El topónimo Elciego: Historia y Lengua El topónimo Elciego: Historia y Lengua Ricardo Cierbide 1. Historia Los historiadores modernos, basándose en los testimonios antiguos y en la arqueología, unánimemente consideran que los habitantes primitivos de La Rioja fueron Berones y que la Sierra de Cantabria sería la muga divisoria entre Vascos Caristios y Celtas Berones. La prueba evidente de ello la tenemos en el importante yacimiento prehistórico de La Hoya, entre Laguardia y Elvillar, de la Edad de Hierro, así como en los orónimos Toloño y Buradón, al parecer, objeto de culto por las gentes prerromanas de la zona, y en recientes hallazgos junto a Laguardia. Esta región conoció una intensa romanización, como lo prueba la inscripción procedente de Laguardia, de una estela dedicada a los Lares Quadri viis. Asimismo se podría citar la inscripción dedicada a la diosa Mater Vsea de la citada localidad. En sus aledaños tenemos también la estela de Herramélluri, los testimonios en terra sigillata procedentes de Tricio y Arenzana, el bronce de la Venus de Herramélluri, etc. Sabemos que la Rioja fue zona de paso en la vía fluvial del Ebro y de la ruta que unía Caesar Augusta Zaragoza con Asturica Astorga y que relacionó la zona con Legio VII León, como lo prueba el culto a los mártires Emeterio y Celedón, patronos de Calahorra. La presencia navarra en la región se remonta al siglo X, en que Sancho Garcés I, rey de Navarra, ocupa la zona con la ayuda del rey de León, Ordoño II, entre 918 y 920, logrando su dominio pleno a partir del 922, después de la derrota en Valdejunquera. A partir de entonces y hasta 1076 la corte navarra residirá en Nájera. Esta expansión de Navarra se vio acompañada, como afirma J. Mª Lacarra, de un asentamiento de pobladores cristianos procedentes de Navarra y Alava. La navarrización de estas tierras de sustrato netamente hispanorromano y romanizado fue el resultado de una expansión de la monarquía navarra con gentes de habla romance, impulsada especialmentepor Sancho III el Mayor, previo acuerdo con los Condes de Castilla en 1016, por el que se fijaron las fronteras de ambos contendientes, quedando para el navarro como zona propia el Valle del Ebro y la mitad oriental de Soria. Será a partir del siglo XI cuando comiencen a citarse varios topónimos mayores, como Lagarde (Laguardia) en el Fuero de Marañón, otorgado por Alfonso I el Batallador, o Cripan (MSM, 1088, doc.272) y El Cieko (Elciego, MSM,1067,doc.190). A partir del siglo XII los reyes de Navarra comienzan a otorgar Cartas Pueblas a las villas de la Sonsierra, como Sancho VI el Sabio a Laguardia (1164) y su sucesor Sancho VII a Labraza (1196) y algo más tarde a Viana (1219). Durante toda la Edad Media toda la Sonsierra (Laguardia y sus aldeas, así como San Vicente y las suyas) permaneció como parte del reino de Navarra, a excepción de Labastida y Salinillas de Buradón que habían pasado a Castilla en 1200 por ocupación del territorio. En lo eclesiástico, excepto Oyón, dependió del obispado de Calahorra y formó parte, junto con Viana, del principado de su nombre, creado para el heredero de la Corona por Carlos III de Navarra. Durante toda la época medieval dependieron de Laguardia: las aldeas de Armentarana, Baños, Berberana, Cripán, Elciego, Elvillar, Esquide, Estobledo, Lanciego, Lapuebla, Las Casetas, Leza, Moreda, Murriarte, Navaridas de Suso, Navaridas de Yuso, San Millán, Villaescuerna (cambió el nombre por Villabuena en 1662), Viñaspre y Yécora. Fue a partir de fines del siglo XVI cuando se inició el cambio de status de las aldeas al convertirse en villas, siendo la primera de ellas la de Elciego, la cual obtuvo de Felipe II la categoría de villa en 1583, previo pago de 3.093.70 maravedíes. Su población apenas osciló a lo largo de los siglos XIV y XV, como nos lo muestran los Libros de Fuegos de Navarra, ya que en 1350 contaba con 20 vecinos frente a 309 de Laguardia y 20 en 1427, frente a 173 de ésta última. Por el contrario experimentó un fuerte ascensoen 1572 con 150 y 200 en 1802. 2. Hipótesis sobre la explicación del topónimo Elciego Considero descartable la explicación popular, según la cual, Elciego procedería de una supuesta venta llamada Del Ciego, propiedad de cierto vecino ciego, según recoge el Diccionario Histórico Geográfico del País Vasco (Tomo I, Madrid, 1802, pp.239 240), ya que la voz Elciego está ya documentada en 1067 con la forma El Cieko y está sin duda relacionada con otras de la zona como Lanciego, Samaniego, Berberiego, etc. Sin duda, la atestación El Cieko de 1067 encubre un pseudoarcaísmo por Elciego, en un intento de latinizar el topónimo por creerlo latino. Parece evidente que la voz está formada a partir de un lexema del que hablaré a continuación y un sufijo ecu romanceado iego, al igual que en los topónimos citados: Lanciego, Samaniego, Berberiego, Casariego, etc y que bien podría equivaler a "lugar", similar al vasc. tegi, aga, eta, tan frecuentes en toponimia vasca, cf. Markotegi, Satrustegi, Arteaga, Pagoaga, etc., o el suf. oi, ui: Ariztoi, Elordui, etc., equivalentes al romance edo, eda (>lat. ETUM, ETA), propio de fitónimos, como Fresnedo, Salcedo, Robledo, etc. En nuestro caso y habida cuenta de la zona y la antigüedad del topónimo, parece muy verosímil que el primer elemento de nuestro topónimo derive de la voz latina elicina 'encina', derivada a su vez del lat. Vulgar elice, por el clásico ilice, tan difundida en la toponimoa peninsular, cf. Oncineda, Encinar, etc. O el cat. Alsina. Es decir, se podría pensar en un supuesto *Elicin(a) + ecu > *Elciniego
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