302 Zenbakia 2005-05-27 / 2005-06-03
El profesor e investigador Juan Plazaola falleció el pasado 21 de mayo a los 86 años de edad. La autora de estas líneas, Maria Luisa Amigo, escribió este artículo antes de conocer la noticia.
Estas páginas pretenden ser un esbozo del perfil investigador del profesor Juan Plazaola. Su fecunda y reconocida labor intelectual se inicia a mediados del siglo XX y desde entonces hasta nuestros días ha trabajado incansablemente, publicando más de cincuenta artículos en revistas especializadas y una veintena de libros. No es fácil presentar, en pocas páginas, los frutos de una fecunda tarea que se ha ido plasmando en su obra a lo largo de estos años. Sin embargo, es muy gratificante para mí intentarlo, dada la admiración que siento por su persona y su pensamiento.
Comenzaré recogiendo un apunte sobre su vida y trataré de recorrer, después, las principales líneas de trabajo. Esbozo biográfico
Juan Plazaola Artola. Juan Plazaola Artola nació en San Sebastián el 21 de Enero de 1919. Muy joven, en el año 36, ingresó en la Compañía de Jesús y fue ordenado sacerdote en 1951. Realizó el doctorado en Letras en la Universidad de París y en Filosofía en la Complutense. A lo largo de su vida ha sabido conciliar la labor investigadora con cargos de responsabilidad. Fue Rector del Centro de Humanidades de los jesuitas en Salamanca (1966-68), Rector de la Universidad de Deusto en el Campus de San Sebastián en dos periodos (1977-79 y 1985-89) y Superior Provincial de la Provincia Jesuítica de Loyola y Vice-Canciller de la Universidad de Deusto (1979-1985).
Su labor académica no ha sido menos prolífica: profesor de Estética en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Deusto (Bilbao 1969-1974), catedrático de Historia del Arte y Decano de Filosofía y Letras en los Estudios Universitarios y Técnicos de Guipúzcoa (San Sebastián, 1974-77), hoy Campus de San Sebastián de la Universidad de Deusto.
Su colaboración en revistas especializadas ha sido continua desde su impulso cofundador de la revista Reseña (Madrid, 1964) y de la revista Mundáiz (San Sebastián, 1975), de la que fue director. Ha colaborado en Estafeta Literaria, Razón y Fe, Hechos y Dichos, Revista de Ideas Estéticas, Goya, Bellas Artes, Ara, Estudios Eclesiásticos, Letras de Deusto. Ars Sacra, Sal Terra, Criterio y otras.
Pertenece a diferentes instituciones académicas como la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (Sevilla) y es Amigo de Honor del Museo de San Telmo. Desde hace años ha impartido, incansablemente, numerosas conferencias y cursos en universidades españolas y americanas, recibiendo diversas menciones y premios entre los que destaca el Premio de Humanidades y Ciencias Sociales de Eusko Ikaskuntza, de 1998.
Actualmente es Presidente del Instituto "Ignacio de Loyola" de la Universidad de Deusto con sede en San Sebastián. Lección Inaugural en la Universidad de Deusto,1988. Áreas de investigación en su obra
Voy a ordenar brevemente su obra en cuatro secciones. Centraré la primera en sus estudios sobre arte sacro, la segunda recogerá los trabajos de Estética y Filosofía del arte; la tercera, los estudios sobre el arte vasco. Finalmente, aludiré a otros estudios y a su investigación en torno a San Ignacio de Loyola. Apuntaré algunos rasgos sobresalientes de sus principales obras. Estudios sobre arte sacro
El arte sacro actual. Teoría, Panorama, Documentos fue el primer libro de este área, publicado en 1965. Esta obra tiene el objetivo de ayudar a promover la apertura de la sensibilidad de nuestra sociedad, - sobre todo en los sectores clericales-, a la realidad del Arte Moderno. El arte sacro actual fue entonces y es todavía un libro utilizado por arquitectos y artistas, convirtiéndose desde su aparición en un “clásico”.
En él se puede apreciar ya el talante abierto del autor que siempre busca el diálogo y el ámbito interrelacional, en este caso en tres frentes: el artista, el clero y el pueblo. El enfoque vertebral del texto entrelaza estos tres frentes para darles la oportunidad de conocer el punto de vista de los otros y alcanzar así un conocimiento más completo y más profundo de la verdad.
