445 Zenbakia 2008-06-20 / 2008-06-27
León de Barrenechea. Escultor guipuzcoano, nacido en Irun el 26 de junio de 1892. Estudió desde 1907 dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao y la escultura, en Madrid, en el taller de Querol, donde permaneció seis años.
En 1912 obtuvo mención honorífica en la Exposición Nacional, con un busto femenino titulado Flor de otoño. Ganó las medallas de segunda y tercera clase, en las Exposiciones de Arte y Decoración de 1911 y 1913. Para el Ayuntamiento matritense realizó los bustos de Quevedo, Ercilla, Calderón, Lope de Vega, Tirso de Molina y Quintana. Obras célebres de Barrenechea son: el Monumento a la reina María Cristina, en San Sebastián; el erigido a Sarasate, en Pamplona, y el que se levantó en la ciudad donostiarra, a finales de 1919, a la memoria de los Muertos en la 1.ª Guerra Mundial.
El aspecto más original de Barrenechea está en las esculturas de escenas y tipos vascos a los que se dedicó a continuación. León se encariña con las figuras trabajadoras del País Vasco y las lleva a la piedra y al mármol. Sus temas preferidos son los referentes al empleo de la fuerza en el campo, en el que se dibujan con vigor los músculos. Ha llevado a la escultura todos los deportes vascos. El año 1936, al estallar la guerra, estaba en Madrid, de donde pasó a Francia junto con su mujer, que era francesa. Colaboró desde París con el gobierno republicano español gestionándole armas. Tuvo amistad y trato también con los hombres del Gobierno vasco y con artistas como el pintor Bienabe Artía. Los avatares de las dos guerras hicieron que abandonara la escultura pasando a diseñar muebles para la empresa de su suegro, que luego dirigió. Falleció en 1947 en París, donde reside su hijo Serge, mueblista.