697 Zenbakia 2015-05-06 / 2015-06-03

KOSMOpolita

Sobre el origen familiar de José Mujica Cordano (I/II)

PRIETO, Mikel



Sobre el origen familiar de José Mujica Cordano (II/II)

El presente artículo1 trata sobre los antecedentes familiares de José Mujica Cordano, Presidente de la República Oriental del Uruguay entre 2010 y 2015. Como es público y sabido, la familia paterna del dignatario provenía del País Vasco, y más concretamente de Gipuzkoa: fue su bisabuelo, Francisco Mujica Yeregui, quien en 1842 emigró desde Tolosa, localidad natal suya y de su padre, Juan Bautista. Remontando generaciones en el árbol genealógico familiar llegamos a Azpeitia (al barrio de Urrestilla) y Astigarreta (actualmente barrio de Beasain), donde arraigan los Mujica o Muxika desde al menos el siglo XVI.

En una segunda entrega, y para entender mejor el contexto rural del que emerge este linaje, abordaremos la historia del caserío Muxica desde el siglo XVI hasta hoy, para preguntarnos finalmente cómo podría haberse desenvuelto Francisco Mujica Yeregui si, en vez de permanecer en Uruguay, hubiese regresado al País Vasco hacia 1860. Fue su bisabuelo, Francisco Mujica Yeregui, quien en 1842 emigró desde Tolosa, localidad natal suya y de su padre, Juan Bautista.

Ilustración: Hornbrook, Richard Lyde1.1842: San Sebastián-Montevideo

Dos años antes de emigrar, los bisabuelos del futuro presidente uruguayo habían contraído matrimonio en la iglesia de San Vicente de la Parte Vieja donostiarra. El acta parroquial reza así:

En la Ciudad de San Sebastián, Provincia de Guipuzcoa.

Yo Gregorio José de Echave, Presbítero Vicario perpetuo y cura propio de la Iglesia Parroquial de San Vicente santo y mártir, Obispado de Pamplona desposé y casé por palabras de presente a Miguel Francisco Mujica, soltero, natural de Tolosa, de veinte y un años, sereno, hijo de Juan Bautista, Posadero y Josefa Yeregui, naturales de Tolosa, con Catalina Josefa Chipiriani, soltera, natural de esta ciudad, edad diez y nueve años, habiendo precedido todos los requisitos necesarios para la validez y legitimidad de este contrato Sacramental siendo testigos Vicente Echeverria, Zapatero y José Manuel Usandizaga, Sacristán, ambos naturales de esta ciudad. Y por su verdad firme en la misma ciudad a veinte de Enero de mil ochocientos y cuarenta.

Don Gregorio José de Echave.2

Embarcaron en el puerto de San Sebastián a comienzos de 1842 a bordo de la fragata Chateaubriand con destino a Montevideo. Él, Francisco Mujica Yeregui, contaba con 24 años y su esposa, Catalina Chipiriani Esnaola, 22. Para entonces ya tenían dos hijos: el primogénito, José, de un año y medio, y Ana, de solo siete meses. En el viaje les acompañó la joven hermana de Catalina, Manuela, de 17 años. El pasaje de toda la familia ascendió a 1.500 pesetas que Francisco se comprometió a pagar en el plazo de un año. Para ello, la familia hipotecó todos sus bienes según consta en el contrato con el comisionado del barco firmado en San Sebastián el 17 de febrero de 1842, una copia del cual obra en nuestro poder3.

Dado que solo una pequeña parte de los contratos de pasaje guipuzcoanos de 1800 a 1930 están catalogados (el 75% permanece en los archivos de la provincia a la espera de ser inventariado), puede decirse que José Mujica Cordano ha tenido mucha suerte ya que este documento le permite enlazar con su eslabón familiar emigrado.

Pero es que también disponemos del contrato de viaje del padre de Catalina, José Chipiriani Lafusia, quien embarcó semanas más tarde, exactamente el 31 de marzo, en compañía de su otra hija Lorenza, de 15 años de edad. En su certificado de matrimonio del año 1786 consta que la esposa de José (o José Andrés) era María Martina Esnaola, hija a su vez de Pedro José Esnaola y María Manuela de Lecuona. Los padres del marido fueron Manuel Ciprian y Francisca Lafudia (apellido este que se presenta con variantes). El coste del pasaje por el varón ascendió a 400 pesetas y la mitad el de su hija, cantidad pagadera dentro de los tres meses a contar desde su llegada a Montevideo. Mediante la fórmula “en el entrepuente de la Corbeta Gabriela... surta en este puerto y próxima a hacerse a la vela... dándoles el buen trato que corresponde durante su travesía...”, el contratante aseguraba un determinado tipo de atención a los pasajeros. Por otros documentos de la época o un poco posteriores, sabemos que la comida en el entrepuente de la fragata podía ser del siguiente tenor:

Por la mañana, para el desayuno una copa de aguardiente y galleta [en la clase superior, llamada “de cámara”, el desayuno consistía en café, té o chocolate con galleta]; para el almuerzo, sopa o bacalao guisado; al mediodía, puchero con su legumbre y carne en dos días por semana y en los demás tocino; y por la noche, legumbres guisadas, bacalao guisado u otra cosa, siendo la galleta a discreción, es decir, toda la que se pueda comer, como también el agua, que se le dará toda la que pueda beber y además dos vasos de vino en cada día.4

Todo hace pensar que la familia Mujica-Chipiriani emigró a Uruguay por motivos expresos y con destino bien señalado. De hecho, en Montevideo residía un tío carnal de Francisco, hermano de su madre: Juan Fermín Yeregui Izaguirre, natural también de Tolosa, llegado a Montevideo en 1809 y propietario en 1819 de una de las primeras boticas de la ciudad, precediendo así a otro vasco boticario, el ilustre naturalista José Arechabaleta y Balparda.5 Familia de abolengo en la capital, Juan Fermín casó en Uruguay con la porteña Luisa Goichea. Todo hace pensar que la familia Mujica-Chipiriani emigró a Uruguay por motivos expresos y con destino bien señalado.

Vistas de Pasajes. 2. De Astigarreta a Tolosa pasando por Urrestilla

Como se ha dicho al comienzo, las raíces de la familia del bisabuelo, Francisco Mujica Yeregui, se encuentran en Astigarreta, donde se acreditan sus huellas desde el siglo XVI hasta que hacia 1788 un Muxika fue a casar a Azpeitia, a su barrio de Urrestilla.

La vida durante esas seis generaciones en Astigarreta transcurre alrededor de más de un caserío: Muxica, Lasandia, Lasa-Erromanotegi, Arregi, Goikoetxea y en las caserías hijuelas de dichas casas. Es decir, que no habitaron en un solar particular durante siglos sino que las generaciones se sucedieron en movilidad bajo diferentes techos. Implicando en ocasiones cambios de apellido, como enseguida se explicará.

Una vez que la familia sale de Astigarreta y pasa a Azpeitia y a Tolosa, se dejan las labores agrarias en favor de empleos de tipo comercial. El tatarabuelo del político uruguayo, Juan Bautista Muxika, tuvo al menos dos oficios en Tolosa: alumbrador (1821) y posadero (1840). Por contrato del 28 de mayo de 1820 con el ayuntamiento, todas las noches a partir de que sonara el toque de oración en las campanas de la parroquia, Juan Bautista y su ayudante debían encender cincuenta faroles estratégicamente colocados siguiendo un orden establecido y en un tiempo no superior a veinte minutos. El servicio de alumbrado urbano se ofrecía diariamente, entre septiembre y abril, salvo las noches en que la luna entraba en cuarto creciente y hasta el segundo día del cuarto menguante.3. Sobre el uso del apellido

Al indagar sobre el linaje de José Mujica Cordano desde 1650 hacia atrás nos topamos con un doble obstáculo. Por una parte, la falta de documentación: los libros sacramentales comienzan en esa parroquia del Goierri guipuzcoano aproximadamente a partir de 1583, pese a que en otros pueblos los hay anteriores.

La segunda dificultad estriba en la discontinuidad en el uso del apellido. Y es que la transmisión del apellido como hoy en día, es decir por vía paterna (patronímico), no arraigó hasta entrado el siglo XVII. Anteriormente era el nombre del solar el que comúnmente nominaba a la familia. De manera que la persona elegía como apellido bien el nombre de su casa natal o bien el de aquella donde había fundado su propia familia. De ahí que un individuo pudiera usar a lo largo de su vida dos apellidos distintos. Esto entorpece la realización de genealogías. Más aun en zonas como la que nos ocupa, donde existían en varios pueblos cercanos casas o caseríos homónimos (como es el caso de Muxika), por lo que varias familias compartían ese mismo apellido aun sin tener ninguna vinculación sanguínea. Esta costumbre iría desapareciendo en unos pueblos antes que en otros, pero en el caso de Astigarreta permanecía muy presente todavía en el siglo XVII.

Un ejemplo de este fenómeno son los hermanos Domingo y Miguel, hijos de Francisco Lassa de Muxica, quien siendo dueño del caserío Muxica en 1622 lo hipotecó y se fue a vivir a la nueva casa que había construido, Lassa Otaola-Etxeberria. Los documentos dan a entender que el apellido real de Domingo y Miguel es Muxica, pero que usan Lassa porque es el apellido de su padre y el nombre de la casa en la que viven. Así, Miguel Lassa cambia su apellido en el acta matrimonial del año 1655 donde consta ya como Miguel Muxica. Por su parte, su hermano Domingo Lassa expresa como voluntad testamentaria: “...cuando falleciere de esta presente vida mando que mi cuerpo sea sepultado en la parroquial de la Villa de Astigarreta en la sepultura de la casa nativa de Muxica donde están enterrados mis padres y mis antepasados...”.6

Todo lo anterior explica la dificultadque entraña la investigación sobre el apellido Muxica en los siglos XVI y XVII, lo que nos lleva a considerar nuestro trabajo como inconcluso.

1Que completa a los dos precedentemente publicados en la prensa vasca:

Diario vasco

Naiz

2DEAH: M398-03, 137r, nº 1.

3Archivo Histórico Provincial de Gipuzkoa. 3/3483:100r-101r.

4Pildain Salazar, María Pilar: La emigración vasca a América. San Sebastián: Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones, 1984.

5GoicoetxeaMarcaida, Ángel: Un naturalista vasco en Uruguay: José Arechavaleta y Balparda. Bilbao: Laga, 1993.

6Testamento Domingo Lasa: BeasaingoUdalarenArtxiboa, 351-06.

Sobre el origen familiar de José Mujica Cordano (II/II)