Futuro del arte sacro. Plazaola es consciente de que todo arte es fruto de una época y colabora a crear el espíritu de la misma. No es esto un círculo vicioso; revela la implicación que se da entre las realidades que tejen el entramado de la vida del hombre. Para levantar una iglesia no se puede ser ajeno a la historia del templo cristiano, su sentido y su simbolismo. El sacerdote debe comprender las razones por las que el artista actual no puede pintar como Murillo. También el pueblo cristiano debe esforzarse por comprender que el arte no hace más que iluminar el camino que el pueblo mismo va recorriendo. Se pregunta nuestro autor qué sentido tiene hoy el arte sacro en un mundo desacralizado como el nuestro. Es el interrogante que guía su reflexión en otro libro que publicó en 1973, Futuro del arte sacro.
Sorprende la sensibilidad extrema que el profesor Plazaola muestra al reconocer la necesidad de apertura comunitaria patente ya en los años setenta. Hasta el punto de que no duda en abogar claramente porque el espacio litúrgico pueda transformarse en zona de convivencia para servicios no religiosos. Los artistas del siglo XX han vinculado lo bello y lo funcionalmente perfecto. Han contribuido así a afinar nuestra sensibilidad para ver el encanto sereno de lo simple, de la pequeña iglesia, sencilla pero bien hecha, que ha sustituido a los grandes templos del pasado. Esencialismo, autenticidad, funcionalismo y economía de medios expresivos serán aspectos claves del arte sacro actual.
Ya en el primer trabajo sobre este tema trata la cuestión polémica que trae consigo el arte abstracto; un viejo tema en la historia del arte religioso que ha oscilado entre la imagen representativa y el signo de carácter simbólico. Recuerda al pintor Albert Gleizes quien escribió: “El problema del arte sacro es, como los demás, un problema de realidad . ¿Dónde está la realidad? ¿En lo que tocamos? ¿O, más allá de las apariencias, en una realidad que sólo puede sugerirse y cifrarse en signos que encuentre el arte?1”.
Historia y sentido del arte cristiano. En 1996 publica Juan Plazaola la gran obra que culmina la trayectoria de estudio sobre el arte cristiano; una obra de más de mil páginas titulada Historia y sentido del arte cristiano, publicada en la B.A.C. Este libro es un magnífico compendio que analiza con todo rigor las principales obras y autores que revelan el alma y la sociedad cristiana de cada época. Es, como recoge su título, un libro de historia que aborda también el problema de la razón de ser del arte en el Cristianismo.
Sobre esta obra se puede destacar el inspirado comentario de la profesora Paloma García Picazo en la revista Ars Sacra. En él valora la profundidad de la obra, su búsqueda de la razón última que guía a los artistas y su interés en descifrar el sentido y el significado que hay que atribuir a las diversas manifestaciones del arte cristiano: “El libro de Plazaola – que puede servir a la perfección como un manual de historia del arte- es también un testimonio de gran valor, pues el autor ha tenido la valentía de volcar su razón y su sentimiento, su propia experiencia como cristiano, en las páginas que ha compuesto2”. El profesor Plazaola hace historia, analiza el marco en que se desarrolla y lo ilustra con textos de autores de cada época, aporta unos apuntes ensayísticos de filosofía y teología de la estética y abre líneas prospectivas que den sentido y significado a la manifestaciones artísticas de un tiempo secularizado en una geografía secularizada. Se trata de una reflexión fecunda, densa, que afronta núcleos dogmáticos e implicaciones teológicas.
La dialéctica entre trascendencia e inmanencia de una religión de Encarnación encauza el deseo de la imaginaría cristiana y, por ello, este libro es también una filosofía del arte cristiano. Cada capítulo culmina con una amplia reflexión sobre la significación: ¿Qué nos dicen las obra artísticas sobre las creencias de los que las hicieron? ¿Qué nos revelan de su sensibilidad estética y religiosa Las respuestas a estas cuestiones, ampliamente tratadas, ponen de manifiesto con gran nitidez el mundo espiritual que encarna la obra, en el que las formas bellas se entretejen con la comunidad creyente para formar un ámbito luminoso que acoge la grandeza de lo divino.
