275 Zenbakia 2004-11-05 / 2004-11-12

KOSMOpolita

De Gernika a Nueva York pasando por Montevideo. El Lehendakari Aguirre en el Uruguay (II de II)

IRIGOYEN ARTETXE, Alberto

L

legado a Montevideo el 8 de octubre de 1941, el lehendakari José Antonio Aguirre fue recibido por el pueblo y las autoridades uruguayas no como un anónimo refugiado, sino como el presidente de un país que había luchado valientemente contra uno de los representantes de la tiranía totalitaria que asolaba al mundo libre. A la calurosa acogida que le habían dispensado los representantes de los partidos políticos desde la propia tribuna parlamentaria, hubo de sumar el de las instituciones republicanas españolas.

El diario España Democrática no faltaría a la cita, aunque para hacerlo debería sufrir primero los ataques del embajador español Marques de los Arcos: ...Al saludar al Presidente Aguirre, le decimos: la colectividad española antifranquista, el Comité Nacional de Ayuda al Pueblo Español, La Comisión de Damas pro Ayuda al Niño Español Refugiado y Casa de España, baluarte republicano y democrático de la gran familia española, como asimismo todo el pueblo uruguayo, prometen seguir sin desmayo la acción de solidaridad con los pueblos de España, Euzkadi, Cataluña y Galicia, con los refugiados y voluntarios internacionales que sufren en Francia y África de Norte, como también prometen luchar consecuente y firmemente contra el nazi fascismo y el franquismo y por la liberación de España, y las naciones oprimidas de Euzkadi, Cataluña y Galicia.

Este artículo preparado para nuestro número anterior, como saludo al prócer vasco, no pudo darse por decreto del Ministerio del Interior que prohibió la salida de España Democrática la semana pasada a solicitud del ministro franquista...

Pero no todos eran amigos y, como era de esperarse, debió sufrir la repulsa del periódico franquista Hispanidad, que en su edición de octubre publicaba un artículo contra los diputados uruguayos que habían homenajeado al “caudillo de opereta” o “Napolenchu” “desconociendo los crímenes que se le atribuían en la España franquista”.1 Plaza Zabala.

La Fundación Española, que no era otra cosa que la disuelta representación de la Falange en Uruguay, presionó a la Legación de España para que ésta a su vez elevara su protesta al canciller uruguayo Alberto Guani y solicitara que el gobierno uruguayo no se diera por enterado de la presencia del ex presidente Aguirre.

El 10 de ese mes, el Marqués de los Arcos, representante de la legación española en Uruguay, informaba a su Ministro de Asuntos Exteriores sobre estos sucesos:

“Procedente de Brasil llegó el titulado Presidente Gobierno vasco Aguirre, aprovechando llegada rojos con elementos políticos batllistas para organizar manifestación sin mayor importancia bajo señuelo democrático.

Casi toda prensa en cambio publica sendos artículos exaltándolo bajo aspecto demócrata católico.

Parece permanecerá país una semana para seguir Estados Unidos donde dicen ofreciéronle cátedra en Universidad Columbia.2 Familia con Costan Zabala. Un embajador “poco amistoso”

Pero si la llegada de José Antonio de Aguirre había preocupado al representante franquista, la indignación que sufría ante los numerosos homenajes que se anunciaban por la prensa, y en especial el que se le brindaría en el Parlamento uruguayo, le llevaron a cometer la imprudencia de advertir al Ministro de Relaciones Exteriores sobre su “grave preocupación y temor” ante un “acto poco amistoso”. Todo ello aun habiendo tomado la decisión de restarle importancia al visitante pues, como él mismo había informado a Madrid: “sería contraproducente el dar importancia excesiva a lo sucedido, pues sería dársela también al homenajeado. Por eso en todas las ocasiones que se me han presentado les manifiesto a los uruguayos mis sentimientos por ellos, ya que sorprendidos en su buena fe han sido los únicos que han podido tomar en serio una figura como la del “Napolencho de Bilbao”3.

