574 Zenbakia 2011-04-08 / 2011-04-15
A la fecha han sido numerosos los trabajos de historiadores vascos y mexicanos que nos han permitido conocer a don Ambrosio de Meave a través de su amplia labor filantrópica e ilustrada en la Nueva España. Recordemos que fue uno de los principales impulsores del Colegio de San Ignacio de Loyola, “Vizcaínas” (mismo donde creó un archivo histórico que hoy es piedra angular para esta investigación). Fue miembro prominente de la Archicofradía de Nuestra Señora de Aránzazu y comisionado de la Real Sociedad Bascongada en México.
Amplias investigaciones han dado detalle de la estructura, funcionamiento y logros de dos de las instituciones vascongadas más importantes para la Nueva España y para las provincias vascas durante el siglo XVIII: la Archicofradía de Nuestra Señora de Aránzazu y la Real Sociedad Bascongada. Sobre la relación que se estableció entre ambas a partir de la labor de Don Ambrosio de Meave miembro destacado de la primera y comisionado entusiasta de la segunda, aún hay mucho por apuntar. Es por ello que a grandes pinceladas daremos cuenta de los frutos que su labor trajo a dichas instituciones.1 Naturalmente, la fuente histórica primordial de este texto es el Archivo Histórico “José María Basagoiti Noriega” del Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas ubicado en el primer cuadro de la ciudad de México.
A la muerte de Ambrosio de Meave acaecida en 1781, se pronunció un elogio fúnebre muy emotivo en la sede de la Bascongada en que se mencionaba entre otras cosas:
Portada del elogio fúnebre con motivo del fallecimiento de Ambrosio de Meave en 1781.
“...le destinaba la providencia para ejercitar sus virtudes, para adquirir otras nuevas, para perfeccionar los conocimientos prácticos, el uso de la razón, para adquirir grandes cualidades a esfuerzos de sus talentos y laboriosidad por medios honestos y nobles y finalmente para distribuirlos en beneficio común con la mayor generosidad y acierto... ...la providencia le hizo depositario de muchas riquezas, que repartió con mano liberal a los verdaderos necesitados y en esto brillo con mucha particularidad su discernimiento y juicio... ...nuestro ilustrado gobierno hace mucho tiempo que tiene colocada su atención en este punto y vemos con mucha satisfacción emplearse los caudales piadosos en fomentar el trabajo útil y dar socorro a las verdaderas necesidades... ...las ideas de Meave: dejaron ver en medio de mil preocupaciones vulgares el verdadero modo de ser liberal y de emplear la beneficencia con ventajas del común y de los individuos, los establecimientos piadosos, el socorro de las huérfanos, de las viudas, de los artesanos, a quienes tal vez faltaba ocupación, el fomento de las artes y manufacturas. Así no era menester que los necesitados le buscaran, el mismo busca las necesidades y se adelantaba a socorrerlas. ...muchas familias de clase distinguida a quienes una calamidad había precipitado en la miseria, cuando ignoraban a quien recurrir en su desgracia, se vieron socorridos sin conocer la mano benéfica que les había proporcionado el alivio. Para dejar una prueba nada equivoca de esta verdad, consignó en su testamento un legado de doce mil pesos para imponerse en beneficio del Seminario.
La Sociedad y el Seminario no fueron los únicos objetos en que empleo su genio; amigo de hacer el bien, el extendió sus beneficios a todas las partes donde creyó que se necesitaban. Por eso procuraba dirigirlas a parajes donde se distribuyeran con fruto, se socorrieran las verdaderas necesidades y se lograra el fin a que el mismo las destinaba. Este le parecía a Meave el mejor medio para establecer el verdadero equilibrio entre la opulencia del rico y la miseria del hambriento, desterrar el ocio y la desidia y no privar de su justo socorro a los que verdaderamente lo necesitan.
Su religión y ferviente celo por el culto divino podrían suministrarme abundante materia para alargar este discurso y aun para formarle de nuevo. ...prueba de esto son las muchas fundaciones piadosas, testimonio de que en Meave fue la religión el sólido fundamento y basa de las demás virtudes.”2
Sin duda, para entender los motivos que llevaron a pronunciar un elogio tan afectivo, hay que mirar de cerca su labor como comisionado de la Bascongada entre los paisanos novohispanos. Documentación de la época dan cuenta de que Meave había convocado a los socios beneméritos novohispanos alistados en la Bascongada para que en correspondencia al patriotismo y solidaridad que siempre había distinguido a los vascos, hicieran una contribución extraordinaria para dotar al Seminario de Bergara de nuevas cátedras.3 Pronto se lograron reunir 14,000 pesos, mismos que entregó a la mesa de la Cofradía para que fueran concedidos en calidad de préstamo con un interés de 5% anual.4 La cofradía por su parte, otorgó dicho capital junto con otros 4,000 pesos de sus propios caudales a Ramón de Goicoechea por un plazo de 5 años a partir del 30 de Enero de 17815, quien ofreció en garantía las escrituras de su hacienda “San José Queréndaro” en lo que hoy es Michoacán, así como de la casa-huerta que poseía en San Ángel, ciudad de México.
Aunque no hubo una aprobación expresa por parte de la Bascongada, esta sabía la situación de dicho capital desde 17806 y aún así nunca exigió su restitución. Lejos de ello, recibió puntualmente los intereses de este préstamo y dio muestras de gran afecto y gratitud con la medida. Meave logró ayudar a los comerciantes y empresarios vascos novohispanos que se encontraban sumidos en alguna crisis económica, al mismo tiempo que los intereses que se generaban a largo plazo, reportaban un mayor beneficio económico para la labor ilustrada del Seminario. Consecutivamente, se reforzó la imagen asistencial que siempre había tenido la cofradía como institución piadosa. Hay que destacar que con ello, se potenciaba en el imaginario colectivo, la identificación de Nuestra Señora de Aránzazu con la fraternalización y solidaridad entre los vascos de ambos lados del atlántico.
Por su parte, Goicoechea pagó los intereses regularmente hasta1791, lo que explica por que fue nombrado junto con Domingo de Castañiza como “vicerecaudador local” de la Bascongada para el bienio: 1791-17937. No obstante, solo pagó regularmente hasta 1796 y para 1802, debido a otros gravámenes que pesaban sobre sus propiedades, se decidió proceder contra él solicitando el remate de sus bienes.8 Finalmente, al morir Goicoechea en 1804, no se alcanzaron a recuperar todos los capitales de los acreedores, perdiéndose irremediablemente el primer capital del Seminario de Bergara.
Foto: CC BY - Clearly Ambiguous
Existía un segundo capital formado por 12,000 pesos que Meave había destinado en su testamento para proveer lo necesario en la fundación y dotación de una o dos cátedras más en el Seminario. Sin embargo al morir Meave, todos sus bienes fueron depositados en Manuel de Goya, socio benemérito y recaudador de la Bascongada quien actuó como su albacea, quien ante la imposibilidad de enviar dicho capital a la Bascongada por los conflictos marítimos, lo otorgó en préstamo a Juan Antonio de Perón, otro socio benemérito avecindado en Zacatecas.9 Goya procuro que dicho capital fuera colocado en alguien de confianza, que tuviera plena conciencia de la finalidad patriótica que tal capital perseguía y por ello considero que la mejor opción era otorgarlo a otro socio benemérito. Sin embargo, la situación económica de Perón venía a menos, pues pagó los réditos de su deuda sólo durante los primeros años. Para 1791 debía 4,100 pesos de intereses.10 Desafortunadamente el señor Goya no dejo testimonio de la naturaleza de tal capital por lo que al morir, no se pudo comprobar legalmente que aquellos 12,000 pertenecían a la Bascongada.
Es necesario mencionar que entre la Cofradía y la Bascongada existía un pacto en que no fue necesario fiscalizar las obligaciones y funciones que ambas instituciones adquirían con dicha unión. Esto es muestra inequívoca del sentimiento de solidaridad y mutualismo practicados entre paisanos e instituciones vascongadas a ambos lados del atlántico en donde las categorías sociales dictadas por el lugar de nacimiento y ocupación pasaban a segundo plano cuando se trataba de relaciones de paisanaje.
A pesar de que los capitales principales no llegaron a manos del seminario, el sentimiento de paisanaje y solidaridad que siempre ha distinguido a los vascongados respecto a otros grupos sociales novohispanos quedo de manifiesto. La pérdida de este dinero, lejos de implicar un rompimiento de relaciones, comprobó la fortaleza de los vínculos de paisanaje y coadyuvo al reforzamiento del autoconcepto del vasco novohispano de fines del siglo XVIII.
Archivos consultados
Archivo Histórico “José María Basagoiti Noriega” del Colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaínas. (AHCV)
Fondo: Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País.
Bibliografía
Garate Arriola, Justo y Tellechea Idígoras, José Ignacio, El colegio de las vizcaínas de México y el Real Seminario de Vergara, Vitoria-Gasteiz, 1992.
Gárate Ojanguren, Montserrat. “Circuitos financieros del capital novohispano S. XVIII-XIX. Las remesas de los amigos vascongados”, en IV Seminario de historia de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, Donostia; RSBAP, 1994, Tomo I.
Soraluce y Zubizarreta, Nicolás de. Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, sus antecedentes y otros sucesos con ella relacionados, Facsimilar de la edición impresa por Juan de Oses, San Sebastián, 1880. Edit. Real sociedad Bascongada de los amigos del País, San Sebastián, 1998.
Torales Pacheco, Josefina María Cristina, Ilustrados en la Nueva España, los socios de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, México, Universidad Iberoamericana, 2001.
1 Este texto resume el trabajo de investigación presentado en el curso “Especialista Universitario en Estudios Vascos” coordinado por la UPV y la UNED que presenté en 2010 gracias al gran apoyo que me otorgó la Fundación Asmoz. Consecutivamente, se publicó otro breve resumen de esta investigación en la Gaceta Vizcaínas del Archivo Histórico “José María Basagoiti Noriega” del Colegio de San Ignacio de Loyola, “Vizcaínas”. Año 3, Volumen 5, 2010.
2 Elogio póstumo de don Ambrosio de Meave. Extractos... 1782. Vergara; citado en Justo Garate Arriola y José Ignacio Tellechea Idígoras, El colegio de las vizcaínas de México y el Real Seminario de Vergara, Vitoria-Gasteiz, 1992, pp. 84-92.
3 “...conociendo dicha Sociedad que solo se puede conseguir por medio de una contribución general, ha resuelto convidar a una subscripción extraordinaria, y por solo una vez a todos sus miembros y aun a los demás que quieran alistarse en ella y tomar parte de una empresa tan útil e importante a toda la monarquía, a fin de que haciendo todos el último esfuerzo a proporción de sus caudales y sacrificando parte de ellos en obsequio del bien e ilustraron del estado y de la patria, se pueda juntar una masa o fondo de capitalidad, que sea capaz de rendir lo necesario para subvenir los gastos precisos de la manutención del citado establecimiento”. Carta fechada el 2 de Abril de 1777 y firmada por Leandro de Viana, Ambrosio de Meave, Juan José de Echeveste y Martín de Aguirre Burualde; transcrito y citado en: Justo Garate Arriola y José Ignacio Tellechea Idígoras, El colegio de las vizcaínas... Op, Cit., p. 74.
4 Recordemos que según lo expresó el mismo Meave a la Cofradía, dicho capital había sido “colocado bajo su patronato”; la prueba fehaciente de esto la constituye la convocatoria que de puño y letra de Meave y los demás comisionados distribuyeron entre los beneméritos, en A.H.C.V., Fondo R.S.B.A.P, E 2, T IV V 4, folio N.C. 10531.
5 AHCV. Fondo: R.S.B.A.P. E 2, T IV, V 4, folio N. C. 10531 “Nota: en 30 de enero de 1781 se recibieron los 14,000 pesos y se impusieron”.
6 Soraluce y Zubizarreta, Nicolás de. Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, sus antecedentes y otros sucesos con ella relacionados, Facsimilar de la edición impresa por Juan de Oses, San Sebastián, 1880. Edit. Real sociedad Bascongada de los amigos del País, San Sebastián, 1998. p.47.
7 A.H.C.V., Fondo: R.S.B.A.P, E 2, T I, V 12, folio N. C. 3616. Fecha de su nombramiento: septiembre 11 de 1791.
8 A.H.C.V., Fondo: R.S.B.A.P. E 6, T IV, V 11, folio N. C. 14972. “Gravámenes que carga la hacienda de Querendaro”. Abril 3 de 1802.
9 Sobre su pertenencia a la Bascongada ver: Josefina María Cristina. Ilustrados en la Nueva España, los socios de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Universidad Iberoamericana, México 2001. p.417y sobre su actividad como minero zacatecano: AHCV. Fondo R.S.B.A.P. E 2, T IV, V 4. Folio N. C. 10651- 10659 y folio N. C. 10676 bis.
10 Montserrat Gárate Ojanguren, “Circuitos financieros del capital novohispano S. XVIII-XIX. Las remesas de los amigos vascongados”, en IV Seminario de historia de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, Donostia; RSBAP 1994, Tomo I, p. 326.