177 Zenbakia 2002-07-26 / 2002-09-06

Gaiak

¿Es el Ecoturismo éticamente sostenible?

SALOÑA BORDAS, Marta

¿Es el Ecoturismo éticamente sostenible? ¿Es el Ecoturismo éticamente sostenible? Marta I. Saloña Bordas El Ecoturismo está siendo desarrollado, y potenciado en muchos países, como una alternativa al desarrollo masivo del turismo tras el boom económico de las décadas de los años 60 70, cuando el ocio vacacional se socializa y el nivel adquisitivo permite el planteamiento de segundas viviendas o el desplazamiento a lugares más o menos alejados del lugar habitual de residencia; algo hasta la fecha restringido a determinadas élites sociales. Esta reacción puede enmarcarse dentro de la llamada "revolución verde" tras la cual se incrementa el interés por delimitar áreas naturales, visitar espacios protegidos. Esta preocupación de la gente es aprovechada para plantear y promover el desarrollo sostenible de áreas, hasta la fecha, marginales. De hecho, el mercado del turismo es consciente del atractivo ante la tendencia creciente que ha manifestado este modelo de turismo alternativo en los últimos años, con incrementos cercanos a un 300%. Partimos de una serie de supuestos entre los que cabe destacar la creencia de que el turismo recreativo puede reactivar la conservación del medio natural, dado que a la gente le gusta moverse por áreas bien conservadas y descubre una nueva estética en dichos espacios naturales hasta entonces olvidados por la priorización del desarrollo industrial. En definitiva, nos encontramos con la suposición de que el ecoturismo, en general, puede servir como catalizador para proteger a gran escala el medio natural. Concepto El Ecoturismo viene definido como recorrido práctico por áreas naturales para comprender la cultura local y la historia natural del entorno, cuidando de no alterar la integridad del/los ecosistema/s, a la vez que desarrolla oportunidades de desarrollo económicas para hacer de la conservación de los recursos naturales algo beneficioso para la población local. Calvas de Posidonia oceánica en una cala de Cabrera. La Posidonia esuna de las pocas especies de planta vascular marina, responsable de retener la arena y asegurar las playas durante los temporales, muy frecuentes en la zona tanto en verano como en invierno. No solo la limpieza indiscriminada de fondos o la recogida de arena para rellenos en playas mal gestionadas, también las anclas de las embarcaciones contribuyen a destruir estas praderas tan importantes para el equilibrio costero. Basta con cuidar donde anclamos para evitar contribuir a su destrucción y más en reservas naturales como es el archipiélago de Cabrera. Sin embargo, una ausencia de legislación o de su correcta aplicación conlleva una serie de problemas. La falta de un verdadero control de estas actividades alternativas puede derivar los modelos tradicionales de ocio hacia esta nueva vertiente. Así, empiezan a presentarse serias denuncias de masificación de esta manera de viajar, de una falta de formación, conocimiento y concienciación de los tour operadores, de turistas desconocedores de unas pautas básicas de comportamiento en el entorno que pretenden conocer y mal educados, de una derivación de beneficios hacia empresas ubicadas fuera de los lugares de destino, con el consecuente empobrecimiento local, en definitiva, del potencial incremento de situaciones de injusticia y desplazamiento social de las comunidades que deberían de ser beneficiarias directas de estas actividades. Problemática actual La mayoría de los problemas referidos al reparto insostenible de recursos son justificados, con frecuencia, por una hipotética necesidad de proveer a una sociedad sobrealimentada de bienes (mercancías) que son absolutamente prescindibles, pero que campañas de marketing adecuadamente orquestadas nos hacen creer que nuestra vida carecería de sentido sin alcanzar dichos objetivos. Todos nos quejamos del ritmo desorbitado de vida que llevamos pero todos creemos imprescindible disponer del coche más rápido y potente (aunque consuma cantidades insostenibles de combustible y produzcaniveles insoportables de CO2 en nuestra atmósfera); nadie quiere centrales nucleares cerca de su residencia pero todos creemos