409 Zenbakia 2007-09-28 / 2007-10-05
E Gotia de Galarza en Museo de San Telmo. ste artículo pretende ahondar en una categoría de análisis poco explotada hasta ahora, con respecto al impreciso punto temporal en el cual se hace perceptible la ruptura efectiva del viejo modelo de solidaridad interna de linajes que caracterizó grosso modo al sistema social del tiempo de las Guerras Banderizas en Euskal Herria, tomando como sujeto particular el caso de Pedro de Goitia y su familia en la Gipuzkoa transicional, problema inserto además en un ciclo muy amplio de contestación al dominio de los señores del valle de Leintz.
Con lo de ruptura efectiva queremos decir, recurriendo al modelo de tiempos “braudeliano” apoyado en conceptos previos de Bergson, que indudablemente debe existir el momento, necesariamente difuso, en el cual los cambios llegan a hacer presión sobre las “prisons de longue durée” que son las mentalidades y sus representaciones, favoreciendo un deslizamiento hacia las nuevas concepciones. De tal modo, se hace necesario rastrear las huellas de esos cambios de concepción, que, esto es lógico por lo demás, no han de ser sincrónicos ni mucho menos estar ubicados en torno de un único punto común, sino que se extenderán sobre un lapso más bien largo, con avances y retrocesos, dadas las características que conforman dichos constructos.
Con esos presupuestos entonces, es que buscamos revisitar el conflicto judicial ocurrido por la vuelta del siglo XV entre los labradores Goitia y el señor de Galartza, con el objetivo de ir un poco más allá del sentido legal en los meros alegatos de partes, tratando de comprender algunos de los razonamientos expuestos y cómo ellos señalan hacia la inevitable evolución de la sociedad rural vasca dentro de un sistema de relaciones socioeconómicas muy diferente del establecido a lo largo de varios siglos por las familias extensas cuyos jefes organizaban -es decir controlaban- el territorio. En el material se delinean con mucha claridad las actitudes del sector señorial frente a quienes ya considera como simples dependientes, y la resistencia de estos últimos por mantener en lo posible las viejas normas consuetudinarias. Con todo, la misma apelación a las formas de resistencia judicial por parte de los principales afectados, permite asimismo considerar el grado de adaptación de aquellos a los tiempos “modernos” y el manejo de los recursos institucionales puesto en evidencia por los mismos en la lucha por preservar, por lo menos en parte, la costumbre antigua. Leintz y los señores de Gebara, una larga desavenencia
El valle guipuzcoano de Leintz, que en lo antiguo (hasta inicios del siglo XIII), cubría la jurisdicción de las villas de Aretxabaleta, Arrasate, Eskoriatza y Gatzaga, se fracturó con las separaciones de Arrasate y Gatzaga, en 1.260 y 1.331 respectivamente. De tal modo, las dos villas restantes junto con sus anteiglesias, quedaron como principales del mismo. La historia de Leintz, como decíamos más arriba, se caracterizó durante todo el bajo medioevo por haber sido el valle sitio de constantes luchas encuadradas en el modelo de resistencia antiseñorial, en un nivel que bien puede ser tenido por marcadamente superior al del resto de los territorios de Euskal Herria, aunque es cierto también que los primeros problemas surgieron mucho tiempo antes, como ya lo indicaba Gorosabel en su clásico “Cosas Memorables…”1, al enfrentarse los “...hijosdalgo del termino de Leniz...” con “...los mios pobladores del mi concejo de Mondragon...” por los derechos usurpados en montes, pastos, ríos, etc.2 y asimismo tras la escisión, al arrancar la pugna de Aretxabaleta con Eskoriatza. Los miembros principales del antiguo sistema de linajes que se enseñoreaban del valle enfrentaron entonces su primer desafío, al cual seguiría luego uno peor. Nos referimos al hecho del brusco cambio en las relaciones sociales que significó el pasaje del control del valle, por una merced de Enrique II en 1370 a la familia, posiblemente originaria de la zona, que sería poco más adelante la condal de Oñate, los señores de Gebara. En efecto, el 10 de enero de 1370, Enrique II de Castilla hizo donación por Privilegio Real a su vasallo, Beltrán Vélez de Gebara, del Real Valle de Leniz3. La donación abarcaba diversos aspectos: †...las nuestras salinas de Leniz e los nuestros logares de tierra de Leniz e las ferrerias de Mondragon e la escrivania publica de la dicha villa”, sumándose a esto “...sus rentas pechos y derechos y con sus prados, dehesas, exidos, aguas corrientes, manantes y estantes, entradas y salidas...” y con la justicia civil y criminal, alta y baja y con mixto y mero imperio, por juro de heredad.4 Leintz íntegro mantuvo una dura y constante lucha contra el señorío, que tras múltiples vicisitudes terminaría por decidirse a su favor al retomarse el realengo del valle el 7/XII/1.556 tras un pleito iniciado en 1.497. Oñate, por su parte, usaría de similar actitud contra los Gebara. Ya en 1.388 habían comenzado un fallido proceso de desnaturalización que acabaría en una seria represión con quema de viviendas, destierros y vindicta pública contra los ochenta y siete hidalgos responsables del intento. Leniz según Letona Arrieta y Leibar Guridi.