Después de cursada la Nota de advertencia, el ministro español informaría nuevamente a su superior en Madrid:

Aguirre embarcó anoche para Buenos Aires después de asistir sesión especial su honor Cámara de Representantes.

Anteayer advertí por Nota este Gobierno grave preocupación sentía ante participación sector gubernamental en dicha sesión y temor pudiera constituir acto poco amistoso forma se efectuase y expresiones se vertieran.

Pronunciaron discursos representante socialista, comunista, católico, nacionalista y a pesar advertencia, Secretario Comité Ejecutivo Partido Presidencial, por sector gubernamental que propuso homenaje y presentó interesado como cruzado libertad. Montevideo Rowing Club.

Presidente República lo recibió en su casa particular.

Envío Nota expresando extrañeza y pesar que creo compartirá Gobierno al conocer lo ocurrido y que solo puedo atribuir a ofuscación y pasión política ciertos sectores cuyas opiniones abrigo esperanza no serán compartidas por Gobierno.

Dado ambiente estimo conviene a pesar todo obrar prudencia y por ello ha dado ese carácter a Nota sin exteriorizar protesta que más bien favorecería a rojos y homenajeado...4

No obstante las advertencias del representante de Franco, los actos en homenaje al visitante, que eran ampliamente difundidos por la prensa, lejos de cesar, se multiplicaban.

En la segunda Nota diplomática, ya no de advertencia sino de protesta, elevada al ministro Dr. Julio Guani el día 14 de octubre, el Marqués de los Arcos manifestaba:

...Debo confesar ante todo mi extrañeza, especialmente por la participación que ha tenido en el mismo sector gubernamental, por boca del diputado Julio V. Iturbide, tan estrechamente vinculado al partido del Gobierno, por el puesto que ocupa, además en su Comité Ejecutivo, y que no sólo propuso la celebración de este homenaje, sino que en todas sus manifestaciones reveló su solidaridad con la actuación del homenajeado en días de trágico dolor para todos los españoles.

Estos hechos, unidos a otros que no escaparán al claro juicio de V.E., ocurridos durante la estancia del Sr. Aguirre en Montevideo, causarán, estoy seguro, hondo pesar en el ánimo de mi gobierno, que tanto empeño viene demostrando en mantener esa secular cordialidad en las relaciones que unen a nuestros dos países, pues con el mayor sentimiento me he visto obligado a elevar a su conocimiento esos hechos, que sólo puedo explicarme por la ofuscación y pasión política reinante en algunos sectores, cuyas manifestaciones y actos abrigo la esperanza más firme de que no han sido ni compartidos por el Gobierno del que V. E. forma tan digna parte.5

Tribuna Popular. Pero para el Ministro uruguayo, los agasajos brindados a la persona de Aguirre no sólo no significaban ningún desdoro para España, sino que, estando perfectamente insertos dentro del marco de la soberanía uruguaya, decidiría poner las cosas en su lugar respondiendo:

“...El Gobierno de la República lamenta la interpretación dada a los actos a que se refiere, por cuanto, a su ver, en ninguno de ellos ha existido nada que pueda considerarse como lesivo para el Gobierno de Vuestra Excelencia, ni para el país que tan dignamente representa entre nosotros.

Los homenajes tributados al Sr. Aguirre han encontrado su razón de ser en sentimientos de simpatía personal hacia el coterráneo de aquellas nobles poblaciones ibéricas que poseen vinculaciones tan intensas entre nosotros y a cuyas condiciones de honradez y laboriosidad debe la República muchos de sus progresos.

Se ha visto igualmente en él, a un partidario de las ideas democráticas intensamente profesadas, como V. E. lo sabe, por la opinión pública del Uruguay. Se ha encontrado, asimismo, que el Sr. de Aguirre era un caído en las luchas por sus ideales, que llamara a nuestras puertas, las que, en el conjunto de tradiciones seculares, han debido abrirse sin reticencias para darle albergue.

Téngase pues, por cierto, que en las actitudes de nuestros círculos políticos y parlamentarios, no se han mezclado ni acritudes ni pasiones para con nadie (...) Me resta aclarar otro punto de la nota del Sr. Ministro, referente a lo que llama”intervención del sector gubernamental”.

