141 Zenbakia 2001-10-26 / 2001-11-02

Elkarrizketa

José Luis de la Granja: "Irujo fue un hombre del Estatuto, dejando claro que no era su meta pero que era fundamental para la existencia de Euskadi"

EZKERRA, Estibalitz

Elkarrizketa: José Luis de la Granja José Luis de la Granja, catedrático de Historia Contemporánea "Irujo fue un hombre del Estatuto, dejando claro que no era su meta pero que era fundamental para la existencia de Euskadi" * Traducción al español del original en euskera Estibalitz Ezkerra José Luis de la Granja es un hombre totalmente ligado a la Universidad del País Vasco. Ingresó como profesor en el año 78, y desde el 90 es catedrático de Historia Contemporánea en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación. Así mismo es tutor de la UNED del centro de Bizkaia en Portugalete. Afirma usted que junto a José Antonio Aguirre, uno de los hombres más relevantes dentro del panorama político vasco fue Manuel de Irujo. Si cogemos exclusivamente el nacionalismo vasco en el siglo XX y haciendo abstracción de los políticos actuales, tras la muerte de Sabino Arana en el año 1903 los nombres a señalar serían José Antonio Aguirre (al ser el primer lehendakari del Gobierno Vasco y por su relevancia política tanto en la República como en la Guerra Civil y en el exilio hasta su muerte en 1960) y Manuel de Irujo. A pesar de que Irujo era casi trece años mayor que Aguirre, y por lo tanto más veterano, yo les sitúo en la misma generación. Irujo fue diputado a Cortes en la República como Aguirre, y ministro del PNV en los gobiernos republicanos no sólo en la Guerra Civil, sino también en el exilio. Pero además tuvo cargos relevantes a nivel internacional, ya que en el exilio llegó a ser vicepresidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo y presidente del mismo a finales del franquismo. En los últimos años de la transición volvió a ser senador y parlamentario foral de Navarra, justo lo que había sido al principio de su carrera en época de la restauración con la monarquía de Alfonso XIII. Como vivió casi 90 años tuvo una trayectoria más completa que la de Aguirre (que murió prematuramente en el año 60), aunque la trascendencia de Aguirre sea mayor. Irujo fue un lídercarismático, no tanto como Aguirre, cosa que no se considera en el caso de Leizaola, que era un político más gris, más de gestión diaria. Irujo fue más controvertido, tuvo cambios importantes sobre todo en los años de la Guerra Mundial (es la etapa en la que se radicaliza y diverge de lo que había sido su posición en la República). En cuanto a los cargos desempeñados tanto a nivel vasco como español y europeo no tiene equivalente. Se pueden mencionar otros políticos no nacionalistas también destacados como Prieto, que al igual que Irujo también fue diputado y ministro, y que en el socialismo fue el equivalente de Aguirre. Si cogemos a los monárquicos se puede hablar de Lequerica o de Areilza que tuvieron cargos relevantes sobre todo en el franquismo, o los carlistas Pradera o Conde de Rodezno etc. Pero el que tuvo la vida política más extensa (prácticamente 70 años) y más cargos públicos fue Irujo. Manuel de Irujo. Fotografía realizada en la Exposición "Manuel de Irujo Ollo. Lizarra/Estella 1891/9/25 Iruñea/Pamplona 1981/1/1 Fue un líder carismático que mantuvo ciertas desavenencias con su propio partido. Tuvo desavenencias con el propio Aguirre. En la República, frente al optimismo de Aguirre con el Estatuto en Navarra, Irujo mantuvo una posición pesimista. Y el caso es que Irujo tuvo toda la razón. Es decir, como él había vaticinado el Estatuto fracasó en Navarra en el año 32. A Irujo como navarro y muy vinculado a su tierra le pareció mal que el PNV siguiese con el Estatuto ya sin Navarra, aunque le dejase una cláusula para una incorporación futura. Pero al final lo acabó aceptando. De hecho, Irujo fue el ministro del Estatuto. Esas desavenencias continuaron en el exilio. Tanto Aguirre como Irujo