626 Zenbakia 2012-05-25 / 2012-06-01
La relativamente reciente diáspora del País Vasco representa un importante caso de migración. La población que forma parte de esta diáspora fundó en el siglo XIX los centros vascos o Euskal Etxeak con el objetivo de mantener el vínculo con su país de origen, ayudarse mutuamente y mantener su identidad. Actualmente existen un total de 174 centros vascos repartidos en 23 países. Los países que tienen mayor concentración son Argentina que cuenta con 79 Euskal Etxeak y Estados Unidos que tiene 37.1
Aunque los centros vascos se consideran un referente para la conservación de las costumbres relacionadas con la alimentación, los emigrantes suelen integrarse en la cultura de adopción y asimilan las prácticas del país en el que residen, lo que se conoce como adaptación alimentaria.2
Diversos autores han estudiado la influencia de la adaptación alimentaria sobre el patrón de ingesta dietética. En general, se han demostrado que la adaptación alimentaria tiene efectos negativos sobre la alimentación de minorías raciales / étnicas. Por ejemplo, los patrones y comportamientos dietéticos adquiridos tienden a aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación como la obesidad.3,6
Teniendo en cuenta la falta de datos en la literatura sobre la adhesión de la población vasca residente en Argentina a las guías dietéticas y la importancia que tiene la alimentación en la salud, nos propusimos llevar a cabo el presente estudio con el objetivo de evaluar la adecuación de la dieta de un grupo de personas de la diáspora vasca residente en Buenos Aires Capital Federal.
Los objetivos específicos fueron: a) analizar el estado nutricional de este grupo de personas utilizando parámetros antropométricos; b) evaluar el aporte energético y nutritivo de su dieta; c) aplicar un índice de calidad a su dieta y; d) analizar la relación entre la calidad de la dieta y la ingesta energética y nutritiva.2. PARTICIPANTES Y MÉTODOS 2.1. Participantes
La muestra estuvo formada por 28 sujetos adultos voluntarios, 14 hombres y 14 mujeres, de la diáspora vasca residente en Argentina. Para la selección de la muestra se solicitaron voluntarios entre personas adultas pertenecientes a centros vascos (Euskal Etxeak) de Buenos Aires Capital Federal (Argentina). El grupo estudiado pertenece a una comunidad de emigrantes vascos, compuesta por un reducido número de individuos de avanzada y mediana edad. Aunque no existe un censo de personas con ancestros vascos en Argentina, este grupo poblacional se considera una minoría.
La edad media fue de 58,32?16,21 años. Previo a la toma de datos, se les explicó la naturaleza y propósito del estudio, obteniendo en todos los casos el consentimiento informado. Todos los datos registrados se codificaron para garantizar la confidencialidad. El presente estudio cumple la Ley de Biomedicina y la Ley de Protección de Datos.2.2. Antropometría
Las medidas antropométricas fueron efectuadas por un único observador. Se utilizó una báscula con una precisión de 0,1 kg (Balanza Digital Sonora Cormillot Lo200) y un tallímetro con precisión 1 mm (Holtain Ltd, Crymych, Wales, UK), previamente calibrados.
A partir de las medidas de peso y talla se calculó el índice de masa corporal (IMC), mediante la ecuación peso (kg) / talla2 (m2). Los resultados obtenidos para el IMC, se interpretaron utilizando la clasificación de la Organización Mundial de la Salud7. Para las personas mayores de 65 años se utilizó el rango recomendado por la Nutrition Screening Initiative8 que considera normopeso los valores entre 22-27 kg/m2.2.3. Valoración de la ingesta dietética
Para la evaluación de la ingesta dietética se utilizó el método de recordatorio de 24 horas mediante entrevista.9 En dicho recordatorio no se incluyó la sal añadida ni el agua de bebida consumida. La información obtenida a través de las entrevistas se analizó utilizando el programa informático SARA que contiene bases de datos argentinas de composición de alimentos.10
Las ingestas de macro y micronutrientes se compararon con las ingestas diarias de referencia (IDR) del Institute of Medicine, Food and Nutrition Board.11 Además, se estimó el número de sujetos que superaban el 75% de las IDRs. Los requerimientos energéticos se calcularon teniendo en cuenta el género, el IMC y la actividad física. En todos los casos el nivel de actividad física fue entre bajo y activo.
