El período conservador
Gonzalo Auza

Los años que corren entre la llegada del General Roca a la presidencia en 1880 y la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912 corresponden al período de la consolidación del país bajo un esquema liberal -aunque sin la apertura a la participación democrática amplia- y al auge del circuito económico sostenido en un modelo agroexportador. El telón de fondo de este proceso fueron las nociones de paz, orden y progreso.

Todo este lapso temporal estuvo dominado por varios cientos de dirigentes en todo el país que compartían una misma concepción de nación y que después fueron denominados "Generación del '80", aunque no eran específicamente una sola generación.

José Evaristo Uriburu, Manuel Quintana y José Figueroa Alcorta son claros exponentes de este período, llamado posteriormente "conservador" debido a que las fuerzas que sostuvieron ese modelo fueron denominadas de ese modo después de la apertura de la participación democrática en 1912.

José Evaristo Uriburu

Era nieto de vasco, hijo de Damaso Uriburu y Teresa de Poveda e Isasmendi; y nieto de Joseph de Uriburu y Basterrechea y Manuela Hoyos y Aguirre. Nació en Salta en 1831 y falleció en Buenos Aires en 1914.

Se recibió de abogado en 1854 y en 1855 fue Diputado en su provincia natal, cargo con el que comenzó una carrera política que lo llevó por varias posiciones hasta alcanzar la Presidencia, que ocupó entre 1895 y 1898, al renunciar Luis Sáenz Peña (de quien era Vicepresidente).

Ocupó la primera magistratura durante un período de coyuntura económica delicada, pero de crecimiento estructural. La Argentina empezaba a ser conocida como "el granero del mundo".

También fue un periodo de desarrollo de las instituciones y de incremento poblacional con la llegada masiva de inmigrantes. Durante su gestión se realizó el segundo Censo Nacional, se promulgó la ley de defensa agrícola, se fundó el Museo Nacional de Bellas Artes, la Facultad de Filosofía y Letras, la Escuela Industrial y la Escuela de Comercio. Afianzó la paz con Chile, reorganizó el Ejército y la Armada y construyó el puerto militar de Bahía Blanca.

Manuel Quintana

Su familia se remonta a Nicolás de la Quintana y Echeverría, bautizado en Bilbao en 1693 y llegado a Buenos Aires en 1722, que se casó con Leocadia Francisca Javiera de Riglos y Torres de Gaete, descendiente de uno de los compañeros de Juan de Garay: el Capitan Pedro de Izarra.

Manuel nació en Buenos Aires el 19 de octubre de 1835 y falleció ocupando el cargo de presidente, con 70 años.

Inició su carrera política a los veinticinco años como Diputado en la Legislatura de Buenos Aires y ocupó varios cargos antes de consagrarse presidente.

Durante su mandato la situación económica del país continuaba consolidándose, al reducirse la deuda pública y aumentarse la exportaciones. Sin embargo, a la par que seguían llegando nuevos inmigrantes, comenzaban a aparecer los primeros síntomas de malestar social. Quintana no pudo hacer frente a esa situación -que heredó Figueroa Alcorta- pues encontró la muerte durante el ejercicio de su cargo.

José Figueroa Alcorta

Era bisnieto del vasco José Pelayo de Alcorta, llegado a América procedente de Bizkaia en 1745. Nació en Córdoba en 1860 y falleció en Buenos Aires en 1931.

Fue gobernador de Córdoba a los 35 años, al concluir ese mandato asumió como Senador nacional, posteriormente fue Vicepresidente de Manuel Quintana y Presidente de la Nación, por fallecimiento de este último. Como manda la constitución, le tocó presidir el Senado durante su gestión en la vicepresidencia; y varios años después de dejar el cargo de primer mandatario ingresó a la Suprema Corte de Justicia y alcanzó su presidencia. Así, fue un caso único en la historia institucional, al ser titular del más alto cargo en los tres poderes constitucionales.

Al asumir la jefatura de la nación contaba 46 años. Tuvo que hacerse cargo de una creciente conflictividad social. El régimen conservador que representaba no estaba dando respuestas a las demandas sociales y el fin estaba cerca.

Mientras tanto, el poderío económico del país seguía creciendo gracias el modelo agroexportador que se afianzaba a pasos agigantados; sin embargo no se hacían previsiones de reinversión industrial y diversificación, que permitieran aprovechar el tremendo excedente producido para multiplicar la riqueza generada. Esta falta de visión de una gran número de dirigentes impondría consecuencias importantes para la vida económica futura del país.

Fue ese el marco en el que se realizaron los festejos por el centenario de la nación en 1910, que le tocó presidir. Las celebraciones estuvieron a tono con el poder económico de la que era en ese entonces una de las primeras economías del mundo.

La fundación del sistema republicano


Gonzalo J. Auza, gonzalo@juandegaray.org.ar
http://www.juandegaray.org.ar/fvajg/docs/Gonzalo_J_Auza


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