Adolfo Arejita Experto en textos vascos antiguos |
Unai
Brea
Traducción: Koro Garmendia
Fotografías: Labayru, Unai Brea
Jatorrizko bertsioa euskaraz
Adolfo Arejita, uno de los primeros locutores de radio en euskera en su juventud, estudió la carrera de filología y es autor de una extensa obra en torno al euskera. En la actualidad reparte su tiempo entre la Universidad de Deusto y el Instituto Labayru, totalmente volcado en el estudio de diversos aspectos del euskera, como por ejemplo los textos de los escritores clásicos vascos, entre los cuales se encuentra Agustin de Kardaberaz. Conversamos con él sobre esta destacada figura y otros aspectos en torno al euskera.
En estas fechas se celebra el tercer centenario del nacimiento del Padre Agustin de Kardaberaz. ¿Nos lo podría presentar concisamente?
Kardaberaz era jesuita. Es importante recordar que entre los jesuitas hubo una destacada figura, Manuel de Larramendi, un hombre que por encima de escritor era un ferviente impulsor del euskera, y que con su gramática ("El Imposible Vencido") y varios libros en los que hacía apología del euskera, creó a su alrededor un ambiente profundamente vascófilo. En aquel entorno destacaron dos misioneros, Mendiburu y Kardaberaz, el primero de los cuales ejerció en Pamplona, y el segundo primero en Bilbao y luego en Loyola. Atendiendo a la costumbre de aquellos años, en la época de Cuaresma se dedicaban a dar misiones, y, alentados por el espíritu vascófilo de Larramendi, ambos jesuitas se propusieron impartir estas misiones en euskera, habida cuenta de que, al parecer, generalmente se venía haciendo en castellano. Este directo trato que mantuvieron con el pueblo les permitió conocer el euskera popular en gran profundidad, y, de tal modo, se dispusieron a ayudarles a mejorar y enriquecer su lengua. Los escritos de Kardaberaz ("Cristauaren Bizitza", "San Inazioren Ejerzizioak", "Cristau Dotrina"…), a fin de cuentas, vienen a ser una continuación de su obra misionera. Sólo uno de sus libros puede considerarse profano, "Euskararen Berri Onac", si bien no deja de estar relacionado con la Iglesia, al haber sido redactado bajo la finalidad de enseñar a los sacerdotes y eclesiásticos a hablar en público un euskera culto y correcto. Kardaberaz es un escritor muy importante. Ha sido, junto con Mendiburu, el principal escritor clásico del País Vasco peninsular.
En su opinión, ¿dónde descansa la relevancia de Kardaberaz: en su peso en la historia de la literatura vasca o en haber sido uno de los más importantes impulsores del euskera?
En el hecho de haber fomentado el uso de un euskera culto. La mayoría de los predicadores de aquellos años cursaban sus estudios en castellano, algunos incluso en el extranjero, con lo cual, al haber perdido el contacto con su lengua, eran incapaces de dar sermones en un euskera correcto. Cuando Kardaberaz, ya delicado de salud, dejó de dar misiones, se dedicó a escribir una serie de obras que afortunadamente fueron publicadas y, en consecuencia, llegaron hasta multitud de casas y caseríos, en muchos de los cuales todavía se conservan. Hay que tener en cuenta que antes la doctrina se transmitía en casa, a través de los libros en euskera, y puesto que la mayoría de las veces sólo un miembro de la familia sabía leer, éste se encargaba de leer la doctrina a los familiares. En este sentido, a Kardaberaz le debemos el gran mérito de haber otorgado al euskera un estatus literario.
Aunque Hernaniarra de nacimiento, también escribió alguna que otra cosa en dialecto vizcaíno…
Kardaberaz vivió durante varios años en Bilbao, y en su andadura por diversos pueblos conoció a gente de distintos puntos de la geografía de Bizkaia. Creo que en los dos libros que escribió en dialecto vizcaíno empleó principalmente el estilo de Bilbao, no el estilo de Markina que posteriormente pasaría a convertirse en el clásico. Kardaberaz fue uno de los pocos escritores guipuzcoanos que publicaron alguna obra en dialecto vizcaíno. ¿Por qué? Porque veía un vacío. Cuando a partir de la celebración del concilio de Trento se estableció la necesidad de enseñar la doctrina en las lenguas locales, Kardaberaz se dispuso a impartir la doctrina en euskera. El promotor del cambio que se produjo en tantos y tantos municipios vascoparlantes, en los que se pasó de enseñar la doctrina en castellano a hacerlo en euskera, fue él.
