231 Zenbakia 2003-11-21 / 2003-11-28

KOSMOpolita

El nombre de nuestra tierra (I de II)

AUZA, Gonzalo

Menu KOSMOPOLITA Aurreko Aleetan Inicio > EM 231 > Kosmopolita -->

2003/11/21-28 El nombre de nuestra tierra (I de II) Gonzalo Javier Auza

Estas reflexiones surgieron al constatar que en los documentos escritos de la diáspora –al igual que en la expresión verbal cotidiana y en el desarrollo de la labor de difusión cultural- en muchas oportunidades se hace mención a la tierra de los vascos de una manera sumamente variada.

Algunas personas de Euskal Herria han notado, a su vez, que en la diáspora se aceptan términos de manera acrítica en numerosas ocasiones, desconociendo la denotación precisa y connotación que cada uno de ellos tiene, de tal modo que el sentido de lo que se quiere expresar se presta a confusiones, según quién sea el interlocutor, especialmente en algunos lugares de Euskal Herria.

En el caso de los vascos hasta el modo de nombrar a la tierra, lamentablemente, es un tema de conflicto: ¿Euzkadi? ¿Euskadi? ¿Euskal Herria? ¿País Vasco? ¿Vasconia? ¿Vascongadas? ¿Provincias? ¿Territorios? Cada expresión tiene su historia y una carga de sentido muy precisa.

Mapa editado en el año 1933 por "Beñat idaztiak"

Si bien las distinciones entre estos términos quizá no se pueden hacer de modo taxativo, queremos intentar una aproximación preliminar al tratamiento abierto del tema.

Evidentemente sobre estas cuestiones será tarea casi imposible lograr un acuerdo unánime, pero quizá sea oportuno como mínimo llamar la atención sobre una cuestión de importancia. Expresiones

Todas las reuniones de la diáspora son una ocasión especial para verificar esta problemática que señalamos. El Primer Congreso Americano de Centros Vascos realizado en Buenos Aires en 1997 elaboró un documento como conclusión en el cual los términos “País Vasco”, “Euskadi” y “Euskal Herria” se utilizan de modo indistinto como si se tratara de denominaciones equivalentes. En una lectura rigurosa aparecen apartados donde no es claro si lo expresado se refiera a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa o a todo el conjunto de los territorios vascos.

Los Congresos Mundiales de Centros Vascos, por su parte, elaboran un documento final que establece las bases de actuación del Gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca y de los centros para un período de cuatro años (según la ley 8/1994 de Relaciones con las Colectividades y Centros Vascos en el exterior de la Comunidad Autónoma del País Vasco). Allí también aparecen señales confusas al momento de hablar de la tierra. Indicación de "Tierra de Bascos" en escudos del Libro de armería del reino de Navarra. Fechable entre 1572 y 1575

Los Congresos señalados tienen una peculiaridad que no siempre es notada en toda su hondura: son organizados por el gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca, pero los participantes, originarios de todos los países de la diáspora, son descendientes de vascos emigrados de todo Euskal Herria.

Por eso, las expresiones de cada informe elaborado en ese contexto no pueden tomarse de modo ingenuo, especialmente cuando está involucrado un gobierno específico. Si bien muchos consideran al gobierno de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa como el referente destacado del mundo vasco y, como tal, lo ven como “el“ gobierno, no es en vano tener presente la distinción entre el gobierno de tres territorios de Euskal Herria y una instancia que no existe como órgano ejecutivo de todos los vascos. Sobre todo cuando en Nafarroa e Iparralde existen otras sensibilidades que abogan por la unidad política pero desde una concepción diversa o con matices respecto al modo en que se ven estas cuestiones en la Comunidad Autónoma. Todo lo anterior sin dejar de tener en cuenta que existen muchos que no promueven una unidad política general, pero tienen un auténtico sentimiento vasquista.

Algunas personas no bien formadas de la diáspora (muchos no conocen con precisión los límites geográficos y fronteras internas de Euskal Herria) pueden llegar a confundirse cuando el lenguaje no es claro.

