352 Zenbakia 2006-06-16 / 2006-06-23
Y como muestra de su gusto musical nos muestra las llaves a la entrada de la cueva de la música.
Unas imágenes inusuales a no ser que hayan sido tomadas en domingo: bajuras en puerto, presumiblemente de Getaria, pueblo de Elcano y de Balenciaga, en un día de escaso oleaje y abundante sol. Es tiempo de veda de anchoa. Los barcos. De frente y de perfil, como atletas esperando a la salida en un momento que ya debían haber salido si la pesca hubiera sido más proporcional.
Efectista foto de luna llena como poderosa luz cenital que ilumina el camino de las almas al cielo, salidas de ese rojamente iluminado cementerio enmarcado en un cuadro que objetiviza la imagen. Quitándole dramatismo.
Un remolino de colores, como combinación de todos los colores que puede adoptar el Camaleón vistos a través de sus giratorios ojos. El Maelström cromático.
Una solitaria farola como las que ya no quedan .
El ojo de Londres, hecho para celebrar el advenimiento de 2000, que se mantiene en la actualidad, pese a su en principio efímera instalación por insistencia popular. La noria más grande del mundo pervive al igual que en 1889 pervivió en París la Torre Eiffel, pese a que sólo iba a durar lo que durase la exposición universal por motivo del centenario de la Revolución; revolución que debió cundir, ya que ahora se mantiene una muestra de ocio, en una sociedad cada vez más tendente al sector servicios.
Ya no sólo acomodar la vista a un objetivo predeterminado, sino que hay quien acomoda a los que luego acomodan la vista para seguir la trama de una película.
Marieta, la coqueta, en tiempos de las cámaras digitales; y eso, que para una buena foto artística, lo mejor es paciencia, amor a tus objetivos, y tiempo para revelar tú mismo lo que el simple ojo no puede ver.
Por suerte ya no son sólo cadenas para amarrar los barcos; ya no hay tanto pirateo pero tampoco tanta pesca.
Las partituras se siguen usando; al menos no son sólo reproductores MP3 los que hacen la música más viva.
Diversidad de ojos para ver las cosas con otros ojos.
Ramuntcho Robles Quevedo Era digital … ¿ Qué fue del analógico ?
Me acuerdo que de txiki, moría por que mis aitas me dejaran sacar una foto con la maravillosa Kodak instamatic 25 de los 70. Luego ahorrando el dinero de pagas, cumpleaños … me compré mi primera cámara Ricoh L-20. Todo un logro. Después descubrí la Sociedad Fotográfica de Gipuzkoa. Me enteré que hacían cursillos y allá fui. Recuerdo que me tuvieron que dejar una cámara réflex, para hacer las prácticas. Era la primera vez que tenía una réflex entre mis manos y me pareció maravilloso. Así que al final me compré una Pentax MZ 50 con la que sigo disfrutando. Pero ¿ hasta cuando ? … Marian Martín