Artetsu Saria 2005
Arbaso Elkarteak Eusko Ikaskuntzari 2005eko Artetsu sarietako bat eman dio Euskonewseko Artisautza atalarengatik
Buber Saria 2003
On line komunikabide onenari Buber Saria 2003. Euskonews y Media
Argia Saria 1999
Astekari elektronikoari Merezimenduzko Saria
Jone LUNA, UNED-Bergara
Se trata de una investigación realizada en el ambulatorio bilbaíno de Solokoetxe, en el barrio de Santutxu, de mayo a julio de 2010, con la colaboración de Begoña Bilbao, directora de Enfermería de la Comarca Bilbao del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza y de las matronas del ambulatorio Txaro Okamika y Miren Ramos. Fueron entrevistadas un total de 12 mujeres, de las cuales 10 formaron parte del programa de “musicoterapia y embarazo”, a razón de una sesión individual semanal de una hora aproximada de duración hasta el momento del parto o hasta la última semana de julio.
El objetivo general era demostrar que la música, utilizada de manera terapéutica, en un determinado número de sesiones y conducidas por una persona especialista en la materia (musicoterapeuta), puede llegar a producir bienestar, calmar los miedos al presente y futuro de la situación, produce sentimientos de más unión con el bebé no nacido, así como con la pareja, al tener más diálogo y comunicación entre ellos.
Desde la infancia, y ya en el vientre materno, se perciben vibraciones y sonidos.
La metodología utilizada fue: 1) Mediciones de las matronas antes y después de las sesiones (temperatura, presión arterial, frecuencia cardíaca de la madre, frecuencia cardíaca del feto y movimientos fetales); 2) Test estado STAI (pre y post-sesión); 3) Test rasgo STAI (comienzo y finalización de las sesiones); 4) Entrevista en profundidad de su identidad sonora (ISO), al comienzo de las sesiones; 5) Cuestionario sobre cultura prenatal y opinión sobre los resultados obtenidos de las sesiones, al finalizar el programa de musicoterapia y embarazo; y 6) Sesiones de musicoterapia propiamente dichas, entendiendo éstas como audiciones, canto recreativo, improvisación instrumental y/o vocal, composición de canciones, relajaciones, visualizaciones, etc.
El cerebro se alimenta de estímulos y el sonido es uno de ellos. Desde la infancia, y ya en el vientre materno, hemos percibido vibraciones y sonidos. Se han hecho investigaciones sobre la influencia de los sonidos y la música a los que hemos estado expuestos durante los primeros años de la vida, condicionados por nuestro entorno cultural. Algunos autores definen este fenómeno como “identidad sonora” o ISO, aludiendo a todo el compendio de mensajes sonoros que hemos recibido desde que fuimos engendrados hasta nuestros días y que nos caracterizan y, a la vez, nos individualizan.
La música es un elemento presente en todas las culturas descubiertas hasta ahora y es intrínseca al ser humano.
En realidad, nadie puede determinar el origen de la música humana con certeza. El psiquiatra Anthony Storr afirma que es probable que se haya desarrollado a partir de intercambios prosódicos entre madre e hijo con el fin de reforzar el vínculo que los une. El propio Darwin creía que se había desarrollado como parte de rituales de apareamiento humanos o paleohumanos formando parte del cortejo. El hecho es que la música es un elemento presente en todas las culturas descubiertas hasta ahora y es intrínseca al ser humano. Mithen también sugiere que la música y el lenguaje poseen un origen común y que una especie de protomúsica y protolenguaje combinados fue característico de la mente de los neandertales. Asimismo, Rousseau afirmaba que en la sociedad primitiva habla y canto no se distinguían entre sí y que los lenguajes primitivos eran más melódicos y poéticos. También el antropólogo Blacking escribe que la musicalidad está profundamente arraigada en el genoma humano, con raíces evolutivas mucho más antiguas que el lenguaje hablado. Música y lenguaje son habilidades universales propias de los seres humanos que implican, desde una perspectiva psicológica, elementos perceptuales discretos y organizados jerárquicamente en secuencias estructuradas.
