185 Zenbakia 2002-10-25 / 2002-11-01

Gaiak

Espionaje y Guerra Civil en la frontera del Bidasoa (1936-1939)

BARRUSO BARÉS, Pedro

Espionaje y Guerra Civil en la frontera del Bidasoa (1936 1939) Espionaje y Guerra Civil en la frontera del Bidasoa (1936 1939) Pedro La extensión del conflicto español de 1936 Barruso fuera de nuestras fronteras es algo que ha Barés ocupado numerosas páginas en la historiografía dedicada al conflicto y que, todavía hoy, sigue siendo objeto de estudio. Buena prueba de ello son los libros recientemente publicados, entre los que destaca el del profesor Aceña, analizando la ayuda tanto alemana como soviética a los contendientes de la Guerra Civil. Sin embargo hay una parte de la Guerra, y más concretamente de su vertiente exterior, que nos es más desconocida. Nos referimos a las cuestiones relacionadas con la actividad de los servicios secretos de los contendientes. Este es un tema que he tratado ampliamente en mi estudio El Frente Silencioso (Alegía, 2001) y en diversos artículos publicados en revistas científicas. Sin embargo la propia naturaleza de los hechos estudiados (actividades clandestinas) y de los protagonistas de los mismos (agentes encubiertos) hace que el tema sea susceptible de análisis y revisión a la luz de nuevas fuentes que vayan siendo puestas a disposición de los investigadores. Me refiero, fundamentalmente, a los archivos de los servicios secretos franceses e italianos en primer lugar, aunque tampoco debemos descartar que en los archivos alemanes y de la antigua Unión Soviética puedan aparecer sorpresas, si bien el acceso a esta documentación se presenta como más complicado. Por tanto, en estas líneas, me voy a exponer las líneas maestras de los temas tratados en mi estudio sobre el espionaje durante la Guerra Civil en la frontera del Bidasoa y unas reflexiones sobre la actividad de los mismos a lo largo de conflicto. Los servicios franquistas Cronológicamente los primeros en aparecer en la costa vasco francesa fueron los agentes franquistas. Estos contaban con la colaboración de carlistas y monárquicos exiliados que residían, desde1931, en localidades como San Juan de Luz o Biarritz desde las cuales conspiraban abiertamente contra la República. Fruto de esta actividad fue que a los pocos días de dar comienzo la guerra ya funcionada un servicio de información en la villa "Nacho Enea" de San Juan de Luz. Esta, inicialmente dirigida por elementos carlistas, pronto entró en contacto con monárquicos y miembros de la "Lliga" de Fransec Cambó, quien aportó gran parte del capital necesario para poner en marcha los servicios de información de los sublevados y a los que se unieron diplomáticos, como el ex embajador de España en Francia Quiñones de León o el consejero de la Embajada en Estados Unidos Luis Martínez de Irujo. Por su parte los militares, a instancias del general Mola, establecieron contacto con los anteriores y completaron la organización de espionaje que fue dirigida, desde la Comandancia de Irún, por el comandante Julián Troncoso. Los servicios secretos de los rebeldes centraron su actuación en varios frentes. El primero de ellos fue interceptar el tráfico marítimo entre los puertos vascos y el Sudoeste de Francia. Fruto de esta actuación fue el apresamiento de buques como el "Galerna", en el que viajaba el sacerdote nacionalista "Aitzol" que fue fusilado en Hernani en octubre de 1936 al igual que ocurrió con la mayor parte del pasaje del citado barco. Un segundo objetivo fue el apoderarse, o sabotear, el mayor número de barcos al servicio de la República. Como consecuencia del fallido asalto a uno de ellos, el submarino C2 en el puerto de Brest, Troncoso fue destituido y reorganizado en servicio secreto al servicio de los Franquistas. Los servicios secretos republicanos Por su parte los republicanos se vieron sorprendidos por el comienzo de la Guerra Civil y obligados a improvisar un servicio de inteligencia que contrarrestase las actividades de los franquistas. A diferencia de éstos, que optaron por un servicio centralizado y dotado de una cadena de mando jerarquizada, los defensoresde la legalidad republicana crearon una serie de redes de agentes en las que toman parte personas de la más diversas procedencia. La primera de ellas será la que dirigió el pintor Luis Quintanilla, amigo personal de Luis Araquistain, y que es quien le encargó que se hiciera cargo de