523 Zenbakia 2010-03-05 / 2010-03-12
La localidad alavesa de Araia conmemoró un homenaje en el 125 aniversario del nacimiento del genial músico y compositor Germán María Landazabal Garagalza, que ha dado nombre a la Asociación y que con su aportación a la música y cultura vasca ha llevado el nombre de Araia por el mundo hasta las lejanas tierras de América, Argentina, donde falleció en 1953. Germán Landazabal Garagalza
Pianista y compositor. Nació en Araia (Álava), el 11 de octubre de 1884. Murió en Gaulegay (Entre Ríos), Argentina, el 20 de mayo de 1953.
El día 13 de octubre Don Antonio María Fernández de Basterra, cura ecónomo de la parroquia de San Pedro Apóstol de Araia bautizaba a un niño al que pusieron por nombre Germán María Landazabal Garagalza, que era hijo de Don Francisco Landazabal Aguirre, de la Villa de Salvatierra y que ejercía de veterinario en la zona de Asparrena y de Doña Salustiana Garagalza González también natural de Salvatierra-Agurain, siendo sus abuelos paternos Pedro Landazabal, natural de Heredia y Simona Aguirre natural de Agurain-Salvatierra y los maternos Manuel Garagalza de la Villa guipuzcoana de Oñate y Juana González de Arrilucea natural de Alecha en la provincia de Alava.
Los padrinos fueron sus hermanos Amparo y Arturo Landazabal Garagalza.
Desde muy niño mostró magníficas condiciones para la música; sus juegos eran tocar el acordeón y cuantos instrumentos caían en sus manos: ocarina, silbo, flauta, bandurria, guitarra, etc.
Del organista de Araia recibió las primeras lecciones que continuó en Vitoria-Gasteiz estudiando piano con el salvaterrano Juan Aramburu, y armonía con Francisco Viñaspre, respectivamente.
Juan Aramburu había nacido en Agurain en el año 1860 y era padre del que más tarde sería el gran compositor y organista Luis Aramburu y de Enrique Aramburu, excelente compositor e intérprete de violonchelo donde Germán era un hermano más en ésta casa.
En la Sociedad Filarmónica Vitoriana desarrolló varios conciertos que le depararon un reconocido éxito entre los aficionados a la música en la capital de Alava. Joaquín Bellsolá, destacada personalidad en la vida pública vitoriana, fundó en 1903 ésta Filarmónica Vitoriana que tuvo una vida activísima en los cuatro años existió. De su Academia de enseñanza musical surgieron grupos vocales e instrumentales. La Filarmónica organizaba varios conciertos anuales entre los que destacaron intérpretes como el mencionado Bellsolá, Juan Aramburu, Bernardino Ochoa, Eduardo Pérez y un joven prometedor llamado Gérman Landazabal.
Más tarde se trasladó a Madrid y en el Conservatorio, en el curso de ocho años, terminó la carrera; tuvo por profesores a los maestros Trago y Arín, logrando primeros premios.
A los veintitrés años, mediante reñida oposición, consiguió beca para residir en Roma, París y Munich. A su regreso vivió en Madrid, Bilbao y Donostia-San Sebastián, actuando frecuentemente, bien solo o con orquesta; se negó a opositar a plaza de profesor de conservatorio, ya que era enemigo de los cargos remunerados; deseaba ejercer la música desinteresadamente, por amor al arte.
Compuso el poema sinfónico En la cumbre del Alto-biskar, que interpretó en primera audición la Orquesta Sinfónica del Gran Casino, de la capital de Gipuzkoa, bajo la dirección del maestro Arbós.
Obtuvo lisonjera acogida, pues se trata de una producción de gran valía, descriptiva, de buena técnica y hondamente vasca. Está inspirada en la leyenda de Juan Iturralde «La batalla de los muertos», que es la batalla de Roncesvalles.
Foto de Germán María Landazabal Garagalza en su juventud.
El 13 de noviembre estrenó en el teatro Principal de la Bella Easo, la comedia lírica La reina Margarita, libro de Cantó y Nieto, que triunfó. En la orquestación escribió una parte de arpa colmada de dificultades, sobre todo en el número Lección de música; a la sazón residía en Donostia-San Sebastián Nicanor Zabaleta, que integró la orquesta y fue la primera vez que tocó en público.
La Diputación Provincial de Gipuzkoa convocó un concurso para premiar un himno dedicado a Juan Sebastián Elcano. No concedieron el primer y único premio a la composición de Landazabal, pero reconociendo el mérito que poseía crearon una recompensa especial.
A pesar de tener brillante porvenir y disfrutar de la admiración de eminentes músicos, entre otros los padres Otaño y Donostia, y de la gran estima que se le tenía en su país decidió emigrar a América en el año 1923, donde llevó una existencia modesta, daba clases, no compuso apenas y no gestionó que le interpretasen sus obras, muriendo casi en la pobreza.
Es autor entre otras del poema sinfónico “En la cumbre de Altobizkar”, las operetas “La ReinaMargarita” y “La Alegría del mundo”; “Allegro en fa sostenido mayor”, “Vals cromático”, “Nostalgia” y “Colombina”, para piano, además de muchas obras de música de cámara, para coros y par voz y piano.
Germán Landazabal Garagalza (1884-1953)
Arain (Araba) jaio zen 1884an. Lehen musika-ikasteak herriko organistarekin egin zituen. Gasteizen pianoa ikasi zuen Juan Aramburururekin, eta Francisco Viñasprerekin, harmonia.
Madrilgo Konserbatorioan jarraitu zituen ikasketak Arin eta Trago irakasleekin eta karrera amaierako sariak Portu zituen.
1907an “Roma Saria” kodiziatua irabazi zuen, Paris eta Munichen ikasteko beka Portu zuen. Handik itzuli zenean piano-errezitaldi asko eman zituen Madrid, Bilbo eta Donostian.
Komposatzen ere denbora asko ematen zuen eta oso musikagile estimatua zen baina gutxien espero zenean, dohain handiko misikari hau Latino–Amerikara joan zen bizitezera, eta han irakasle aritu zen komposizioa alde batera utziz.
Bi opereta egin zituen, obra sinfónico bat, poema sinfónico bat et aeta beste zenbat lan ere bai.
“En la cumbre de Aztobizkar” poema sinfonikoa Donostiako Gran Casino Orkestrak estrenaitu zuen 1916an.
German Landazabal Gualegayen (Argentina) hil zen 1953an.
Placa de homenaje del pueblo de Araia a su músico German Landazabal y nombre de la Calle. Araia no se olvida de Landazabal
ÁLAVA CELEBRA EL 125 ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO
Los actos en homenaje del músico han constituido el preludio de la XVII edición del Fin de Año Musical.
Fernando Sánchez Aranaz, escribía el siguiente artículo en el Diario de Noticias de Alava del sábado, 17 de Octubre de 2009.
ARAIA. En estos días en los que se llora la desaparición de Mercedes Sosa, La Negra, ineludible referente de la música actual argentina, no podemos menos que acordarnos de todos aquellos apellidos vascos que pueblan el panorama de la música de aquel país americano. Sin duda esta república no habría sido la misma sin el aporte de los vascos, ni tampoco sin el de italianos o gallegos, pero en el mundo de la música esto se hace aún más evidente. Goyeneche, Leguizamón, Larralde, Yribarren, el alavés Fernández de Retana, el mismo Atahualpa Yupanqui (cuyo verdadero nombre era Héctor Roberto Chavero Aramburu siendo su madre guipuzcoana), sin olvidar a Ramón Bertrán Reyna, quien firmaba con el pseudónimo de Ramuncho, nacido en Bilbao en 1901, autor de las letras de conocidísimos tangos, como La cieguita. Antes había pasado por Argentina y por Uruguay José María Iparragirre, quien dejó siete vástagos en aquellas tierras. Entre aquellos vascos que en su día emigraron se encuentra Germán María de Landazabal y Garagalza, nacido en Araia el 11 de octubre de 1884.
Banda de Música de Araia a principios del pasado siglo.
Iglesia de San Pedro de Araia.
EMIGRACIÓN. Sus contemporáneos le reconocieron como compositor de gran inspiración, considerándole una firme esperanza para el resurgir de la música vasca en el principio del siglo XX. En el estreno de En la cumbre de Astobiskar, la crítica dijo que “Vasconia tiene otro músico insigne que ha de glorificarle”.
Pero Germán era un alma libre, que no quería contaminar la música con el dinero. En 1927, cuando estaba en la cumbre de su fama y reconocimiento público decidió emigrar.
Fue un hombre sensible, callado y solitario. Nada más lejos de su forma de ser que el exhibicionismo o la ostentación de otros artistas. Sin embargo sus méritos, como músico, estaban muy por encima de los de sus coetáneos. Landazabal llevó en Argentina una vida modesta, que se ganaba dando clases de música, sin apenas componer nada que no fuera para su propio deleite. Así hasta su muerte, que le sobrevino el 20 de mayo de 1953, en Guale-Guay (provincia de Entre Ríos).
Jesús Mari Alegría “Pinttu”.
La música en Araia es como el agua. Surge de las entrañas de la tierra y fluye, impetuosa en algunos tramos, más mansa en otros, pero siempre sin opción a estancarse. En otras ocasiones cae del cielo, aunque a veces ya se le ve venir, y por momentos se apodera del entorno en forma de niebla persistente. Su fuerza es tal que es capaz de mover turbinas. Así es la música en Araia, surgiendo a veces de la tierra, flotando otras en el ambiente, empapándonos en cuanto nos descuidamos y, desde luego, generando energía.
Ahí están para demostrarlo la Escuela de Música, Asparrengo Udal Musika Eskola, la Asociación Musical Germán María de Landazabal, que integra a la Banda, la Coral y la Banda de Txistularis, los incombustibles Joselu Anaiak, el grupo de rock Gartzen, los txalapartaris de Azken Kolpe, txarangas, trikitilaris,... con este fértil panorama no puede extrañar que el presidente de Músicos sin Fronteras sea un araiatarra, Jesús Mari Alegría Pinttu.
Una de las últimas fotos de German (segundo por la izquierda) en Araia.
PROFETA EN SU TIERRA. Escribía Fernando Sánchez Aranaz que Araia nunca se ha olvidado de su músico. Ya cuando se constituyó la citada asociación musical que lleva su nombre, se le nombró socio honorífico. Su casa natal, situada en la trasera del Ayuntamiento, ostenta una lápida señalando tal circunstancia, colocada con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento. Ahora, 25 años después, los araiatarras quieren dejar claro que, al contrario de lo que dice el refrán, Landazabal sí ha sido profeta en su tierra.
El homenaje comenzó con la Txaranga de Araia que recorrió las calles del pueblo para llamar a los araiatarras a recordar a su ilustre hijo. La Corporación recibió a los familiares de Germán. Acompañados por los txistularis, se dirigieron a la calle que lleva el nombre del músico, donde se inauguró un monolito con una placa en su memoria.
En ese lugar se danzó un aurresku y dirigieron unas palabras la presidenta de la asociación musical, Mari Jose Ibáñez de Garaio, y el alcalde de Asparrena, Diego Gastañares. Tras entonar el Agur Jaunak, acompañados por la Banda de Música de Araia, la comitiva retornó a la iglesia.
Allí fueron recibidos por el grupo de danzas, celebrándose la misa en la que intervino la Coral de Araia. Para terminar, en Andra Mari Aretoa, Jon Bagüés disertó sobre la vida y obra de Landazabal, acompañando sus palabras con la música, interpretada al piano por Elena Zaldibar.
Estos actos han sido el preludio del Fin de Año Musical de Araia. Hasta diciembre, en que tendrán lugar los conciertos de Navidad, intérpretes de los más diversos géneros acudirán los fines de semana para actuar.
Músicos de Araia
Araia ha sido de siempre tierra de grandes músicos desde los hermanos Alegría, Gabi y Jesús Mari, Joselu Ruiz de Gordoa y sus hermanos así como Alfredo Marquínez director de la Banda de Música. Por el órgano de Araia pasaron organistas como Juan Alberdi (1905) Joaquín Zabala Valdés (1919), J. Cayetano Echevarría (1940) Mª Josefa y Julián Martínez Egurrola (1955) y muchos otros músicos, txistularis, etc...
Banda de música de Araia
Cuando en el año 1988 y gracias a la iniciativa popular y con el apoyo municipal se puso en marcha el proyecto de la actual Banda de Música de Araia, nos se estaba gestando una manifestación cultural en este pueblo de la Llanada Oriental Alavesa, sino que se conseguía revitalizar una institución tan arraigada en Araia como sus montes o sus bosques.
Antigua Banda de Araia con músicos militares a finales del siglo XIX.
El espíritu musical araitarra ha sido y es una constante dentro de este pequeño pueblo de aproximadamente 1.300 habitantes. Esta tradición musical se remonta al menos al año 1876, fecha que ya existía la Banda de Música que, alternando con el txistulari Municipal , amenizaban la tarde de los domingos y días festivos con sus piezas interpretadas en la plaza del pueblo. Con el paso de los años y adjudicación de un organista a la Parroquia de San Pedro, la enseñanza musical fue tomando base y solidez, repercutiendo en el afianzamiento de la Banda Municipal que durante la primera mitad del siglo XX animó y amenizó los actos y acontecimientos sociales tanto de la localidad como de los lugares que nos rodean, al ser solicitada por los Ayuntamientos de la localidades del entorno.
A finales de la década de los sesenta cuando el desarrollo industrial y los cambios de hábito en el consumo de ocio produjeron una profunda crisis en la Banda de la que no pudo salir, como ya lo había hecho en ocasiones anteriores. La preferencia por las orquestas musicales y la búsqueda de nuevas formas de diversión fuera de la localidad llevaron al colapso y a la desaparición de la Banda de Música quedando instrumentos y partitura en el olvido durante cerca de veinte años.
Tras varios años de duros ensayos y mucha paciencia, la Banda comenzó su andadura ofreciendo conciertos a lo largo y ancho de Euskal Herria, entre otros pueblos como Zegama, Gatzaga, Deba, Legazpia, Azpeitia, Azkoitia, Zarautz, Getaria, Aste Nagusia donostiarra (2003 y 2007), Getxo, Gernika, Otxandio, Olazti, Berroizar, Altsasu, Etxarri, Retreta de San Prudencio (1996) Intercambio de Bandas de Agurain, Festival de Banda de Gasteiz, Carnavales de Zalduondo y un amplio recorrido por numerosos pueblos de toda Araba.
Concentración de Bandas de Agurain, Altsasua y Araia. Gabi Alegria Urtiaga
Otro infatigable músico araiarra fue Gabi Alegría, hermano de Jesús Mari “Pinttu”. Gabi cursó los primeros estudios de música en Araia y acordeón en la academia Mozart de Barcelona, él sólo por correspondencia, más tarde los amplió en el Seminario, aunque allí estuvo siete años sin poder tocar el acordeón, ya que la jerarquía eclesiástica le previno contra este pecaminoso instrumento, por ser el fuelle del infierno “Inpernuko auspoa”.
Acabó los estudios musicales en el Conservatorio de Vitoria-Gasteiz, tanto de piano como de armonía, contrapunto, fuga, composición, formas musicales, estética e historia de la música, etc.
Se negó a tocar el órgano en la Nueva Cátedra de Gasteiz, cuando ésta fue inaugurada por Franco, por lo que fue condenado al ostracismo eclesial y a pesar de haber ostentado el cargo de organista del Seminario y de haber obtenido algunos premios corales fue destinado al “Valle del Tenebrón” allá en el Condado de Treviño, lejos de toda actividad artística y socio-cultural.
Allá por donde pasó creó o colaboró con coros y escolanías como Altsasua, Araia, Agurain, Gasteiz, Areta, etc... junto algún grupo de danzas vascas, promocionando a jóvenes valores que luego, algunos y algunas, debutaron en coros como el Orfeón Donostiarra y en escenarios importantes de Europa como es el caso de María Ogueta, promesa lírica alavesa y de Itziar Rodríguez, voces in crescendo, y de su querido cuarteto “Viva Voce” entre otros. También fundó el coro multicultural de la ONG “Músicos sin Fronteras”, así apodado. Autor de un método coral, falleció en su mejor momento artístico.
Su currículo académico y artístico es extenso, codeándose con músicos como Cristóbal Haffter, Montserrat Caballé, Teresa Berganza, Luis de Pablo, Ayerra, Ondarra, maestro Turina y un largo elenco de compositores y directores como Juanjo Mena, Joselu Ruiz de Gordoa, Eneko y Edurne Aizpurua, Ollo, Carlos Cano, Jon Sagües, Imanol Urbieta, Javier Busto, Urko, el maestro Pírfano y un largo etcétera.
José Luis Ruiz de Gordoa Martínez de Albéniz.
Gabi usó la música para fomentar la armonía entre las personas. Según palabras suyas, “Un coro es una hermosa sementera de armonía y belleza”. “La música es mi lenguaje, un lenguaje privilegiado porque toca a la totalidad de la persona. Y ahí me siento realizado, feliz. Con la música evangelizo, libero, curo”.
El siempre hablaba de la afinación de los sentimientos, que exige la convivencia y la disolución de os personalismos en los logros del conjunto. Del Pueblo musical. Del arte desinteresado y gratuito en este mundo de ambiente materializado.
“Amo el Euskara tanto como a la música”, decía. “Sé de la importancia que tiene el cultivar la canción vasca, portadora, ella misma de la lengua vasca y que muchas veces éste aspecto se olvida. Con nuestras canciones se puede enseñar música y lengua a la vez”.
Fue acordeonista del cantautor Gorka Knörr. Organista del Cramen y del Ensemble de Chirimías “Santiago Arrospide” de la Catedral de Pamplona.
Ocurrente y rebelde, todavía está presente en la memoria de sus amigos. Así era Gabi, un idealista sin fronteras, al que más de una vez el pentagrama se le quedó pequeño.
Nació en Araia el 23-2-1957. Comenzó sus estudios musicales en el consevatorio de Vitoria-Gasteiz. Continuó después los estudios de armonía en Pamplona con Aurelio Sagaseta Y Pedro de Felipe; más tarde contrapunto y fuga en Bilbao con Juan Cordero; y composición en Madrid con Antón García Abril y Román Alís y en Vitoria-Gasteiz con Carmelo Bernaola.
Estudió dirección de orquesta en Madrid con Enrique García Asensio y asistido a cursillos especiales sobre técnicas de música de cine con García Abril en Sevilla. Actualmente es profesor de arminía y de contrapunto y fuga en el Conservatorio de Música “Jesús Guridi” de Vitoria-Gasteiz.
Es autor de “Piezas para piano”; “Sinfonía Nº1”: “Concierto para orquesta”; “Variaciones para piano y orquesta”; “Cuarteto para cuerda nº 1” primer premio de composición en Gasteiz; “Sotavento”, poema sinfónico; “Cuarteto con piano”; “Sustraia”, cantata para voces infantiles y orquesta.
Además es el líder desde hace más de veinte años del conjunto “Joselu Anaiak” banda formada por cinco hermanos de Araia.
El futuro, Txaranga de Araia con los jóvenes de la escuela de Música.
Bibliografia
Alava en sus manos (tomo IV) – Música y Danza en Alava de Sabin Salaberri.
La Música en Alava – Sabin Salaberri.
Gabi, mi hermano – Jesús Mari Alegría “Pinttu”.
Fin de año musical 2009 – Asociación Musical Germán María Landazabal.
XVII. Urte Bukaera Musikala.
Fuentes: El Correo – foto de Jesús María Pinttu.
El Diario de Noticias de Alava – Fernando Sánchez Aranaz.