Fue el otorrinolaringólogo Alfred Tomatis quien comenzó a decir que el oído empezaba a funcionar ya en la vida prenatal y que, por tanto, el niño oía antes de nacer. En la actualidad, nadie duda de las capacidades auditivas del feto y de que reacciona a los sonidos interiores y exteriores. De hecho, cuando nace, ciertas conductas parecen manifestar formas de memoria y aprendizaje con relación a experiencias auditivas prenatales (voz materna, músicas que ha oído en la fase fetal). Por eso, escuchar música durante el embarazo, al igual que durante el momento del parto, puede ser sumamente beneficioso tanto para la madre como para el bebé, tal y como también dice la investigadora Sandra Trehub, ya que los bebés prestan más atención a las grabaciones que recogen a sus madres cantando que hablando.
La música, como lenguaje no verbal, es, precisamente, la que mejor puede ayudar en la comunicación con el feto.
Hoy se sabe que el bebé en el feto tiene ya una vida activa, afectiva y emocional importante y la música, como lenguaje no verbal, es, precisamente, la que mejor puede ayudar en esa comunicación. En nuestra investigación todas las mujeres eligieron la música para esa comunicación con sus bebés y, en general, a todas les sirvió como medio para sentirse mejor y más relajadas y, por tanto, transmitírselo a sus bebés. Como comentaba una de las madres (nº 12): “Quería comprobar que, en efecto, la música era un medio de comunicación efectivo. Esperaba conseguir transmitirle a mi bebé lo que yo siento con la música, que creciera más sano, más feliz, que estimulase su inteligencia. Si la música consigue eso cuando la usamos en nuestra vida, ¿por qué no mientras estamos dentro de nuestra madre?”.
Igualmente, dicen que les ha servido para tener una mayor y mejor comunicación con sus parejas, pero, sobre todo, con sus bebés: “creo que tenemos más comunicación. Será porque comienza una nueva época. A raíz de la musicoterapia más porque siempre comento lo que hago en las clases. Y con el bebé, ¡seguro que sí! Yo me siento mejor, por tanto, fijo que ella también” (nº 3). Asimismo, la madre nº 12 nos confirmó que: “ahora le hablo más, le toco más, incluso le canto más. Me atrevo a ponerle la música que me gusta a mí como una forma de que me conozca mejor. En definitiva, me siento más unida a él. Presto más atención a nuestro vínculo: le hablamos mucho, yo le aviso de cuándo se mueve y así disfrutamos los tres del contacto”.
Desde que nacemos la música es una de las cosas que más nos hace sentir.
También ha sido importante que ellas se sintieran a gusto en las sesiones de musicoterapia y cómo les ha influido positivamente la experiencia. Como ejemplo, tenemos a la madre nº 5 que decía: “la matrona te instruye a nivel de conocimientos y pruebas físicas que te evidencian que todo va bien. Jone me ha enseñado a ver el embarazo y la maternidad como un paso importante, pero llevadero y muy natural”. Afortunadamente, todas han visto positiva la experiencia musicoterapéutica: “muchísimo, me ha conectado más con mi bebé como persona. Me ha ayudado a estar más tranquila y a que ella lo esté. Me gustaría que esta terapia estuviera incluida en las sesiones o cursos de preparación al parto” (nº 7). También la madre nº 2 dice: “me ha ayudado a iniciar la maternidad con las pilas bien cargadas. Positiva, haciendo frente a mis miedos y mis necesidades. Haciéndome más consciente de mi faceta como madre”.
Finalizaremos con el testimonio de una de las mujeres que nos parece que resume una buena parte de lo que hemos querido demostrar en la presente investigación: “he notado que los días de musicoterapia el bebé está más activo y a mí me apetece hacer más cosas, me siento más animada y más tranquila. Desde que nacemos la música es una de las cosas que más nos hace sentir. Sirve para dormirnos, para reírnos, para aprender,... Luego, las canciones nos hacen recordar momentos, llorar, reír, nos dan vitalidad y nos unen a las personas de nuestro entorno. En todos nuestros momentos importantes está presente. Así que tiene que ser realmente bueno estimular a nuestros bebés a través de ella” (nº 12).
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