Josu ARAMBERRI, coordinador de la Red Académica i2BASK
:: Torres Quevedo, el otro Leonardo (I/II)
3. Historias de la frontera
3.1. Introducción
Uno de los apartados más ignorados de los antepasados de Leonardo es el origen mexicano de su abuelo José Luis Torres Vildósola. Alguno de sus biógrafos cita este origen con precaución, indicando que pudiera ser hijo de presidiario. Pero la realidad es muy distinta. Su familia estaba relacionada con las élites locales de militares, terratenientes y mineros que gobernaban los territorios del norte de México.
La minería es precisamente una actividad muy relacionada con la ingeniería y la ciencia. Como ejemplo de la época citaremos a Fausto Elhuyar, descubridor del wolframio, que permaneció 33 años en México como Director General de Minería, desde 1789 a 1822.
José Luis Torres nació en el Presidio de Fronteras (Estado de Sonora), y se trasladó al País Vasco en 1776 con 4 años de edad. Era hijo póstumo de un teniente de dragones, y volvía a España con su madre viuda, y sus abuelos maternos. Su abuelo, Gabriel Antonio de Vildósola, había sido capitán del Presidio de Fronteras. Y su abuela era hermana de Juan Bautista de Anza, el militar que exploró por vez primera la bahía de San Francisco. Pero no adelantemos acontecimientos...
3.2. Gabriel Antonio de Vildósola, capitán de dragones
Gabriel Antonio de Vildósola (Castillo-Elejabeitia 1722 - 1778) marchó a México en su juventud, adquiriendo un rancho en el estado de Sonora en 1750, justo un año antes de la rebelión de los indios pimas. Se había casado cuatro años antes con Gregoria de Anza en el Real de Minas de Basochuca. Hasta que se sublevaron en 1751, los pimas habían sido unos leales aliados de los españoles, a los que ayudaban en las campañas contra los apaches y los seris.
Para sofocar la rebelión, Gabriel de Vildósola se unió a la milicia junto con otros colonos, entre los que se encontraba su cuñado Juan Bautista de Anza. En 1754, una vez terminados los enfrentamientos, fue nombrado capitán del presidio de Fronteras como recompensa por sus acciones militares.
Presidios en Sonora. Mapa de 1769. |
Los “presidios” no eran cárceles, se trataba de una especie de fuertes cuya misión era efectuar campañas contra los indios, tribus que nómadas en áreas casi desérticas que vivían en de la caza y también del pillaje a los colonos. Cada presidio tenía una guarnición de entre 20 y 100 soldados. Su capitán era también el responsable de establecer alianzas con las distintas tribus, promover su asentamiento estable, y junto con los misioneros convertirlos a la religión católica. Por eso era habitual encontrar en el mismo emplazamiento un presidio y una misión.
El sistema de presidios se nutría con militares de carrera venidos de España, con españoles o criollos que habían participado en la lucha contra los indios, y con “soldados presidiales”.
Gabriel de Vildósola y Juan Bautista de Anza eran militares no profesionales
que ascendieron a sus puestos por sus méritos en las revueltas indígenas.
El yerno de Gabriel era militar de carrera, un Guardia de Corps encargado
de proteger al rey.
El tránsito de colono a militar era bastante habitual. Los colonos
se alistaban por un período de diez años en el ejército
como “soldados presidiales”. También se les conocía
por “soldados de la cuera” por la protección que llevaban,
una especie de chaquetilla que cubría el cuerpo desde el cuello a las
rodillas. Estaba hecha con seis o más capas de piel de venado, lo suficiente
para detener una flecha india. Pero era bastante rígida y pesada y
les quitaba agilidad. Un soldado de la cuera era conocido también como
“dragón”, pues podía combatir a pie o a caballo.
Iban armados con espada, lanza, pistolas y mosquetes.
En este escenario Gregoria de Vildósola, la hija de 17 años del capitán del presidio Gabriel de Vildósola, se casa en agosto de 1771 con Joaquín Torres Luque, un teniente de dragones de 39 años que ha venido a México desde España. Joaquín Torre procedía de la compañía italiana de la Guardia de Corps. Menos de dos meses duró este matrimonio, pues Joaquín muere en octubre. Así que el abuelo de Leonardo, José Luis Torres Vildósola, es hijo póstumo.
