753 Zenbakia 2020-09-21 / 2020-10-14

Gaiak

Reflexiones de la Confederación de Forestalistas del País Vasco

OTAZUA, Fernando

"Nuestra Gestión Forestal a debate"
El pasado mes de diciembre se celebró en la Escuela de Ingeniería de Eibar una jornada de reflexión y debate organizada por la Fundación Basoa bajo el título "Nuestra Gestión Forestal a debate"; como es sabido, la Fundación Basoa tiene por objeto la protección y promoción de la silvicultura en la Comunidad Autónoma del País Vasco.
Impulsado por el espíritu fundacional de la Fundación Basoa y por la situación particular actual, la Fundación Basoa ve la necesidad de organizar foros de reflexión, una reflexión abierta en torno a la gestión de nuestros bosques, la función que se quiere dar a los bosques y las vías para llevarlo a cabo.
Los organizadores han tratado de reunir a agentes, profesionales, organizaciones populares, academias, etc. de diferentes ámbitos y sensibilidades para desarrollar y crear una visión más rica, evitando actitudes rígidas y simplistas.


La gestión forestal en el País Vasco ha pasado por diferentes vicisitudes a lo largo de la historia. Hay que tener en cuenta que la madera siempre se ha considerado un producto estratégico habida cuenta de la dependencia de la construcción naval o como material del que dependían las ferrerías. El cambio al uso del hierro y carbón mineral, disminuye o elimina esta dependencia. Se puede destacar el hecho de que el aprovechamiento de la madera implica su gestión y cuando este producto languidece, languidece la gestión.

En cuanto a la Propiedad hay un tránsito desde una propiedad pública mayoritaria que delega en el privado la gestión (onda-zillegi) hasta que los conflictos ajenos al mundo rural (financiación de las guerras) lleva a la venta de las propiedades a los particulares. La recuperación de las ines, el cambio de materiales (carbón mineral y barcos de hierro) y las necesidades de alimento conllevan la deforestación y el abandono de la actividad.

La industrialización del País, donde incluimos la demanda papelera, genera una expansión del uso forestal del territorio en base a una nueva especie bien adaptada: El Pino insignis. Su aumento superficial, así como los nuevos usos que se da a su madera nos conduce a los comienzos del Siglo XXI.

Durante este periplo, parte de la sociedad ha sido muy crítica con este proceso. La condición de especie foránea ha sido siempre un estigma peyorativo. Como bien apuntaba un naturalista como Martin Boada, un auténtico dendroracismo. Con posterioridad la propia gestión forestal ha sido puesta en entredicho. Por un lado, se promueven marcas que garantizan que se gestiona el monte de manera sostenible y por otro hay quien aboga por la no gestión como la forma de garantizar los aspectos medioambientales de la actividad forestal. El aspecto económico de la gestión forestal, incluido e indispensable para garantizar su sostenibilidad, se considera por algunos como un elemento que prostituye la Naturaleza.

Hay que socializar la conservación de la Naturaleza y la producción de madera.

En la actualidad hay mensajes y políticas difícilmente asimilables desde nuestro punto de vista y que corroboran lo apuntado anteriormente:

  • Una Agencia Vasca del agua (URA) que considera un “RIESGO” la actividad forestal, cunado son los árboles quienes recolectan el agua, la purifican, la regulan y provocan su almacenamiento en pozas profundas y evitan la colmatación de embalses artificiales.
  • Una Ley de Cambio climático que se preocupa por propiciar especies autóctonas (no adaptadas al clima que viene).
  • El no reconocimiento de la comprobada y demostrada biodiversidad que sustentan las plantaciones de especies exóticas (el Milano real especie en peligro de extinción tiene la mala costumbre de anidar en Pino insignis, el Pito negro se expande en pinares maduros...).  
  • La renuncia al uso de la madera. Constatados en manifestaciones de algunos decálogos propiciados por grupos medioambientalistas (Ayto de Oñati, Naturkon...).
  • El no reconocimiento a niveles normativos del valor del uso de la madera en su efecto multiplicador como sumidero de carbono: Fija carbono en el bosque y en la madera que debiera poblar nuestras ciudades. No genera residuos y mucho menos tóxicos, eliminando vertederos peligrosos.

La situación actual de la actividad forestal es realmente preocupante. El abandono es una realidad. Cuando columnistas de pro justifican la situación sanitaria de nuestros montes como una consecuencia de la codicia del propietario forestal, se proclama que lo ecológicamente sostenible es la no gestión, incluso por parte de agentes forestales y no existe ningún reconocimiento social a la actividad forestal, ¿quién está dispuesto a embarcarse en una inversión en dinero y trabajo a 40 años?

Habrá que ser imaginativo y de alguna manera hacer partícipe al conjunto de la sociedad en una aventura como es la participación en proyectos forestales. De los onda-zillegis de antaño debemos pasar a una figura similar en la que, en este caso, el particular es el propietario del suelo y en él se cree un arbolado con la participación del conjunto de la Sociedad. Hay que socializar la conservación de la Naturaleza y la producción de madera.


Eusko Jaurlaritza