Notas sobre el paisaje literario Notas sobre el paisaje literario J. Ramón Prieto Como sucede con cualquier otro territorio, diversas circunstancias, de orden literario y extraliterario, concurren en las diferentes visiones de los paisajes vascos ofrece el amplio corpus de testimonios literarios alusivos a ellos. Las percepciones y perspectivas de sus observadores, las funciones que desempeñan en cada caso, y los valores meramente referenciales, indiciales, simbólicos, etc. derivados de ellas, el mayor o menor grado de originalidad o de adecuación a topoi o a paradigmas previos, su propia definición y constitución interna, así como las del contexto cultural y literario en que se integran..., son, entre otros, algunos de los factores que deberían estar presentes en cualquier consideración relativa al tema. En muchos testimonios de carácter tradicional y folklórico determinados parajes naturales, deshabitados y "salvajes" localizados en espacios "marcados" con respecto a los pertenecientes al habitat humano: altos (montes), profundos (cuevas), acuáticos (ríos) materializan conceptos de significado más profundo o abstracto (la Tierra, el Otro Mundo). Parajes que son morada y asiento de seres otónicos, precedentes de la tierra y "representaciones" inmediatas de ella. De tal manera, ésta, revestida de connotaciones míticas, se representa como territorio peligroso y amenazante y, a la vez, como fuente y origen de prosperidad, riqueza material, salud..., cuando no de códigos éticos, o de sabiduría y conocimiento. Por otra parte, en el ámbito de la literatura llamada "culta" o "erudita", y al margen de los loci consagrados en la tradición europea, las series de testimonios relativos a determinados paisajes van configurando distintos paradigmas que, con más o menos variantes, pueden terminar por convertirse en fórmulas topográficas, adecuadas para caracterizarlos en diversos contextos. Hasta el siglo XIX tales paradigmas se van conformando, de ordinario, desde perspectivasde observadores "ajenos"; es decir, desde perspectivas, circunstanciales, sin vinculación afectiva, biográfica... previa con el paisaje descrito: cronístas, visitantes, viajeros...No se perfila en este periodo ninguna imagen identificadora del "paisaje vasco", sino, más bien, varias visiones, generalmente sucintas y dispersas, de algunas de las regiones naturales que la configuran: aquellas que, por su situación en las rutas de comunicación más transitadas, fueron más conocidas. De su examen se obtiene una imagen del país enormemente diversificada, que distingue varias áreas naturales (franja costera, valles, montañas, zonas llanas, etc). Aunque estos paradigmas literarios, artísticos, continuarán teniendo vigencia, desde finales del siglo XVIII una serie de circunstancias, de distintos tipos, van a modificar absolutamente este panorama, configurando nuevas concepciones, más detalladas y significativas, y, también, más cercanas a aquellas con las que estamos hoy más familiarizados. Entre otras, han sido decisivas las consecuencias que los diversos movimientos de alcance ideológico y cultural habidos en el mundo occidental desde aquellas fechas han tenido en este terreno: el profundo interés por el conocimiento de la realidad y por su perfeccionamiento con fines pragmáticos , del que fueron maestros los viajeros ilustrados..., el íntimo diálogo que los románticos supieron establecer entre el espíritu humano individual y el espiritu de la naturaleza universal..., la relevancia que la precisión, el detalle y el matiz adquirieron en el paisaje realísta..., las singulares y reveladoras percepciones del entorno puestas de manifiesto por los ismos y las vanguardias..., etc. En otro orden de cosas, y en un plano más circunscrito al paisaje vasco, han tenido notable incidencia, directa o indirectamente, las transformaciones del medio natural derivadas de actividades económico sociales industria, urbanismo, comunicaciones, turismo... desarrolladas en la época contemporánea.A pesar de partir de posiciones ideológicas diferentes, los autores que se han referido a ellas suelen adoptar, en términos generales, actitudes críticas y desfavorables con respecto a algunas de sus consecuencias. Y en el terreno de la historia literaria, ha sido decisiva, en especial tras el primer cuarto del siglo XXI, la presencia, cuantitativamente ascendente, de autores vascos en el mundo de la literatura. La incorporación de sus perspectivas, como observadores implicados en el entorno de forma más inmediata que otros más o menos accidentales, supone, en principio, la ampliación, o el enriquecimiento, del panorama descrito. No obstante, su aportación se ha reducido, salvo excepciones, a la configuración y divulgación de un arquetipo morfológico, cromático, climático, etc identificador del "paisaje vasco", promocionando desde la producción de los literatos fueristas. Arquetipo uniformador y reductor, diseñado casi exclusivamente mediante la selección de determinados rasgos paisajisticos de las regiones húmedas del país (costa, valles...), de semejanza con parajes naturales de la Europa septentrional, en detrimento de otras, cuya caracterización evoca paisajes mas meridionales*. * Como habrá advertido el lector, estas notas se limitan a esbozar algunos de los ejes del tratamiento del paisaje literario, excluyendo los casos singulares. Con excepción de las consideraciones sobre la cultura tradicional, se basan en testimonios de viajeros y de autores que escribieron en castellano. J. Ramón Prieto Lasa, profesor de la Universidad del País Vasco
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