tuvieron una fase radical e independentista durante la segunda Guerra Mundial, pero a pesar de eso, a Aguirre no le pareció bien la actuación de Irujo; es más, desaprobó públicamente su papel en el Consejo Nacional Vasco de Londres como lo ha estudiado Jiménez de Aberásturi.En aquellos momentos en que no se sabía cuál era el paradero Aguirre (estuvo perdido durante más o menos un año en la Alemania nazi hasta que consiguió escapar y llegar a América en el año 40 41), en una situación en que prácticamente no existe el Gobierno Vasco en el exilio, Irujo crea como un contragobierno que es el Consejo Nacional de Euskadi en Londres. Pero no con planteamientos autonomistas y republicanos, sino muchos más radicales e independentistas de acuerdo con el Consejo Nacional Catalán que existe también en Londres en esos años de la Guerra Mundial. Elaboró una serie de textos, por ejemplo un anteproyecto de Constitución vasca que está publicado, donde llega a incorporar no sólo Euskadi y Navarra sino también zonas de Cantabria, La Rioja, Burgos o de Aragón. Ese proyecto sentó muy mal a los republicanos, incluso los sectores nacionalistas disintieron de la actuación de Irujo, y Prieto lo descalificó hablando de imperialismo vasco. Por esas y otras actuaciones un poco por libre, tanto como por su carácter que era bastante impulsivo y muchas veces iba por su cuenta sin reparar en las autoridades del PNV, hizo que Aguirre desautorizase esa actuación de Irujo. Tuvieron algún que otro choque posteriormente, pero en el fondo acabaron siendo muy amigos. Los dos volvieron a defender las instituciones republicanas y el Estatuto del 36 a partir del 45. De hecho, ambos jugaron la carta de la República y por eso Irujo volvió a ser ministro de Gobiernos Republicanos del 45 al 47. Irujo mismo decía que a veces andaba por libre y tomaba decisiones sin tener en cuenta a su partido. El caso más claro es el Irujo del 18 de julio de 1936 en San Sebastián. Él es el primer nacionalista que en cuanto se entera que hay un golpe de estado, va donde el gobernador civil de Guipúzcoa y se ofrece para lo que haga falta, sin tener en cuenta la dirección de su partido que ese mismo día se iba a reunir en San Sebastián y que de primeras desautorizó la actitud de Irujo. Ese texto nuncase publicó, pero al día siguiente optarán por apoyar la República y oponerse al golpe. Pero mientras que Irujo lo tenía claro hay otros que dudaron, porque Aguirre y Leizaola reconocieron que tuvieron sus dudas en el verano del 36. Irujo desde el primer momento no dudó y eso explica que sea el único ministro que ha tenido el PNV en los gobiernos españoles. Hubo otro nacionalista por Acción Nacionalista Vasca, Tomás Bilbao, que fue ministro de Negrín en el 38 39 una vez que Irujo dimitió, pero fue por un problema de solidaridad con la Generalitat de Cataluña. Durante dos años Irujo fue ministro con Largo Caballero y luego con Negrín. Aunque él tampoco quería ser ministro por razones personales. La mayor parte de su familia estaba en Navarra en manos de los franquistas, por lo que algunos de sus hermanos corrían peligro (de hecho uno de ellos fue condenado a muerte después). Pero al final, quizá por ese talante que algunos han denominado disidente e incluso de heterodoxia, en el fondo fue muy leal, una lealtad crítica, pero lealtad al fin y al cabo, al PNV en el que militó durante más de 70 años, desde 1908 hasta su muerte en 1981. Lealtad que también demostró en la Guerra en la que participó activamente. En la guerra hubo dos fases. Antes del Irujo ministro hay el Irujo que es fundamental en la Guerra Civil en Guipúzcoa. Es el primero, el más decidido, el más avanzado también socialmente dentro de esa línea que va a llevar luego a la democracia cristiana en el exilio. Y como él era republicano en el sentido que identificaba república con democracia, contribuye en la derrota de la sublevación en San Sebastián junto con otros diputados nacionalistas y no