Dentro de nuestro régimen institucional, los miembros de todos los poderes son órganos de la Soberanía, que radica en la Nación, que representan a ésta y no a determinados sectores electorales; que son pues, en sus respectivas órbitas constitucionales y legales, libres de sus determinaciones.6

Las presiones de la legación española llegarían también a la Nunciatura Apostólica por haber recibido en su seno a tan odiado enemigo. Y es que la reunión de Aguirre con Monseñor Dr. Antonio María Barbieri había generado ciertos artículos de prensa que no fueron del todo gratos para los adictos al régimen, por lo que la máxima autoridad eclesiástica del Uruguay se sintió en la necesidad de hacer ciertas puntualizaciones que se publicaron en el diario católico El Bien Público el día 18 de ese mes. En tal artículo, titulado “Las cosas en su lugar”, la Curia dejaría entrever su molestia por las presiones ejercidas por el Ministro español:

En algún diario de la capital se ha comentado la visita que hiciera el doctor José A. de Aguirre al señor Arzobispo...

...el doctor Aguirre, como católico ferviente cumplió con el deber de presentar su saludo a la Autoridad Eclesiástica; y ésta –a su vez- cumplió con el suyo de recibir y atender a un hijo de la Iglesia, sin entrar a juzgar su posición política, que no es de su incumbencia.

Esta aclaración sirve para desautorizar lo que podría colegirse del comentario que la provoca; comentario que bien podría tener la pretensión de embanderar a la Iglesia en determinada ideología política de la lucha en España; y sirve también para disipar las cavilaciones de espíritus apasionados que hubieran deseado que la Autoridad Eclesiástica se hubiera embanderado con ellos y no hubiera concedido la audiencia pedida...7 ...“Yo estoy aturdido”...

Respondiendo al general entusiasmo y sincero afecto con que le recibieron los uruguayos, el Lehendakari se prodigaría en discursos, conferencias, colocación de ofrendas florales, sin negarse siquiera a dar el puntapié inicial en el encuentro final del Campeonato de Fútbol local, donde, dicho sea de paso, el Club Nacional de Fútbol se hizo con la copa. Fútbol.

En su diario, Aguirre plasmaría con elocuencia su estado de ánimo:

“Visita a los periódicos. Recibimientos en masa en sus redacciones. Las crónicas sobre mi viaje llenan páginas. Jamás hubiera creído cosa semejante. Yo estoy aturdido. Temo que mis declaraciones y discursos improvisados no tengan la interpretación debida. ¡El cambio ha sido tan brusco! Pero la gente es buena, todos están contentos y como locos. Todo les parece magnífico...

...Mi deber es obedecer y marchar de un lado a otro como una pelota. Las entrevistas se suceden. No tengo un rato libre. Los representantes del partido, magníficos de disciplina, los gudaris mutilados, centros catalanes, gallegos, españoles. Personalidades uruguayas de todos los matices, Periódicos de todas las ideas sin excepción...”

También desde el exterior llegaban notas de felicitación. Entre las numerosas demostraciones de afecto que a través de cartas y telegramas le enviaron desde distintos países, se contó la del ex diputado galleguista Alfonso Rodríguez Castelao, a la sazón exiliado en Buenos Aires8. Esta le fue entregada en mano por dos gallegos residentes en Montevideo, Manuel Meilán y Antón Crestar quienes, tras entrevistarse con Aguirre, elevaron a Castelao un breve informe donde expresaban9:

Non poide ser máis favorabel a impresión que deixon en nós. A pesar de sua xuventude é un home superior no cual se poden cifrar grandes esperanzas. Aínda entregado, integramente a defensa da causa de Euzkadi, demostra a sua preocupación pol-a nosa i-a catalán, das que fala hermanándoas, fundídoas na mesma aspiración, e idéntica loita deba i-o cual reitereóunos esta disposto continuar entegándolle toda a sua aición, poir contituie hoxe a sua mayor preocupación na que concentrará toda súa aitividade en Norte América por entender que ailí está neste intre o centro de aitividá político europeo que fixará o rumbo do mundo da post- guerra...10

En su estadía en Montevideo, el Lehendakari no descuidaría los asuntos de su gobierno, entre los que se encontraba, tal vez como el más urgente y espinoso, la resolución del conflicto planteado por Manuel de Irujo con la creación del Consejo Nacional Vasco en Londres.

