Josemari Velez de Mendizabal, escritor
Traducción: Zuriñe Velez de Mendizabal
Jatorrizko bertsioa euskaraz
Agustín de Cardaberaz |
Todos sabemos que Álava ha sido la menos vasca de nuestras provincias y por eso me resultó curioso encontrarme con la presencia de Kardaberaz en las comarcas alavesas y no precisamente en los pueblos que han sido, y afortunadamente son aún vascoparlantes, como Aramaiona, Villareal de Álava y otros pueblecitos de alrededor.
Es extraño, sin embargo, que los biógrafos de Kardaberaz no nos den ninguna referencia exacta sobre los lugares visitados por el misionero. Y la verdad es que tampoco Kardaberaz ofrece demasiada información en sus escritos, aunque alguna que confiese: “anduve predicando en Álava”. En cualquier caso, parece que fueron los alrededores de Salvatierra los elegidos para ese cometido.
Kardaberaz conocía Álava incluso antes de comenzar con sus misiones en euskara. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1721 y al cabo de ocho años se ordenó sacerdote. Por su capacidad de orador la Compañía le envió a algunos lugares de Vasconia como predicador y aunque comenzó su periplo en Bizkaia, pronto pasó a difundir su palabra por Álava. Por lo visto, uno de los primeros pueblos que visitó fue Artziniega, en 1731. Pero en ese caso empleó el castellano en sus alocuciones. Al parecer, hasta 1733 utilizó solamente el idioma español.
Según el citado artículo de Lino Akesolo, Kardaberaz tomó la decisión de hacer sus sermones en euskara en 1733. Según parece, algunas misiones que llevó a cabo en Elorrio y Lekeitio marcaron su punto particular de inflexión para pasar del discurso en castellano a la lengua vasca. Tres años después, estableció su sede en Loyola e irradió su labor de orador desde allí, no sólo a Guipúzcoa, sino también al resto de los territorios vascos. Al fraile hernaniarra le pareció que tenía que evangelizar a los vascos en su idioma y de allí en adelante así lo hizo.
He dicho que llegó a Álava, y parece lo más lógico que, para predicar en euskara, lo hubiera hecho a través del valle de Aramaiona. Además, sabemos que trabajó como profesor durante dos años en la Universidad de Oñati, y por tanto, no le habría resultado difícil haber llegado hasta las tierras aramaioarras desde Oñati. Sin embargo, no se ha encontrado ningún testimonio de que Kardaberaz hubiera estado en aquel valle. Pero también desde Oñati, pasando por Arantzazu podía alcanzar la llanada alavesa, y por lo que parece fue así, llegando hasta Salvatierra.
Sabemos que la Compañía creó congregaciones en Euskal Herria para promover la devoción por el Corazón de Jesús, y una de ellas la promovió en la vieja Agurain. Tal y como nos cuenta el propio Kardaberaz en su libro “Cristauaren vizitza”: “Araban Salvatierraco eta aren ergoienetaco jende piadosoac ori bera egin zuten” (En Álava, eso mismo hizo la gente piadosa de Salvatierra y los pueblitos de alrededor). Y ese ha sido una de las pocas referencias que nos ha dejado el jesuita sobre su estancia en Araba, porque escribió muy poco sobre su trabajo y por lo tanto no ha dejado pistas para que podamos saber por dónde y cuándo anduvo.
Salvatierra está en la frontera entre Álava y Guipúzcoa y es sabido que los habitantes de Agurain han tenido una estrecha relación con los del lado guipuzcoano. El pastoreo, por ejemplo, ha establecido desde siempre un nexo directo entre los habitantes de los dos lados de la muga, y el euskara ha sido la herramienta de comunicación. Eso quiere decir que la lengua vasca ha tenido una fuerte base social durante siglos en las cercanías de Agurain. Y claro, tambien en la época de Kardaberaz.
Siguiendo con esa idea, hay que recordar que muchos guipuzcoanos han descendido en la historia por el paso de San Adrián hasta Zalduendo, Arriola, Narbaja, Larrea, Ozaeta y a otras pequeñas localidades de las faldas de la sierra de Elguea y se quedaron allí para siempre. Hoy en día nos recuerdan su llegada los apellidos Arratibel, Azurmendi, Urkia etc. Aquellas personas anónimas, junto a sus nombres trajeron a Álava su idioma, y aún perdura éste vivo en muchos de los descendientes de aquellos.
Por consiguiente no es de extrañar que el público a quien se dirigía Kardaberaz fuera vasco en ese territorio alavés y que el jesuita impartiese sus misiones en euskara. El objetivo de este pequeño artículo no era otro que explicar la relación entre el homenajeado Kardaberaz y Álava.
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