148 Zenbakia 2001-12-21 / 2002-01-04

Gaiak

El futuro de la artesanía

URDANGARIN, Carmelo

El futuro de la artesanía El futuro de la artesanía Carmelo La falta de una definición formal, Urdangarin unánimemente aceptada, de lo que se entiende por artesanía, obliga a recordar que, generalmente, se consideran como productos artesanos, los que se han fabricado con la aportación fundamental del trabajador y con reducida utilización de medios mecánicos. Estos bienes, siempre que cumplan con los requerimientos del mercado, parece que vana contra con una demanda creciente, sobre todo por dos razones. La primera, la tendencia cada vez más generalizada, de disponer en la vida cotidiana de productos singulares o en cualquier caso, distintos de los que la industria moderna nos proporciona, uniformizando a todos los consumidores. Y la segunda, la cada vez mayor disponibilidad de recursos económicos, por un número creciente de ciudadanos. Pero el artesano e incluso la mayoría de los artistas (aunque en mucho menor medida), si quieren vender lo que elaboran, no pueden olvidar las imposiciones del mercado, que exige que, además de una cierta belleza y un buen precio, el producto artesano tenga una utilidad práctica y además, es muy importante que sea adecuado a las viviendas actuales. Sin embargo, no puede olvidarse que la decoración ha sido, tradicionalmente, uno de los destinos importantes del trabajo artesanal. Junto a todo esto, es totalmente necesaria la accesibilidad del potencial consumidor a los productos de nuestros artesanos. La gran labor que, actualmente, realizan las Ferias y Exposiciones de Artesanía, es necesario completar con una mucha mayor presencia en establecimientos permanentes, a poder ser, especializados en la comercialización de estos bienes. En gran medida, sólo estos canales de distribución pueden atender a una demanda tan importante como la que suponen los turistas y los que permanecen entre nosotros cortos espacios de tiempo, con motivo de congresos, festivales e incluso, a la que se deriva del veraneo. Además, parece muy necesario crear unamarca o distintivo y mejor un label, que identificara a los productos artesanos vascos, de manera que los compradores tuvieran una garantía adicional. La comercialización exterior podría verse, así mismo, fortalecida. Venimos insistiendo en la comercialización, porque son pocas las dudas de que es la mayor debilidad del sector. Parece claro que nuestros artesanos saben hacer el trabajo, y además, como es obvio, lo hacen bien. Como ya hemos adelantado, otra cosa es, que deben responder a lo que el mercado demanda. Incluso, aquellos profesionales que perdieron un trabajo o se jubilaron y que siguen fabricando artesanía, para lo que utilizan parte de las tecnologías de su actividad anterior, pueden tener continuidad. La artesanía, en los términos expuestos, puede y debe tener continuidad de entidad. Sin embargo, no puede olvidarse la elevada edad media de los actuales profesionales y los pocos jóvenes que acceden a la profesión, siendo casi testimoniales, las enseñanzas específicas que se imparten, todo lo cual hace que la trayectoria futura se vea cuando menos ensombrecida. Fotografías: Del libro editado por la Diputación Foral de Álava "Artesanía Vasca. Euskal Eskulangintza" Euskonews & Media 148.zbk (2001/12/21 2002/01/04) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria