510 Zenbakia 2009-11-27 / 2009-12-04

Efemerideak

Efeméride. El 30 de noviembre de 1793 tuvo lugar en Bayona la llamada fiesta de la razón



Fiesta instaurada por la Revolución Francesa con el nombre de Fiesta de la Diosa Razón. En Bayona tuvo lugar el 30 de noviembre de 1793. La víspera, el ciudadano Gerberole había pronunciado un discurso en el local dedicado a las sesiones de la sociedad de los Sans-Culottes. El 27 de noviembre –7 friamire–, habían decidido reunirse en la sala de la sociedad popular a las dos de la tarde, para ir en masa al son de la música «a la excatedral, para sustituir la mentira por la verdad». Esta proposición fue aceptada por unanimidad y para dar una mayor solemnidad a la fiesta, un hombre pidió que la municipalidad fuese invitada a proclamarla al son del tambor, y animó a los Sans-Culottes de ambos sexos a declarar la guerra al odioso fanatismo como al mayor enemigo del orden social.

En efecto, al día siguiente que era el 30 de noviembre, el representante del pueblo Pinet, y el consejo general de la comuna se reúnen en la catedral, seguidos de una inmensa muchedumbre. Pero de esta curiosa ceremonia no existe una relación oficial y debemos atenernos a la información ofrecida por documentos orales o por las memorias del tiempo. Un testigo ocular, el capitán Reynon, que servía en el ejército de los Pirineos Occidentales, ha dejado sobre el tema algunas notas, que vamos a reproducir a título de curiosidad, pues las escribió bastante después de los acontecimientos y tras haber sido un revolucionario ferviente abandonó «más tarde los dioses que había adorado».

Describiendo esta fiesta dice: «Una señorita de familia notable de la ciudad montada sobre una jaca representaba la Libertad con una pica en la mano, la daga a un costado y el bonete rojo en la cabeza; una bella actriz de estatura aventajada iba vestida de Bellona. Marzo estaba representado por un apuesto joven; y una carreta de heno llevaba doce jóvenes con un sucinto atuendo y cuatro mozos que brincaban a su antojo representaron a Europa, Asia, Africa y América». En el interior de la vieja basílica habían levantado una montaña, alrededor de la cual fueron a colocarse en fila jóvenes vestidas de blanco con cinturones tricolores, cantando himnos patrióticos. Y aunque no se haga mención en los testimonios escritos de la época, parece ser que una hermosa joven de la Calle de los Vascos se encargó de representar a la diosa Razón, cosa que parece confirmar el relato del capitán Reynon. Sea como sea, el representante del pueblo, Pinet, subió a la cátedra y pronunció un largo discurso que se publicó impreso pero del que han quedado muy escasos ejemplares. Este folleto llevaba el título siguiente: «Discurso pronunciado por Pinet el mayor, representante del pueblo en la ex-iglesia catedral de Bayona, el día de la Fiesta de la Razón en esta ciudad». Inmediatamente después el cortejo salió de la catedral y se encaminó a la plaza de la Libertad en donde se encendió una gran hoguera. Y en ella quemaron las reliquias de San León, y otros objetos del culto, tales como ornamentos y libros de iglesia, en medio de las danzas y cantos patrióticos.

Y después de esto la catedral de Bayona se cerró siendo consagrado otro templo a la nueva religión. Al parecer no se apresuraron excesivamente para designar el nuevo templo destinado al culto de la Razón, pues el 19 de marzo de 1794, varios miembros de la sociedad de los Sans-Culottes pidieron que fuese erigido un altar a la nueva divinidad bajo la vigilancia de la municipalidad. Había sido en un principio establecido en el mismo lugar de las sesiones, es decir, en la capilla de los Carmelitas. La sociedad aceptó la proposición con premura y el 16 de abril de 1794, una comisión se encargó del acondicionamiento y del detalle estimatorio. El plan presentado en la sesión siguiente, anuncia que según cálculos aproximados el gasto podría elevarse a 20 ó 22.000 libras. Como consecuencia de las deliberaciones, el presidente proclamó que todos los ciudadanos ricos de Bayona, deberían depositar, en el plazo de dos días, la suma anteriormente expresada. Saint-Esprit tuvo también un templo de la Razón, pero no se sabe dónde estuvo situado.