¿Es hoy posible un arte cristiano? Es la pregunta con la que nuestro autor cierra el libro. Para hacerlo posible, en un tiempo de secularización como el presente, no basta con que abramos las puertas a los artistas que parecen estar ahora alejados del ámbito de la fe; es necesario que nosotros, los receptores, abramos bien los ojos ante sus obras. Saber ver y saber escuchar en sus obras simbólicas y desnudas la experiencia interna del artista. Tal vez necesitamos hoy comenzar por saber apreciar la dimensión sagrada del arte. Piensa Juan Plazaola que “volverán imágenes y signos a hablarnos del misterio de un Dios invisible e inefable”3. De momento sólo podemos contentarnos con penetrar en el misterio de lo espiritual en el arte.
Tras esta magna obra, el autor ha escrito otros textos en la misma línea, pero más breves, para facilitar la comunicación con un público menos especializado. Así, Razón y sentido del arte cristiano (1998), La iglesia y el arte (2001) e Historia del arte cristiano (2001). También ha escrito numerosos artículos, colaborando asiduamente en la revista Ars Sacra, y ha impartido conferencias sobre estos temas. Recientemente, en el mes de marzo de 2005, hemos tenido la oportunidad de escucharle una magnífica conferencia en la Universidad de Deusto, en el marco de unas Jornadas de Teología, con el título: Muerte y resurrección en el arte cristiano hoy. Estudios sobre Estética y Filosofía del arte
Junto a esta gran línea de investigación que acabo de esbozar, el profesor Plazaola ha dedicado muchas horas de su vida a reflexionar sobre la Estética. Me refiero ahora a la segunda parte que antes anunciaba y voy a detenerme, sobre todo, en dos libros suyos: Introducción a la estética. Historia, Teoría y Textos, publicado en 1973, y El arte y el hombre de hoy. Apuntes para una filosofía del arte contemporáneo, de 1978. Del primer texto, tuve la suerte de tener su primicia como guía en mi formación estética al ser estudiante de Filosofía en la Universidad de Deusto. Años después, que tuve el honor de sustituir al profesor Plazaola en las clases de Estética de la Universidad de Deusto en el campus de Bilbao, este libro fue para mí – como lo ha sido para muchos profesores- una verdadera guía de profundización en el ámbito de la Estética.
Juan Plazaola (8/9/04). Dice su autor que el libro no pretende ser una exposición de un sistema personal, sino una iniciación general en las cuestiones estéticas. Yo creo que es ambas cosas a la vez, pues aunque no se lo proponga, la huella de su pensamiento se deja sentir en cada página. Cada capítulo afronta uno de los problemas que la Estética tiene planteados. Por eso, desde su publicación en el 73 hasta que la edición se agotó, el texto se ha tenido en la Universidad española como uno de los manuales más queridos. Prueba de ello fue que, al agotarse la edición de la B.A.C., los profesores de Estética no encontrábamos el libro adecuado para sustituirlo. Por fin, en 1991 la Universidad de Deusto procedió a una reedición. Sobre la calidad del libro podemos ver el juicio que el prestigioso historiador del arte J. Camón Aznar publicó en la revista GOYA: “Este libro del P. Plazaola es una obra trascendental en la bibliografía universal sobre Estética. A lo menos, no conocemos otro con tal densidad de doctrina, tan apretada erudición y tan clara y liberal exposición de todas las doctrinas. Y todo ello, expresado con gran fluidez y belleza, que adquiere altura poética cuando alude o describe otras de arte. Podemos decir, que sucede a las Ideas Estéticas, de Menéndez y Pelayo completando su información y afrontando los temas estéticos desde la mentalidad y sensibilidad de nuestros días. La gran empresa editorial de la Biblioteca de Autores Cristianos, ha enriquecido sus fondo con este testimonio tan brillante de la cultura española de este momento”4.
