486 Zenbakia 2009-05-15 / 2009-05-22

Gaiak

Ría del Oria

ADEVE

BELAXE. ITZULPEN ZERBITZUA



Revista Euskal Herriko Natura nº 31

Las marismas de la ría del Oria se encuentran en la orilla izquierda, en lugares donde se unen varios arroyos: Bero Donparnasa y Olabarrrieta. El más ancho es el Motondo, pero todos ellos se ubican en cotas donde la influencia del mar es muy importante.

Río arriba (hacia Usurbil), existen a ambos lados del río zonas pantanosas de mayor o menor entidad, aunque cabe decir que hay suelos de transición sin irrigación situados entre estos terrenos y los del valle colindante. Todos son igualmente importantes en el ecosistema del río: los conjuntos de zonas húmedas, la vegetación que vive a orillas del río, los suelos cultivados y los arroyos.

Aunque el paisaje ha sufrido mucho la influencia del ser humano, por lo que se encuentra muy cambiado, y más de la mitad de la superficie original de la marisma ha desaparecido o se encuentra en situación irrecuperable, puede decirse que este lugar mantiene bien las características de un entorno estuárico.

La estructura de este complejo y productivo ecosistema marismeño cuenta con capas verticales en el gradiente salino. Entre los sedimentos fangosos y arenosos o arcillosos originales del río y del mar, comunidades supralitorales de plantas halófilas atraviesan los lodos intermareales cubiertos con parches de zostera y espartina. Características fisiográficas

Las áreas mencionadas constituyen suelos planos que soportan la influencia de las mareas y sobresalen poco del nivel del mar. Por ello, los sustratos son consecuencia de los depósitos fluviales del Cuaternario.

Este estuario, muy importante en la Comunidad Autónoma Vasca, es lo que queda del amplio paisaje marismeño anterior. Un paisaje que, desde Usurbil hasta el mar, posee un gran potencial ecológico y paisajístico, además de tener un gran valor agrícola.

Algunas de las áreas mencionadas han cambiado mucho debido a la basura traída por la marea alta; al llenado y raseado (Motondo); a la contaminación (río Oria), etc. En general, no obstante, han logrado mantener la mayor parte de su valor natural.

Recientemente hemos asistido a la desaparición o profunda degradación de algunos humedales, lo que nos recuerda que la extinción de estos hábitats, tan importantes desde un punto de vista biológico, no es cosa del pasado, sino que continúa aún en nuestros días.

Aunque se trate de una zona poco cuidada, los paseos y la pesca son actividades regulares en este tramo de la ría, donde la pesca de la angula es tradicional.

El suelo colindante se utiliza con fines agrícolas, ganaderos y forestales, e incluso una zona linda con terreno urbanizado. Vegetación de especial interés

En estas zonas hay rastros de comunidades de especies vegetales que viven en terreno pantanoso de agua salada o con una salinidad determinada. Dichas comunidades se integran bien con especies típicas de los humedales que prefieren zonas de aguas estancadas para desarrollarse.

Muchas de dichas especies únicamente se encuentran en esta zona. Si su hábitat desaparece, se extinguirán también especies adaptadas a un entorno tan especial y selectivo. En las áreas más amplias, el complejo sistema original de comunidades se encuentra simplificado debido a su utilización agrícola y a las alteraciones sufridas.

Como ejemplos de especies vegetales que viven en estos humedales pueden citarse la pradera de Spartina alterniflora; la comunidad con predominio de la especie Halimione portulacoides y las junqueras y carrizales de Juncus maritimus y Scirpus maritimus (con carrizos, malvas blancas, etc.) que, como ocurre en la costa, se ven superados por el alóctono Baccharis halimifolia. A continuación, estas especies se ven sustituidas por otras de suelos dulces a las que no llega el agua, principalmente alisales, así como por grupos de hierbas altas (como Oenanthe crocata, etc.).

Además de las especies mencionadas, también predominan en las distintas comunidades de esta zona las siguientes especies de agua salada: Triglochin maritima, Spergularia maritima, Aster tripolium, Carex extensa y Atriplex hastata.

En la parte alta del río, en sus orillas y en el valle del Oria existen terrenos con fauna y flora de gran interés, especialmente junqueras, carrizales, alisales jóvenes y grupos de hierbas que viven en limos húmedos con mayor o menor salinidad. Todos ellos deberán tenerse en cuenta a la hora de recuperar y proteger el entorno del estuario del Oria. Fauna de especial interés

La ictiofauna está formada por una serie de especies costeras que entran a través del estuario en el tramo final del río por efecto de la marea (lubina, mojarra, corcón, etc.), peces del ecotono marea-río (anguila, trucha marina, kokala y platija) y taxones fluviales habituales (barbos, loinas y piscardos). En esta zona es muy importante la pesca de la angula y también puede encontrarse salmón atlántico, ya que esta especie se está recuperando poco a poco tras las iniciativas de repoblación desarrolladas por la administración.

Por otra parte, no debemos olvidar que el entorno salino impone límites fisiológicos importantes a los vertebrados terrestres y que aquí no existe comunidad alguna de reptiles ni de mamíferos, ya sea específica o representativa, exceptuando unas pocas especies mejor adaptadas como la culebra viperina y la rata de agua. Los anfibios también son escasos y entre los pocos que pueden encontrarse en la zona están la rana común, la rana bermeja (en Euskal Herria solamente viven en esta localidad a nivel del mar) y el sapo partero común.

En cualquier caso, los vertebrados más comunes de los humedales son las aves, con una amplia representación tanto de aves acuáticas como de los pantanos. En época migratoria, las bandadas de aves son fácilmente observables, como también (aunque en menor medida) durante la invernada y la reproducción. Resulta común observar arneidas (garzas reales y garzas rojas o martinetes), cigüeñas, espátulas blancas, patos, zancudas de limos (agachadizas, agujas, chorlitejos, etc.), gaviotas, cormoranes, rálidos, martín pescadores y también algunos pájaros de los pantanos, como buitrones, carricerines, buscarlas y escribanos.

Esta riqueza de aves migratorias pone de manifiesto la importancia de las marismas como zona de descanso de la fauna internacional.