512 Zenbakia 2009-12-11 / 2009-12-18

Gaiak

Transformación del paisaje en la cultura verbenera

PÉREZ ALTAMIRA, Daniel María



Muchas veces tendemos a pensar que el paisaje salvaje es obra en exclusiva de la naturaleza, pero el estudio del paisaje, su mantenimiento y transformación nos muestra una realidad bien diferente. Estas conclusiones están hechas en base a miles de encuestas, la mayoría anónimas, a lo largo de más de 30 años de estudios. Vamos a ver cómo se transforma el paisaje según los criterios de la cultura verbenera, y para ello veremos los siguientes ejemplos:

En primer lugar prado de siega, al fondo a la izquierda helechal seco en el mes de octubre y al lado un trozo de helechal convertido en prado de siega. También se observa parte de un pinar convertido en prado.

1- Trasformación de un pinar en prado.

2- Trasformación de un helechal en prado.

3- Transformación de un prado en helechal.

Antes debemos entender que en esta cultura se dan una serie de elementos para la transformación del paisaje como:

- La guadaña de helecho.

- El fuego.

- El podón .

- La guadaña de otia.

- La hoz.

- La dentadura de los herbívoros.

- El arado de vertedera.

- El arado romano.

- Una gama variada de instrumentos para cavar la tierra manualmente (layas, azadas, etc.).

- La horca.

- El rastrillo de recoger hierba (en la cultura verbenera hay dos tipos).

- El hacha.

Luego hay un tercer factor que influye en la transformación del paisaje en la cultura verbenera, que es la utilización de elementos fertilizadores que cambian las condiciones del terreno y posibilitan el desarrollo de una serie de plantas que interesan. Estos elementos son: La cal, la ceniza y diversos estiércoles.

Helechal cortado. Se puede observar cómo debajo se desarrollan plantas que soportan el corte de la guadaña en septiembre y la oscuridad que crea el helechal cuando está crecido. 1. Transformación de un pinar en prado

Esto lo he observado en la cultura verbenera, que es donde más abunda el pino. Este pinar en cuestión tendría unos 30 años. Lo primero que se hizo fue contratar a una empresa para que cortara los árboles y se los llevara. El trabajo fue duro ya que no solo hubo que cortar los árboles, sino que luego hubo que arrancar los tocones, cosa que no fue nada fácil. A continuación se procedió a quitar toda la hojarastra y dejar la tierra desnuda. El terreno tenía alrededor de 1 hectárea.

Nada más acabar la tala, se procedió a traer cantidades considerables de estiércol de vaca y helecho que se repartió primero en montones grandes, separados a distancias de 10 - 20 metros, y después de cada montón se procedió a esparcir en pequeños montones por toda la tierra desnuda. Pronto la tierra apareció cubierta de estiércol, que se esparcía por doquier en pequeños montones.

Llegó el invierno y poco a poco ya empezaron a salir las primeras hierbas, a la llegada de la primavera las semillas de los prados de alrededor empezaron a llegar al terreno, unas traídas por las aves y el viento y las otras incorporadas en el estiércol. El plantago lanceolata o llantén menor fue la primera en nacer. Poco a poco, la primavera fue pasando y parte del terreno se plantó a una hierba forrajera labrándose la tierra. Con el estiércol nació fuerte y vigorosa. Seguí observando la evolución del prado durante este primer año y pronto, poco a poco, empezaron a aparecer, de la familia de las compuestas, los dientes de león (taraxacum) del género hipochoaris, leontondum, varias especies de gramíneas…, pero los llantenes seguían predominando. Durante ese año, vi algo curioso, y es que a pesar de haber en los alrededores plantas de la familia de las leguminosas como los tréboles, estos no aparecían el primer año. La siega de la zona cultivada para forraje de hierba forrajera, siguió por más de tres veces ese año, al final el terreno dejó de dar hierba y la hierba empezaba a dar síntomas de que le hacia falta nitrógeno porque presentaban un aspecto de color verde clarito y raquítico.

Y entonces las vi, empezaron apareciendo tímidamente aquí y allí, pero al segundo año, el terreno que había sido de siega de hierba forrajera que no fue abonado ese año, fue invadido por los tréboles, todo era un campo de tréboles, mientras en el resto del prado, este segundo año los llantenes retrocedieron y avanzaron los tréboles, pronto a lo largo de este prado renovado en solo dos años, fui capaz de clasificar unas cien especies. Se había dado la transición. La zona de tréboles al tercer año se estercó de nuevo y los tréboles retrocedieron y avanzaron las otras. Pronto comprendió el mecanismo de la transformación del pinar en prado, que consiste en lo siguiente:

Se observa al lado de la zona industrial un prado convertido en helechal y en la cuesta de enfrente un pinar convertido en prado y parte en helechal.