necesitar mantener temperaturas elevadas en invierno y bajísimas en verano en nuestro entorno doméstico y laboral a costa de consumir energía en lugar de optar por desarrollos más inteligentes de nuestros edificios, energía solar en nuestros tejados o simple y llanamente abrigarnos más en invierno y taparnos con una manta cuando estamos inactivos. Yendo más lejos en la referencia a estos supuestos derechos absolutamente prescindibles e hipotéticos, exigimos el derecho de estar dónde simplemente nos apetezca y hasta donde seamos capaces (física o económicamente) de poder llegar, por el simple placer o prestigio de decir a nuestros conocidos que hemos estado allí. En la actualidad, estamos capacitados para llegar extremadamente rápido a las áreas más aisladas del planeta, zonas que hasta hace relativamente pocos años, eran simple y llanamente inalcanzables. La oferta de viajes de turismo está aumentando durante las décadas pasadas tanto como la demanda. El 40 60% de las actividades del turismo actual puede ser considerado como turismo verde. La gente no sólo puede sino que se le permite llegar, a veces en masa, a áreas que antaño fueron restringidas, de forma natural, a nuestra propia presencia, con el consiguiente impacto para áreas que deberían estar estrictamente protegidas contra nuestra intervención. La solución no es sencilla, dado que este turismo alternativo puede mejorar considerablemente las condiciones económicas de áreas, e incluso de los países en vías de desarrollo (Burger, 2000). Sin embargo, nos encontramos con denuncias claras y meridianas de que enriquece principalmente a los países desarrollados, consumidores del bien y del beneficio más que a los países del destino (Scheyvens, 1999) que son los que aportan el recurso. Una vez más, al igual que en cualquier otra política de mercado, el gestor, el transportista, el vendedor,se enriquece a costa del productor del recurso. Muchos de los problemas denunciados se refieren a disturbios hacia la fauna protegida, a cuyo acceso directo no deberíamos estar autorizados salvo que nos encontremos en campañas de investigación y protección de estas especies amenazadas. Porque, por desgracia, son las especies en peligro de extinción las que mayor atracción turística y morbo dan. Barco de turistas fotografiando una ballena yubarta sin guardar la distancia de seguridad. El ruido de los motores y los gritos de los turistas pueden llegar a provocar alteraciones de la conducta, al irrumpir bruscamente en su territorio durante un periodo especialmente delicado como es el del cortejo y el amamantamiento de las crías. El acercamiento debe ser lento, con los motores apagados a partir de una distancia de seguridad y es de esperar un comportamiento discreto por parte de los observadores. Las denuncias se suceden durante los últimos años (Gutzwiller, K. J. y S. H. Anderson, 1999. Orams, 2000) y deberían alertar a las administraciones y a los gestores, a los que se supone deberían proteger a dichas especies en lugar de utilizarlas como meros reclamos turísticos. Es de mención, especialmente grave, la existencia de recientes denuncias sobre corrupción referida a Mafias que están enmascarando el turismo sexual dentro de lo que denominan "alternativa" que ofertan a turistas (cf. Duffy, 2000), sin el más mínimo decoro ni respeto por los derechos más básicos del ser humano, su dignidad y su derecho a elegir libremente, sin coacciones ni condicionado por hambre, el desplazamiento o la exclusión social. Pero, probablemente, la amenaza más impactante que acecha sobre los países en vías de desarrollo, dónde se encuentran los lugares más privilegiados del planeta, base de estos programas turísticos y que podrían ayudar a su desarrollo ambiental. Se refiere a los conflictos étnicos, una vez más apoyados y promovidos por nuestros propios países, productores de las armas quese les vende para nuestro lucro personal. Muchas de sus culturas están definitivamente condenados a muerte, sin futuro para sus descendientes debido una sistemática destrucción de espacios cultivables y de espacios naturales por las minas antipersona. Estas minas antipersona han hipotecado su futuro, están "minando" literalmente su futuro. Insisto, minas antipersona que se construyen y se venden en nuestros países desarrollados. Esto es ecológica y éticamente insostenible. 