320 Zenbakia 2005-10-28 / 2005-11-04
En la primera década del siglo XIX, cuando la Madre Patria atravesaba por graves problemas políticos, nació en la villa de Zeanuri, provincia de Bizkaia, Leonardo Zuloaga, hijo de Pedro Zuloaga y Luisa Olivares; quienes, según nuestras investigaciones, fueron también padres de Martha, Pedro y Ramón. El nacimiento de Leonardo se dio el 6 de noviembre de 1806. Bajo aquel clima de inestabilidad social, después de la expulsión de los franceses del territorio español y con el regreso al trono de los Borbones, algunos ciudadanos se vieron forzados a abandonar su tierra natal y es muy probable que Leonardo Zuloaga, en compañía de algunos de sus familiares, emprendiera el viaje a tierras novohispanas en los años aproximados de 1815-1816, cuando Leonardo era todavía un niño.
Leonardo Zuloaga. Después de llegar los Zuloaga Olivares a tierras de la Nueva España, dirigieron sus pasos hacia una provincia que se llamaba igual a la de su tierra natal y así llegaron a la ciudad de Durango, capital de la provincia de la Nueva Vizcaya. Durante el tiempo de radicar allí se dictó la orden de expulsión de los españoles del territorio nacional, decretada por el gobierno mexicano en el año de 1827. Sin embargo, Leonardo y sus hermanos obtuvieron el permiso para no ser deportados.
Posterior a ello, los hermanos de Leonardo, Ramón y Pedro, se fueron a vivir al estado de Chihuahua, Martha se casó con Juan Fierro y se quedó a vivir en Durango, mientras que nuestro personaje tomó el rumbo de Parras y Saltillo en el estado de Coahuila. En octubre de 1834 Leonardo se casó en la centenaria villa de Santa María de las Parras (fundada por los jesuitas en 1598) con María Luisa Ybarra Goribar, dama nacida en el Saltillo en 1812 pero que desde muy pequeña se fue a radicar a la hacienda de San Lorenzo de Parras, cuando su padre don Manuel Ybarra, compró dicha propiedad. La madre de Luisa fue Isabel Goribar Arrieta y tuvo como hermanos a Manuel, Juana, Candelaria y Justina. La hacienda de San Lorenzo fue y es un asentamiento situado a 6 kilómetros al norte de Parras, Coahuila, que se fundó en el año de 1597. Los Ybarra Goribar gozaban de cierto prestigio regional por su poderío económico y algunos de los hijos fueron enviados a los Estados Unidos a perfeccionar su idioma inglés y a tener contacto con las costumbres de por allá.
Luisa Ybarra. En ese año de 1834, México estaba envuelto en continuas luchas políticas posteriores a su independencia y dos años después se dio la separación de la provincia de Texas, en medio de una guerra auspiciada por inmigrantes anglosajones provenientes de los Estados Unidos. Sin embargo, Leonardo no era político, como nunca lo fue, y su tiempo lo ocupó en las tareas agrícolas en las tierras de los parientes se su esposa, pues en la hacienda de San Lorenzo se cultivaba trigo, maíz, fríjol y algunas legumbres. El cultivo de la vid era esencial para la producción de vinos y licores de inmejorable calidad.
En uno de sus múltiples viajes de Parras a Durango para visitar a su hermana y hacer negocios, Leonardo conoció la llamada Hacienda de Hornos, población fundada por los Jesuitas en el año 1598. Propiedad que abandonaron los sacerdotes del Colegio de Parras para dejarla en poder del gobierno virreinal cuando se decretó su expulsión de los territorios españoles en el año de 1767 por el gobierno de Carlos III.
Hornos era un lugar feraz, con agua y tierras en abundancia. Cualidades a las que sus posteriores dueños no supieron sacar el provecho para hacerlas productivas. Fue en el año de 1841 cuando Zuloaga compró dicha propiedad a los herederos de los descendientes de don José María Herrera, y ese mismo año se fue a vivir allá, con su esposa. Tiempo en el que los pobladores de Los Hornos se dedicaban principalmente al cultivo de trigo, maíz, frijol, garbanzo, chícharo y algodón. Sin embargo, había gente que se ocupaba de la manufactura de telas de algodón y al curtido de pieles para la fabricación de gamuzas, porque también existía en la hacienda la cría de ganado caballar, ovino, caprino, vacuno y mular; y el lugar era habitado por aproximadamente un millar de personas. Casa Zuloaga Hornos.