1- Las semillas para el nuevo prado se echan junto con el estiércol y también provienen de los campos circundantes, por lo que para recuperar un pinar de esta forma es fundamental que los alrededores tengan abundantes especies de prados de siega, si esto no se da, hay que sembrar.

2- Es fundamental recoger del pinar todo elemento leñoso y las hojas.

3- No se debe labrar la tierra a no ser que se quiera cultivar, en cuyo caso hay que estercarla bien.

4- Se debe echar bien de estiércol de vaca (alimentada con hierba del prado seco), con helecho, lo que protege la tierra de la lluvia excesiva y a la vez la fertiliza y siembra.

5- En el proceso de colonización se observa un avance de las plantas plantagináceos-compuestas-gramíneas, para posteriormente cuando baja el nitrógeno de la tierra, aparecen las leguminosas, estableciéndose al final un equilibrio, según avance el nitrógeno en la tierra, retroceden las leguminosas y según retrocede el nitrógeno, avanzan las leguminosas. 2. Transformación de un helechal en un prado

Tras varias décadas de observación y entrevistas, el mecanismo de transformación de un helechal en prado, va como sigue:

Cuando llega la primavera y salen los primeros brotes de helecho de la especie pteridium aquilinum, estos son cortados a guadaña corta y de filo duro. Los brotes cortados de una longitud de unos 10 a 20 centímetros, cubren el suelo de la zona que se va a transformar en prado. Hay que tener en cuenta que un helechal de siega, no es un cultivo en exclusiva de helecho, sino un ecosistema perfectamente organizado y complejo donde el ser humano forma parte de él. En un helechal se dan infinidad de gramíneas, de plantas del genero scila, asphoselus, crocus, etc., pero son plantas que aprovechan sobre todo el tiempo en que el helecho esta dormido y cortado para desarrollarse, por tanto son plantas que están acostumbradas a desarrollarse y multiplicarse cuando las otras están dormidas, en este caso los helechos.

En la foto se observan los helechales cortados en la parte media de la montaña y en la parte alta los helechales de color rojizo sin cortar. En las partes bajas prados de siega y entre las dos, zonas de prado convertidos en helechal y helechal convertido en prado.

Al cortar los brotes de helecho, alargamos el periodo de insolación a ras del suelo, que antes había estado tapado por los helechos altos. Este hecho por insignificante que parezca, cambia por completo las condiciones del ecosistema que se había formado, ahora nuevas plantas más acostumbradas que las que viven debajo de los helechos pueden empezar a colonizar el nuevo ecosistema, ya que ellas no se pueden desarrollar en los periodos en que se desarrollan los helechos. Poco a poco, después del primer corte las semillas de los alrededores de los prados llegan al antiguo helechal y lo empiezan a colonizar. Antes cuando llegaban estas semillas al prado y el helecho estaba alto no podían desarrollarse por falta de luz, pero ahora la cosa ha cambiado y lo pueden hacer. Ha pasado un mes desde el último corte y los helechos todavía no están muertos e inician un nuevo ataque e intentan desarrollarse de nuevo, pero la guadaña implacable los vuelve a cortar. Esta vez el corte es más efectivo, los helechos se empiezan a resentir y nuevas plantas siguen colonizando los prados. El proceso sigue así sucesivamente durante toda la primavera y al llegar el verano, los helechos ya están muy tocados y empiezan a ceder.

Mientras las plantas del prado siguen colonizando las nuevas tierras. Cuando finaliza el año y empieza otro se procede a estercar el nuevo prado, pero no nos hemos de olvidar del helecho, ahora ya no hay problema, la guadaña ya no es la misma, sino guadaña de hierba que es mas larga y fina, que a la vez que corta la hierba recién colonizada corta los pocos brotes que hayan podido salir. Las plantas del prado invaden poco a poco los prados y pronto las plantas del género plantago, taraxacum, hypochoaris, y diversas de la familia de las gramíneas, que más tarde son reforzadas por las leguminosas, colonizan el prado. Por fin, al cabo de tres años, el helechal se ha convertido en un prado y la tupida red de helechos que cubría el subsuelo, se empieza a desintegrar sirviendo de fertilizante al nuevo prado que emerge con fuerza.

El ser humano de la cultura verbenera acaba de crear un nuevo ecosistema dependiente del ser humano con unas nuevas relaciones ecológicas entre el ser humano y la pradera de siega. Estas nuevas relaciones y el proceso de transformación están basados en:

1- Las semillas para colonizar el prado van en el estiércol y también influye las semillas de los prados de alrededor traídas por animales y el viento. Se procede al corte de helecho en sucesivas pasadas en el primer año hasta que el helecho cede. No se procede a retirar los rizomas del helecho, sino lo que se hace es dejar que se pudran para que sirvan de abono al futuro prado.

2- Al segundo año se cambia de guadaña de helecho a guadaña de siega y se corta ya normal, además se estierca el nuevo prado.

3-Las nuevas condiciones de corte se han trasformado. El helecho (pteridium aquilinum) para desarrollarse como hierba dominante necesita que lo corten una sola vez al año, cuando está seco, hacia el mes de septiembre. Al cortarlo varias veces se trasforman las condiciones, y en estas nuevas condiciones de corte ya no es dominante, ahora son dominantes las hierbas del prado.

Comentario:

Es interesante resaltar cómo esta cultura verbenera se rodea de una serie de ecosistemas regulados por el ser humano con una gran variedad de especies silvestres. El casero sabe qué condiciones de desarrollo necesita cada especie vegetal y animal, pero en realidad sólo necesita saber qué grupos de plantas se desarrollan en unas condiciones y qué grupo de plantas se desarrollan en otras condiciones. Las plantas que se desarrollan en el entorno de los caseríos por tanto, respondiendo a la época de fluoración y reproducción, son de tres tipos:

A mano derecha un helechal seco sin cortar.

Bloque uno

- Las que florecen y se reproducen en primavera antes que las demás. Cuando termina su ciclo reproductivo las demás empiezan a crecer.

- Las que florecen y se reproducen, desde mayo hasta septiembre.

- Las que florecen y se reproducen en pleno otoño e invierno, aprovechando que las demás están dormidas.

Bloque dos

- El haya es la mas fuerte de todas vence a cualquiera.

- El roble y la encina, vence a todas menos al haya.

- Árboles colonizadores como el abedul, el sauce cabruno, el pino.

- Las matas arbustivas, como brezos, zarzas, tojos, genistas…

- Helechos.

- Gramíneas de desarrollo alto.

- Plantas de los prados de siega, la más débil.

Estas serían, por tanto, las condiciones normales de lucha en una situación en la que no hubiese corte por guadaña o por pasto de animales. En cambio, en unas condiciones de corte de guadaña intenso el orden anterior se invierte:

Bloque tres

- Plantas de los prados de siega, la más fuerte.

- Gramíneas de desarrollo alto.

- Helechos.

- Las matas arbustivas.

- Árboles colonizadores.

- El roble y la encina.

- El haya, el más débil.

Sin embargo, las condiciones del corte también puede variar según se haga intensamente o una vez al año y eligiendo la época del año. En este aspecto interviene el conocimiento de cuándo florecen y se reproducen las plantas; si escogemos el helecho vemos que es una planta que permite un corte único al año y en seco, con el tercer puesto en cuanto a aguante de siega. Si tomamos en cuenta la época de fluoración de las plantas veremos que el helecho está en segunda posición. Si la permitimos crecer a partir de un prado anulará a todas las plantas de ese número y permitirá desarrollarse a las del primero y tercero. En esta situación quedaría el primer año:

1- Helecho y plantas del puesto primero y tercero.

Pero esto no es real, ya que si no la cortamos se impondría el orden de “sin corte”, donde el helecho tiene por encima de él plantas más fuertes que le ahogarían, en esta situación, el helecho tiene por encima de él a:

- Matas arbustivas.

- Áboles colonizadores.

- Roble y encina.

- Haya.

Por tanto, ahora se trata de eliminar a sus competidores y para ello sabemos que el helecho guarda un puesto más fuerte que sus competidores ante el corte de guadaña en seco. El corte de guadaña se realiza una vez al año cuando está seca, elimina a las otras, en estas condiciones el helecho quedaría:

Helechal en verde.

Bloque cuatro

1- Helecho y plantas del puesto 1 y 3 del bloque uno, las más fuertes

2- Gramíneas de porte alto.

3- Plantas de prado de siega.

4- Plantas arbustivas.

5- Árboles colonizadores.

6- Roble y encina.

7- Haya, el más débil.