Parece ser que los sermones tenían su importancia…
¡Vaya si la tenían! ¿Cuál ha sido el estatus social del euskera hasta hace 50 años? Principalmente, aquél que adquiría en el seno de la iglesia. Las misas se solían celebrar en latín, pero el sermón se daba siempre en euskera -en un euskera culto, debo añadir-, que para la gente constituía el lenguaje modélico y ejemplar. Nada de esto sucedía en otros campos como el Derecho o la Medicina, ni en las universidades o la administración, donde no se empleaba más que el castellano. El euskera, al no poseer estatus público alguno -circunstancia que viene a ser uno de sus mayores pesares-, encontraba su amparo en la transmisión de la religión. Es el estatus que le otorgaron los eclesiásticos lo que le ha permitido subsistir durante todos esos siglos. En otras zonas ha pasado justamente lo contrario. ¿Por qué razón se ha perdido el euskera en tantas comarcas de Navarra y Álava? Entre otras causas, debido a que, con la llegada de sacerdotes castellanos a zonas vascoparlantes, la lengua que ha terminado por imponerse ha sido el castellano. Incluso durante el franquismo, el único vínculo que nos ha permitido a los vascos acceder al euskera culto ha sido la Iglesia.
Uno de los últimos trabajos que ha publicado versa sobre las normas del dialecto vizcaíno...
Así es. Todos los hablantes de este dialecto se encuentran con dudas a la hora de escribir o de hablar, con lo cual era indispensable adoptar una serie de normas. Recibimos el encargo de la Diputación Foral de Bizkaia.
¿Hasta qué punto habría que regular los dialectos y subdialectos?
El aspecto que menos se ha regulado es el de los subdialectos. Con el fin de prevenir la aparición de incoherencias como las que ya se han venido produciendo, lo más adecuado sería adoptar un modelo a seguir. Pretender realizar una transcripción fonética me parece excesivo. En mi pueblo, por ejemplo, no decimos “ireki” ("abrir"), sino “idi”. Y nunca se ha escrito “idi”, sino “edegi”, “idegi”, “irigi”... Entonces, ¿es razonable adoptar en la escritura formas que nunca antes se han empleado? Tengo mis dudas. Por otra parte, pienso que convendría estudiar los textos históricos y extraer las principales características. Todavía no se ha tomado ninguna decisión al respecto.
El prestigio del dialecto vizcaíno es un tema al que se recurre con insistencia. No obstante, hemos de reconocer que en ocasiones somos los propios vizcaínos quienes desprestigiamos nuestra lengua…
En mi opinión, está claro que los vizcaínos nunca hemos apreciado demasiado nuestro dialecto. Y cuanto más cerca de Bilbao, menos. Se ha podido apreciar, sobre todo, en el ámbito urbano. El euskera ha sido considerado lengua propia de los caseros, y ninguna persona que ansiaba alcanzar un estatus más elevado ha querido compartir una sola seña de identidad con los caseros. Así es como los habitantes de las ciudades de Bizkaia se han ido pasando al castellano. Quizás porque en las ciudades como Bilbao, Durango, Mungia, Gernika, Basauri o Zornotza apenas se emplea el euskera. En las localidades guipuzcoanas, por contra, el euskera ha tenido más fuerza. Una lengua, cuando se encuentra bien arraigada en las ciudades, alcanza un prestigio. ¿Y por qué? Porque sus hablantes no son exclusivamente los agricultores, sino que también la emplean los comerciantes, los banqueros, los abogados, los médicos, etc. No es el caso de Bizkaia.
¿Cree que factores como el fortalecimiento del euskera batua o la aparición de medios de comunicación nacionales han tenido algo que ver con el debilitamiento del dialecto vizcaíno?
Sí, también. En el proceso de unificación del euskera de los últimos veinte o treinta años, el dialecto vizcaíno ha estado postergado. Y eso que en los años anteriores a la guerra los dialectos tenían un estatus. Mejor dicho, el estatus lo tenía el euskera, que en este caso era el dialecto vizcaíno, porque el euskera batua ni tan siquiera existía. Llegado el momento de unificarlo, se adoptaron modelos intermedios que dejaban el dialecto vizcaíno en un segundo plano, cuando resulta que el dialecto vizcaíno lo empleamos el 40% de los vascoparlantes. Nuestra variedad lingüística no ha quedado reflejada en el euskera batua. Evidentemente, también esta circunstancia ha desencadenado la crisis. Y están sucediendo cosas muy curiosas, como por ejemplo que los niños, al nutrirse del modelo que les enseñan en la ikastola, han empezado a "corregir" a sus padres el euskera que emplean, etc. También eso nos ha llevado a un retroceso del que todavía no hemos salido.
¿Qué lugar deberían ocupar los dialectos del euskera?
No sabría decirlo con certeza, pero, en cualquier caso, creo que habría que buscar un equilibrio. En lo que respecta a Bizkaia, abogaría por que en los textos aprobados para ser aplicados en el ámbito provincial se empleara el dialecto vizcaíno. Hay algunos periódicos de Bilbao y de Bizkaia que ni tan siquiera en las ediciones provinciales emplean el vizcaíno, como si despreciaran la realidad lingüística de Bizkaia. No tengo nada en contra de la morfología del euskera batua, pero eso de recurrir a las formas más remotas cuando tenemos otras autóctonas... ¡como si el euskera proviniera de otro mundo! Creo que los vizcaínos no hemos sabido ni promocionar nuestro dialecto, ni incorporar nuestras formas en el euskera batua. En esos aspectos, diría que hemos fallado. Debemos contar con la participación e implicación de mucha gente, y, sobre todo, con la aceptación de los vascoparlantes vizcaínos. El proceso de cambio se abrirá cuando la gente empiece a decirse a sí misma: “esto es lo nuestro, y lo amamos”.
Ibon Sarasola declaraba que el euskera batua corre el riesgo de convertirse en “chicano”, en una lengua que, al menos en el País Vasco peninsular, resultaba imposible de entender sin conocer el castellano…
Es un problema general. Existen muchas probabilidades de que así suceda allí donde el castellano tiene mucha fuerza y el euskera poca. El euskera que emplea una persona que el 80% de las veces que habla lo hace en castellano, estará muy viciado. El mayor problema que tenemos es el de la transmisión natural en casa. Si ésta falla, de poco servirán las ikastolas. Antes se afirmaba que gracias a la labor de las ikastolas y de los euskaltegis se iban a euskaldunizar Bilbao, el Margen Izquierdo y todos los municipios hasta Muskiz. Bien, es posible que lleguen a ser euskaldunes pasivos, pero no activos. Un lenguaje no es racional, sale con naturalidad. Si los dialectos o subdialectos vascos dejan de transmitirse, el futuro del euskera se verá privado de garantías.
Es usted miembro correspondiente de Euskaltzaindia/Real Academia de la Lengua Vasca, donde a buen seguro realiza un arduo trabajo culminando el proceso de unificación y haciendo frente a las voces que critican sus propuestas o que les achacan falta de autoridad, problemas que quizá no afectan a otras Academias...
Bueno, tampoco crea que las manifestaciones de la Real Academia de la Lengua Española sean unánimemente aceptadas. Imagínese el jaleo que se organiza cuando las editoriales e industrias escogen y divulgan determinadas formas y luego la Academia aprueba otras distintas. Estas cosas no sólo suceden con el euskera; más bien creo que todas las Academias del mundo van detrás de la sociedad. Quienes toman la iniciativa son las editoriales, los medios de comunicación y los investigadores. Y, con frecuencia, lo que las Academias hacen es examinar qué forma impera en la sociedad, y o bien aprobar esa misma forma, o bien rechazarla y proponer otra en su lugar.
No obstante, en ocasiones Euskaltzaindia/Real Academia de la Lengua Vasca propone formas que empleaban los escritores de hace 200 años, que seguramente serán correctas e impolutas. Sin embargo, el euskera también va evolucionando…
El hecho de que una Academia apruebe una serie de normas y consejos sobre las formas correctas no tiene por qué cerrar las demás puertas. Algunas de las formas que impulsan determinados escritores o lingüistas terminan por imponerse en el uso social. ¿Qué función debería tener Euskaltzaindia/Real Academia de la Lengua Vasca? Criticar las formas incorrectas y ofrecer alternativas. Mitxelena manifestó en una ocasión que es el yugo el que tiene que ir por delante y la carreta por detrás, y no al revés. Es el uso el que debe preceder. Son tantas las necesidades de la sociedad actual, que los periodistas, escritores, profesores, dobladores etc. tienen que dar una respuesta y proponer nuevas formas... Luego vendrá la Academia para decir si tales formas son o no correctas.
¿Qué aportan en este aspecto las obras de los escritores antiguos? ¿Qué se puede encontrar en ellas?
En los textos antiguos encontramos los ecos del euskera actual, formas que aún permanecen vivas, formas que hoy en día no gozan de ningún prestigio, pero que están recogidas en textos del siglo XVII. En tales casos, ¿por qué no traerlas a la actualidad? Recurrir a la tradición es importante siempre y cuando contribuya a fortalecer la situación actual, no a asfixiarla. Claro que el referente, en todo momento, tiene que ser el euskera actual, el vivo.
¿Cómo se imagina al euskera del futuro?
Creo que habrá muchos euskaldunes pasivos; activos no sé. Y que permanecerá muy vivo allí donde hoy en día se practica, y menos en las zonas donde no se habla. Por otro lado, estoy convencido de que en los municipios vascoparlantes hablarán un euskera de peor calidad, aunque desde el punto de vista de la morfología y sintaxis se recuperarán las formas locales. Me resulta muy difícil imaginar el tipo de registro que se empleará en las zonas que presentan un reducido porcentaje de euskaldunes.
Trabaja en el Instituto Labayru, un centro que siempre ha apoyado el dialecto vizcaíno. ¿No le parece que éste ocupa muy poco espacio en la enseñanza, en los euskaltegis, etc.?
En el Instituto Labayru estamos muy sensibilizados con todo lo que tenga que ver con el dialecto vizcaíno, y por tal motivo tratamos de conservar e impulsarlo, sobre todo por lo terapéutico que resulta para los parlantes. Si ocupa poco espacio en la enseñanza es debido a que la Administración no le ha prestado atención. En cualquier caso, opino que el mayor problema está en las escuelas. En determinados niveles el dialecto vizcaíno debería tener un estatus del que por el momento carece. A pesar de que hace ya varios años que el euskera es oficial en la enseñanza vasca, la Administración todavía no ha marcado ningún propósito al respecto.
Adolfo
Arejita Oñarte-Etxebarria (Bilbao, 1953)
Adolfo Arejita nació en Bilbao pero pasó su infancia en Morga,
“un pequeño municipio de las inmediaciones de Gernika”
donde hundió sus raíces y aprendió un euskera que permanece
intacto pese a haberse trasladado a Bilbao hace ya varios años. En
su juventud fue uno los pioneros de la radio en euskera de Bilbao; posteriormente
estudió filología románica -puesto que por aquel entonces
no era posible estudiar filología vasca- y se adentró en la
enseñanza en la Universidad de Deusto en cuanto se hubo creado la rama
de filología vasca. En la actualidad es profesor de gramática
histórica y de gramática histórica vasca, responsable
lingüístico del Instituto Labayru, y miembro correspondiente de
Euskaltzaindia/Real Academia de la Lengua Vasca.
Realizó su tesis doctoral sobre la figura de Mogel, inaugurando así
su trayectoria en el que es su principal ámbito de investigación,
el estudio los textos vascos antiguos. Es además autor de varias obras,
tanto individuales como colectivas, en torno a la gramática vasca.
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