nacionalistas, con la rendición de los cuarteles de Loyola. Después es de los que intenta que no se cometan excesos en San Sebastián aunque sin demasiado éxito. En Guipúzcoa durante esos dos meses escasos hubo bastantes asesinatos de presos derechistas, algunos muy relevantes. Guipúzcoa queda fragmentada en zonas y asícomo en Eibar, Irun y San Sebastián son el Frente Popular con los anarquistas, es decir, los sectores obreristas más radicales los que controlan la situación, los nacionalistas se refugian en el interior de Guipúzcoa y hacen de la basílica de Loyola su sede. Ahí es donde empiezan a movilizar sus milicias y a crear sus batallones, lo que luego será el Eusko Gudarostea. Al frente de eso está Irujo. El PNV no interviene apenas en la guerra, en una situación de la Euskadi preautonómica, antes del Estatuto, se preocupa más de salvar la vida de los presos o de salvaguardar las iglesias; aunque empiezan a organizarse militarmente. El cambio fundamental se produce cuando en septiembre llegan la dirección del PNV y Aguirre, y negocian con Largo Caballero y Prieto convertir esa especie de alianza de hecho en alianza de derecho, esto es, en una alianza político militar en todos los niveles. Es entonces cuando se sella ese acuerdo que se plasma en hechos fundamentales: la entrada de Irujo en el Gobierno (inicialmente Largo Caballero ofreció la cartera a Aguirre, Aguirre no aceptó y se la ofrece a Irujo que acabó aceptando por esa lealtad con su partido) con la condición sine qua non de la aprobación del estatuto vasco. El 1 de octubre del 36 se aprueba el Estatuto en las Cortes reunidas en Madrid, y eso permite que una semana después en Gernika se forme el Gobierno de Aguirre, gobierno de coalición PNV Frente Popular pero hegemonizado por el PNV, que tiene las carteras fundamentales aparte de la presidencia de Aguirre. El pacto no hubiese existido de no haber guerra, pero sí hubiese habido estatuto aunque no hubiera guerra, porque había un entendimiento cordial entre Prieto, Aguirre e Irujo. Lo único que se hizo es acelerar su aprobación sobre todo para que el nacionalismo se volcase más en la guerra militarmente, cosa que no había hecho en la campaña de Guipúzcoa. A partir de ahí y durante el resto de la guerra en Bizkaia, hasta la toma de Bilbao por el ejército de Franco en juniodel 37, el nacionalismo se vuelca mucho más en la guerra, con un estatuto que convierte el gobierno de Aguirre en un cuasi estado vasco, una situación de semi independencia que controla todo el poder. Y su representante del gobierno primero de Largo Caballero y luego de Negrín, es Irujo. En su etapa de ministro de Justicia hizo todo lo posible para acabar con los paseos, con las chekas, para que los presos fueran juzgados en tribunales, aunque fuesen tribunales populares; y para restablecer el culto católico, cosa que desarrolló especialmente en Cataluña. Así como el Gobierno estaba en Valencia y de allí fue a Barcelona, Irujo estuvo buena parte de su ministerio en Barcelona. A Barcelona fue también Aguirre y parte de su gobierno, una vez que cae Bilbao. Allí con las buenas relaciones con la Generalitat de Companys, Irujo va a hacer todo lo posible por restablecer el culto católico. De hecho va a existir una capilla vasca en Barcelona que no va a tener problemas. Pero va a ser sobre todo la jerarquía eclesiástica catalana la que no querrá que se restablezca el culto en la zona republicana, y preferirá esperar a que entren las tropas de Franco a principios del 39 para hacerlo. Así que curiosamente los mayores problemas que tuvo Irujo para el restablecimiento del culto católico en la zona republicana y especialmente en Cataluña, no procedieron del gobierno republicano, sino de la propia Iglesia. Fotografía del cartel de la Exposición "Manuel de Irujo Ollo. Lizarra/Estella 1891/9/25 Iruñea/Pamplona 1981/1/1 Arduo defensor del Estatuto, usted mismo califica a Irujo como "el hombre del Estatuto". Cuando llega la República , las posiciones del PNV están bastante escoradas a la derecha sobre todo por la cuestión religiosa. El primer estatuto lo elaboró la Sociedad de Estudios Vascos Eusko Ikaskuntza, el llamado Estatuto General del Estado Vasco, con la participación de distintos sectores políticos. Pero ese Estatuto, que podía haber sido el común denominador para derechase izquierdas vascas (muy divididas entonces por la cuestión religiosa), no seguirá adelante. Mientras que ANV va a apoyar este Estatuto y el que posteriormente hagan las izquierdas, el PNV y los carlistas introducen una serie de enmiendas, como el famoso concordato vasco. Ambos creían que la República iba a ser federal (luego no lo fue, fue un estado integral que sólo admitía regiones autónomas y no estados federados), se pretendía concordar directamente con la Santa Sede. De esa manera, se quería evitar la legislación anticlerical de la República en un momento de efervescencia religiosa. Recordemos que en esos momentos es cuando tienen lugar en Ezkioga las famosas apariciones de una supuesta virgen, virgen del Estatuto para algunos. Y se mezcla política con religión. Tales enmiendas llevan al Estatuto de Estella, que es un estatuto clerical y antirrepublicano, con la idea de que si la República como era previsible tuviera una constitución anticlerical y laica, Euskadi sea una especie de oasis, para Prieto un Gibraltar del Vaticano. Se añadieron otras enmiendas que eran inasumibles para las izquierdas vascas y para la segunda República, muy escorada hacia la izquierda en el año 31, como es por ejemplo el que los inmigrantes no pudieran votar hasta pasados 10 años de residencia. Eso suponía privar el derecho de voto a miles de personas que en su mayoría votaba más bien a las izquierdas. Todo eso hizo naufragar el Estatuto en el 31. En Euskadi hubo mayoría porque la coalición de Estella de nacionalistas y carlistas venció en las elecciones, aunque no en Bilbao, por ejemplo, y en Alava hubo una situación de empate. Pero cuando ese Estatuto se lleva en septiembre a Madrid a las Cortes Constituyentes, naufraga totalmente porque es incompatible con la Constitución. Irujo lo había apoyado, aunque el líder de movimiento de alcaldes era Aguirre (que era alcalde de Getxo) e Irujo en esos momentos no tenía ningún cargo público. Es más, el hacer la coalición de Estella le impidiópresentarse por Navarra. Irujo iba presentarse a la candidatura del PNV por Navarra, pero al llegar a la asamblea de Estella, la candidatura conjunta nacionalistas carlistas pro Estatuto de Estella era la de las derechas, quitando a uno y metiendo a Aguirre. Eso en Navarra sentó muy mal no sólo a Irujo sino a otros, porque había un diputado nacionalista anterior que era Manuel Aranzadi, primo carnal de Irujo, al que se le va a postergar para incluir a Aguirre. Irujo apoya el Estatuto de Estella aunque no interviene tanto como Aguirre y otros en su elaboración, pero es el primero que se da cuenta que ese estatuto es inviable. Él dice que el estatuto es lo importante, como lo es la existencia de Euskadi. Es decir, para que exista Euskadi tiene que haber un estatuto, lo de menos son las facultades de ese estatuto. Incluso viene a decir expresamente que si para conseguir el estatuto hay que renunciar a la facultad concordataria, hay que hacerlo. Y eso que él era muy religioso y muy católico. Pero consideraba que así no se iba a ningún sitio, que el estatuto iba a fracasar y que se quedarían sin nada. Por supuesto, una vez que el Estatuto fracase definitivamente en las Cortes a finales de diciembre, Irujo apoya la nueva vía que abre la República, el Gobierno de Azaña y de Prieto. Un estatuto que no va a ser el de Estella ni el de la Sociedad de Estudios Vascos, sino un estatuto que se acople a la Constitución del 31, por lo cual no va a haber estado vasco sino región autónoma vasca, que va a tener menos competencias, no va a disponer de autonomía religiosa ni concordato, pero que a