Por tanto, debemos entender que la planificación de los diferentes ecosistemas naturales regulados por el ser humano en esta cultura abarca un notable número de especies, siendo de varios millares (bacterias, hongos, algas unicelulares, plantas vasculares, etc.). Esta diversidad de seres vivos del reino vegetal es necesaria su mantenimiento, ya que esta diversidad de especies, puede responder rápidamente a los cambios que se le quiera someter; así un prado se puede convertir en helecho, un helechal en prado, un campo de otias en prado, etc. porque la enorme variedad de especies que maneja esta cultura, permite que haya especies suficientes para colonizar los cambios producidos. Esto denota la fortaleza de esta gestión verbenera de las plantas silvestres. De hecho, la mayor parte de las plantas vasculares de Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra de esta cultura se encuentran en estos ecosistemas gestionados por el ser humano, por lo que si el ser humano dejara de gestionarlos el 80 % de las especies vegetales, desaparecerían. Para entender mejor esto: es como si tuviéramos un montón de plantas que fueran capaces de responder ante las condiciones cambiantes, así ante exceso de sol, las plantas más fuertes al sol se desarrollarían y protegerían a las que no lo aguantan. Por el caso contrario, cuando hubiese frió, las plantas de calor se retirarían y aparecerían para desarrollarse las de frió y protegerían a las otras, hasta que cambiaran las condiciones y se pudieran desarrollar. Pues bien, esto es lo que hace esta cultura con las plantas, permite que se desarrollen en variedad un crisol de plantas silvestres que sean capaces de responder ante condiciones cambiantes de los ecosistemas, sin destruir a ninguna.

He de mencionar la importancia que tiene el retirar la materia vegetal o el estiercol viejo de prados, helechales, etc. Esta materia orgánica retirada es el producto que se aprovecha para darle una utilidad, pero es algo más importante para el prado y el helechal. Este hecho de retirar la materia orgánica vegetal o animal, permite que no se ahoguen las plantas que crecen más a ras, lo cual dificultaría su crecimiento y colonización si se dejara en abundancia a ras del suelo. 3. Transformación de un prado en helechal

Prado de siega con su meta típica. Solamente los prados de siega tienen meta, los prados de pasto no la tienen. En estas metas van las semillas de las plantas del prado, que luego se comerán las vacas y al echarse como abono al prado junto con el helecho que ha servido de cama del ganado, servirá para sembrar de nuevas semillas el prado.

La transformación de un prado en helechal sigue un proceso a la inversa de la anterior explicado. En primer lugar, si queremos hacer esto hemos de cerciorarnos de que en los bordes del prado haya helechos de la especie antes mencionada. Esto sería lo normal ya que la cultura verbenera nunca elimina ninguna especie, sino que las mantiene a raya. Como en el caso anterior debemos crear las condiciones para que el helecho sea la planta más dominante y pueda con las demás, y para ello es necesario eliminar a las que están por encima de él y que ella se encargue de las que están por debajo de él. En esta situación el helecho es la dominante y estas condiciones se consiguen, segando el helecho en septiembre cuando el helecho está seco. El primer año, dejamos de segar con frecuencia el prado y solo lo segamos en septiembre. Alo largo de este primer año, se observa cómo las hierbas altas como la dactilys glomeratus y varias especies del género festuca y bromus, además de otras que echan hojas largas y finas, forman alrededor de ellas mucha paja de hierba, lo que poco a poco ahoga a la mayoría de las plantas del prado quedando poco a poco sólo las gramíneas grandes. Al segundo año, vemos cómo el helecho se empieza a extender poco a poco, las hierbas del prado de antes al segundo año casi han desaparecido y solo predominan este tipo concreto de gramíneas, se vuelve a cortar el helecho en septiembre.

Al tercer año el helecho ya cubre buena parte del antiguo prado y se observa cómo los intentos de invasión del prado por parte de las zarzas y las otias, parece que en algunas zonas va a triunfar, pero al llegar septiembre la siega acaba con ellas. En esta fase de desarrollo del helecho se observa claramente su carácter invasivo, bajo tierra el helecho lanza una tupida red de rizomas, que forman una red que lanza brotes por todos lados. Estamos en el cuarto año, los helechos que salen ahora ya no son pequeños, sino que algunos llegan hasta metro y medio de altura incluso, dejando pasar poca luz, lo que dificulta el desarrollo de la zarza y las otias, pero solo lo dificulta no lo impide, se hace necesario volver a segar en septiembre para poderlos eliminar definitivamente. Al quinto año ya está formado el helechal, un helechal donde solo crece él y las gramíneas y especies adaptadas a estas condiciones de corte y de dominio del helecho.

Se acaba de dar la transición. A este respecto hemos de destacar cómo este ecosistema gestionado y dirigido por el ser humano es capaz de autoalimentarse al absorber el nitrógeno del aire y otros gases alimenticios e integrarlos en la tierra. Esto ha sido aprovechado por la cultura verbenera para utilizarlo como fertilizante de los prados y los terrenos de cultivo, ya que hay que recordar que dentro de la cultura verbenera este ecosistema es un ecosistema de fabricante primario de fertilizantes.