los servicios secretos en el sur de Francia. Sin embargo la detención de una agente de la red, y las diferencias entre los integrantes de la misma, hacen que Quintanilla abandone y se exilie en Estados Unidos. Sin embargo la labor llevada a cabo por Quintanilla propició el mayor éxito de los servicios republicanos, al conseguir el desmantelamiento de "La Grande Frégate", sede del espionaje franquista en Biarritz. Sin embargo la escasa implicación de las autoridades francesas y la filtración a la prensa del plan contra los agentes enemigos limitó el éxito de la operación. La reordenación de los servicios secretos republicanos, al frente de los cuales se sitúo el recientemente fallecido Anselmo Carretero, coincidió con la creación del Servicio Especial del Consulado de Hendaya dirigido por el irunés Anastasio Blanco. Este, en realidad agente encubierto del SIM de Prieto, logró reorganizar el servicio secreto republicano en el sudoeste a la vez que logró, en gran parte, neutralizar las actuaciones de los comandos de la Comandancia de Irún. Sin embargo, al igual que ocurrió en el caso de anterior, las diferencias internas de los republicanos limitaron en gran parte las posibilidades del Servicio Especial. La guerra secreta en el Sudoeste: un balance El balance que se puede ofrecer de la actividad de los servicios secretos en el Sudoeste es, como se puede suponer, desigual. A la mayor organización y preparación de los sublevados respondieron los republicanos con entusiasmo y un gran despliegue de personas, pero, el resultado no fue el mismo. Mientras los esfuerzos de los sublevados se centraban en el control de la frontera y del tráfico marítimo entre el norte republicano y los puertos franceses algo que lograron los republicanos se deben limitar a tratar de organizar actuaciones encaminadas a desarticular las redes de agentes franquistas que operaban en Francia. La escasez de medios y las vacilaciones a la hora de llevar a cabo acciones determinantes, muchas veces frenadas por las autoridades francesas, impide que los republicanos lograran más éxitos. La actitud de Francia debe ser considerada de manera más detallada. El miedo a un posible golpe de corte comunista provoca en el país vecino una proliferación de organizaciones ultraderechistas como los "Croix de Feu", que colaboraron activamente con los sublevados. Las autoridades francesas, a su vez, tampoco ven con buenos ojos la actividad de los agentes republicanos, por lo que optan por infiltrar las redes establecidas en Francia por los defensores de la República. Sin embargo, el principal interés de los servicios secretos franceses era el control de los agentes alemanes e italianos que actuaban en Francia. Los primeros, con una sólida organización, colaboran abiertamente con los agentes franquistas pero su actuación se limita a la colaboración y el apoyo técnico. Por el contrario los agentes italianos de la OVRA se muestran más audaces y colaboran o cometen ellos mismos varios atentados en suelo francés. Los italianos centran su atención preferentemente en la frontera oriental, pero su implicación resulta decisiva a la hora del cambio de actitud de los agentes franquistas. Éstos pasan a llevar a cabo acciones más audaces (bomba en el tren de Hendaya, sabotajes a barcos mercantes que se dirigían a la España republicana...) dentro de un plan italiano de desestabilización de la República Francesa. Los republicanos, por su parte, no son capaces de superar sus diferencias internas. Pese a que la creación del Servicio de Información Diplomática (SIDE) de Carretero y del Servicio Especial da un balón de oxígeno a éstos, cuando se descubre que Blanco es un agente del SIM todo el espionaje en el Sudoeste sederrumba. Las filtraciones de antiguos integrantes de la red de Quintanilla ponen al descubierto a toda la organización de Blanco que es prácticamente desmantelada. Los postreros esfuerzos, en la recta final de la contienda, para reorganizar los servicios de información desde los consulados que permanecen en manos de los republicanos se saldan con un fracaso y con el fin de la actuación de los agentes al servicio de la República en la frontera del Bidasoa. Pedro Barruso Barés, Delegación Provincial de Educación. (Guadalajara) Fotografías: (Aitzol) http:// Euskonews & Media 185.zbk (2002 / 10 25 / 11 1) Euskomedia: Euskal Kultur Informazio Zerbitzua Eusko Ikaskuntzaren Web Orria