mi modo de ver es un proyecto más democrático liberal que los del 31. Sigue incorporando todavía a Navarra hasta el año 32, y se ajusta más o menos a la Constitución. El PNV apoyó esa vía así como el carlismo no, y por supuesto, Irujo incondicionalmente. Irujo se vuelca en el año 32 en ese Estatuto como Aguirre, pero mientras Aguirre es optimista y cree que el Estatuto va a salir sin problemasen Navarra, Irujo no piensa lo mismo porque al no ser un estatuto anti republicano y clerical, sino un estatuto ajustado a la República y no se posiciona en la cuestión religiosa, tanto a la derecha navarrista como al carlismo no les interesa. Efectivamente, Irujo tuvo razón y como había vaticinado en junio del 32 los ayuntamientos navarros por ligera mayoría y con algunas irregularidades, dicen que no. Es cuando Irujo como navarro protesta a la dirección del PNV, al EBB, diciéndole que no debe apoyar un estatuto sin Navarra, porque al final van a quedar separados vascos y navarros, y que la cláusula que se va poner para que en el futuro Navarra se pueda incorporar con una serie de requisitos, se acabaría quitando. Esa cláusula está en el Estatuto que se plebiscitó en Álava, Guipúzcoa y Bizkaia en el año 33, pero no está en el Estatuto definitivamente aprobado el 1 de octubre del 36 porque fue muy recortado sobre todo por Prieto. Sin embargo Irujo, con esa lealtad crítica, a pesar de sus protestas, lo acabó aceptando y lo defendió en las Cortes como diputado pero por Guipúzcoa, no por Navarra. Se presentó por ambos sitios, como Aguirre, que lo hizo por Bizkaia y Navarra. Pero como en Navarra no tenía nada que hacer (la derecha era hegemónica y el PNV no pasaba del 10% de los votos) salió por Guipúzcoa. Es sabido que el Estatuto fue parado por la derecha en las Cortes por la cuestión alavesa en el año 34, y definitivamente aprobado en el 36. Ante los ataques de Calvo Sotelo con aquella famosa frase "antes una España roja que una España rota" o dirigiéndose a los diputados del PNV dijo literalmente "entregaros el Estatuto, es un crimen de lesa patria", Irujo se mantuvo firme y tanto él como Aguirre o Monzón dijeron que ellos defendían el Estatuto aunque lo consideraban como un programa mínimo. Ellos abogaban por la restauración foral que la interpretaban en el sentido de soberanía vasca, pero Irujo tuvo una frase muy gráfica y que va a ser realidad. Irujo con ese pragmatismosuyo va a decir en el año 35 que los diputados nacionalistas bendicen la mano que les traiga el Estatuto. Y como ha escrito Fusi, esa mano fue la de Prieto. En una carta de Irujo en la primavera del 36 dice literalmente: "Prieto es el hombre del Estatuto". Era muy clarividente, y se da cuenta de que en esos momentos el hombre del Estatuto es Prieto. Se da cuenta que ese Estatuto viene con las izquierdas, como lo que había propuesto ANV en el año 31. El PNV erró en Estella por ir con el carlismo. Le vino bien desde el punto de vista religioso y para conseguir al electorado católico, pero mal para conseguir el Estatuto. Efectivamente, el Estatuto del 36 fue el Estatuto de Prieto y de las izquierdas. Se aprueba en la guerra, pero sin guerra también hubiese habido Estatuto. Se acelera para que Irujo sea ministro y para que el PNV se vuelque militarmente en la guerra. En ese sentido Irujo fue un hombre del Estatuto, fue un político totalmente estatutista, dejando claro que no era su meta, que no era la meta del nacionalismo, su meta era la restauración foral o la soberanía vasca; pero que era fundamental como el que existiese o no Euskadi. Salvando el paréntesis de la Guerra Mundial, donde se olvidan del Estatuto y de las instituciones republicanas, a partir del 45 vuelve de nuevo el Irujo republicano y estatutista. Cuando se baraja la alternativa monárquica ,Don Juan de Borbón frente a Franco, curiosamente propuesta por Prieto, mientras que sectores del PNV (especialmente Monzón, consejero del Gobierno Vasco de Aguirre) la aceptan, Irujo