También analizaría, con los miembros de la Delegación de Buenos Aires, la posibilidad de constituir una similar en Montevideo, cosa que el propio Irujo venía intentando hacer desde el mes de enero de ese año, fecha de la constitución del referido Consejo Nacional. Estadio Centenario.

En la extensa carta que el Lehendakari Aguirre enviaría el 30 de diciembre de 1941 desde New York a Lizaso e Irujo, reconocería la importancia de marcar presencia en Uruguay. Entre los muchos temas tratados en ella, bajo el título “Delegaciones” desarrollaría su opinión sobre las que funcionaban en Argentina, Montevideo, Chile, Venezuela, México y Otras Delegaciones, refiriéndose en éstas últimas a la posibilidad de crearlas en Perú, Puerto Rico, Ecuador, Santo Domingo, Panamá, Colombia, Cuba.

Sobre la de Montevideo diría: Tenéis razón. Merece la pena de tener una Delegación. Y espero que en breve la tendrá, bien organizada. Hace las veces de Delegado un excelente patriota, el Sr. Guisasola, que es a la vez quien preside la Junta Extraterritorial del partido. No sé si es conveniente esta duplicidad. De este asunto quedaron encargados en Buenos Aires y espero resolverlo pronto...11

Por fin, Ricardo Guisasola sería confirmado en su cargo de Delegado del Gobierno de Euzkadi. Aguirre visto por un uruguayo

Radio Ariel. La imagen que Aguirre atesoró de nuestro país quedaría también documentada en el informe que el Gobierno Vasco presentó ante los organismos oficiales del Gobierno de los Estados Unidos, al regreso del viaje por América que realizara entre el 15 de agosto y el 24 de octubre de 1942. En él se expresaba:

“Es el país de más inquietud democrática. (...) El Presidente de la Corte Suprema de Uruguay, en la recepción solemne que organizó al Presidente Aguirre, declaró lo siguiente: que era la primera vez que se organizaba un acto semejante, pero que vivimos en tiempos en los que la estatua de la justicia necesitaba quitarse la venda de sus ojos para ver que en el mundo dominaba la violencia. El pueblo vasco es un símbolo de justicia y de derecho. En la persona del Presidente Aguirre, el pueblo uruguayo veía la representación de los pueblos pequeños avasallados por la fuerza.”12

Hugo Ricaldoni, Secretario de la Presidencia uruguaya, supo resumir, mejor que nadie, la cautivadora personalidad del visitante:

Ha llegado José Antonio de Aguirre...

Llega con su juventud, como símbolo y contrasentido de una raza de milenios, con una lengua, una filosofía, un Derecho y una organización social estratificada por siglos. Joven y sólido, bajo y de anchas espaldas; nariz firme sugiriendo la resolución del ademán y el concepto; locuaz y reposado; vasco en su sobriedad, en su reciedumbre en el amor que le brota en la síntesis de la frase y, sobre todo, sereno, profundamente sereno y reposado en el juicio, con ese raro equilibrio que puede demorar el encumbramiento de los caudillos, pero cuando arriba los incrusta en el corazón de la gente.

Y su gente está allá y aquí; tras el océano de distancias infinitas y sobre estas anchas, feraces y cordiales tierras de América, sobre las cuales cada palmo de suelo pisado por un vasco, es la plataforma del respeto y del afecto que se ha sabido ganar.

En un momento dado fue todo para su pueblo: pastor, caudillo, consejero y bandera. debe de haber mucho de hombre, mucha alma y cabeza en este vasco tan joven y tan cordial, para que una comunidad de seres fuertes y sanos, con íntima convicción de sus derechos y responsabilidades, haya confiado el manejo de sus destinos en estas manos tan nuevas para manejar las riendas.