Estas peculiaridades que mencionamos de los Congresos se trasladan siempre al papel en los documentos emitidos por esas reuniones, que son elaborados con la intervención de toda la diáspora. El Plan Cuatrienal de 1996-1999 (diseñado en el Congreso de 1995), por ejemplo, utiliza el término “Euskadi” en toda la extensión del texto de un programa para ser ejecutado por las agencias gubernamentales de la Comunidad Autónoma Vasca y por los centros vascos que con ellas guardan una relación institucional permanente. El Plan Cuatrienal 2000-2003 preparado en el Congreso de 1999, por su parte, usa las expresiones “Euskadi” y “Euskal Herria” de modo indistinto, sin diferenciar claramente unidades políticas y unidades culturales. La propuesta de Plan Cuatrienal 2004-2007 surgida del último congreso realizado en julio de este año en Gasteiz no sólo continúa la línea de uso indiferenciado de los nombres “Euskadi” y “Euskal Herria” sino que va más lejos, pues llega a decir en un párrafo: “…declaramos, sin embargo, unánimemente nuestro sentimiento doble de identidad y pertenencia a este País Vasco, Euskadi o Euskal Herria y al país que nos acogió…”. A esta altura cabría formular la pregunta: ¿Es lo mismo “País Vasco”, “Euskadi” y “Euskal Herria”? Merindad de Ultrapuertos en un fragmento de una mapa del siglo XVII. Aparece el nombre "Basques"

El Estatuto de Gernika dice en su artículo 1: “El Pueblo Vasco o Euskal Herria, como expresión de su nacionalidad, y para acceder a su autogobierno, se constituye en Comunidad Autónoma dentro del Estado español bajo la denominación de Euskadi o País Vasco”. Ahora bien, es notorio que “Euskal Herria” en este contexto significa “el pueblo vasco” y no se refiere al territorio, aunque la expresión admite las dos acepciones. Del mismo modo, hay acuerdo unánime y es general el uso de la expresión “Euskal Herria” para referirse a todo el conjunto antropológico-cultural vasco. Así, la denominación correcta de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en su conjunto y según el ordenamiento jurídico actual debería ser “Comunidad Autónoma Vasca”, “Euskadi” o “País Vasco”. Entonces, la confusión de términos en los documentos referidos anteriormente es, como mínimo, curiosa.

Es cierto que hay una acción en el exterior del gobierno vasco a favor de la cultura de todo Euskal Herria -a diferencia de lo que practican otras instancias políticas- y un liderazgo natural dentro del espacio vasco global. Esto no obsta para hacer las diferenciaciones necesarias a la hora de distinguir a la Comunidad Autónoma y a todo Euskal Herria como unidad cultural -o incluso como proyecto político-; algo que parecería prudente.

Los casos ejemplares señalados, que llevan a confusión, son una ocasión oportuna para realizar unas distinciones, que para un vasco de Europa pueden parecer excesivas pero que en la diáspora no siempre se abordan en toda su profundidad. Idioma – gentilicio – país

Primeramente, es necesario reconocer que en el caso vasco lo primero es el idioma; luego, del nombre del idioma se deriva el nombre de quienes lo hablan (o gentilicio); y, finalmente, el conjunto de los hablantes del idioma da nombre al país. Así, el idioma euskera o euskara da origen a “euskaldunak” (“quienes tienen el euskera”, el nombre más antiguo conocido en esa lengua que los vascos se dieron a sí mismos) y de allí se deriva “Euskal Herria” (que sería: “la tierra de quienes hablan el euskera”).

Es notorio que el gentilicio concebido de esta manera, como sucedió antiguamente, es difícil de encajar en el mundo moderno; tanto porque no todos los vascos hablan el euskera como porque no todos los habitantes de Euskal Herria son vascos; lo que nos leva a un problema filosófico casi eterno: ¿Quiénes son vascos? Si el idioma es más que fundamental en este caso podríamos considerar vasco a un hablante de euskera que no hubiera nacido en Euskal Herria ni tuviera ascendencia allí (e incluso que ni siquiera habitara ese solar); y de la misma manera no consideraríamos vasco a un nacido en esa tierra con toda su ascendencia en ese lugar, pero que careciera de los conocimientos del idioma. A raíz de esta cuestión en el siglo XIX se acuñó otro término en euskera, “euskotar”, para designar a los habitantes del país aunque no fuesen vascoparlantes, que es equivalente a “vasco” en castellano. Representación del istmo pirenaico en la Cosmografía de Ptolomeo. Códice del siglo XV

Para este trabajo utilizaremos el término Euskal Herria como expresión geográfica del solar vasco y como denominación cultural, sin distinguir a sus habitantes entre hablantes y no hablantes de euskera. Euskal Herria

Este nombre -“Euskal Herria” según su forma normalizada actual, pero que se ha escrito anteriormente de diversas maneras- es la expresión ampliamente reconocida y de uso generalizado como abarcativa de todo el conjunto territorial vasco y de la unidad cultural conformada por sus habitantes a lo largo de la historia. Significa “la tierra de los vascos” o -menos común- “el pueblo vasco”.

Puede considerarse un concepto político, como de hecho sucede desde la izquierda abertzale; pero es, sobre todas las cosas, un nombre que apela indiscutiblemente a una unidad cultural.

Un informe aún inédito de Euskaltzaindia de julio de 2003 titulado “Informe de la Real Academia de la Lengua Vasca / Euskaltzaindia sobre la denominación Euskal Herria”, elaborado a petición del gobierno vasco y en el que se aboga por el uso de “Euskal Herria”, señala: “Desde hace siglos existe un empleo generalizado de la denominación Euskal Herria para designar un territorio con rasgos culturales bien definidos, por encima de fronteras político-administrativas y por encima también de las diferencias históricas. La denominación procede de las palabras vascas euskara + herri, literalmente ‘el país del euskara o del vascuence’, donde puede reconocerse la forma euskal, corriente en composición (cf. aizkora ‘hacha’, pero aizkol apustu ‘apuesta de hachas’, etc.). Hay que hacer notar igualmente que no resulta extraño el uso en plural: euskal herriak, cuyo sentido primigenio es asimismo ‘las tierras del vascuence’. El hecho de que se escribiera en minúscula es revelador de ese sentido original”.

Más adelante, el mismo informe explica que “es reseñable la confusión del Art. 1 del Estatuto de Autonomía del País Vasco (1979), cuando dice: “El Pueblo Vasco o Euskal- Herria [...] se constituye en Comunidad Autónoma dentro del Estado Español bajo la denominación de Euskadi o País Vasco”. Ya en tiempos del Consejo General Vasco, la Real Academia de la Lengua Vasca / Euskaltzaindia, en sesión celebrada en su Delegación de Baiona, el 26 de enero de 1979, acordó por unanimidad dirigir un escrito a su Presidente, pidiendo que no fuera ‘relegada la palabra tradicional Euskal Herria’. Personalidades destacadas, como el ensayista José Miguel de Azaola y otros muchos, mostraron abiertamente su desacuerdo por el texto de dicho Artículo y la pretensión –velada o no– de eliminar el nombre Euskal Herria”.

Así, Euskaltzaindia, indica que “ajena por completo al terreno político y por encima de todo credo e ideología, y respondiendo a uno de los fines fijados en el Real Decreto 573/1976, de 26 de febrero, por el que se reconoce a Euskaltzaindia – Real Academia de la Lengua Vasca, a saber, el fin de tutelar la lengua, no puede menos de reiterar la propiedad e idoneidad de la denominación Euskal Herria, nombre que pertenece a todos y que en modo alguno debe tomarse en sentido partidista, como lamentablemente ha sucedido y sucede. Todo ello sin perjuicio, claro está, de los nombres de cada uno de los territorios ni de las denominaciones político-administrativas”. La Novempopulania y vías romanas, según M. François St.-Maur

De modo que según la Academia el nombre “para el conjunto de las siete provincias o territorios” es, por “propiedad, corrección e idoneidad”, Euskal Herria. Señala, además, que este nombre no es “asimilable ni equivalente a cualesquiera realidades político-administrativas”. Así, cualquier uso de “Euskal Herria” con referencia a una parte del todo aparece como incorrecto. Vasconia

Originalmente este término expresaba el territorio ocupado por los vascones, aunque también por extensión se aplicó como nombre del territorio ocupado por todas las tribus vascas.

Su uso tuvo diferentes acepciones y fue más o menos abarcativo según cada período histórico. A fines del siglo XIX hubo un uso masivo del término, pero luego cayó en desuso con la aparición del nacionalismo. Es que Sabino Arana rechazó las expresiones “vasco”, “vascuence”, “vascongado” y “Vasconia” y las sustituyó por palabras derivadas de “eusk_”.

Actualmente el nombre cobró nueva vida como expresión castellana del término en euskera “Euskal Herria”, es decir que se usa para designar a toda la comunidad histórico-antropológica vasca al hablar en aquel idioma.

Podría decirse que esta palabra castellana es la que expresa de modo más amplio en este idioma al conjunto de los territorios vinculados al pueblo vasco; es decir las tierras que ocuparon antiguamente los pueblos vascón, várdulo, caristio, autrigón, berón y novempopulano. Esos territorios corresponden de modo general con la geografía de la actual Comunidad Autónoma del País Vasco, la Comunidad Foral de Navarra y el llamado País Vasco continental: Lapurdi, Zuberoa y Baxenafarra. Fuera de toda discusión política esta expresión antigua abarca a todo el conjunto cultural y antropológico vasco.