274 Zenbakia 2004-10-29 / 2004-11-05

Efemerideak

Efeméride. Pablo Antoñana Chasco, escritor, nace en Viana el 29 de octubre de 1927



Hijo de maestro de pueblo, durante su infancia conoció bien el ambiente rural del peonaje, de los mayorales y de las familias hacendadas que tan vivamente reflejaría luego en sus novelas. Estudió Magisterio en Logroño y Derecho en la Universidad de Zaragoza, ciudad donde publicó sus primeros trabajos literarios en periódicos y revistas de la época. Ha ejercido hasta su jubilación como secretario de ayuntamiento.

A los 32 años escribe su primera novela, El capitán Cassou, No estamos solos (1963), La cuerda rota (1995). El sumario, el dilema de un juez (1964), Pequeña crónica, 1975. Relato cruento (1978). Entre 1962 y 1977 Antoñana mantuvo la sección dominical “Las tierras y los hombres” en el periódico “Diario de Navarra”. Entre los años 1983 y 1986 colabora con “Navarra hoy” y posteriormente lo hace en “Diario de Navarra” y “Diario de Noticias”. En 1990 publica Noticias de la Segunda Guerra Carlista y en 1993 reúne en La vieja dama y otros desvaríos varios relatos y dos novelas cortas. En 1996 recibe el Premio Príncipe de Viana. Un año después salía Despropósitos y en 1999 Extraña visita y otras historias. En 2001 recopila en Último viaje y otras fábulas. Pablo Antoñana Chasco.

Para este autor la literatura es “compromiso con la hora y el tiempo que se vive”. La novela es testimonio, denuncia y cauce de los problemas sociales. De ahí su insistencia en hablar de la guerra, la injusticia, la maldad, el fracaso o la pobreza. Ambientadas en un universo rural, Antoñana recoge bien la vida triste de los peones, campesinos asalariados y jornaleros, que enfrenta al poder de caciques y terratenientes. En todas sus novelas aparecen dos grupos dialécticos enfrentados e irreconciliables: los poseedores y los desposeídos. Inscrito en el realismo social propio de la literatura española de los 50, Antoñana conjuga el vanguardismo faulkneriano con la tradición literaria autóctona. (Martín Nogales, 1989).

Con un estilo literario que abunda en detalles naturalistas, el empleo de imágenes simbólicas y la recreación de personajes desoladores, Antoñana compone una literatura realista y testimonial, intencionalmente crítica y desesperanzada, de la que emana una visión desolada del hombre.

Entrevista en Euskonews