A partir de los datos registrados con el recordatorio 24 horas se estimó el Índice de Calidad de la Dieta (ICD) en el que se incluyeron 11 componentes, 5 referidos a las porciones recomendadas para cada grupo de alimentos (cereales, verduras, frutas, lácteos y carnes).
Foto: CC BY - digital cat 2.4. Índice de calidad de la dieta (ICD)
A partir de los datos registrados con el recordatorio 24 horas se estimó el ICD12 en el que se incluyeron 11 componentes, 5 referidos a las porciones recomendadas para cada grupo de alimentos (cereales, verduras, frutas, lácteos y carnes). Los otros componentes se referían a la ingesta de grasa total, grasa saturada, azúcares, sodio y calorías provenientes de las grasas sólidas, bebidas alcohólicas y azúcares añadidos.
A cada componente se le asignó una puntuación que fue la máxima cuando el valor coincidía con la recomendación y el resto se calcularon de forma proporcional. La puntuación del ICD total fue de entre 0 y 100. Se utilizaron los criterios de Bowman et al.13 para definir la calidad de la dieta como “buena” (>80), “necesita mejorar” (51-80), y “pobre” (2.5. Análisis estadístico
El análisis estadístico se llevó a cabo con el programa SPSS vs. 17.0. Los resultados se presentan en forma de medias, desviaciones estándar (DS) y frecuencias. La normalidad de las variables continuas se comprobó con el test Kolmogorov-Smirnov-Lilliefors. A las variables que no seguían una distribución normal se les aplicó test no paramétricos. Se calcularon coeficientes de correlación lineal con pruebas de significación estadística asociadas. El nivel de significación estadística que se empleó en todos los casos fue de P3. RESULTADOS
Según el IMC, el 7,1% de la muestra total se clasificó como bajo peso, el 64,3% como normopeso y el 28,5% restante como sobrepeso/obesidad. En el grupo de los hombres, el 71,4% presentó normopeso y el 28,6% restante sobrepeso/obesidad; mientras que en el grupo de las mujeres, el 14,3% presentó bajo peso, el 57,1% normopeso y el 28,6% sobrepeso/obesidad.
El análisis de los recordatorios de 24 horas puso de manifiesto la adaptación alimentaria y la asimilación de las prácticas del país en el que residen. En dichos recordatorios no se encontró ningún alimento o plato tradicional vasco, sin embargo sí que se registró el consumo de alimentos o platos tradicionales criollos, como las empanadas, el dulce de leche o el mate.
En la tabla 1 se presenta la ingesta energética y de nutrientes obtenida. Los datos de micronutrientes se expresan como porcentaje de IDRs. El 67,9% no cubría el 75% de las IDRs para el ácido fólico. Y en relación a la ingesta de calcio el 67,9% no llegaba al 75% de las IDRs. En el 75% de los sujetos que presentaban sobrepeso u obesidad la ingesta energética se situó por debajo de sus requerimientos.
La puntuación media del ICD total fue de 59,3?11,0. El 39,3% de los participantes presentaban una dieta calificada como “pobre”, con una puntuación media de 48,0?4,9. Mientras que en el 60,7% de los casos restante la dieta fue clasificada como “necesita mejorar”, con una puntuación media de 66,6?6,7. No se registraron correlaciones significativas entre el ICD y el IMC (rho de Spearman = 0,189; P>0,05).
En la tabla 2 se indican las correlaciones entre el ICD y la ingesta de energía y nutrientes. La ingesta de fibra dietética fue inferior en el grupo que tenía una dieta “pobre” (9,8?4,9 g) que en el que tenía una dieta calificada como “necesita mejorar” (21,2?12,8 g) (P 4. DISCUSIÓN
La prevalencia de sobrepeso y obesidad (28,5%) en la muestra objeto de estudio fue similar a la registrada por otros autores en población argentina14 e inferior a la de la población residente en el País Vasco.15 El número de casos con sobrepeso u obesidad fue igual en hombres que en mujeres. En otros trabajos llevados a cabo en Latinoamérica y en el País Vasco, sin embargo, la prevalencia de exceso de peso registrada fue mayor en varones que en mujeres. 15, 16
La alimentación de la población estudiada incluía platos o alimentos tradicionales del país en el que residen actualmente, como son las empanadas, el dulce de leche o el mate.17 Lo que refleja su integración en la cultura de adopción y la asimilación de las prácticas del país de acogida. La ingesta energética media del grupo de población estudiado fue inferior a la obtenida por otros autores.16 En el 75% de los sujetos que presentaban sobrepeso u obesidad la ingesta energética estaba por debajo de sus requerimientos. Este resultado podría deberse a una infravaloración de la ingesta dietética y podría atribuirse a mentiras deliberadas o a alteraciones en la percepción del tamaño de las raciones.18
Se registró una elevada ingesta de grasa saturada y poliinsaturada, asociadas al consumo de carne (principalmente de origen vacuno).