se opone totalmente. Después y lo sabemos por el libro "El péndulo patriótico", hay momentos en los que Irujo ,actuando un poco por libre, llega a acuerdos con los republicanos, y está dispuesto a volver al gobierno republicano en el exilio cuando ya casi no pintaba nada y cuando el régimen de Franco se había consolidado. Sin embargo, la dirección del PNV le para los pies y no le deja ir más allá. Se le critica por esa actuación. Eso haceque sus relaciones con Ajuriaguerra y con la dirección del PNV durante parte del exilio fuesen un poco distantes y frías. Otro de los méritos de Irujo es su labor por la europeización del partido, labor que desempeñó en el exilio. El europeísmo de Irujo empieza en la segunda República. En el segundo Aberri Eguna celebrado en San Sebastián en el año 33, bajo el lema de Euzkadi Europa Irujo pronuncia una conferencia sobre nacionalismo e internacionalismo. En dicha conferencia resaltaba la importancia de estar en Europa. Sobre esa cuestión también publicó varios artículos en la prensa y al mismo tiempo fue el principal defensor del pacto Galeuzca, que surgió y fracasó en el año 33. Irujo participó en un viaje triangular que se hizo ese mismo año en los tres territorios, y defendió el pacto a capa y espada. También lo presentó en un congreso que había en Ginebra sobre las minorías nacionales europeas. Pero le sentó muy mal que ,a diferencia de otros años, el PNV no enviase una delegación a ese congreso, porque consideraba que ahí se iba a plantear a nivel internacional Galeuzca y esa ausencia junto con otras cosas motivó el fracaso del mismo. Ya en el exilio, Irujo volvió a apoyar la alianza con catalanes y gallegos. Primero hizo un pacto vasco catalán en Londres y ambos van a establecer contactos con el gobierno británico y con la Francia libre. Pero como ha estudiado Jiménez de Aberásturi, todos esos proyectos de Irujo en Londres eran muy radicales y quedan al margen de la Segunda República española. Él vuelve a jugar la carta republicana y autonomista, pero al igual que el PNV, también baraja la vertiente europea. Pero así como otros dirigentes como Aguirre o Landaburu estuvieron más en la internacional demócrata cristiana, Irujo se centró sobre todo en el movimiento europeo. Fue un defensor claro de la unión europea y de las ideas europeístas y federalistas. Él era un republicano federal, entendía por república un régimen democrático y abogaba por una república federal,tanto a escala española como europea. Cuando se crea el Consejo Vasco en el año 51, Irujo está entre los vocales de la primera junta directiva y va a pertenecer a él durante mucho tiempo. Lo mismo en el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, que se creó en el 49 y del que fue vicepresidente. El presidente era el liberal Salvador Madariaga con el que Irujo mantuvo polémicas por su concepción de España, pero eso no impidió que durante años uno fuera presidente y el otro vicepresidente. A finales del franquismo, tras la dimisión de Madariaga, Irujo pasó a ser el presidente del Consejo entre el 73 hasta el 76. A algunos dirigentes del PNV, esos cargos de Irujo y sus contactos con republicanos españoles exiliados, no les hacían mucha gracia. Pero en la medida que Irujo fue una persona muy independiente y muy tolerante mantuvo esa actividad. En la transición Irujo ya había sido nombrado Amigo de Europa, pero cuando deja la presidencia se le nombró presidente de honor del Consejo Español en el Movimiento Europeo. Él consideraba que la solución al problema vasco venía por la vía de una república federal española que a su vez se integrase en ese movimiento europeo, y no por una vía monárquica ni por las vías más radicales del Frente Nacionalista Vasco, como apoyará Monzón en el tardofranquismo y en la transición. Menciona a Monzón, persona que tuvo alguna que otra disputa con Irujo. Yo aplicaría la idea que aparece en "El péndulo patriótico", es decir, la idea de que el PNV ha ido