasado, no sé si volverá, es una puerta abierta...
¿Cómo compositora y músico qué plataforma elige a la hora de escuchar o interpretar música?
Internet, a pesar de que es una plataforma nueva y muy útil para el intercambio de música, me resulta lejana... Yo soy más cercana al formato de concierto para poder ver la cara de la gente, sentir lo que ocurre... para mí es importante el acto en si, el momento donde se produce la música, con toda esa reunión de gente, en la escucha en común. Zuriñe Fernandez de Gerenabarrena (Vitoria-Gasteiz, 1965) Interesada por la pintura y la música, es por esta ultima vía por la que opta para realizar sus estudios académicos. Estudia composición con C. Bernaola en el Conservatorio Jesús Guridi (Vitoria-Gasteiz) siendo este encuentro determinante y es becada para ampliar sus estudios con F. Donatoni en la Scuola Civica de Milán contactando con los compositores de la escuela italiana contemporánea. Asiste a los seminarios de Darmstadt, IRCAM , LIEM, ARTIUM, iMAL... Orquestadora de varias películas, compone para publicidad, teatro, animación... es autora de la portada del libro Presencias y Ausencias de Marisa Manchado (Editorial Endymion) y realiza a su vez los vídeos Xera y Sortze, enmarcados en el “I Certamen de Arte Digital de Sta. Mª de Guía” (Santa María de Guía, Gran Canaria) y Rrrrrrrrr (“Animadrid 08”). Compositora versátil, cuenta con obras que van desde encargos para solista, orquesta sinfónica, teatro, orquestaciones de música de cine y electroacústica hasta proyectos multidisciplinares. Recibe encargos diversas instituciones ejemplo de ello: INAEM (Ministerio de Cultura), CDMC, Gobierno Vasco, Quincena Musical, Txanpa, Federación Coral de Álava, Orquesta Sinfónica de Euskadi, KREA. http://zfgerenabarrena.com/