446 Zenbakia 2008-06-27 / 2008-07-04
A finales de los años setenta Jimeno Jurío, pionero de las investigaciones sobre la represión en Navarra, recopiló diversas informaciones sobre Sartaguda con la intención de elaborar un libro sobre la localidad entre 1931 y 1945. Aquel proyecto fue interrumpido por las amenazas que recibió de la Triple A. Hay que recordar que Sartaguda fue el pueblo de Navarra más castigado en 1936.
En septiembre de 2005 Roldán Jimeno, hijo de José María, ofreció una caja con la documentación recopilada casi treinta años atrás por su padre, a Fernando Mikelarena, proponiéndole la posibilidad de realizar un libro a partir de ese material. El libro se publicaría como volumen dentro de las obras completas de su progenitor. En aquella caja había numerosas informaciones. Entre las informaciones elaboradas (que se publican en este libro bajo la autoría de Jimeno Jurío) estaba un apartado sobre la guerra y la represión en Sartaguda, unas notas biográficas de los asesinados, tres entrevistas y la transcripción del diario de un ugetista que salvó la vida y que permaneció en el pueblo durante la guerra. Además, había muchos más documentos en espera de elaboración: acuerdos de los libros de actas municipales, informaciones tomadas de la prensa, documentos sobre el proceso de venta del pueblo a la Diputación, etc.
Fernando Mikelarena ha añadido otros capítulos de su autoría. Entre éstos últimos hay algunos de naturaleza introductoria sobre la memoria histórica en Navarra; el papel de los historiadores en relación con la memoria histórica acerca de la represión franquista y la intensidad de la limpieza política registrada en la Ribera. Otros capítulos que también son responsabilidad de Mikelarena analizan diversos aspectos de Sartaguda: su estructura socioeconómica, los acontecimientos de los años veinte y del periodo republicano, los pormenores de la represión registrada en 1936, y la gestión del ayuntamiento franquista y la compra del pueblo por parte de la Diputación y el posterior reparto en los años cuarenta. Para todo ello, el citado historiador ha añadido a las informaciones recopiladas por José Mari, otros muchos documentos que he localizado en diversos archivos. Sartaguda (Navarra).
El libro también cuenta con un prólogo confeccionado por Carlos Martínez en representación de la Asociación Pueblo de las Viudas y con unas notas preliminares de Roldán Jimeno.
En el libro se intenta ir más allá de las víctimas, profundizando en la magnitud de lo que ocurrió, en sus causas y en sus responsables. Esa intención coincide con el interés de los familiares de las víctimas por cuanto éstos, además de por la salvaguardia de la memoria de sus padres y parientes, mostraban gran interés por conocer los motivos de lo acaecido.
Se han intentado vincular los fenómenos y los procesos experimentados en la comunidad con las registradas en el plano global de la región o del estado. El análisis microhistórico ha permitido la aproximación a las realidades personales y grupales del pueblo, posibilitando la comprensión de la relación mutua entre las estructuras globales y la praxis de los sujetos, así como las relaciones de dominación y las redes de todo tipo existentes en la localidad. También se ha llevado el estudio lo más atrás en el tiempo, pensando que sería la estrategia más acertada de cara a conocer las claves de la barbaridad que sucedió en Sartaguda. No hay que olvidar que el periodo 1919-1923 fue un periodo de gran agitación social en el pueblo, provocada por renteros medianos esencialmente.
Quizás los aspectos del libro más interesantes para el público en general sean los relativos a la magnitud de la limpieza política vivida en Sartaguda.
Sartaguda, pueblo del que la práctica totalidad del término era propiedad del Duque del Infantado, siendo las tierras cultivadas por renteros con explotaciones de muy diferentes dimensiones, es el pueblo mártir por excelencia, con una tasa de 67,6 asesinados por cada mil habitantes, una tasa que dobla la de los otros pueblos que también sobrepasaron los 30 asesinados (Cárcar, Lodosa y Mendavia). Desde otro punto de vista, en Sartaguda habría sido aniquilado el 40 por ciento de los votantes masculinos al Frente Popular, una cifra muy alta, si bien algo más baja que la estimada para otros pueblos como Allo, Marcilla, Corella o Funes. Sartaguda (Navarra). Casa consistorial.
Entrando en más detalles, la limpieza política se abatió esencialmente sobre unos segmentos de edades concretos: el 41 por ciento de los hombres de entre 25 y 29 años fueron exterminados, llegando esa proporción al 49 por ciento entre los hombres de entre 30 y 34 años. Por lo tanto, fueron los hombres cuya actitud reivindicativa se desarrolló durante la Segunda República los más afectados. Llama la atención el hecho de que de entre las personas que protagonizaron las movilizaciones entre 1919 y 1923 no haya prácticamente asesinados.
Fueron los jornaleros en general, pero sobre todo, los jornaleros de las generaciones entre 20 y 39 años, los que sufrieron en sus carnes la mayor parte de la matanza. La proporción de jornaleros asesinados sobre el total de personas asesinadas por tramos de edades ascendió a cuatro de cada cinco en el tramo de 25 a 29, a tres de cada cuatro en los tramos de 20 a 24 y de 35 a 39 y a tres cada cinco en el tramo de 30 a 34. Además, los jornaleros asesinados representaban una porción cuantiosa de los jornaleros totales. En los tramos de edad de 25 a 29 y de 30 a 34 fueron eliminados uno de cada dos braceros.
La mayoría de los asesinados a partir de los 25 años eran cabezas de familia con mujeres y/o hijos a su cargo. Por consiguiente, queda claro que la limpieza política tuvo como objetivo esencial a los jornaleros que tenían, a causa de sus circunstancias vitales, necesidad de cultivar más tierra de aquélla a la que podían optar. Ligado con esto, no hay que olvidar que el ayuntamiento de izquierdas de la etapa republicana, y las organizaciones que lo sostenían, se posicionaron en más de una ocasión a favor de la cesión de tierra por parte de la administración de la casa ducal para los más necesitados, esto es, los renteros con explotaciones de menor tamaño y los jornaleros, llegando a obtener logros sustantivos.
Por otra parte, la limpieza política golpeó duramente a los militantes de los partidos republicanos y de los sindicatos de izquierda. La mayor parte de los componentes de las juntas directivas de la Sociedad de Trabajadores de la Tierra, adscrita a la UGT, sería asesinada. De los 143 afiliados de la UGT serían asesinados 45, perdiendo la vida en el frente 4. También fueron aniquilados casi todos los cenetistas.
La limpieza política registrada en Sartaguda fue más abyecta, si cabe, si consideramos el hecho de que algunos clanes familiares padecieron la violencia asesina en una magnitud ciertamente espectacular. En la familia del alcalde, por ejemplo, hemos contabilizado once parientes asesinados. También hay que hablar de lo apropiado de la denominación Pueblo de las Viudas para la localidad. Si en 1935 se contabilizaba solo una viuda por debajo de los 40 años, en 1940 se computaban 40. Además de la aproximación cuantitativa, hemos localizado diversos testimonios acerca de la penosa situación material en que quedaron las viudas. Además, muchas mujeres añadieron al dolor por la pérdida de los seres queridos el agravio de ser rapadas en público y de ser humilladas ante los vecinos. Nota: JIMENO JURÍO, J. M. y MIKELARENA PEÑA, F., Sartaguda 1936. El Pueblo de las Viudas, Pamplona, Pamiela/Udalbide/Euskara Kultur Elkargoa, 2008. Este libro ha sido presentado el 8 de mayo en Sartaguda como un volumen dentro de las Obras Completas de Jimeno Jurío. El acto fue un prólogo de la inauguración el 10 de mayo del Parque de la Memoria en la misma localidad, que recuerda a las víctimas sartagudesas y a las de toda Navarra.