Todas estas circunstancias animan a que la familia completa vuelva a España en 1776, donde ya desde 1772 Gabriel había sido nombrado Síndico Electo por las anteiglesias unidas de Castillo y Elejabeitia. En 1776 su empleo era el de Teniente Coronel agregado a la Plaza de Armas de San Sebastián. Gabriel fallece en 1778, a los dos años de regresar a su tierra natal. Está enterrado en la iglesia parroquial de Santa María, en Castillo-Elejabeitia, donde su familia tiene “su sepultura distinguida de los demás como nobles hixos dalgo y Vizcaínos originarios” [4].
3.3. Juan Bautista de Anza, explorador y pionero
Un hermano de Gregoria de Anza, la abuela de José Luis Torres Vildósola, fue precisamente protagonista de un hecho histórico el mismo año que la familia Vildósola volvía a España. Juan Bautista de Anza establecía en 1776 los primeros asentamientos de colonos en la bahía de San Francisco: el Presidio y la Misión del mismo nombre. Anza es considerado como un personaje histórico relevante en USA, y existen numerosos sitios web dedicados a sus viajes y aventuras [12]. En Euskonews también se publicó un artículo sobre Juan Bautista de Anza [13]
Expedición. Anza Trail. |
Unos cuantos datos obtenidos de su hoja de servicios y de varios archivos nos servirán para resumir su biografía:
El hecho por el que más se recuerda a Juan Bautista de Anza es su expedición a la bahía de San Francisco en 1776. Para fundar la Misión le acompañaban los franciscanos, que desde 1767 habían sustituido a los jesuitas en la evangelización del nuevo mundo. De no ser así, quizás hoy estaríamos hablando de la bahía de San Ygnacio o San Xavier.
La hermana de este destacado personaje, de raza “vizcaína-criolla” como se dice en los documentos de la época, vivía desde 1776 en Castillo-Elejabeitia. Pocos conocen que está enterrada en la iglesia parroquial de Santa María de esta localidad, donde la familia Vildósola tiene “sepultura distinguida”.
Expedición. Anza Trail. |
3.4. El tesoro de Arizona
Si nos remontamos 5 generaciones entre los antepasados de Leonardo Torres Quevedo encontramos en línea directa otro personaje singular: Juan Bautista de Anza (el mayor). Guipuzcoano nacido en Hernani en 1693, e hijo del boticario de la localidad, su apellido original era “Anssa”. Emigró a América con 19 años, donde inicialmente se dedicó a la minería. Pero pronto pasó a la milicia, ascendiendo rápidamente en el escalafón después de casarse con la hija del general Becerra Nieto.
Fue el protagonista de varios acontecimientos históricos, de entre los que rescatamos el más destacado, el de las “Planchas de Plata de Arizona”. En 1736, siendo Capitán Vitalicio del único presidio de Sonora, y Justicia Mayor, se descubrieron en este territorio unas bolas y planchas de plata. Las tierras de Sonora incluían en aquella época los territorios que hoy son el estado de Sonora en México, y el estado de Arizona en USA. El descubrimiento se produjo en el actual territorio de Arizona.
El capitán Juan Bautista de Anza, como justicia mayor, debía determinar si el hallazgo era un tesoro enterrado, o un yacimiento natural. La cuestión tenía su importancia: si era un yacimiento natural tributaba el impuesto denominado “quinto real”, pero un tesoro enterrado era propiedad total de Rey. El capitán Anza estableció su cuartel general para hacer esta investigación en la residencia de Bernardo de Urrea, en el puesto de “Arizona”. Después de un largo proceso el hallazgo fue finalmente catalogado como yacimiento. Para entonces Juan Bautista de Anza había muerto en una emboscada de los apaches, en 1740.
El investigador americano Donald T. Gárate ha estudiado exhaustivamente los escritos elaborados por Anza en el proceso de las “Planchas de plata” [14]. Además de confirmar su papel protagonista como Justicia Mayor, mantiene la teoría que estos documentos popularizaron el nombre de “Arizona”, adoptado posteriormente por el 48 estado USA.
Como curiosidad adicional, Gárate deduce razonadamente que “Arizona” es un nombre de raíz vasca, con el significado de “roble bueno”. Incluso justifica con las diferencias entre los dialectos vascos de la época y el idioma actual las variaciones en los términos, y los cambios en las letras: “Anssa” se convierte en “Anza”, y “Arissona” en “Arizona”. En unas barrancas y rancherías donde se daban estos árboles, no es extraño que Bernardo de Urrea denominase así su propiedad. Y que como resultado de todo ello, un guipuzcoano de Hernani, antepasado directo de Leonardo Torres Quevedo, fuese quien dio a conocer el nombre de Arizona.
Una reciente novela, titulada “Good Oak” y traducida por “Aritzona, el roble protector”, juega con este significado. Escrita en euskera y en inglés, trata sobre las costumbres y el idioma de los pastores vascos emigrados a USA en el siglo XIX y XX. Unos territorios donde los vascos del siglo XVIII no eran humildes pastores, sino poderosos gobernadores, comerciantes, terratenientes y mineros.
3.5. Fuentes documentales de esta sección
Este apartado es el resultado de una recopilación intensiva y fiable de documentos de la época colonial, localizados en sitios especializados de Internet dedicados a la historia de México y California en los siglos XVII y XVIII [12]. También se han obtenido datos de algunas bibliotecas digitales [15], y del pleito de hidalguía de Torres Vildósola tantas veces mencionado [4].
4. Conclusiones
Leonardo Torres Quevedo, nuestro protagonista, ocupa el puesto central de una saga de ingenieros y militares dedicados a la administración, la minería, las comunicaciones, la tecnología y la invención. Como denominador común todos muestran un impulso claro para mejorar la sociedad de su tiempo allí donde les ha tocó vivir, junto con un tesón y una capacidad de iniciativa considerable.
Lo reflejado en este artículo es sólo parte de los resultados de una investigación en curso, que mantenemos en proceso continuo de elaboración en un sitio wiki [16]. Un documento siempre es estado beta, un trabajo colectivo en la que invitamos a participar a todo aquellos que puedan aportar sus hallazgos y refinar los contenidos.
Defendemos el acceso libre y completo a contenidos de archivos y bibliotecas, especialmente a aquellos que están ya exentos de derechos económicos de copyright, como una medida imprescindible para dar a conocer nuestro patrimonio histórico, especialmente en el ámbito de la ingeniería y la tecnología.
Referencias
[1] Varios autores, Arija sitio colaborativo, wiki sobre Arija (Burgos), su historia y su entorno.
[2] Sobre el Telekino como Milestone del IEEE
. IEEE Telekino
. Pérez Yuste, A.; Salazar Palma, M. “The First Wireles Remote-Control: the Telekine of Torres Quevedo”. Conference on the History of Electronics (CHE’2004)
[3] Ver “Serendipity” en wikipedia.
[4] Expediente de Hidalguía de José Luis de las Torres Vildosola. 1793/02/20. Archivo de la Casa de Juntas de Gernika. Localizable en Badator.
[5] Saiz Valdibielso, Alfonso Carlos. “Mariano Luis de Urquijo”. Publicado en la sección “Bilbaínos casi desconocidos” de la revista municipal Bilbao. Abril de 2007.
[6] Patrimonio Nacional, Archivo Fotográfico del Palacio Real. Madrid.
[7] Saiz Valdibielso, Alfonso Carlos. “Valentín Gorbeña Arrayagaray”. Publicado en la sección “Bilbaínos casi desconocidos” de la revista municipal Bilbao. Abril de 2007.
[8] Rodríguez Alcalde, Leopoldo. “Leonardo Torres Quevedo y la Cibernética”. Ediciones CID, colección sabios del mundo entero. Madrid 1966.
[9] García Santesmases, José. “Obra e Inventos de Torres Quevedo”. Instituto de España, Colección Cultura y Ciencia, 1980.
[10] Revista de Obras Públicas Digital
[11] Ferrocarril Alar-Santander. Revista de Obras Públicas. Tomo XXIII,
n. 9 (1 mayo 1874).
[12] Sitios web sobre la colonización española:
. Misión 2000, base de datos de los antiguos territorios españoles en México y USA.
. Estudio interactivo sobre la colonización española en el siglo XVIII en la Alta California
[13] Rosain, Gorka. Juan Bautista de Anza, Pionero de California. Euskonews&Media 232, noviembre 2003.
[14] Gárate, D. “Planchas de Plata”. Tumacácori Nacional Historical Park - Arizona.
[15] Flager, E. “La política española para pacificar a los indios apaches a finales del siglo XVIII”. Revista Española de Antropología Americana, año 2000, nº. 30, p. 221-234.
[16] Varios autores: wiki sobre Leonardo Torres Quevedo, incluida la versión extendida de este artículo.
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