INTRODUCCION:
El
abuso de alcohol y tabaco en adolescentes y jóvenes, unido
a la precocidad en las relaciones sexuales ha hecho que su repercusión
en el embarazo, conocida desde hace más de tres décadas,
sea hoy mucho más importante que en tiempos pasados. Aunque
muchos de los efectos de estas drogas, legalmente permitidas,
pero no por eso menos dañinas para la salud, son conocidos
por la ciudadanía, sus efectos sobre el feto y recién
nacido normalmente se olvidan con más facilidad. La exposición
a drogas tanto lícitas (alcohol y tabaco) como ilícitas
(cocaína, narcóticos y opiáceos) es una de
las principales causas previsibles de alteración en el
desarrollo de los lactantes por causas ambientales. El objetivo
de este artículo es resumir la afectación fetal
por el tabaco y alcohol, ya que cuanto más se conozcan
sus efectos dañinos sobre el recién nacido más
sensibilizados estaremos para prevenir esos daños.
El alcohol es
mucho más lesivo para el recién nacido que el tabaco,
por ello nuestra dedicación a los efectos nocivos del alcohol
será el grueso del presente artículo, haciendo posteriormente
una breve referencia a los efectos del tabaco, finalizando con
un comentario resumen en el que intentaremos reflejar las principales
ideas comentadas en el presente texto.

EFECTOS DEL ALCOHOL SOBRE EL RECIEN NACIDO
1 -
Efectos somáticos.
En 1967 Lemoine y
colaboradores describieron las anomalías observadas en
hijos de madres alcohólicas; posteriormente, en 1973, Jones,
Smith y colaboradores las denominaron síndrome alcohólico
fetal (SAF). Las principales características observadas
en los niños con SAF son las siguientes: En el 50 a 80%
hubo retraso del crecimiento intrauterino, microcefalia, apertura
palpebral estrecha, nariz corta y respingona, mandíbula
hipoplásica y labio superior fino. También se ha
asociado a cardiopatías congénitas, anomalías
en extremidades y en la columna vertebral.
2 - Efectos sobre el cerebro.
El
efecto del alcohol sobre el cerebro fetal en formación
es mucho más nocivo que el efecto sobre el cerebro del
adulto. Al perturbarse el cerebro durante un período crítico
del desarrollo, se produce una malformación básica
en el mismo, al impedirse que las funciones del cerebro sigan
sus programas de desarrollo normales. Se puede producir retraso
mental en el 80-90% de los niños, observándose en
esos niños atrofia cerebral y disminución de las
circunvoluciones cerebrales. También pueden presentar problemas
del comportamiento diversos, como irritabilidad en el lactante,
hiperactividad en el niño y transtornos
psicosociales en el adulto. En estudios experimentales en ratas,
se ha observado que las que habían sufrido administración
de alcohol durante su período fetal no respondían
al condicionamiento operante como las ratas que no habían
estado bajo el efecto del alcohol.
3- Cantidad de
alcohol necesaria para producir las anomalías.
Los efectos teratógenos
del alcohol muestran una relación estrecha con la cronología
de la ingestión y con el volumen de la misma. La exposición
al alcohol en el primer trimestre tiene relación con las
anomalías somáticas a nivel de la cara y de las
órbitas oculares, durante el segundo y tercer trimestre
con el retraso del crecimiento, microcefalia, por disminución
del crecimiento cerebral y alteraciones neuroconductuales. A pesar
de que las anomalías congénitas producidas por el
alcohol sólo se relacionan con consumos intensos del mismo,
no existe un volumen seguro por debajo del cual se puede garantizar
la ausencia de repercusión en el feto. Este volumen seguro
podría ser diferente para unas y otras mujeres. Se considera
que con la ingesta diaria de 90 ml de etanol, el 40% de los fetos
sufre SAF, entre 60 y 90 ml ocurre en el 20% y entre 30 y 60,
en el 10%. Para tener una relación de los ml de etanol
con bebidas habitaulmente consumidas hay que tener en cuenta que
23 ml de etanol equivale a 360 de cerveza, a 100-150 de vino y
a 45 de licor.
EFECTO DEL TABACO SOBRE EL RECIEN
NACIDO
El efecto de la exposición
a cigarrillos sobre el feto en desarrollo parece ser subestimado,
al menos en la opinión pública.
Según
diversos estudios, la mayoría de las mujeres tienen dificultades
para abstenerse del consumo del tabaco durante todo el embarazo
y rara vez lo logran. La incidencia de tabaquismo en el embarazo
es muy elevada; según cifras de EEUU, el 30% de los niños
nacen de madres fumadoras y durante el período neonatal,
la mitad de los niños están expuestos en su domicilio
al humo del tabaco. La nicotina y otros elementos inhalados del
humo del tabaco tienen efectos nocivos sobre el feto en desarrollo,
en especial sobre el crecimiento fetal, habiéndose notificado
mayor número de complicaciones perinatales en madres fumadoras:
aborto espontáneo, desprendimiento prematuro de placenta,
placenta previa y bajo peso al nacimiento (los niños nacidos
de madres fumadoras pesan, un promedio, de 200 gramos menos).
Pero no sólo
afecta al crecimiento del organismo, también se han observado
efectos nocivos sobre el crecimiento del cerebro. A nivel cerebral
se han visto alteraciones en los neurotransmisores cerebrales,
aunque la investigación sobre estos aspectos está
comenzando en este momento, por lo que en un futuro se conocerán
mejor los efectos de la nicotina sobre la estructura del cerebro
y su funcionalidad.
Se ha demostrado, asimismo,
que el tabaquismo se acompaña de un aumento síndrome
de muerte súbita del lactante (muertes inexplicadas de
niños entre 1 y 6 meses de vida y en los que, los estudios
realizados tras la muerte, no logran averiguar la causa de la
misma). El aumento de la incidencia se debe tanto al tabaquismo
en el embarazo como al tabaquismo en la lactancia. El profesor
Gilbert-Barness, en una serie de recomendaciones para prevenir
la muerte súbita del lactante, uno de los consejos, dice
lo siguiente: no se debe fumar durante el embarazo y ni se debe
consentir que se fume en casa después del nacimiento del
niño.

RESUMEN:
El alcohol
es la causa externa evitable más importante de retraso
mental en el niño y el tabaco es la causa evitable
más importante de problemas durante el embarazo,
abortos y partos prematuros.
Las mujeres
que deciden tener un hijo deben conocer que deben evitar
el consumo de bebidas alcohólicas ya que su consumo
puede ocasionar retraso mental y defectos congénitos.
Aunque su efecto no es tan importante como el del alcohol
deben conocer los perjuicios que el tabaco puede causar
a nivel del crecimiento del recién nacido, así
como su papel en la mayor incidencia en la muerte súbita
del lactante en los primeros meses de vida.
Es un deber
de los responsables de la salud tratar de evitar todas las
posibles causas previsibles de retraso mental, como son
el alcohol y tabaco tomados durante el embarazo, con campañas
publicitarias e información adecuadas a la población
en general y más concretamente a las mujeres embarazadas
y a las jóvenes en edad de procrear. |
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Dr. Xabier Hernandorena (Hospital
de Baiona) y
Dr. Pedro Gorrotxategi (Centro de Salud de Beraun) |