372 Zenbakia 2006-12-01 / 2006-12-08
Elena Odriozola (Donostia, 1967) Botoi bat bezala / Como un botón, Juan Kruz Igerabide, Anaya 1999. Axa mixa zilarra, Jesus Mari Olaizola “Txiliku”, Elkar 2000. Magali por fin lo sabe, Patxi Zubizarreta, Anaya 2000. Izar euria, Felipe Juaristi, Elkar 2001. Marlene y el taxizapato, Mariasun Landa, SM 2001. Cuentos de las mil y una noches contados por Juan Tébar, Anaya 2001. Siete noches con Paula, Patxi Zubizarreta y Juan Kruz Igerabide Edebé 2001. Diez amigos, Inés Rosales, Imaginarium 2002. Colección “Usoa” (4 libros), Patxi Zubizarreta, Erein 2002. Mutikoa eta Jaguarra, Jesus Mari Olaizola “Txiliku”, Elkar 2002. Eta txorimaloa mintzatu zen, Rubén Ruiz Aizkorri, 2002. Los moais de Pascua, Jordi Serra i Fabra, Edebé 2003. Dindirri, Angel Lertxundi, SM 2003. La Princesa y el guisante, Hans Christian Andersen, Anaya 2003. Margarita, Rubén Darío, Imaginarium 2003. El loro de Haydin, Felipe Juaristi Aizkorri, 2003. Poemas para las horas y los minutos, Juan Kruz Igerabide, Edelvives 2003. Euria, Daniel Nesquens Aizkorri, 2003. Vegetable glue, Susan Chandler, Meadowside children´s books 2004. Atxiki sekretua, Patxi Zubizarreta, Elkar 2004. La sirenita y otros cuentos, Hans Christian Andersen, Anaya 2004. El arca y yo, Vicente Muñoz Puelles, Anaya 2004. La princesa que bostezaba a todas horas, Carmen Gi,l OQO 2005. Peter Pan, James Matthew Barrie, Edebé 2005. La bella mandarina, Laura Pons Vega, Imaginarium 2005. Zaharrak berri, euriak, Yolanda Larreategui, Gero 2006. The story of Noah, Stephanie Rosenheim, Meadowside children´s books 2006. Cuando sale la luna, Antonio Ventura, Thule 2006. Marte y las princesas voladoras, María Baranda, Fondo de Cultura Económica 2006. El viento en los sauces, Kenneth Grahame, Anaya 2006.
E sta pintora-ilustradora gusta de la contemplación en los temas de sus cuadros (como colijo de ellos). De la contemplación activa y de la pasiva, pues así se puede describir la efectuada durante el sueño, sea o no sea este acorde con los deseos más íntimos (no vigilia) del desprevenido contemplador.
Los colores que emplea son suaves ya que son acuarelas, y en muchos casos éstas, temáticamente, tienen que ver con el ingrediente que más sentido da a esta técnica pictórica. Y lo que me gusta de su obra es que es muy generosa con el espectador más contemplativo ya que sitúa sus sencillos y calmos personajes en el extremo de cada pieza dejando que la mirada del espectador discurra por los cauces que ya desborda el protagonista implícito de cada cuadro: el viento, el agua, el ambiente
onírico, inmiscuyéndonos así en el duermevela, en la aprensión al agua fría, y en la obligación de reciclar.
Ramuntcho Robles Quevedo