oscilando entre dos extremos: entre el pragmatismo que es el estatutismo, y el idealismo, con la meta de la restauración foral, soberanía o independencia. En el franquismo y en la transición esos dos extremos del péndulo están personificados en Irujo y en Monzón. Ambos habían sido diputados en las Cortes republicanas, Monzón consejero en el gobierno de Aguirre e Irujo ministro. A finales de los años 40 Monzón es el monárquico, quiere pactar con Don Juan porque cree que la única forma de acabarcon Franco es la monarquía, mientras que Irujo se mantiene en sus tesis republicanas y democráticas identificando república con democracia. Después, en los años del franquismo y de la transición, Monzón ha evolucionado. Se ha hecho mucho más radical y es el más cercano dentro del PNV a las tesis de ETA. Considera que los fundadores de ETA son hijos descarriados, pero hijos de Sabino Arana, que tienen que volver a la casa del padre, y les ayuda a través de Anai Artea etc. Monzón defiende la tesis del Frente Nacionalista Vasco, con todo el nacionalismo por la independencia. Y preconiza eso en las elecciones de junio 77, las que convoca Suárez y restablecen la democracia en España. Frente a esas ideas de Monzón, en el otro extremo,se sitúa Irujo, siendo consecuente con lo que había sido políticamente a lo largo de casi toda su vida, salvo en la segunda Guerra Mundial. Está inserto en organismos europeos, y ante la idea de frente nacionalista defiende el frente autonómico con lo que llegaría a ser senador por Navarra, y más tarde le llevaría a tramitar el Estatuto, que luego será el Estatuto de Gernika. Ahí acaba aceptando la monarquía que nada tiene que ver con la anterior, porque se va a hacer democrática. Y excepto Monzón, como la mayoría de su generación que sobrevive al franquismo (Leizaola, Ajuriaguerra, Julio Jauregi), Irujo va a defender el Estatuto. Es curioso cómo un monárquico acaba en el nacionalismo radical y el otro se mantuvo republicano, demócrata y estatutista. Eso le permite a Irujo salir como senador por Navarra en las Cortes constituyentes del 77 e impulsar el proceso que llevará al Estatuto de Gernika. Por testimonios orales, Santiago de Pablo ha señalado recientemente que Irujo con algún otro como Leizaola fueron partidarios de votar a favor de la constitución española en 1978, frente a la postura del PNV de abstención. Eso tenía una cierta lógica con la trayectoria política de Irujo. Porque Irujo se había lamentado del error que supuso en el año 30que el PNV no hubiera participado en el pacto de San Sebastián, a diferencia del catalanismo donde se fraguó la segunda República. El Irujo del año 31 no lo consideró un error, entonces era crítico con la República, pero el Irujo del exilio y luego en de la transición insistió mucho en ello. Porque de haber participado como los catalanes, hubiesen conseguido el Estatuto mucho antes. El Estatuto de Cataluña es del año 32. Según él, incluso hubiese impedido que Mola conspirase tan libremente en Navarra en el año 36. No sólo por Irujo, el propio PNV en la transición se dio cuenta de ello, y a diferencia del 30 31 que está totalmente al margen de la política española, en los años 74 77 el PNV participa en todos los organismos de la oposición y luego en la comisión que negocia con Suárez. Precisamente el representante del PNV en esa comisión de los diez fue Julio Jauregi, viejo diputado del 36 muy amigo de Irujo. Cuando Irujo fue ministro en el exilio tuvo en su ministerio a Jauregi, y era el que tenía las tesis más estatutistas junto con Irujo dentro del PNV en aquella época. Irujo fue un hombre coherente con sus ideas que intentó aprender lecciones de la historia. Fotografía de uno de los paneles de la Exposición "Manuel de Irujo Ollo. Lizarra/Estella 1891/9/25 Iruñea/Pamplona 1981/1/1 Fotografías de José Luis de la Granja: Estibalitz Ezkerra Euskonews & Media 141.zbk (2001/10 26/11 2) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria