413 Zenbakia 2007-10-26 / 2007-11-02

KOSMOpolita

Eustaquio Ibarrola: de Navarra a Laprida (Argentina) (II/II)

ARRONDO, César

UNLP/Argentina

:: Eustaquio Ibarrola: de Navarra a Laprida (Argentina) (I/II)

Otro iniciativa comercial de Eustaquio Ibarrola fue la apertura de una Barraca de Cueros, en los galpones de la estación del ferrocarril. En tal sentido, cabe recordar que con este emprendimiento reemplazaría la realizada en el almacén “el Globo” donde se comercializaban los frutos del país. Seguramente Ibarrola ha evaluado la necesidad de diversificar la actividad y establecer un comercio de cueros, lanas y sus derivados, fuera del Almacén “El Globo”. Además, esto no solamente le permitirá acopiar los cueros y lanas en un lugar más adecuado, sino también, darles a los mismos el proceso necesario de curtirlos, salarlos y lavarlos y preparar la lana para su envío a Buenos Aires para su comercialización y/o exportación. En cuanto a la ubicación del establecimiento en las inmediaciones de la estación del ferrocarril, tiene su sobrado motivo, ya que para la época, casi la mayor parte de las mercaderías y productos del país se transportan por medio del ferrocarril con rumbo a la estación porteña de Constitución, barrio de la ciudad de Buenos Aires en el cual, se encuentran ubicados los galpones para depósito de estos productos y las más importantes firmas de comercialización de frutos agropecuarios del país.

En esta actividad de la comercialización de cueros y lanas, Eustaquio Ibarrola no tenía incidencia sobre la totalidad del mercado, al existir otra importante barraca de acopiadora de cueros y lanas, la firma Díaz y Alacid.1

La implicación que desde el punto de vista económico y social había obtenido Eustaquio Ibarrola en el pueblo de Laprida en la década del 30, era de gran importancia. Ibarrola es un hombre que se presentaba ante el colectivo lapridense como un vasco trabajador, con ideas e iniciativas, como se dice hoy en día, alguien que ve un poco más allá del presente, imbuido de esa idea de progreso constante, la cual ponía a su servicio personal y de la comunidad toda. En este sentido, Ibarrola se ha reunido un importante y diversificado patrimonio, lo cual hace que se lo considere una persona de importante capital o adinerado, pero también una persona que otorga posibilidad de empleo o trabajo para muchas personas y actividades.

Si bien no hemos podido constatar la cantidad de personas que trabajaban para Eustaquio Ibarrola, es de imaginar, que en el abanico de actividades, tan diversas y vinculadas entre sí, seguramente habría un importante número de operarios y personal de administración, obtendría en esos años una oportunidad laboral en los distintos emprendimientos comerciales- productivos de su propiedad. Foto tomada en el 50 aniversario de la fundaciòn “La rural de laprida S:A” cuyo primer presidente y mentor fue Ibarrola. En la foto se descubre una placa y está el sr. Colantonio y la viuda de Ibarrola, María de las Mercedes Azpiazu de Ibarrola.

Será en el año 1933, cuando un grupo de productores agropecuarios se reúna con el fin de organizar la primera asociación (privada) que los aglutine. En este sentido, tal cual lo certifica una olvidada placa, la cual testimonia el 50 aniversario de la fundación de la “Rural de Laprida S.A.”, que tuvo lugar el 12 de agosto del año 1933.

La importancia de esta sociedad, radica en que es la primera en reunir a los productores rurales, máxima actividad del pueblo de Laprida, y será en esta institución agropecuaria, donde Eustaquio Ibarrola, el vasco navarro que llegó a este pueblo hace 32 años, se constituya en su primer presidente, lo que habla a las claras sobre su rol dirigencial y del aporte económico realizado a la sociedad anónima recientemente constituida. La placa constituye el testimonio de la conformación de la primera directiva, que se detalla continuación: LA RURAL DE LAPRIDA S.A. HOMENAJE A SU PRIMER DIRECTORIO

1933 12 DE AGOSTO 1973 Presidente: EUSTAQUIO IBARROLA Vicepresidente: MANUEL ALACID Vocales Titulares: TIMOTEO USSHER

PABLO EGGER

PEDRO LOHIDOY

VICENTE PETROCHELLI

LUIS ARROUY MAILHARRO Vocales Suplentes: VICENTE ANTIA

ANDRES LIDDLE

JUAN PERUILH Sindico Titular: SERVANDO BALBIN Síndico Suplente: JUAN M LAVAYEN2

Lamentablemente la documentación de “La Rural S.A” no se encuentra disponible, imposibilitando poder evaluar la magnitud de su actuación en el ámbito local. Igualmente es importante destacar, que los hacendados que acompañan en la primera directiva a Eustaquio Ibarrola, son importantes ganaderos de la región, lo cual implica, que el ocupar la presidencia no es una mera distinción, sino que denota la situación económica, que a esta altura Ibarrola ostentaba en el pueblo de Laprida.

También resulta importante comentar que junto a la actividad que esta institución llevo adelante, existían otras firmas o sociedades que se dedicaban a la venta de hacienda, más conocidas como “Casas de Remate”, como por ejemplo: la firma Arnaude Hnos, cuya actividad principal fue el remate de animales, comisiones y consignaciones, con una actividad en el ramo que se ha mantenido constante desde 1900, la cual estuvo inicialmente a cargo de Pablo, Juan y Marcelino Arnaude.3

Otra casa de remates y Consignación de Hacienda, fue la creada por los hermanos Damián, Pedro y Beltrán Saparrat, asociados en la firma Saparrat Hermanos, creada en 1926, la cual, funcionó hasta el año 1941, cuando Pedro Duhalde la adquirió.4

A modo de corolario, indagaremos sobre la personalidad y actividad social de Eustaquio Ibarrola. En este sentido, podemos afirmar que en la consideración de sus conciudadanos, Eustaquio Ibarrola era una persona adinerada pero austera, que vivía en una casa situada contiguamente a una de sus actividades comerciales, la panadería “El Cañón”, en la calle independencia. Este vasco que llegó de Navarra poseía una talla mediana y lucía bigotes y se mostraba en público, serio y educado.5

En 1918, el comisionado municipal Timoneo Ussher inicia un movimiento general tendiente a proveer de energía eléctrica al pueblo de Laprida. Ello da por resultado que en la asamblea popular del 10 de agosto de ese mismo año, se rubrique el Acta de Fundación de la Sociedad Anónima de Luz Eléctrica. El 1 de enero de 1920 el pueblo recibió el primer suministro de energía eléctrica. Eustaquio Ibarrola, dentro de las actividades que desarrolló en el ámbito social, participó de este emprendimiento de progreso para el pueblo de Laprida. En tal sentido, ocupó cargos en el directorio de la Compañía de Luz Eléctrica de Laprida, llegando a ocupar la presidencia de dicha institución, lo cual nos muestra a una persona, que siempre está dispuesta a apoyar toda iniciativa que signifique progreso personal o comunitario.6

No podemos dejar de lado su actividad en la Sociedad Española de Socorros Mutuos, la cual fue fundada el 1 de mayo de 1904. Cabe aclarar que en ese momento, todos los emigrantes de origen peninsular se encontraba nucleados en dicha institución, y recién en el año 1989, se comenzará a organizar un centro vasco en al ciudad de Laprida. La destacada actividad de Ibarrola en la sociedad española, la cual podemos apreciar en su doble función de directivo y una especie de mecenas, sobre todo cuando se debió construir el teatro de la institución, siendo uno de los destacados socios, que avaló la solicitud de un préstamo solicitado al Banco Hipotecario. Además, estos mismos socios prestaron a la sociedad española sin cobrar ningún interés, el dinero necesario para continuar con las obras de la institución. Lo cual permitió comprar las butacas, cortinados y realizar trabajos menores.7

Además cabe destacar, que Eustaquio Ibarrola como directivo de la institución hispana local, ocupó los siguientes cargos:

Año 1918: Honorable Jurado

Año 1919: Protesorero

Año1920: Tesorero continuando en el cargo hasta el año 1933.8

Dejando de lado, al Eustaquio Ibarrola, productor, comerciante, dirigente, motor de ideas, con el fin de resolver las dificultades propias y ajenas, nos introduciremos en la indagación sobre algunos desafíos, que los inmigrantes casi siempre deben sortear al haber dejado su patria y llegar y tener que adaptarse al país de acogida. Es en este tránsito donde comienzan a jugar una serie de cuestiones y prioridades, en las que muchas veces, se debe priorizar el afianzamiento en el nuevo país, en contraposición al mantenimiento de los lazos culturales y afectivos con el país de origen.

Como ya hemos enunciado, Eustaquio Ibarrola llego al país como miles de emigrantes, con 18 años de edad, y en un período corto de tiempo se radicará definitivamente en el pueblo de Laprida. Ya hemos comprobado a través del relato que en Argentina obtuvo un progreso económico, pero cuales fueron los lazos que mantuvo con su Navarra natal. Todo indica que Eustaquio Ibarrola mantuvo una relación permanente con su familia, de la vasca Navarra. En tal sentido, sus familiares afirman que ayudó económicamente a quienes allí quedaron, y que además, regresó a Navarra en dos oportunidades, como así también, algunos familiares llegaron desde Badostain.9

