400 Zenbakia 2007-06-22 / 2007-06-29

Elkarrizketa

César Sarachu. Actor: Es increíble que la profesión de actor de teatro sea anónima

BREA, Unai

Conocido entre nosotros por sus sketches en Internet y, especialmente, por su papel de Bernardo en la exitosa serie Camera Café, que emite actualmente Telecinco, el baracaldés César Sarachu es un excelente actor que ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el extranjero. Debido a la falta de oportunidades en España, completó su formación en París, e inició una trayectoria que le llevó a Suecia, el país que más le ha visto trabajar, y en el que reside. Desde allí ha contestado a nuestras preguntas.

¿De dónde le viene la vocación de actuar?

No diría yo vocación. Lo que siempre he tenido es una necesidad de dejar salir los sentimientos, algo que en la vida real no he sabido muy bien cómo hacer, pero que en escena ha sido un motivo de placer.

¿Y qué oportunidades tuvo para empezar? Hace algunos años, las posibilidades de formarse como actor en Euskadi no eran especialmente grandes... De hecho, siguen sin serlo, diría yo.

Sí, desgraciadamente sigue sin existir una escuela oficial. ¡Una pena! Mi generación fue de las primeras que creyó en un futuro dentro de esta profesión pasados los años de juventud. Yo tuve la suerte de conseguir una beca de la Diputación de Bizkaia para poder ir a París, algo que necesitaba con toda mi alma. Había perdido la ilusión, y necesitaba una formación seria, que alguien me explicara cómo trabaja un actor, que me dieran herramientas para sentir que podía ponerme en el escenario y dar algo al público. No me cogieron en la RESAD de Madrid, y creo que me hicieron un favor, porque acabé en una de las mejores escuelas que existen: la de Jacques Lecoq.

Ha actuado mucho en el extranjero, de hecho actualmente vive usted en Estocolmo, donde es miembro de la compañía Unga Klara. ¿Qué trabajos ha hecho?

En Unga Klara, bajo la dirección de Suzanne Osten, se hace un trabajo muy relacionado con la realidad y la problemática de niños y jóvenes. En los cinco años que he trabajado allí he hecho obras de teatro sobre el suicidio en adolescentes, sobre niños soldados, sobre identidad sexual sobre gente que deja su país en busca de algo mejor y pierde en el trayecto a sus seres queridos, su salud, su esperanza... O sea, un teatro que quiere hablar de temas importantes, de lo que preocupa a los jóvenes. Aparte de esto, he hecho cine, televisión... pero menos que teatro, que ha sido mi trabajo principal estos años.

Aquí se le conoce por Camera Café. ¿Cómo llegó a la serie?

Llegué de la mano de Luis Guridi, director de la serie, con el que ya había hecho antes otras cosas: el Canalone, los Güebones...

¿Ha hecho en el extranjero algo para televisión o cine?

Sí, he filmado en Suecia, Londres y París.

Y al revés, ¿ha hecho teatro aquí?

Hace muchos años que no hago teatro aquí. Porque me exigiría estar mucho tiempo fuera de casa, y eso se me hace demasiado doloroso. Pero quiero volver a hacerlo lo antes que pueda, cuando mis hijas hayan crecido.

¿Qué tal se lleva lo de vivir en Estocolmo e ir a Madrid a grabar?

Sobre todo, es duro para mi familia. Yo, mientras ellas aguanten, lo llevo bien, disfruto de este trabajo y los viajes los aprovecho para leer, escribir...

Su personaje de camera Café es un poco, no sé cómo decirlo, rarito. Pero supongo que con su trayectoria habrá hecho papeles de todo tipo...

He hecho de todo y es lo que me gusta. En mi último trabajo en el cine, en Estocolmo, una película titulada “När mörkret faller”, interpreto a un padre que con la ayuda de la familia mata a su hija, un “Crimen de Honor”... Como se puede imaginar, ¡nada que ver con Bernardo!

¿Y qué tipo de papeles le gustan? ¿Qué tipo de teatro?

Papeles, cualquiera que tenga vida. Teatro, que no sea sólo palabra, que use todos los medios de que se dispone: movimiento, música, imagen, color... y que trate de temas vivos. Me gustan Mnouchkine, Brook, Complicité...

Por cierto, yo diría que por estos lares se sabe más bien poco del trabajo que hace usted en Suecia, Inglaterra...

Tampoco es raro. La profesión de actor de teatro, que es lo que yo más he hecho, es bastante anónima. Lo cual es increíble, casi absurdo; es la capacidad que tiene la televisión para convertirte en una cara conocida.

¿Qué encuentra un actor en Suecia que no encuentre aquí? ¿Mayor reconocimiento, quizá?

En realidad, la elección no fue profesional, sino familiar. Yo quiero regresar poco a poco, ya me siento un poco de vuelta...

¿Es César Sarachu alguien famoso en Suecia, o simplemente conocido, o menos que eso, o...?

A nivel de la calle soy un desconocido (de lo cual, visto lo visto, me alegro). Soy conocido dentro del mundo de los profesionales del teatro.

¿Cómo es vivir en Estocolmo? De buenas a primeras suena a bastante frío, en todos los sentidos.

Estocolmo es una ciudad muy hermosa. El invierno es duro, no por el frío sino por la oscuridad. Ver aparecer la primera flor en primavera es todo un acontecimiento para los suecos. La primavera y el verano son hermosos, llenos de luz. Al principio, el despertarme a las tres de la mañana con luz me confundía, ahora me parece muy bello. Y el carácter sueco, pues... hay algo de sus colores que me resulta cercano, pero hay algo oscuro, estricto, que me aleja de ellos.

Ganas de volver, ha mencionado usted ¿Qué necesitaría para ello?

Ya le digo que me siento ya volviendo. Siento que me falta, sobre todo, lo que ha sido mi pasado. Pero por supuesto, profesionalmente quiero participar en proyectos interesantes, que me aporten algo.

¿Qué tal se defiende con el sueco? ¿Es el idioma que usa habitualmente en Estocolmo, o usa más el inglés?

Creo que hablo bien el sueco. Es el idioma que uso en la calle y en el trabajo, y ya le digo que he hecho teatro, cine... hasta radio. Pero cuando estoy en casa sólo hablo español.

Volviendo a Camera Café, ¿por qué triunfa?

Triunfa porque es una buena idea realizada por un equipo sobresaliente, dirigido por Luis Guridi, un director también sobresaliente.

¿Tenemos Camera Café para rato? Y si es así, ¿tenemos Bernardo para rato? quiero decir interpretado por usted, por supuesto...

Creo que es posible que haya Camera para rato, pero el trabajo se hace día a día, a mí me preocupa la grabación de mañana. Lo mismo que Bernardo, hay que ir día a día.

Hizo usted unos pequeños sketches en Los Güebones, que se pueden ver (y se ven bastante creo) por Internet. ¿La red es hoy en día un buen instrumento para que un actor se dé a conocer? No lo sé. Mi experiencia es que Internet es bueno para mostrar trabajos, pero la oferta es tan enorme que, como actor, el riesgo es que acabes siendo “uno que sale en Internet”. No hacen falta nombres ni apellidos, la gente comenta lo que ha visto, pero a menos que seas ya conocido, nadie se queda con tu nombre. No obstante, como digo, es una manera de mostrar lo que se quiere hacer. César Sarachu Izquierdo

(Barakaldo, 1958) Su primer contacto con el mundo de la interpretación tuvo lugar en el Taller de Teatro del Campus de Leioa, en la UPV-EHU, con Luis Iturri. De allí pasó a la Escuela de Teatro de Basauri, y posteriormente a la compañía Karraka. Finalmente, una beca le permitió acudir a la Escuela de Jacques Lecoq, en París. Ha trabajado en Londres con Theatre de Complicité, primero en el Nacional Theater y más tarde de gira por todo el mundo. En la capital inglesa ha hecho, así mismo, trabajos para el cine (con los Brothers Quay), al igual que en París (con Aurelia Georges). No obstante, el principal escenario de su carrera profesional ha sido Estocolmo, donde ha hecho cine (con Anders Nilsson, Reza Parsa...), televisión, radio y, sobre todo, mucho teatro, los últimos años en la compañía Unga Klara-Stadsteater. Actualmente compagina sus trabajos en Suecia con la grabación en Madrid de la serie Camera Café.