195 Zenbakia 2003-01-17 / 2003-01-24

KOSMOpolita

El escritor Miguel Laborde: un trenzado de culturas

OYANGUREN, Palmira

El escritor Miguel Laborde: un trenzado de culturas Palmira Oyanguren La historia de la familia Laborde no se diferencia en mayor medida de la de tantos otros vascos que llegaron a Chile. Familia que llegó a estas tierras sin dinero y gracias a su esfuerzo y tesón logra hacerse de fortuna. Sin embargo, no son muchos los que luego de varias generaciones se empeñan en dar a conocer a su país y al mundo la epopeya vasca en América Latina. Este es el caso de Miguel Laborde, quien se ha preocupado de plasmar en sus escritos verdaderos tributos a aquellos que hicieron historia en nuestro país. Corría el año 1903 cuando los hermanos Laborde, Martín y Domingo, pisan puerto en Valparaíso con las maletas llenas sólo de fuerza e ilusiones. Estos jóvenes vascos, de Ustarizt, en Laburdi, a sus tempranos 19 y 17 años, respectivamente, deciden dejar su tierra y buscar nuevos horizontes. Así comienza a trazarse la historia del escritor, Miguel Laborde Duronea. Martín, su abuelo, una vez llegado a Santiago se interesa por trabajar en el área industrial, para lo cual se contacta con Etxepare, empresario que lo recibe y lo ayuda a dar sus primeros pasos. Luego de ser empleado, por varios años, forma su propio negocio en el mismo rubro: la fábrica de calzado. Esta es la primera industria manufacturera que tiene el país, donde se forman los primeros sindicatos, se importan las primeras máquinas, y está básicamente en manos de vascos. No todo en la vida es trabajo. El destino lo unió a Ana Duhalde, quien había llegado desde Euskadi a Bolivia con sus tres hermanos, pero una vez estallada la primera Guerra Mundial dos de ellos parten a combatir y el otro prefiere venir a Chile junto a Ana. Aquí conoce a Martín, con quien compartiría el resto de su vida. Gracias al nivel económico que logra esta nueva familia pueden viajar constantemente y deciden que sus hijos hagan sus estudios en el País Vasco. "Mi padre, René, gracias a esto quedó sumamente 'vascófilo'. Jugó Pelota hasta los 68 años todas las semanas, fue presidente de Eusko Etxea de Chile, y nos trasmitió a los hijos un gran amor por este país", señala el escritor. La historia se repite Al igual que su abuelo, un viaje por mar marcaría la vida de Miguel Laborde. Junto a 3 compañeros de aula, mientras cursaba su carrera de leyes, decide comprar en un remate de la Gobernación Marítima un velero a muy bajo precio - hundido y saqueado en varias oportunidades -. Cuatro años demoraron en reparar esta verdadera 'cáscara', y cuando estuvo listo, no demoraron ni un minuto en zarpar rumbo a California. Mientras sus amigos se quedaron en Estados Unidos, Miguel prefirió conocer la tierra de sus ancestros. "Me separé y me fui a Euskal Herria, donde descubrí mis raíces. Este viaje me marcó de una forma personal y muy fuerte. De alguna manera descubrí allá también que yo era chileno, sentí algo que no me esperaba. Tenía muchas similitudes, tanto físicas como culturales, sin embargo, se daban cuenta que no era vasco, no era de ese corral. Lo chileno, que nunca me había tocado, me tocó allá". Luego de tres años de viaje volvió para dedicarse a fondo a investigar y difundir la historia y cultura chilena, abarcando un inmenso abanico de temas y dando origen a libros como: "Templos históricos de Santiago", "Calles de Providencia", "Calles del Santiago Antiguo", "La sela fría y sagrada (Cosmovisión araucana)", "Santiago, lugares con historia", entre otros. Trabajo que le ha valido para ser cronista de uno de los periódicos más importantes del país, profesor de una prestigiosa universidad, formar parte del directorio de Sociedad Chilena de Historia y Geografía, de la Corporación del Patrimonio Cultural, de la Comisión Bicentenario, entre otras. Volver con el corazón y el intelecto En 1992, el Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno Vasco y Eusko Etxea de Santiago le piden que realice un estudio, dando origen a su libro: "Vascos en Santiago de Chile", el que marcará el inicio de una investigación sistemática que hará Laborde sobre este tema. Su propuesta fue muy original, a través de las innumerables calles de la capital con apellidos vascos, el escritor fue narrando la historia de cada uno de los personajes formando un mosaico nacional, en el que más allá de los hechos políticos y militares de la historia tradicional, en el que los apellidos vascos son numerosos, surgió toda una ramificación de historias paralelas del más alto interés: artístico, industrial, científico... Miguel Laborde. Con motivo de esta primera obra, años después, Euskal Fundazioa, institución privada dedicada a promover la cultura vasca en el mundo (creada por Juan Zelaya, quien comienza su relación con Chile en su caserío Zañartu en Oñati), le plantea la posibilidad de financiar un nuevo proyecto. "En mi primer trabajo me di cuenta que existía un enorme vacío en la historiografía nacional respecto al aporte vasco. Eso me quedó doliendo y cuando la fundación me plantea la posibilidad dije que me interesaba mucho la República de Chile, ya que existe mucha literatura del siglo XVIII, donde la sociedad dirigente está colmada de vascos, pero hay tanta o más influencia desde 1810 en adelante". Este nuevo libro titulado, "Vascos en la República de Chile", publicado gracias a una empresa chilena, será un develador viaje sobre el aporte de los vascos a la Independencia y al desarrollo y orden político posterior. "El vasco tiene más de que lo sabe. Este mundo vasco americano es una colonización propia, con rasgos diferentes a lo que hicieron los españoles o portugueses en estas tierras. Es necesario que retomen este pasado del que no se han apropiado, ya que hay una especie de sometimiento a una historia oficial que se repite con ciertos elementos que no se aprecian de tanto repetirlos, mientras frente a sus ojos existe un universo, para ellos desconocido. Los vascos americanos también contribuyen muy poco porque no ha habido mucha inquietud en registrar el papel de los vascos, y dentro de las mismas familias se pierden fácilmente los vínculos." Europa y el mundo Para Miguel Laborde en la vecindad del siglo XXI, la historia se escribe con lenguaje nuevo. En un planeta transformado en aldea global, lo prioritario ya no es la formación de las repúblicas, ni el registro detallado de las guerras y constituciones que dieron origen a los estados modernos. Cada día más lo que interesa es la historia de la cultura, que es lo propiamente humano en su más alta expresión. "Europa crece frente a Estados Unidos, Japón y China, ya que busca en sus raíces lo que le es propio. Lo normando, lo bretón, lo vasco... está creando identidades muy marcadas, está resurgiendo un nuevo mapa de Europa. Y si ésta no es capaz de asumir este desafío va a resultar arrasada frente a las grandes potencias mundiales, pero creo que sí va a poder manejar esta nueva etapa marcada, claramente, por los pueblos". La historia vasca tiene una condición original, poco común: gran parte de ella, debido a sus emigrantes, ha tenido como escenario ámbitos geográficos lejanos, por lo que se hace necesario develar los grandes capítulos de su historia escrita en América. ----------- Palmira Oyanguren