Foto: CC BY - Silverman68
El patrón de distribución de los macronutrientes se alejó de las recomendaciones para una dieta equilibrada.11 El consumo de lípidos fue elevado, mientras que el de carbohidratos fue bajo. Además se registró una elevada ingesta de grasa saturada y poliinsaturada, asociadas al consumo de carne (principalmente de origen vacuno) y de aceites de semillas (girasol), respectivamente. Estos resultados concuerdan con los de otros autores que han evaluado la ingesta dietética en Argentina.16, 19
Además, la ingesta de fibra dietética fue inferior a las recomendaciones. En relación al consumo de calcio, un porcentaje elevado de sujetos (67,9%) no cubría el 75% de las IDRs, debido en parte al bajo consumo de lácteos, aunque la variabilidad interindividual en la ingesta de calcio fue grande. Otros autores también han registrado bajas ingestas de este mineral en población argentina.20
La ingesta de ácido fólico también fue baja (el 67,9% no cubría el 75% de las IDRs). Este resultado está relacionado con un bajo consumo de verduras, además cabe destacar que la mayoría de las verduras que consumía la población estudiada eran cocidas, por lo que el aprovechamiento de esta vitamina podría ser incluso inferior al obtenido.
Respecto a la calidad de la dieta, la puntuación media obtenida para el ICD (59,3?11,0) se situó en el intervalo calificado como “necesita mejorar”. Ningún participante obtuvo puntuaciones por encima de 80, por lo que ningún caso seguía una dieta adecuada tomando como referencias las guías dietéticas.21 Aunque en el presente estudio no se observaron correlaciones significativas entre el ICD y el IMC, otros autores sí que han encontrado relaciones positivas entre ambos parámetros.22 La puntuación obtenida para el ICD se relacionó positivamente con la ingesta de algunos minerales (potasio), vitaminas (vitamina A, tiamina, niacina, ácido fólico y vitamina C), así como con la fibra dietética.
Algunas de las limitaciones de este estudio fueron el tamaño muestral y la metodología empleada. En un futuro nos planteamos aumentar el tamaño muestral con el objetivo de poder analizar con mayor precisión el patrón de dieta de este grupo poblacional a través del análisis de un mayor número de comunidades vascas en Argentina. En relación a la metodología empleada, se utilizaron recordatorios de 24 horas de un solo día, pero dichos recordatorios correspondieron a un día representativo de la ingesta habitual.
En conclusión, nuestros resultados sugieren que la calidad de la dieta del grupo objeto de estudio necesita mejorar. Puesto que el índice de calidad de la dieta se basa en las guías dietéticas, el empleo de estas guías podría ser útil para promover hábitos de alimentación saludables en este grupo de población. Sin embargo, la efectividad de estas guías en la prevención de enfermedades debería ser objeto de estudios posteriores.
Agradecimientos
Los autores agradecen a los voluntarios su participación en el presente estudio.
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Iker Alegría. Área de Nutrición y Bromatología del Departamento de Farmacia y Ciencias de los Alimentos (UPV/EHU).
Adrián Odriozola. Grupo de Investigación BIOMICs del Centro de Investigación y Estudios Avanzados “Lucio Lascaray” (UPV/EHU).
José Mª Aznar. Grupo de Investigación BIOMICs del Centro de Investigación y Estudios Avanzados “Lucio Lascaray”(UPV/EHU).
Leire Palencia. Grupo de Investigación BIOMICs del Centro de Investigación y Estudios Avanzados “Lucio Lascaray” (UPV/EHU).
Mª Ángeles Martínez de Pancorbo. Grupo de Investigación BIOMICs del Centro de Investigación y Estudios Avanzados “Lucio Lascaray” (UPV/EHU).
Ana Mª Rocandio. Área de Nutrición y Bromatología del Departamento de Farmacia y Ciencias de los Alimentos (UPV/EHU).
Marta Arroyo. Área de Nutrición y Bromatología del Departamento de Farmacia y Ciencias de los Alimentos (UPV/EHU). marta.arroyo@ehu.es