Los testimonios obtenidos nos muestran a Eustaquio Ibarrola como un indiscutible jefe de familia, siempre en compañía de su esposa, la cual, lo acompañaba en todas sus iniciativas. También podemos afirmar que Ibarrola dominaba el Euskera, y que indudablemente más allá de las pocas oportunidades de utilizarlo lejos de su Navarra natal, en el ámbito familiar lo hablaría, si bien al no tener descendencia, no tuvo la oportunidad de transmitirlo a sus hijos como primera lengua, seguramente lo practicaría con algún otro paisano que fuera euskaldún, que viviera en el pueblo de Laprida o en la región de influencia, en la cual, Ibarrola desarrollaba sus actividades comerciales.10

Esta afirmación de que Eustaquio Ibarrola era euskaldún, no hace más que dar fuerza a la hipótesis de que un gran número de vascos que vinieron a estas tierras americanas, eran vascoparlantes. También resulta una actitud importante la determinación de Ibarrola de mantener el idioma materno dentro de las posibilidades que el medio otorga, y esto nos muestra a un inmigrante, que no tiene ningún interés, de realizar un corte con su cultura de origen, abonado además esta actitud, con los dos viajes que realizó al País Vasco.11

Por último creo importante destacar, que Eustaquio Ibarrola, no solamente se hablaba el idioma vasco, sino también, se transmitía valores culturales en sus más diversas manifestaciones. También los testimonios aseveran que la familia Ibarrola tenía la costumbre de reunirse periódicamente con otras familias vascas, donde más allá de pasar una jornada agradable, lo cultural vasco se encontraba siempre presente. De la mima forma los testimonios recabados no hacen ninguna mención a celebraciones gastronómicas o deportivas masivas, fuera de las realizadas en ámbito familiar, lo cual refuerza la hipótesis de que los vascos de Laprida de fin del siglo XIX y principio del XX no tuvieron la necesidad de manifestarse en forma masiva y socialmente desde el punto de vista cultural y menos aún, de constituir una casa vasca. CONSIDERACIONES FINALES

Eustaquio Ibarrola un navarro que llegó a estas lejanas pampas a fin del siglo XIX, terminó afincándose en el pueblo de Laprida. A pesar de su corta edad, en su cabeza indudablemente anidarían múltiples proyectos y sueños, los cuales esperaría concretar en su nueva patria argentina.

La idea de progreso constante y de superación permanente, ha sido el lema de este vasco navarro, el cual, no solamente concretaba sus iniciativas personales, sino que también, ha sido eje convocante de proyectos colectivos, muchos de ellos a favor de la comunidad lapridense.

Es cierto que Ibarrola no se interesó por la política, al menos activamente, ya que no se lo encuentra participando en ningún partido político de la época. Pero entre sus iniciativas, algunas tienen como objetivo constituir una opción frente a la uniformidad que en el fondo, representaba a una ideología determinada.

Bucear en la vida de Eustaquio Ibarrola nos ha permitido mostrar a un emigrante que desarrolló todo su potencial en aras de concretar unos objetivos, de la mano de una personalidad singular, de quien veía un poco más allá, que el común de la gente.

La cultura del caserío fue mantenida dentro de sus posibilidades, como así también, sus lazos familiares con quienes en Europa quedaron, inclusive ayudándolos económicamente y viajando a su tierra vasca en dos oportunidades.

No podríamos catalogar a Eustaquio Ibarrola como un emigrante más que llegó al país. Sus capacidades y habilidades nos muestran que estamos frente a lo que los estudiosos de la inmigración hoy comienzan a considerar una inmigración de elite, la cual se desarrolló en forma paralela a la inmigración en general. Nunca sabremos si Eustaquio Ibarrola cumplió con todos sus sueños e ilusiones, pero no podemos negar que ha dejado una huella profunda, al menos en Laprida, donde al comentar la historia de aquellos años, se lo encuentra como protagonista permanente de todo lo que tenga que ver con el progreso, la expansión económica, el desarrollo cultural, todo a partir de poner en marcha su permanente audacia. Eustaquio Ibarrola falleció el 9 de septiembre de 1942, a los 63 años de edad. 1 Saparrat Mario, Entrevista. 2 Lozano Lidia, Entrevista. 3 Diez Hugo, Op. Cit. P 205. 4 Saparrat, Mario, entrevista. 5 Ibídem, Saparrat, Mario. 6 Diez Hugo, Op. Cit. P 204. 7 Ibídem, Diez Hugo. 8 Sociedad Española de Laprida, Libro de Actas, 1918-1933. 9 Azpiazu, Telma y Jorge. Entrevista. 10 Azpiazu Telma y Jorge. Entrevista. 11 Ibídem, Azpiazu, Telma y Jorge. Entrevista. :: Eustaquio Ibarrola: de Navarra a Laprida (Argentina) (I/II)