682 Zenbakia 2014-02-05 / 2014-03-05
En recuerdo a Antxon Aguirre Sorondo, fallecido el pasado 30 de enero de 2014, recuperamos dos entrevistas publicadas en Euskonews.
En esta ocasión nuestro diálogo queremos que sea con Antxon Aguirre Sorondo, presidente de ACEM, nos abre su puerta amablemente y dispone su palabra sincera para hablar del patrimonio arquitectónico tradicional, especialmente de los molinos y otros ingenios similares. Su corpachón se yergue dispuesto a ir desgranando sus andaduras etnológicas y las luchas por la conservación del patrimonio recibido. Agradezco su recepción y me satisface ver como su salud va recuperándose.
Revista MOLINUM n.º 41.
¿Cuándo comienza su inquietud por la etnología?
Empecé por estudiar a fondo mi genealogía, lo que me introdujo en temas históricos y a saber manejar los documentos. Ya en 1970 me hice socio de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, y cuando en 1978, tras el franquismo, volvió a surgir la Sociedad de Estudios Vascos / Eusko Ikaskuntza, también me apunté. Ello me dio oportunidad de tratar con gente de la cultura. Pero fue de forma casual cuando en 1979 conocí a un carpintero de Azuelo (Navarra) que movía sus máquinas por medio de una catalina accionada por un burrito, realicé un pequeño estudio sobre él que se publicó en 1980 en Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra. La pronta publicación de dicho trabajo me animó, y dado que ese mismo año de 1979 visité un molino y me pareció interesante, inicié mis investigaciones sobre molinos, publicando mi primer trabajo en 1982 y sigo con el tema.
¿De sus trabajos en este campo, cuál le produjo mayor satisfacción llevar a término?
Sinceramente cada vez que estoy con un nuevo tema me apasiono, lo disfruto y trato como si fuera el más importante de mi vida. Bien es cierto que a nivel general hay una serie de trabajos que han marcado pauta, entre otras cosas porque ya hoy han muerto los informantes o han desaparecido los elementos. Así por ejemplo, sucede con los trabajos sobre molinos, ermitas, herreros y herradores, estelas discoidales, o la construcción naval, que actualmente me ocupa, entre otros.
¿Qué es ACEM y los principales objetivos que persigue?
ACEM es una sociedad altruista, sin ánimo de lucro, formada por personas conscientes del valor de la cultura y que trabajan desinteresadamente por ello. Principalmente se ocupa del mundo en torno a los elementos que usan o usaban para su accionamiento las energías tradiciones (agua, aire, animales, etc.), como por ejemplo los molinos, ferrerías, trujales, batanes, etc. Sus objetivos los definen sus propias siglas, Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos, y a ellos modestamente nos dedicamos.
¿Cómo y cuándo nace la asociación?
Fue en julio de 1994 en unas Jornadas sobre Molinos que se organizaron en el pequeño pueblo alavés de Zalduondo, cuando a la hora de comer nos sentamos en una misma mesa Koldo Lizarralde, Carmelo Urdangarin, José María Izaga, García Rueda, en representación de la Fundación Juanelo Turriano, y yo. Hablamos del fundador de la Fundación Juanelo Turriano, José Antonio García-Diego, fallecido en marzo de ese año, al que conocíamos desde hacia tiempo y con el que asistimos a varios congresos internacionales sobre molinos. Fue así como nació la idea de lo que luego sería nuestra asociación de molinólogos ACEM, que un año después se convertiría en una realidad.
En noviembre de 1995, gracias al trabajo de Begoña Bas se realizaron las I Jornadas Nacionales sobre Molinología en La Coruña, durante el transcurso de las mismas se presentaron y aprobaron los estatutos de ACEM, posteriormente legalizados.
En Octubre de1998, en Terrassa, y en Octubre de 2001, en Cartagena, se celebraron respectivamente las II y III Jornadas Nacionales de Molinología. Posteriormente pasan a alcanzar la categoría de Congresos Internaciones de Molinología, celebrándose en el año 2003 en Palma de Mallorca, en el 2005 en Alcázar de San Juan, en el 2007 en Córdoba, en el 2010 en Zamora, hasta llegar al último celebrado en Tui en Abril de 2012. Se ha concedido la preparación del 9º Congreso a Murcia, a celebrar en el año 2014.
“Sinceramente cada vez que estoy con un nuevo tema me apasiono, lo disfruto y trato como si fuera el más importante de mi vida”.
¿Como presidente de ACEM, prácticamente desde su creación salvo un pequeño espacio de tiempo, de qué es de lo que se encuentra más satisfecho?
Por una parte los buenos y generosos amigos que he tenido gracias a la ACEM, es un valor que no tiene precio. Culturalmente, de la aportación de la asociación, sus congresos, los trabajos que se publican en las revistas, etc. No nos es posible saber en cuanto hemos influido en la salvación de molinos, su recuperación, musealización, o la “culpa” que tenemos en la sensibilización social que hayamos provocado, pero hay que suponer que estos 18 años también habrán dejado su huella en la sociedad, aunque no podamos nosotros cuantificarla como nos gustaría.
¿Y algo de lo que se pueda lamentar?
Lo que más duele es que las administraciones, centrales y autonómicas, no valoren aún lo suficiente el patrimonio cultural que suponen estos elementos. Faltan censos completos, estudios de valoración históricos, técnicos y etnográficos; y además de estas carencias frecuentemente asistimos a la destrucción in misericorde e impunemente de elementos de nuestro pasado. Es verdaderamente lamentable, de vergüenza, la poca sensibilidad cultural de nuestras autoridades. Confiamos que algún día se dicten normas justas de protección, aunque para esa fecha hayamos perdido gran número de elementos.
¿Ya que buena parte de su tiempo lo dedica al mundo de la cultura, qué idea es la que más le importa transmitir?
Es importante que la gente tenga conciencia de la importancia de sus actos a favor de la defensa de los elementos culturales. Es necesario que seamos conscientes de que toda destrucción o eliminación es irreversible, que con ello se pierde parte de nuestra historia y sus valores etnográficos. Que cualquier cosa que hagamos en pro de los elementos culturales merece la pena, aunque la mercantilista sociedad de hoy no lo reconozca. Y, por último, que todos podemos hacerlo, cada uno en su medida.
¿Se encuentra suficientemente protegido el patrimonio arquitectónico tradicional?
Como ya he comentado antes, no. Desde la ACEM hemos tenido diversas reuniones con los responsables de patrimonio, logrando solamente buenas palabras, eso sí a costa de plúmbeas reuniones. El sentido de la defensa de los elementos culturales, en nuestro caso por ejemplo de las presas de los ríos, no va en consonancia con la eficacia. No obstante seguiremos peleando por su salvación.
“Es importante que la gente tenga conciencia de la importancia de sus actos a favor de la defensa de los elementos culturales.”
¿Cuáles son las principales amenazas en la conservación y recuperación de molinos, aceñas, azudes y elementos análogos?
La principal amenaza es la no valoración de éstos como elementos patrimoniales y culturales de nuestro pasado. Prima la actualidad sobre la historia y la etnografía. Es como si en tiempos de los romanos los regidores de Segovia hubieran dicho “quitemos este acueducto, que ahora ya no sirve y utilicemos sus piedras para hacer casas”. Eso que hoy llamaríamos disparate, en su tiempo no sería igualmente considerado. Hoy estamos en una situación similar: “destruyamos las presas de los molinos y batanes que ahora no sirven, dejemos que caigan los molinos que no se utilizan”. Pero ¿acaso no se pueden hacer rampas aledañas a las presas para facilitar la regeneración de los ríos sin destruir las presas? ¿No se pueden mantener molinos, almazaras, batanes, o similares como casas de cultura, centros de interpretación o pequeños museos de la técnica? Repito, toda destrucción es irreversible.
¿De qué medios dispone ACEM para concienciar a la sociedad del respeto y protección que merecen y necesitan estos elementos arquitectónicos?
De lo mejor que puede tener una asociación, sus socios y su amor e interés por la cultura. ¡Nada más y nada menos!
¿Hay suficiente número de personas que se ocupen de estudiar este patrimonio y su cultura circundante y de qué manera les orientaría o animaría en sus trabajos de investigación?
Nunca es suficiente, por ello siempre estamos animando a investigadores, técnicos, historiados y a todos los que tengan un interés cultural afín que se unan a nuestra labor. Todo lo que podamos hacer será positivo para las generaciones futuras, para ello hay que ser altruistas y generosos.
¿Nos puede decir cuáles son las actuaciones inmediatas previstas por parte de ACEM?
Tres son los frentes que tenemos en la ACEM: por una parte el siguiente congreso que se celebrará el año próximo en Murcia, organizado por HUERMUR, y al que desde aquí invitamos a todos a participar; por otra parte la revista MOLINUM, que tan acertadamente dirige Félix Pinto acompañado de un excelente Comité de Redacción, donde se dan a conocer diversos trabajos, eventos, bibliografía y demás, y, por último, seguiremos en contacto con los responsables de patrimonio con el fin de que dicten normativas en defensa de los elementos ya citados. También estamos pensando organizar, como todos los años, algunas excursiones culturales-recreativas, que anunciaremos con anticipación por medio de la revista.Finaliza el diálogo con Antxon Aguirre deseándole fuerzas para alcanzar las metas que persigue, que las adversidades y obstáculos no apaguen su entusiasmo en favor de todos estos ingenios por los que tanto lucha y con encono defiende y que los éxitos en su gestión sean múltiples.
Entrevista publicada en la revista MOLINUM n.º 41. Revista científica, cultural y divulgativa de ACEM, Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos.
........................................................................................................................................................
Antxon Aguirre Sorondo.
Fotografía: José Manuel BIELSA“El gran cambio de la artesanía ha sido pasar de una artesanía utilitaria a una artesanía más decorativa”
En este número de Euskonews se publica la ficha número 100 de la sección Artisautza. 100 artesanos que han llegado de la mano de Antxon Aguirre Sorondo, el autor de todas y cada una de las fichas. Por eso, quién mejor que él para charlar sobre artesanía y sobre su labor en Euskonews.
Antxon Aguirre Sorondo es etnólogo e historiador, así como miembro de la sección de Antropología de Eusko Ikaskuntza/Sociedad de estudios Vascos.
¿Qué le parece si empezamos explicando qué es la artesanía? O mejor, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a la artesanía?
Artesanía es el producto que sale de manos del artesano y artesano es la persona que ejerce un arte u oficio mecánico, o de forma más amplia, persona que trabaja con sus manos realizando un producto no seriado. Pero aclararé que a mí me interesa más el hombre que el producto que él realiza, cosa que espero se vea reflejada en las fichas. Por eso, hablamos del hombre, de su familia, de lo que produce, y como lo hace, en definitiva de todo su mundo de forma global.
¿Son todos los artesanos iguales?
A los artesanos se les puede clasificar en tres grupos. El primero, que podemos definirlo como “artesano auténtico”, una persona que está dada de alta como autónomo y que vive de hacer ese producto. Otro grupo lo formaría el que fuera de horas hace un producto artesanal. Acude a las ferias y con ello obtiene un suplemento económico. Bien es cierto que generalmente no lo hace tanto por ganar, sino por lo que disfruta haciéndolo. Y por último los artesanos de la tercera edad, que una vez han terminado su vida laboral retoman una actividad artesanal que en muchos casos está siendo algo importante en su vida. Lo poco que ganan no lo declaran a Hacienda y ello, a veces, les produce una intranquilidad.
¿Cuál es la importancia que tiene la artesanía hoy en día?
Creo que para entender la importancia de la artesanía habría que analizar tres parámetros: el personal, el económico y el cultural. Para empezar, el artesano es una persona que hace un trabajo determinado, el producto artesanal. Tiene unas connotaciones, una manera de vivir y ha aprendido a hacerlo de una determinada forma. Esto no hay que tenerlo en cuenta. Detrás de producto artesanal hay persona, sea hombre o mujer, con todas sus necesidades vitales.
Por otra parte está el factor económico, es decir, en qué condiciones está el artesano; si es autónomo, si tiene seguridad social, si gana lo suficiente para poder tener las mismas ventajas y la misma forma de vida que uno que trabaja en una empresa, si tiene vacaciones...
Y por último, está el factor cultural, que el artesano no valora tanto como el personal y el económico. Y desgraciadamente la sociedad tampoco capta que todo elemento salido de las manos de un artesano es producto cultural. Habitualmente se le califica como cosa bonita, curiosa... pero no se le da el valor añadido como elemento cultural. La sociedad no está predispuesta a esa valoración y los políticos tampoco creo que lo han valorado suficientemente. De lo contrario, el artesano estaría más protegido.
Si tenemos en cuenta estos factores preferiremos comprar productos artesanales por una parte, y disfrutaremos mucho más de aquello que hemos comprado porque sabremos valorarlo en su justa medida.
Fotografía: José Manuel BIELSA
¿Qué papel juega la mujer en el mundo de la artesanía?
Hoy en día, hay casi más artesanas que artesanos. La incorporación de la mujer al mundo artesanal ha sido brutal, incluso en facetas artesanales donde a priori parecía que era un mundo de hombres. Además, el producto que crea la mujer es distinto al del hombre, tiene otra sensibilidad.
¿La artesanía está en auge o en declive?
Este tema es muy difícil de contestar. Ocurre como con el tema de la sociedad. La gente mayor dice que ahora hay mayor libertinaje, que no hay moral, que la juventud está peor que antes... ese mismo comentario lo leí ayer en un autor inglés del siglo XVII, pero dentro de 200 años seguirán diciendo lo mismo. Bueno, pues con la artesanía pasa exactamente igual. Todos los artesanos dicen que peor que ahora nunca, pero hay que matizar. Nunca como ahora ha tenido el artesano tantas ayudas oficiales (aunque pienso que son insuficientes), nunca ha habido tantas ferias de artesanía, y nunca ha habido tantos artesanos, porque se han creado nuevos productos, técnicas y necesidades. Pero también, nunca como ahora la persona, el artesano, ha tenido tanto afán de mejor vida (lógico y con justicia, por otra parte) y por eso ahora se le pide al producto artesanal mucho más rendimiento del que se le pedía antes.
¿A qué cambios se ha enfrentado la artesanía? ¿qué diferencia hay entre la artesanía de antes y la de ahora?
La artesanía tradicional está muriendo a pasos agigantados; ya no se necesitan hacer collarones de cuero para los ganados porque apenas se utilizan, ya no se hacen yugos y las albarcas no se usan todos los días... los productos de artesanía utilitaria están quedando obsoletos. Y se está creando otro tipo de artesanía como puede ser el de las “pichias”, los colgantes (es de lo que más se vende), la encuadernación... Se ha dado un gran cambio y, en líneas generales, antes se hacía una artesanía utilitaria, esto es, se fabricaban productos para el uso cotidiano, y ahora una artesanía decorativa, que fabrica productos para el adorno corporal o para la casa.
¿Qué ocurre en el ámbito de la artesanía de la alimentación, que está ahora tan de moda?
Ese es un sector que fue utilitario, sigue siendo utilitario y va in crescendo. Nunca se ha dado tanta importancia al queso, a la pantxineta, al vino, al txakoli, a la sidra... quizá es el sector que menos ha cambiado.
¿Reciben los artesanos ayudas suficientes por parte de las instituciones?
Indudablemente la ayuda que hoy reciben es mayor que la que recibían antes, pero yo creo que aún no es suficiente. En otros países, en todas las grandes ciudades hay una tienda de artesanía subvencionada por el gobierno y en la que se promociona la artesanía local. Y eso aquí no existe y es una auténtica pena que por lo menos en cada una de las capitales, por lo menos, no exista una tienda subvencionada por el Gobierno Vasco en la cual se exhiban y vendan productos de nuestros artesanos. Se han hecho algunos intentos, pero la mayoría por parte de particulares.
Por otra parte, es de obligado cumplimiento (casi diría de Decreto Ley) que toda las instituciones públicas para sus compromisos usen solamente productos de artesanía. Si todas las empresas, tanto oficiales como privadas, lo hicieran sería una ayuda maravillosa para la artesanía, además de un orgullo para quien lo hace ya que demuestra un buen grado cultural y de amor a su tierra.
¿Qué diferencia hay entre un artesano y un artista?
Esta pregunta abarca el gran problema, y motivo de muchos debates. Yo suelo decir que artista es aquel que hacía algo decorativo y el artesano aquel que hacía algo utilitario, pero en términos muy generales. Pero sí diré dos cosas que me han ocurrido en las entrevistas para las fichas de Euskonews. He conocido a verdaderos artistas que se niegan a que les consideremos artistas porque ellos se definen como artesanos. Y he conocido a algún artesano que no quiso aparecer en Euskonews porque él se consideraba artista. Pero la verdad es que hay muchos artesanos que hacen auténticas obras de arte.
Fotografía: José Manuel BIELSA
Tenemos el concepto de que la artesanía es una profesión que pasa de una generación a otra, pero ¿es realmente así?
Diría que no. Hasta nuestra generación quizá sí, pero ahora ya es muy difícil que el hijo de un artesano quiera para él la vida de su padre. Además, el propio artesano procura que sus hijos no sigan en su oficio. Quiere para ellos algo mejor. Otra cosa es aquel artesano que monta una pequeña empresita, que tiene varios obreros y se convierte en un empresario artesanal.
¿Se ven artesanos jóvenes que vivan exclusivamente del producto que crean?
Se ven artesanos verdaderamente entusiasmados con lo que hacen y con lo que crean. No son muchos, pero tienen fuerza, fe y claras las ideas. El problema es si podrán aguantar el ritmo de la vida, si sus manos les dará lo suficiente. Uno de los artesano que presentamos en Euskonews lo dejó porque le ofrecieron un trabajo y pasó de ser un artista a trabajar como portero, con todo respeto a este oficio, y que es similar a otro cualquiera. Si ese artesano hubiera tenido medios económicos, si hubiera habido una mayor respuesta económica, seguramente no hubiera dejado la artesanía.
¿Existe diferencia entre artesanos de un lugar y de otro?
No existen dos artesanos que hagan el mismo producto. Con lo cual, las albarcas que hacen uno de Gipuzkoa y uno de Bizkaia son distintas. Es más, dos albarcas hechas por dos artesanos de Gipuzkoa serían distintas. Y rozando el rizo, dos albarcas hechas por el mismo artesano son distintas. Eso es precisamente lo que distingue al producto artesanal. Por otra parte, la materia es distinta en cada zona, luego da un resultado distinto. Un cencerro que se hace aquí es distinto a un cencerro que se hace en Grecia, o en la India, pero sigue siendo un cencerro. De igual manera que dos quesos no son nunca iguales porque hay un montón de factores que influye en ello.
¿Qué ha tenido en cuenta a la hora de realizar estas fichas para Euskonews?
El mundo de la artesanía es casi ilimitado. Conceptualmente el artesano es aquel que hace un elemento no seriado y con sus manos, más que con la máquina. Por eso, yo he procurado tener tres elementos en cuenta:
Por una parte potenciar la artesanía de la mujer, lo cual me parece muy importante. Por otra parte, no centrarme en la artesanía tradicional, porque artesano es el de hoy (el que hace joyas, talla moderna...) y artesano es el de antes (yugos, kaikus...). Aunque procuro coger más de los tradicionales por el mero hecho de que cada vez quedan menos. Por ejemplo el kaiku, cesta para el juego de la pelota, cucharero... van desapareciendo. De hecho, alguno de los 100 artesanos que hemos tenido ya ha fallecido y otros como hemos dicho antes, lo han dejado.
Por último, he querido considerar como artesanos de aquí a artesanos que trabajan aquí, aunque no sean nacidos en la zona. Hay un dicho popular que dice: “la vaca no es de donde nace sino de donde pace”.
Fotografía: José Manuel BIELSA
¿En estos 100 artesanos que llevamos cuál es el producto u oficio que más le ha llamado la atención o que más curiosidad le ha despertado?
Algunos me han podido sorprender por su grato recibimiento, por la amabilidad, o por otros factores, pero el perfumista (el que va en este número) quizá haya sido uno de los que más. Puede ser porque hay pocos perfumistas. En otros ha sido su rareza, como fue el caso de Ontziola un astillero que continúa haciendo barcos de madera. Pero sinceramente a decir verdad todos, los cien ya publicados de una u otra forma me ha despertado la curiosidad, he disfrutado con ellos y he procurado, con mayor o menor fortuna, trasladar esta sensación al lector.
¿Nos puede revelar su método de trabajo para realizar las fichas de los artesanos?
En primer lugar voy a las ferias para que los artesanos me conozcan físicamente y les explico la idea, las intenciones que se buscan, la potenciación de la artesanía. Después, hablamos por teléfono y quedamos a un día y hora concreto. Me desplazo a su taller, donde trabajan y les realizo la entrevista, para lo que uso la grabadora y la cámara de fotos. Elaboro la ficha y les devuelvo el texto que yo he escrito por si quieren cambiar, quitar o añadir algo.
Una de las cosas graciosas que me ocurrieron en una de estas entrevistas fue que el artesano me preguntara, “pero ¿eso le interesa a alguien?”. O la de otro que me decía: “jamás nadie me había preguntado por eso”.
¿Le ha comentado alguno de los artesanos que a raíz de salir en Euskonews haya tenido más visitas en su taller?
Sí, sí que me han solido decir. Creo, francamente, que el trabajo de Euskonews está siendo muy bueno en dos sentidos: por una parte al potenciar a los artesanos. No tanto en cuanto a que puedan vender más, sino a darles importancia, a ponerles en valor, al decirle que ese señor es algo más que un artesano, es una persona y como tal a nosotros nos interesa y eso es muy importante. Por otra parte, por la recopilación de datos que se está haciendo, y que ya va tomando cierta entidad.
Entrevista realizada en 2006 a Antxon Aguirre Sorondo con motivo del número 100 de la sección Artisautza, él era quien se acercaba a los artesanos y completaba las fichas.Antxon Aguirre Sorondo (San Sebastián) 2º Premio Nacional de Investigación “Marqués de Lozoya” 1987. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, con la obra: “De Albeitares y Herradores. Beca José Miguel de Barandiarán 1992 para el proyecto “Las ermitas de Gipuzkoa”. Autor de tres centenares de monografías y artículos sobre antropología, historia y la técnica en revistas especializadas. Director de la serie “Oficios Tradicionales”, Euskal Telebista (26 capítulos, emitidos durante los años 1996 a 1999). Autor de múltiples libros sobre Etnografía, entre ellos “Tratado de Molinología (Los Molinos de Guipuzcoa)”. Fundación J.M. de Barandiarán, junto con otro importante número de libros de contenido histórico. Es colaborador habitual de revistas y medios de comunicación. Pertenece, entre otras, a las siguientes asociaciones: Sociedad de Ciencias Naturales Aranzadi; Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos; Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País; Grupos “Etniker” de Euskalerría; A.C.E.M. “Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos”. [+] Más información