El enfoque de los principales temas y problemas de la estética lo lleva a cabo nuestro autor con el talante que le es propio: profundidad en el análisis y apertura a un horizonte de comprensión que huye de posturas cerradas. Se esfuerza por introducirnos en los temas conjugando diversos métodos, histórico, fenomenológico, deductivo-racional etc. y, con frecuencia, deja abiertas las cuestiones a ulteriores enfoques, invitándonos a los lectores a una personal indagación. El análisis riguroso, en el que se compaginan las opiniones de los artistas y de los pensadores, se configura en una obra abierta que nos incita a una toma de postura personal. Llama poderosamente la atención, por ser algo tan infrecuente en este tipo de textos, el espacio reservado a los artistas. Las ideas de cada capítulo quedan avaladas por testimonios de diversos artistas, lo que ayuda a comprender desde otra perspectiva el horizonte conceptual teóricamente expuesto.
La Historia de la Estética se afronta en tres grandes épocas organizadas en quince capítulos: en torno a la gestación de esta disciplina en el pensamiento antiguo, medieval y racionalismo; el nacimiento en la ilustración y la crisis de crecimiento, en la que aborda las diversas estéticas del siglo XX. Solamente esta Historia constituiría ya de por sí un volumen. Pero se agradece que el autor no haya querido quedarse ahí, ya que una visión sistemática de la estética es hoy más necesaria que nunca.
La segunda parte de esta obra, Teoría y Textos, queda configurada en doce capítulos en los que se afrontan cuestiones tales como la vivencia estética, la belleza, la diferenciación entre arte y artesanía, la relación entre arte y realidad, la génesis del arte, el arte como creación y autoexpresión, la estructura de la obra de arte y, finalmente, las diversas fronteras del arte y la sociedad, la moral y la religión. Cada uno de estos capítulos termina con una serie de textos de los artistas, que en muchas ocasiones son o fueron en su momento, inéditos, traducidos por el profesor.
Esta parte sistemática está tratada con una gran documentación y el autor no ahorra esfuerzos por presentarnos diversas opiniones y enfoques, tanto de autores del presente, como de filósofos de cualquier tiempo cuando su pensamiento es iluminador. Los autores que aparecen con más insistencia son los fenomenólogos y el propio Plazaola no duda en reconocer su preferencia por el método fenomenológico. Con esta perspectiva aborda uno de los capítulos más interesantes del libro, el dedicado a la experiencia estética. El autor nos invita a hacer un poco de fenomenología: ¿qué ocurre en nosotros cuando, escuchando la Tocata y fuga de Bach, nos sentimos absortos y encantados? Este enfoque ayuda a los lectores a tomar posición y conciencia de la cuestión capital que tiene entre manos; no se trata de un tema de especulación desinteresada sino de una dimensión vital de nuestra experiencia cotidiana. Plazaola nos hace ver, a lo largo de esta obra, que el arte y la vivencia estética nos atañen profundamente y son valores irrenunciables de la persona.
El arte y el hombre de hoy. Apuntes para una filosofía del arte contemporáneo fue Premio de Ensayo Adolfo Muñoz Alonso en 1977, otorgado por la Institución Cultural Simancas de la Exmª Diputación provincial de Valladolid. Se trata de un premio que esta institución concede a aquellas obras que centran su estudio en la problemática del hombre actual. Este trabajo tiene un enfoque muy valiente ya que su autor no duda en tomar postura ante la difícil cuestión del arte contemporáneo. Su estilo es ágil y huye de sistematizaciones académicas, por lo que su lectura se realiza casi sin sentir. Es, por ello, un texto muy apreciado por los estudiantes.
En el ensayo se limita a sugerir concomitancias y relaciones funcionales entre el arte y las restantes distritos de la cultura contemporánea. Rechaza afrontar la comprensión desde apriorismos formalistas al modo de Wölfflin, Worringer o Alois Riegl, porque la vida de los estilos es una trama compleja que no se puede definir con unos cuantos epítetos. Reconoce que no hemos penetrado el misterio de la “vida de las formas” hasta el punto de establecer nexos causales indiscutibles y generales. Por eso se limita a apuntar ciertas conexiones de carácter funcional o señalar concomitancias aclaratorias.