Muchos linajes subsidiarios del Valle decidieron no aceptar la jurisdicción del nuevo señor y derribando por mano propia sus solares se instalaron en Mondragón contribuyendo con éllo a incrementar las tensiones entre las villas y la familia de los condes de Oñate. Los de Galartza específicamente, prefirieron quedarse en su solar y construyeron la Casa Torre de Galartza mediante la cual afirmarían además el señorío sobre sus dependientes.
Al fallecer a finales de 1421 Pedro Velez de Gebara, Señor de Gebara y de Leintz, quedaba como titular su hijo, menor de ocho años de edad, bajo la tutoría de su madre, Constanza de Ayala, la cual, para intentar afianzar su débil posición aumentó sensiblemente las cargas sobre sus vasallos, generando un amplio descontento entre la población. Muchos de los linajes se rebelaron contra los de Gebara, asaltando y derribando torres, como la de Zaldibar en Arrasate o la de Landeta en Aretxabaleta. Así consiguieron liberarse momentáneamente del poder de los Gebara. Sin embargo, la reacción de estos no se hizo esperar. Los rebeldes se habían unido al bando oñacino, buscando apoyos entre los linajes de dicha adscripción, ya que los Gebara eran prácticamente iniciadores del bando gamboino y por esa razón Fernán Pérez de Ayala, cabeza del mismo, se hizo cargo de la expedición de castigo y apoyo a los derechos señoriales de su nieto e hija política “...e los entraron en el dicho / Valle e aposentose en la casa de Landeta / e quemó muchas casas en el dicho valle, e / quemó la casa de Estiuarris de Galarça, que e / ra causador de aquel fecho e Robo todo / el valle e quedaron sojuzgados a su mesu / ra.”5 Estos sucesos tuvieron lugar en 1.423 y hemos tocado el tema tiempo atrás en un artículo publicado en Argentina6.
Los principales linajes del valle firmaron en fecha cercana a la del sofocamiento de la rebelión (4 de junio de 1429), un Capitulado con Constanza de Ayala en el que se les otorgaban grandes ventajas en el campo de derechos y libertades, a cambio de su reconocimiento del Señorío de los Gebara. Los de Galartza y su parentela más cercana fueron explícitamente excluídos del mismo, aunque unos pocos días después se les terminaría por admitir bajo las mismas condiciones que el resto. En 1.451 hubo una nueva sublevación en Gatzaga-Salinas, durante la cual se llegó a abatir la casa torre de los señores.