(...) Su tierra, Euzkadi, lejos, muy lejos queda en el camino del mundo y de las posibilidades. Con lo que reste de su árbol de Guernica y con lo que el viento no haya llevado del otro árbol abuelo. Con sus inmensas montañas, sus profundas gargantas, sus pinares que trepan en busca de sol y de su cielo, sus ríos de corriente turbulenta y frialdad de la nieve, sus umbrosos pozos de mina y el fulgor de sus fundiciones.

(...) Euzkadi: tierra de mineros, labradores, obreros, pescadores y pastores, todos iguales ante Dios y sus deberes. Hijosdalgos de cayado , pico, red, martillo o hacha, verdaderamente nobles, auténticamente nobles, con esa nobleza pura y generosa que surge de la propia vida y de la existencia de los antepasados, ejercitada en la montaña mirando a lo alto, con pensamientos tan livianos y majestuosos como águilas.

José Antonio de Aguirre es uno de ellos. Es el Presidente de todos ellos, pues un día juró al pie del árbol de Guernica, con reverente humildad e indoblegable orgullo:

Ante Dios humillado,

En pie sobre la tierra vasca,

con el recuerdo de los antepasados,

bajo el Árbol de Gernika,

Juro

Cumplir fielmente con mi mandato....

¡Y en sus labios el verbo se hizo acción, y continuará siéndolo mientras viva, aquí, en otro rincón de América, en un nuevo continente o de regreso a Euzkadi en paz, porque es hombre, conductor y vasco...!13

Seguramente que para José Antonio de Aguirre, su paso por Uruguay no significó más que una pequeña cuenta en el largo rosario de un exilio tan amargo como interminable. Pero para todos aquellos hombres congregados en torno al ideal nacionalista y que en aquel momento lograron la imprescindible colaboración del gobierno, los partidos políticos y el pueblo uruguayo para que José Antonio de Aguirre volviera a representar la esperanza de todo una nación, fue un significativo episodio que los colmó de orgullo por el resto de sus vidas. En dos oportunidades más el Lehendakari visitaría Uruguay: en 1942 y en 1955. En este último año, José Antonio de Aguirre fue invitado a los estudios de radio Ariel en donde fue grabado su mensaje a la ciudadanía y a los no pocos vascos residentes en el país, dando lugar a la existencia de uno de los pocos registros de su voz que aun se conservan. 1Hispanidad, octubre de 1941. 2A.M.A.E. Telegrama Nº 26 del 10/10/1941. 3ASCONA, MURU, GARCÍA ALBI; Historia de la emigración vasca al Uruguay en el siglo XX, Montevideo, 1996. 4A.M.A.E. Telegrama Nº 28/29; 16/10/1941. 5ASCONA, MURU, GARCÍA ALBI, Op. Cit. pp. 210-211. 6ASCONA, MURU, GARCÍA ALBI; OP. Cit. pp.211-212. 7El Bien Público, 18/10/1941, p.3. 8Alfonso Rodríguez Castelao; Nacido en 1886. Político, escritor y dibujante. Fue diputado del Frente Popular en la República española. Exiliado en Buenos Aires en 1940. En 1946 fue nombrado ministro de la República en el exilio. Ferviente galleguista, fue firme defensor del Pacto de Compostela, más conocido como Galeuzca (Galicia, Euzkadi y Catalunya), que aspiraba a una transformación política española hacia un sistema confederado. Falleció en Buenos Aires en 1950. 9ESTÉVEZ, Xosé; Antología de Galeuzca en el exilio, 1939-1960; San Sebastián, 1992. p.53. 10ESTÉVEZ, Xosé; Op. Cit. pp. 115-6 11Irargi. Centro de Microfilm de Bergara; Carta de José A. Aguirre, desde Nuena York, a José de Lizaso y a Manuel de Irujo, en Londres. 30/12/1941. Fondo “C. Blasco” Documentación. Caja Nº1. 12Archivo del Nacionalismo. 13AGUIRRE Y LECUBE, José Antonio; Cinco conferencias pronunciadas en un viaje por América; Editorial Ekin; Buenos Aires, 1944.