Una vez instalados en Hornos, Leonardo y su esposa se dedicaron a levantar, remodelar y acondicionar su hogar, al que dotaron de muebles y comodidades a base de esmero y trabajo. Por otro lado, Leonardo empezó a sentar las bases de lo que con el paso del tiempo sería un verdadero emporio agrícola y ganadero del suroeste del estado de Coahuila.
En el año de 1848, Leonardo Zuloaga junto con Juan Ignacio Jiménez, compraron la hacienda de San Lorenzo de la Laguna, antigua propiedad de los marqueses de San Miguel de Aguayo. En el año de 1852, Leonardo y Juan Ignacio decidieron repartirse la inmensa propiedad, quedando para Zuloaga la parte situada en el estado de Coahuila y a Jiménez la parte de Durango. Con aquella adquisición Leonardo se convirtió en un rico terrateniente poseedor de todo el suroeste de Coahuila, lo que después se llamó Comarca Lagunera de Coahuila. Tumba de Leonardo Zuloaga.
En el año de 1850 se llevó a cabo la medición de las propiedades de Zuloaga. Sin embargo, dentro de sus tierras estaba localizado un rancho denominado San José de Matamoros, cuyos habitantes alegaban que dichas tierras las habían comprado al gobierno del estado de Coahuila en 1650 pesos en el año de 1832. Pero al final, los jueces que trataron el caso decidieron que las tierras de San José de Matamoros pertenecían a Leonardo, por lo que los habitantes del mismo tendrían que abandonar las tierras en disputa. Este suceso fue el inicio de un grave problema de lucha por la tierra, entre Leonardo Zuloaga y los rancheros de Matamoros que se prolongó por espacio de 13 años y desembocó en graves y sangrientos enfrentamientos en el año de 1863, en los que la gente de Zuloaga se llevó la peor parte; y sus haciendas y ranchos fueron saqueadas, sus ganados robados y los cultivos destruidos y olvidados. Fue el principio del fin de un gran latifundio.
Iglesia Hornos. Durante su estancia en tierras Laguneras, Zuloaga se enfrentó a los indios apaches, y en ocasiones el mismo dirigía las excursiones para hacerles frente. Cabe decir que su hermano Ramón murió en Chihuahua de un hachazo en la cabeza que le propinaron en un asalto de este tipo; y su hermano Pedro fue herido en una pierna por el mismo motivo, lo que ocasionó que quedara baldado de por vida.
Durante la guerra de Reforma entre liberales y conservadores (1858-1860) y en tiempos de la guerra de la intervención francesa (1862-1865), Zuloaga colaboró ampliamente en cuestión económica con el gobierno liberal del gobernador de Nuevo León y Coahuila, Santiago Vidaurri.
Museo el Torreón. En su problema con los de Matamoros, Leonardo recurrió en múltiples ocasiones a pedir ayuda a su amigo Vidaurri. Sin embargo, después de los hechos sangrientos de 1863, ya no se vio favorecido con su pedimento por el rompimiento de Vidaurri con el gobierno del presidente Juárez. De igual manera, Leonardo tuvo un fuerte altercado con Vidaurri en Monterrey en febrero de 1864, a grado tal que aquella estrecha amistad se rompió y Vidaurri envió a prisión a Zuloaga con grillos en pies y manos. A los pocos días lo liberó, pero Leonardo cayó en una fuerte depresión que le agudizó los males estomacales que le aquejaban desde tiempo atrás y al final fue la causa de su la muerte el 20 de febrero de 1865. Murió en Parras a los 59 años de edad, de “inflamación en los intestinos”. Su esposa le sobrevivió hasta octubre de 1866 y de su matrimonio no hubo descendencia. Sus restos permanecieron en el panteón de San Antonio de Parras, desde la fecha de su muerte hasta el mes de agosto de 2003, en el que a sugerencia de un servidor a las autoridades de Torreón, fueron exhumados los restos de Leonardo Zuloaga, junto con los de su esposa, y los de su suegra y se trasladaron a la ciudad de Torreón, (población que él mismo fundó en colaboración con los campesinos de sus ranchos aledaños de la Comarca Lagunera de Coahuila), en donde se inhumaron de nuevo y se colocaron en una urna especial, en una ceremonia solemne el 23 de septiembre de 2003, en el museo El Torreón.