Su análisis se vertebra sobre tres grandes bloques: Radiografía, Diagnóstico y Pronóstico. Jesús Altuna y Juan Plazaola (8/9/04). Foto: Alberto Martiñena
La radiografía del arte contemporáneo se dibuja en torno a la palabra desintegración. Del impresionismo al informalismo el arte ha recorrido un camino de desmembramiento de la forma tradicional y de disolución de la forma plástica. Este proceso desintegrador se observa también en la música o en las artes de la palabra. Nuestro autor advierte esta descomposición en la ciencia, la filosofía, la religión y en las principales estructuras de la cultura occidental. El arte contemporáneo se presenta atomizado en el espacio y en el tiempo. En todos sus campos se propaga el divisionismo, la acumulación heteróclita, el collage.
Sin embargo, esta radiografía no apunta a una visión pesimista y negativa. El diagnóstico que le sigue se esfuerza por mostrar las fuerzas regeneradoras que laten en el fondo de esta desintegración y que son para el autor energías instauradoras del arte actual. Se concreta en los siguientes vectores:
1.- El respeto por la materia, en el que el autor ve un neohumanismo lejano al gnosticismo y neoplatonismo para los que la materia es tiniebla.
2.- La temporalización de las artes espaciales, acorde con nuestra época que desde todos los ángulos subraya el valor del devenir y del proceso.
3.- El subjetivismo personalista y el anhelo de solidaridad del arte con el receptor. Todo arte es expresión de un yo, -ya que el arte hoy no obedece más que a la necesidad interior-, pero, a la vez, busca el anhelo del otro, la participación del receptor en la obra.
El arte del siglo XX ha roto fronteras de la materia y la forma, las de la operación artística y su resultado en obra; también ha superado la barrera del artista y del espectador. Esta triple eliminación se corona con otra más radical: la ruptura de fronteras entre el arte y la vida. ¿Es esto la muerte del arte?
En el pronóstico con el que concluye el libro Plazaola puntualiza su posición. El arte parece agonizar porque la sociedad ha entregado la hegemonía de la cultura a la razón calculadora, separada de la intuición y del sentimiento. La primera victoria debería ser la superación del cientifismo tecnológico. La segunda arrancar al arte de la red de los procesos comerciales. La obra de arte no se contempla como un valor humano, sensible y espiritual, sino como valor de cambio. Los propios artistas son víctimas de este proceso. Plazaola es consciente de que las mismas causas que actúan sobre la creación artística, influyen sobre el mundo de los críticos, ensayistas y pensadores de arte. Ante esa oleada, ante la que es tan difícil ir contracorriente, el autor opta por una restauración de la filosofía y lo que él denomina "aportaciones irrenunciables" de la Estética. El filósofo debe esforzarse por cumplir su misión específica con el arte: Distinguir para saber; distinguir lo artístico de lo no-artístico, lo estrictamente estético de lo no-estético, y lo artístico de lo estético. Pero esta tarea no es fácil ya que, a veces, hay que ir contracorriente.
Para Plazaola, a pesar de los muchos interrogantes que nos plantea el arte actual, no debemos desfallecer ante la diversidad de sus propuestas. El arte siempre ha sido asombro y ruptura, y, además, el arte es un espejo deformante de nuestra sociedad consumista y quizá ello explique el carácter agónico del arte actual. Pero nosotros contamos con la tradición filosófica y con la reflexión estética que nos ha proporcionado conquistas irrenunciables de nuestra cultura. Tales son, por ejemplo, la especificidad del goce estético, la esencial calidad teorética o contemplativa del arte, su carácter genéticamente social, su naturaleza intuitiva y expresiva, el papel del inconsciente en la génesis de la obra etc. Esta misma tradición es la que nos capacita para adaptarnos a las evoluciones del gusto y a formas de expresión que hubiéramos rechazado en otra edad. Estudios sobre el arte vasco
Historia del arte vasco II. La reflexión sobre el arte y las cuestiones estéticas en general tienen un punto de concreción en torno al arte vasco. Paso ahora a hacer una breve reflexión sobre sus estudios en torno al arte vasco y otros ámbitos de investigación. El profesor Plazaola ha dedicado diversas obras al arte vasco. El arte de un pueblo que, como apunta, se concilia mejor con el lenguaje de signos que de imágenes, pues la sensibilidad espiritual y estética del vasco es refractaria a la imaginería. Quizá ello explique el arraigo del arte abstracto y las grandes figuras de escultores vascos universalmente reconocidos.
Dedicó un estudio monográfico a Nestor Basterrechea y ha escrito y hablado sobre todos los que formaron lo que se llamó “Escuela Vasca”; especialmente ha estudiado la obra de los escultores de la generación de los años 50. También sobre este tema llegó el momento de reunir todos los resultados de sus experiencias, de su encuestas y de su investigación histórica, y apareció el primer ensayo histórico de conjunto, bajo el título de Arte Vasco, que editó EREIN (1978) y que fue subvencionado por el Gobierno Vasco. En ese volumen colaboraron con él: Jesús Altuna, M. Asunción Arrázola, Manuel Lekuona, E. Kortadi, I. Galarraga y J.L. Linazasoro.
Quisiera destacar también la estupenda labor que ha realizando al dirigir tesis e impulsar la investigación sobre diversos artistas vascos. Gracias a este impulso tenemos hoy magníficos trabajos biográficos, de análisis crítico de la obra o la catalogación de la misma sobre artistas de la talla de Ucelay o Aurelio Arteta o Amable Arias.
Historia del arte vasco III. Junto a lo anterior, su gran aportación a la investigación sobre el arte vasco ha sido una espléndida Historia del Arte Vasco, en cuatro volúmenes. Una obra complexiva y ambiciosa, magníficamente editada con imágenes que nos muestran la gran riqueza del arte vasco desde la prehistoria hasta nuestros días. El primer volumen abarca de la prehistoria al arte románico; el segundo, del gótico al renacimiento; el tercero, del barroco al siglo XIX y el cuarto está dedicado al siglo XX. Esta obra es un compendio de toda la historia del arte vasco. El propio autor se planteaba hace veinte años, en el prólogo de la obra colectiva Arte vasco, si tenía sentido unir estas palabras. Sobre la misma cuestión escribe en la introducción del primer volumen, en el que concreta “tiene sentido narrar la historia del arte en el País Vasco, pensando quizá que, al mismo tiempo, estoy contribuyendo a conocer la historia del Arte Vasco”.
Plazaola observa una serie de rasgos permanentes en la cultura vasca que se corresponden con algunas propiedades observadas en el arte vasco a lo largo de los siglos: una cierta vinculación a la tierra, propia de la vida baserritarra; una cercanía a la geografía más que a la historia, reflejada en el sello artesanal de los más representativos escultores con sus preferencias por los materiales tradicionales; una tendencia a la exhibición de la fuerza, la energía y hasta la testarudez, que explica la resistencia a nuevas formas de vida y de expresión; un aniconismo en la versión visible y plástica que se da al sentido de los mitos y realidades trascendentes; una gravedad y austeridad de vida, que se trasluce en la arquitectura sólida; un sentido del espacio y de las formas en el espacio que no se aviene con el espíritu abstracto, sino con el estar en la realidad (Zubiri). Son algunos rasgos estilísticos que observa y registra en esta Historia del Arte Vasco5.
Historia del arte vasco IV. Se trata de una magna obra en la que no descuida la atención plástica unida a la vida cotidiana, pues el arte de los vascos se encuentra también en la labra de los dinteles y estelas funerarias, lo mismo que en la talla de las kutxas y yugos. Desde el paleolítico, Cuando no existía Vasconia, al arte cara al siglo XXI, la obra de Plazaola es una invitación al estudio y al placer de contemplar cientos de imágenes muy bellas que conducen nuestra mirada al arte mismo. Otros estudios y la investigación en torno a San Ignacio
Repasando, con sumo gozo, la obra de Plazaola para preparar este artículo, me admiraba al evaluar las numerosas páginas que su paciencia investigadora ha dado como fruto. Páginas que encierran muchas horas de trabajo y que manifiestan la positiva curiosidad intelectual - en el mejor sentido de la palabra- que le ha llevado a recorrer archivos y bibliotecas diversas. Uno de ellos, además de los ya comentados, es el Retrato del barón Taylor, Le baron Taylor, Portrait d´un homme d´avenir. Se trata de un estudio de más de quinientas páginas sobre un hombre de gran relieve cultural en el siglo XIX francés. No sólo realiza un estudio detallado sobre el barón y su obra; el trabajo es, a la vez, un análisis riguroso de la vida teatral francesa en el tiempo del Romanticismo. La obra está escrita en francés y demuestra el conocimiento profundo que el autor tiene sobre el arte de la época, la historia de Francia en el siglo XIX y el ámbito del teatro.
Por la extensión de este trabajo dejo atrás muchos aspectos realmente relevantes, pero no quiero terminar sin hacer, al menos, una alusión a un área que tiene para él un profundo sentido vivencial. Me refiero a la investigación que, desde la dirección del Instituto "Ignacio de Loyola" de la Universidad de Deusto está llevando a cabo, impulsando trabajos y jornadas en torno a la gran figura de San Ignacio de Loyola. Con motivo del V Centenario del nacimiento de S. Ignacio, conmemoración de la que fue Comisario Nacional de la Compañía de Jesús, escribió Cartas a Íñigo, perfiles para una semblanza, una Iconografía de San Ignacio en Euskadi y Rutas ignacianas. Hoy el Instituto es un centro interdisciplinar que imparte conferencias, docencia e impulsa la investigación en torno a San Ignacio, su época y su herencia cultural.
Tenemos que agradecer al profesor Plazaola el generoso esfuerzo de trabajar día a día, salvando todas las dificultades con gran tesón y voluntad, lo que le ha permitido realizar esta obra investigadora para que podamos disfrutar con su lectura y, sobre todo, aprendiendo su gran lección: la riqueza que el arte nos dona para nuestra formación y crecimiento humanos. Obras principales . El Arte Sacro Actual. Estudio. Panorama. Documentos (Madrid, BAC, 1965) . Introducción a la Estética. Historia. Teoría. Textos (1ª ed. Madrid, BAC, 1973; 2º de. Universidad de Deusto, 1991) . Futuro del Arte Sacro (Bilbao, Mensajero, 1973) . Néstor Basterrechea (Madrid, Dirección Gral. del Patrimonio Artístico y Cultural. 1975) . El arte y el hombre de hoy. Apuntes para una filosofía del arte contemporáneo (Valladolid, Institución Cultural Simancas, 1978). . Arte Vasco (En colaboración. Zarauz, Erein, 1978). . Modelos y Teorías de la Historia del Arte (San Sebastián, Universidad de Deusto, 1987 , 2ª de. 1992. Nueva edición renovada, 2003). . Le Baron Taylor. Portrait d'un homme d'avenir (Paris, Fondation Taylor, 1989). . Rutas ignacianas (Asociación Loyola 91, 1989) . Iconografía de San Ignacio en Euskadi (Azpeitia, "Loyola 91", 1991) . Cartas a Iñigo. Perfiles para una semblanza. Epílogo a André RAVIER, Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús (Espasa-Calpe, 1991) . Julián, mártir (Bilbao, Mensajero, 1992) . La Pintura Vasca en el primer tercio del siglo. En "Los Pintores Vascos. En las colecciones de las Cajas de Ahorros", Tomo III (Cajas de Ahorros, 1994) . El Arte Sagrado En VV. Historia de la acción educadora de la iglesia en España (Madrid, BAC Maior, 1996). . Historia y Sentido del Arte Cristiano (Madrid, BAC Maior, 1996) . Los Anchieta. El músico. El escultor. El santo (San Sebastián, Universidad de Deusto, 1997) . Razón y sentido del arte cristiano (Bilbao, Universidad de Deusto, 1998) . Historia del arte cristiano (Madrid, BAC, 1999) . La iglesia y el arte (Madrid, BAC. 2001) . Arte e iglesia: Veinte siglos de arquitectura y pintura cristiana (Hondarribia, Nerea, 2001) . Historia del arte vasco, 4 vols. (Lasarte- Oria, Ostoa 2002- 2003) 1 El arte sacro actual, p. 440. Las referencias corresponden a las ediciones que se recogen al final del artículo. 2 Paloma García Picaza, Juan Plazaola, Historia y sentido del arte cristiano, en Ars Sacra, 1, 1997, pp. 65. 3 Historia y Sentido del Arte Cristiano, p.1025. 4 Goya, 116, Madrid, 1973, p. 135. 5 Cfr. Historia del Arte Vasco, vol. 4 , p. 942. Entrevista a Plazaola