393 Zenbakia 2007-05-04 / 2007-05-11
Bermeo en sus documentos. Siglos XV y XVI es el resultado de varios años de investigación centrados en la búsqueda, edición y estudio de un corpus de documentos bermeanos correspondientes a los siglos XIII, XIV, XV y XVI. Pretendo con él ofrecer un conjunto documental inédito que permita iniciar el análisis de la historia lingüística de esta villa, situada en el noroeste de la costa vizcaína.
La presente investigación surge como respuesta a la carencia de un corpus tardomedieval editado y analizado para la villa de Bermeo, por lo que se ha intentado paliar esta laguna con la reunión de un conjunto de documentos, a partir de los cuales se ha realizado los diferentes estudios ya expuestos.
Como marco preliminar a los distintos análisis, se ha realizado en primer lugar una breve síntesis del proceso histórico y económico que da lugar a la conversión de Bermeo en capital del Señorío de Vizcaya y a su posterior decaimiento a favor de Bilbao a mediados del XV, un proceso que, por otra parte, ya había quedado perfectamente delimitado por los trabajos de diferentes especialistas, de cuyas investigaciones se deduce cuáles son los factores económicos y sociales que desencadenan este fugaz descenso de Bermeo en favor de otra importante urbe vizcaína. Esta circunstancia se observa también a través de este corpus documental, que no sólo supone una fuente para el conocimiento de la economía pesquera y rural de la Baja Edad Media en esta zona costera de Urdaibai, sino que también aporta datos sobre el comercio y la industria, especialmente en relación con el interés que la villa tiene en controlar las rutas de tráfico comercial, datos de que podrán ser objeto de atención de otros especialistas. 1. Constitución del corpus: investigación archivística y selección documental
En lo que se refiere al aspecto documental, el corpus es el resultado, en primer lugar de la investigación archivística llevada a cabo en 101 archivos y de una lectura voluminosa en distintas colecciones de fuentes documentales, que ha permitido obtener información sobre otros fondos y localizar 93 documentos comprendidos entre los siglos XIII al XVI.
De entre ellos, se ha seleccionado una treintena, atendiendo a criterios de autenticidad documental y a la identidad del escribano que suscribe el escrito, puesto que se han descartado aquellos textos suscritos por notarios que no pertenecían a la nómina del número o del concejo de la villa. Una vez hecha la selección, los textos se concentran, especialmente, en los archivos de Lekeitio (10 documentos), Archivo General de Simancas (14) y Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (3) y de forma testimonial en el Archivo General de Navarra (1), Archivo Municipal de Arrasate (1) y Archivo Histórico Nacional (1). 2. Noticias sobre el oficio del notariado en Bermeo
Se ha realizado un estudio específico sobre la institución notarial y la figura del escribano como individuo que ejerce una actividad profesional. Dentro de este marco, se han reunido datos sobre las escribanías en torno a diferentes noticias: a) la actividad profesional del escribano, a partir de las menciones como autores de la escrituración o por intervenciones estrictamente personales. b) las referencias indirectas en citas de otros documentos que aportan noticias sobre escribanos de los que no se han conservado registro alguno. Esta vertiente constituye una de las aportaciones de mayor interés, puesto que se ofrece una información de incuestionable valor para conocer el protagonismo de estos profesionales en la vida económica, social y cultural de la villa. Este capítulo constituye en sí mismo una unidad de investigación, cuya redacción venía exigida por la ausencia de noticias precedentes no sólo sobre el notariado de Bermeo sino en general de la costa vizcaína.
En este plano, hay que decir que las primeras referencias a las escribanías del número bermeanas identificadas datan del siglo XIV, aunque por ahora la primera fórmula de suscripción en la que aparece el escribano del número corresponde a 1508. Posiblemente, la villa tendría por privilegio la facultad de dar el título y la posesión en la escribanía del número; ahora bien, como se observa, el documento 16 constituye un testimonio de la degradación del oficio y de la indiferencia real ante este derecho de elección y presentación, indiferencia que originó continuas protestas en Bermeo y en otras villas vizcaínas que reclamaron a menudo que sus escribanos fuesen vizcaínos y que se respetase la nómina numeral de cada villa.
Se han aportado así mismo datos sobre las funciones del escribano público del número: el ejercicio de la fe pública en su escribanía y la colaboración con las autoridades concejiles. Esta primera función se observa en gran parte de la documentación, ya que los escribanos del número redactaban o mandaban redactar y daban fe de requerimientos, asistían a probanzas o daban fe de todo un proceso en documentos que solían ser solicitados con frecuencia por los interesados y de los que el escribano facilitaba la copia correspondiente.
Por lo que se refiere a la elaboración de un censo de escribanos, la falta de registros notariales me ha impedido reconstruir la sucesión de cada una de las escribanías del número de Bermeo, y por ello en el listado elaborado sólo se recoge la primera referencia en la que el escribano se intitula como del número de la villa, con independencia de que hubiese actuado con anterioridad. De esta forma, se identifica sucesivamente a 33 escribanos del número, que actúan entre 1321 y 1571.
En relación con esta nómina de notarías, hay que tener en cuenta dos aspectos: el primero se refiere a la intitulación, ya que la mayor parte de estos escribanos aparecen ya como tales antes de actuar como escribano de número de la villa; se trata, posiblemente, de notarios reales, amanuenses y aprendices, que no han logrado entrar todavía en el número de la villa. El segundo concierne a la homonímia, que ha generado numerosos problemas de identificación.
La búsqueda de primera mano en la documentación me ha permitido también reconstruir un repertorio hasta ahora no elaborado de escribanos que desempeñaron la escribanía del concejo de Bermeo. La lista se reduce a ocho individuos -comprendida su actuación entre 1485 y 1551-, debido a que tan sólo se dispone para la identificación de la intitulación del escribano o de alguna referencia explícita que permite encuadrarle en la nómina concejil.
En cuanto a la formación de los notarios, no hay para el periodo estudiado contratos que pongan al descubierto la relación laboral entre los escribanos y sus aprendices, aunque sabemos que el aprendizaje se llevaba a cabo a través de las propias actuaciones escriturarias junto al notario titular, de las que incluso en un documento de 1508 tenemos manifestación explícita.
En este sentido, en el caso de Juan de Belendiz sí se ha podido reconstruir al menos parcialmente el itinerario de su formación: en el primer cuarto del s. XVI este escribano sirvió en la corte como criado del secretario Castañeda y posteriormente, en el segundo cuarto del s. XVI accedió a una escribanía del número en la villa.
En relación con la identificación de escribanías a partir de criterios diplomáticos, hay que destacar tres aspectos importantes: en primer lugar, en los documentos bermeanos, los escribanos se intitulan “escribano e notario”, con independencia de la tipología documental. Ahora bien, en algunas escrituras la presencia de un notario apostólico e imperial, o de la cámara del rey, se justifica por la importancia del documento. En segundo lugar, el destinatario del documento puede ser factor determinante en la elección del notario, tal y como se ha observado de forma evidente en el documento 29. En este escrito el enfrentamiento entre la oligarquía local por la distribución de los puestos concejiles influye no sólo en la elección del redactor del texto, sino también en la tipología documental y en la mofología escrituraría.
El último aspecto y el más desarrollado de este capítulo es el análisis de la suscripción notarial y de su relación con la posible presencia de varias manos en la redacción del documento. Se identifican a menudo, en efecto, cambios de mano en los documentos que prueban la actuación de segundas o terceras personas junto al notario titular, aunque no resulta factible es determinar, a través de la suscripción notarial, el grado de participación de esas personas en la ejecución material de los correspondientes instrumentos. Con todo, se puede afirmar que el oficio notarial en Bermeo, durante el periodo estudiado se estructura, cuanto menos, en torno a dos jerarquías, a saber: el escribano público del número, de un lado, y aprendices o amanuenses, de otro y que ambos tienen una distribución específica de funciones: el escribano manda escribir, signa y testifica, mientras que los escribientes escriben el mundum y testifican. Ahora bien, en los documentos de este corpus escribientes o amanuenses no dejan constancia de su labor como redactores del mundum a través de su firma, si bien su presencia queda reflejada en la subscripción a través de la iussio notarial, cuando se señala “fiz escrivir”. Esta publicación recoge algunos de los capítulos que formaron parte de la tesis titulada Documentación tardomedieval de Bermeo: edición y estudio y que bajo la dirección de la doctora Carmen Isasi fue defendida el 27 de julio de 2005 en la Universidad de Deusto, obteniendo como resultado por parte del tribunal la calificación de Sobresaliente cum laude.