2002 ha sido declarado el Año Internacional del Ecoturismo . Tenemos la urgencia de revisar y redefinir algunas de las supuestas prioridades. La administración, los legisladores y los políticos, tiene una responsabilidad prioritaria y deben actuar de acuerdo a principios éticos. Sólo así pueden exigir y esperar una sociedad solidaria y justa. Una ley adecuada no es suficiente si no es correctamente aplicada. Hay muchos ejemplos de intervenciones corruptas en la naturaleza bajo etiquetados "legales" que pueden leerse en recortes diarios de la prensa. Deben definirse y estructurarse urgentemente comités éticos internacionales y adecuar los planes de estudios para formar a especialistas imparciales e independientes que sean capaces de supervisar y controlar, si es preciso, nuestras acciones para asegurar un modelo sostenible de globalización. Senderismo en Abrolhos (Caravelas, Bahía, Brasil). Un miembro del Ebama (Agencia Brasileña del Medio Ambiente) atiende a un grupo de turistas que practican senderismo en una de las Islas del Archipelago dos Abrolhos, famoso por ser lugar de apareamiento y cría de la Ballena Yubarta (Megaptera novaengliae) Aun así, no podemos obviar nuestra responsabilidad como "usuarios" de dichos servicios. No podemos autojustificar todos y cada uno de nuestros actos creyéndonos impunes "porque hemos pagado suficiente por ello". El dinero no puede comprar nuestra conciencia. Nos queda un largo camino para alcanzar cotas de compromiso social tales que nos aseguren objetivos tanaltruistas como el promovido por la organización "Turismo por los pobres" que defiende el destino directo de los beneficios del turismo para los más pobres; yo añadiría que para la correcta gestión y conservación de su patrimonio natural y cultural. No es una cuestión de caridad sino de reconocimiento social, de justicia y de solidaridad. Clase a Bordo. Tras la sesión de observación y avistamiento, arribados a una cala, aprovechamos para discutir los aspectos más importantes del día confirmar algunas observaciones e identificar las especies animales y vegetales con ayuda de guías de campo bajo la supervisión de la monitora y el capitán (Programa de Educación Ambiental de Greenpeace España a bordo del Zorba). Así, una alternativa interesante y que debemos trabajar a todos los niveles es el ecovoluntariado , una forma diferente de contactar con otras especies y con otras culturas. El ecovoluntario participa directamente en proyectos de investigación y colabora activamente en los programas de gestión y conservación de especies amenazadas de extinción. Se integra en grupos de investigaciones dirigidos y gestionados, con frecuencia por gente del propio país lo que facilita la integración en esa nueva cultura que se visita. Es, en definitiva no sólo una nueva forma de viajar sino un nuevo modo de vivir. Recogiendo datos. Recogida de observaciones sobre identificación, actividad, etc. en fichas técnicas cuyos datos serán procesados posteriormente por los investigadores del proyecto (Programa de Ecovoluntariado "Balaea Yubarta", Caravelas, Bahia, Brasil). BIBLIOGRAFÍA . Burger, J. 2000. Landscapes, tourism, and conservation. Science of the Total Environment. 249 (1 3): 39 49. . Duffy, R. 2000. Shadow players: ecotourism development, corruption and state politics in belize. Third world quarterly, 21(3): 549 565. . Gutzwiller, K. J. y S. H. Anderson, 1999. Spatial extent of human intrusion effects on subalpine bird distributions. Condor 101 (2): 378 389. . Orams, M. B.2000, Tourist getting close to whales, is it what whale watching is all about? Tourist Management, 21(6): 562 569. . Reguero Oxinalde, M. del. 1995. Ecoturismo. Nuevas formas de turismo en el espacio rural. Ed. Bosch Turismo . Scheyvens, R., 1999, Ecotourism and the empowerment of local communities. Tourism management, 20: 245 249. . Weaver, D. B. 1998. Ecotourism in the less developed world. C.A.B. Int. Pbl. 288 pp. disponible en línea 1) http://people.colgate.edu/sfahrenkrog/enst480/ecotourism.htm 2) United Nations Environment Programme. Tourism Home. International Year of Ecotourism documento en línea