En esa época los cuatro jefes de linajes “aundikiak” del Valle de Leintz, eran de Aretxabaleta: Arkarazo, Galartza, Otalora y Uribe. Los cuatro linajes conservaban el sistema de parientes mayores que había articulado hasta el momento las relaciones sociales del Valle aunque “el valle siempre avia sido syn parientes mayores que solían revolver la tierra y facían facer al pueblo lo que ellos querían”, según reza la sentencia de 1.493, bastante apartada de la realidad. Precisamente esta ambivalencia entre la conservación del viejo sistema y el intento de adoptar criterios más actualizados para enfrentar la crisis secular yace en la base del enfrentamiento que hemos de ver a continuación. Bibliografía
Ayerbe Iríbar, María Rosa: “Historia del condado y señorío de los Guevara (ss. XI-XVI) Aportación al estudio del régimen señorial de Castilla.”, VV. I y II, Donosti. 1.985.
de Aginagalde, Francisco Borja: “Casa de Guevara”.
de Gorosabel, Pablo: “Cosas memorables de Guipúzcoa”, Tolosa, 1.862.
Díaz de Durana Ortiz de Urbina, José Ramón: “Conflictos sociales en el mundo rural guipuzcoano a fines de la Edad Media: los campesinos protagonistas de la resistencia antiseñorial”, en HISPANIA, LIX/2, nº 202, 1999.
García de Salazar, Lope: “Las Bienandanzas e Fortunas”, 4 Vols., Ellacuria, Bilbo, 1.984.
Goicolea, Francisco Javier: “La comunidad rural de Escoriaza en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna, vista a través de las ordenanzas de 1.522.”, en: “Euskal kultura eta ikerketa akdizkaria. Revista de cultura e investigación vasca”, Fundación Sancho el Sabio Fundazioa, año 4, 2ª época, nº 4, pp.353-66, Gasteiz-Vitoria, 1.994.
Lema Pueyo, J. A. e. aa.: “Archivos Municipales (1260-1520). Antzuola, Aretxabaleta, Eskoriatza, Leintz-Gatzaga” Colección de Fuentes Documentales Medievales del País Vasco, SEV Eusko Ikaskuntza.
Marín Paredes, José: “¿Qué es un Pariente Mayor? El ejemplo de los señores de Oñaz y Loyola”, en: “La lucha de Bandos en el País Vasco”, José Ramón Díaz de Durana (comp.), Euskal Herriko Unibertsitatea-Universidad del País Vasco, Zarautz, 1.988.
Martínez de Isasti, Lope: “Compendio Historial de la Muy Noble y Muy Leal Provincia de Guipúzcoa… en 1.625”, Baroja, San Sebastián, 1850. VVAA (Lema, Fernández de Larrea, García, Munita, Díaz de Durana): “Los señores de la guerra y de la tierra: nuevos textos para el estudio de los Parientes Mayores guipuzcoanos (1.265-1.548)”, EHU-UPV, Gipuzkoako Foru Aldundia, Donostia, 2.000. 1 Gorosabel, Pablo de: “Cosas Memorables de Guipúzcoa”, p. 131. 2 Real Cédula de Alfonso X llamado “el Sabio”, del 30/VII/1280. 3 A partir de ese momento, otro conflicto subsidiario se habría de generar en Leniz: el constante intento de la familia Gebara por obtener el señorío sobre la importante villa de Arrasate-Mondragón, que el rey, en su impotencia de avanzar ante la resistencia de los señores, había buscado justamente reducir cediéndoles el valle, y que continuaría por décadas. 4 Ayerbe Iríbar, María Rosa: “Boletín de la Sociedad Bascongada de Amigos del País”, 1984, pp.587-9. 5 García de Salazar, Lope: “Las bienandanzas e fortunas”, L. XXIII, f.112, c. 1, 29-35 Lope titula el texto: “De las cosas que Ferrand Peres de Ayala / fizo en Lenis por que se alçaron contra don Pedro / Velas de Guevara su señor que era su nieto.” En este caso el cronista banderizo nos indica además que, relaciones de linajes mediante, Otxoa de Salazar, su padre, participó de la represión contra “los del Señorio de Venjs” [sic., por Leniz]. 6 “El ocaso de una condición muy particular. Las mujeres ‘vizcaínas’ en la transición de los siglos XV al XVI.”, en Actas de las QUINTAS JORNADAS de Historia de las Mujeres y Estudios de Género. Instituto Interdisciplinario de Estudios de la Mujer, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad de La Pampa, Santa Rosa, julio de 2.000, pp. 371-8.